El Fondo Monetario Internacional se despachó con sugerencias de recortes fuertes en planes y subsidios. Qué dicen en el equipo del ministro Massa.
El clima ya venía enrarecido desde la semana pasada, y terminó en consecuencia. Luego de un curioso silencio stampa de tres días, tras haberse comunicado la aprobación de la baja en la meta de acumulación de Reservas del Banco Central, el Fondo Monetario Internacional (FMI) se despachó con un Staff Report que sugiere ajustes fuertes en planes sociales y tarifas y, además, avisa que Argentina se volvió «más riesgosa». El lunes a la noche, el ministro de Economía, Sergio Massa, se sorprendió ante sus laderos cuando vio el texto del organismo que conduce Kristalina Georgieva. «Esto no es lo que acordamos», dijo, y aclaró, según supo Página/12, que esos planteos «son sugerencias» del propio organismo. no pautas a cumplir.
Hasta cerca de la medianoche del lunes Massa trabajó sobre cada punto del Staff Report con el viceministro, Gabriel Rubinstein, con el jefe de Gabinete Leonardo Madcur y otros dirigentes muy cercanos. Las sospechas de lo que ocurrió son varias, dado que el lunes de la semana pasada el FMI avisó que el viernes último aprobaría las metas de baja de reservas. Algo que efectivamente hizo, pero de manera incompleta, porque no adjuntó el reporte del Staff, que evalúa condiciones generales del país y, hasta ahora, se había ajustado a elogiar las políticas del ministro.
El texto del FMI no fue acordado
El texto no apareció ni el viernes ni el fin de semana y Massa se merendó un documento con fuertes críticas y sugerencias imposibles para el país el lunes por la tarde, cuando finalmente llegó el reporte. Una parte de la biblioteca le restó peso y lo consideró parte de las tensiones habituales. Otra fue más dura.
«Puede haber habido un tono más fuerte, hay momentos más fuertes y más tranquilos», consideró ante este diario un hombre de confianza del ministro. Y agregó que «el staff hace su evaluacion, es una opinion de ellos. No acordamos ese documento«. Los que siguen la diaria de esa negociación arriesgan que lo que más molestó al FMI y endureció su posición fue la moratoria previsional.
Cuando el Fondo se mete en política
Entre las ideas fuerza que molestaron a Massa está, por caso, la consideración de que Argentina se «volvió más riesgosa» para el cumplimiento del acuerdo. “Un empeoramiento de la sequía podría reducir las exportaciones agrícolas y las entradas de divisas, con implicaciones negativas para el crecimiento, reservas, inflación y saldos fiscales”, justificó el Fondo. Y agregó que «una mayor inflación y un menor crecimiento podría alimentar el descontento social y socavar el apoyo al programa, particularmente dado el ciclo electoral».
Este último punto exaltó los ánimos de Hacienda, por una manifestación de corte político, algo que hasta ahora no se había dado en el nexo entablado entre Massa y el FMI. Jamás le avisó el FMI a Massa el tenor del texto, ni siquiera en la cordial reunión que mantuvo con la mano derecha de Georgieva, Gita Gopinath, en Washington la semana pasada.
Otro de los párrafos duros afirma que «alcanzar el objetivo de déficit fiscal primario del 1,9 % del PIB en 2023 requerirá esfuerzos decisivos para fortalecer el cumplimiento tributario, los controles de gastos y la focalización de la energía subsidios y asistencia social. También se requerirán esfuerzos para abordar el mandato no financiado creado por la nueva moratoria de pensiones, incluso a través de normas de aplicación destinadas a garantizar que el esquema se dirija a los jubilados con mayor necesidad». Aquí piden, directamente, un mayor aumento de tarifas, recortar planes sociales y exigen que la moratoria previsional, que el FMI no avaló, se ajuste casi sin márgen.
En las oficinas de Massa aseguran que este tipo de comunicados complican, además, el escenario interno. Les da carne a los dirigentes del Frente de Todos que consideran que hay que cortar con la dependencia del organismo incumpliendo el pacto; y a la vez alimenta a los opositores con las teorías sobre la situación económica y política actual.
De todos modos, en Hacienda aseguran que lo positivo a destacar es que se acordó en avanzar en la meta de acumulación de reservas, con una reducción de 3600 millones al final del primer trimestre y de 1800 millones en total anual, todo a raíz de la sequía.
Tras la aprobación de la cuarta revisión del programa, también se acordó mantener el 1,9% del PIB de déficit fiscal para 2023 y determinadas pautas para poder alcanzar los objetivos propuestos, entre los que se encuentran la decisión de avanzar con el recorte de los subsidios energéticos para los hogares de altos ingresos a partir de mayo 2023 y el cierre de procesos de inscripción para poder acceder a los mismos, precisaron fuentes del Palacio de Hacienda.