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OPINIÓN

Por una YPF 100% de gestión social por Mario Mazzitelli

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Por una YPF 100% de gestión social.

El 13 de diciembre de 1907 se descubrió un importante yacimiento de petróleo en Comodoro Rivadavia. Inmediatamente el presidente Figueroa Alcorta decretó una zona de reserva exclusiva para el Estado de cien mil hectáreas circundantes al yacimiento. Para quienes reivindican aquellos años deberían saber que defender los intereses nacionales y sociales era una política de Estado. También que a partir de ese momento las compañías extranjeras, iban a entablar una lucha sin cuartel para apropiarse del recurso estratégico.

A mediados de 1922, durante el gobierno de Hipólito Yrigoyen se firmó el decreto que dio lugar al nacimiento de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) Unos meses más tarde, el presidente Marcelo T. de Alvear designó Director General al ingeniero General Enrique Mosconi. Un hombre que había comprendido fehacientemente la importancia estratégica del manejo nacional de los combustibles. El crecimiento de YPF fue espectacular. Las Standard Oil (norteamericana) y la Shell (anglo-holandesa) participaron del negocio, al tiempo que desarrollaron una acción sin pausa contra YPF.

El golpe de Estado del 6 de septiembre de 1930, fue un golpe contra Hipólito Yrigoyen, contra la democracia, la soberanía y la defensa nacional. Un golpe que “olía a petróleo”, se dijo en aquellos tiempos. Y también a imperialismo. El general Enrique Mosconi tenía las cosas claras. “La experiencia de las luchas incesantes que la organización fiscal ha debido soportar con las compañías privadas durante todo el tiempo que la hemos dirigido, nos condujo a la conclusión de que tales organizaciones, la fiscal y la privada, no pueden coexistir, pues representan dos intereses antagónicos distintos, destinados a vivir en lucha, de la cual sólo por excepción saldrá triunfante la organización estatal”.

Conviene dejar en claro que la vida de un país se define por mojones que van fijando el rumbo de su desarrollo integral. Uno de esos mojones fue y es Yacimientos Petrolíferos Fiscales, nuestra querida YPF. Esta empresa pública, ejemplo para la formación de otras empresas estatales de América Latina (Pemex, Petrobras, etc.), que se constituyera en un orgullo moral para los argentinos y en una fuente de riqueza para nuestro crecimiento económico, siempre estuvo en la mira de los grandes oligopolios del petróleo mundial. Desprestigiarla, desmoralizarla, infiltrarla, etc. para hacerla desaparecer o apropiarse de sus bienes, sus conocimientos y sus yacimientos, bajo la falsa bandera de la eficiencia, fue una acción sistémica desde hace más de 100 años.

En las últimas décadas, el FMI y el capital financiero, fueron los brazos para la ejecución de ese objetivo. Atacando desde el flanco del endeudamiento improductivo y las altas tasas de interés por un lado y ubicando a sus amigos en el Ministerio de Economía y la Secretaría de Finanzas por el otro. Llevarnos a la ruina es su misión. Por eso no debería sorprendernos que todos los planes del FMI “fracasen y terminen en una crisis”. Como corolario de la crisis, nos exigen que entreguemos nuestras empresas (YPF, ARSAT, etc.) y nuestros bienes naturales (Petróleo, litio, etc.) En esa tarea podemos observar al recientemente fallecido Henry Kissinger que “quería eliminar nuestros falsos conceptos de soberanía”, a Alan Greenspan, a David Rockefeller, etc. y a muchos políticos y economistas de la década del 90. Que no voy a nombrar porque son suficientemente conocidos.

Hasta 1989 YPF se mantuvo en la esfera de la Nación. Una larga historia llena de vaivenes. Pero YPF era la bandera y la bandera no se entrega. Hasta que se empezó a ejecutar “el saqueo de Washington”. Hoy, luchar contra el segundo tiempo de ese saqueo, es responsabilidad de un nuevo bloque nacional de poder.

Estamos en zona de alto riesgo. En un marco plagado de contradicciones, idas y vueltas, marchas y contramarchas por parte de Javier Milei. Su dogma antiestatista y promercado puede inducirnos a repetir errores históricos: vender YPF, ARSAT, etc.

El error conceptual de Javier Milei: propiedad y eficiencia.

La propiedad de una gran empresa nada tiene que ver con su eficiencia. La eficiencia tiene que ver con la capacidad, disposición, voluntad de quienes conducen la empresa y su entorno. La propiedad solo indica el destino de las ganancias.

Las grandes empresas ya no son dirigidas por sus dueños. Eso solo se verifica en las pequeñas y algunas medianas. Las grandes son sociedades anónimas, otras del Estado, otras cooperativas, etc. En general son dirigidas por gerentes y directorios con profesionales bien formados. Son estos los que hacen a la eficiencia de una empresa.

Si un propietario privado puede encontrar un equipo para gerenciar, dirigir, conducir correctamente una empresa, la gestión social (Estado, trabajadores, empresarios, consumidores, etc.) tiene mayor capacidad para armar una dirección altamente competitiva.

La diferencia es que: si es propiedad privada la ganancia va a sus pocos dueños. Si estos accionistas viven en el exterior, esa riqueza emigra del país sin beneficio para la sociedad. Si viven en el país, pero fugan sus ganancias, el resultado es el mismo. En cualquier caso, si la inversión o el gasto lo hacen en otro lugar, no hay beneficio para el país.

Si la gestión es social esa ganancia va a las arcas públicas y de ahí a la sociedad argentina. Que no alimente a ñoquis que parasitan al Estado, a políticos corruptos, a empresarios prebendarios y que, en cambio, concurran a la inversión para el desarrollo económico, social y cultural es responsabilidad de la dirigencia política a cargo del gobierno. Una gestión social, eficiente, honesta y austera es la mejor alternativa posible, para el interés de las grandes mayorías nacionales. Esto hay que pedirle a los gobernantes elegidos democráticamente.

Un gobernante competente hoy podría exigir a la dirección de una empresa pública que sea eficiente, superavitaria (recuperando para la Nación la mayor parte de la renta petrolera) transformarse en la nave insigne de la transición energética y mantener los objetivos por los que fue creada.

Una advertencia importante.

De concretarse la aspiración de los buitres, que sobrevuelan nuestra preciada empresa, un futuro gobierno del campo del pueblo debería declarar nula de nulidad absoluta la enajenación de esta herencia.

En primer lugar porque es un patrimonio creado para la defensa, la soberanía energética y el desarrollo nacional. Por lo tanto su venta desnaturalizaría sus objetivos y se constituiría en un acto de infame traición a la Patria.

En segundo lugar porque ese patrimonio creció con inteligencia, dinero, capitales, esfuerzo y trabajo de los argentinos. Y se creó frente a los abusos manifiestos de las empresas extranjeras que manejaban oligopólicamente este eslabón esencial de la cadena productiva.

En tercer lugar porque es un patrimonio intergeneracional. Es un bien creado por las generaciones pasadas, para el beneficio de las generaciones presentes y futuras. A diferencia de otras pertenencias (que son patrimonio del estado -es decir de la sociedad argentina- que se pueden vender y reemplazar con cierta facilidad) este resulta en un bien estratégico inalienable.

En cuarto lugar porque los administradores transitorios de los bienes públicos (la casta política en el diccionario del presidente electo) no son los dueños de esos bienes. De manera que no pueden enajenar lo que no les pertenece. Milei puede vender su casa o cualquier bien que le pertenezca. No puede vender YPF, porque no es suya.

En quinto lugar porque quienes llegan a la dirección del Estado deben saber ¡para qué fueron creadas cada una de las instituciones o empresas públicas! Si no lo saben, es que no estaban preparados para su conducción. Pero como no se puede alegar la torpeza o ignorancia propia como razón para vender un bien público, deberían eliminar la venta de YPF como parte de su programa de gobierno.

En sexto lugar no se puede decir que una empresa debe ser competitiva y al mismo tiempo poner en su dirección a un gerente (o un directorio completo) de una empresa competidora. Esto ocurrió muchas veces. En particular durante la última dictadura. Así se garantizaba la ineficacia de la empresa y la justificación, ante la opinión pública, de su desguace o privatización. En este sentido, el presidente electo Javier Milei empezó mal. Pone al frente de la empresa al ingeniero Horacio Marín que trabajó en Tecpetrol 30 años y responde a las directivas de Paolo Rocca. (Daniela Cosentino en Letra P dice: “Milei eligió un representante de Techint. Fue después de que Mauricio Macri consiguiera que una empresa del Grupo que capitanea Paolo Rocca, que aportó tanto en las PASO como en las generales por Bullrich, apostara por Milei en el ballotage, luego del Pacto de Acassuso que el minarquista selló con el ex presidente. Puntualmente Inurban (Inversiones Urbanas Nuevo Milenio) le transfirió $ 20 millones, la mitad de lo que le puso a Bullrich”) Quiere decir que, por magros 20 millones de pesos en blanco (deberíamos saber cuánta plata en negro) Paolo Rocca se quedó con la dirección de YPF. Si esto no es corrupción ¿Dónde está la corrupción?

En séptimo lugar porque un ingreso virtuoso del Estado es el proveniente de las rentas emergentes de los bienes comunes. Es decir el fortalecimiento de las arcas públicas sin cobrar impuestos al trabajo, la inversión y el consumo. En este caso, el dominio del subsuelo donde duermen enormes riquezas hidrocarburíferas (petróleo y gas) así lo permiten. El descubrimiento de yacimientos no convencionales (donde los hidrocarburos se encuentran almacenados en el interior de una roca) u offshore (lecho marino) elevan en Argentina la potencialidad productiva. Eso ya lo estamos viendo en Vaca Muerta. La extracción de esta riqueza tiene un alto impacto ambiental (Es la cuota de sacrificio que debemos hacer para salir del atolladero financiero, económico y social al que nos llevó la incompetencia de los gobernantes y la avaricia de empresas privadas que quieren apropiarse de este bien común) Pero este sacrificio podría ser en vano si lo dejamos en manos ajenas al interés nacional. Por otra parte, más allá de la necesaria transición hacia energías limpias, en las cuales YPF debe ser un abanderado, ya se sabe que podrían existir varias “Vaca Muerta” en nuestro territorio. Es decir, que no solo alcanzaríamos el autoabastecimiento (con los ahorros y beneficios para la producción nacional que eso significa) sino que podríamos exportar (generando divisas que tanto se demandan) Una YPF 100% pública, fortalece la defensa, la soberanía, el desarrollo nacional y también ayudaría al equilibrio fiscal, mejorando la calidad de vida de la población.

Por último, una señal para los futuros inversionistas, porque el que avisa no traiciona.

Un “nuevo bloque nacional de poder” alcanzará la dirección del Estado Nacional en algún momento. Será un gobierno del campo del pueblo. En ese caso se verá obligado a recuperar la empresa de bandera a través de una expropiación muy parecida a una confiscación. Siendo la privatización una operación nula de nulidad absoluta, manejada a través de procedimientos corruptos y privatizada a un precio ganga; su recuperación será reconociendo el precio ganga menos el saqueo. Con lo cual, los inversionistas tienen que saber que es una operación de alto riesgo. Donde el futuro gobierno ya no aceptará la prórroga de jurisdicción a tribunales extranjeros y no tendrán jueces amigos que los protejan.

O las enormes riquezas de la renta petrolera y gasífera se orientan al bienestar general o van a parar al bolsillo de los accionistas de empresas extranjeras. Esa es la cuestión.

Por lo tanto, lo más recomendable para los nuevos ejecutivos es que estudien la vida intachable y la obra monumental de los generales Enrique Mosconi y Alonso Baldrich. Y siguiendo sus ejemplos, autoridad moral y eficiencia técnica, nos devuelvan el orgullo de una YPF ejemplar. Todo lo demás deberá ser revertido y eso no es conveniente para nadie.

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OPINIÓN

«Necesitamos una CGT única, unida y encarnando un Proyecto Nacional», por Mario Mazzitelli

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La crisis se agrava por la ineptitud del gobierno nacional.

El desastre económico y social que estamos viviendo es de una profundidad inusitada. Heredado de administraciones de muy baja calidad, la tendencia al derrumbe se aceleró en los últimos meses. Para marzo 2024, los datos son alarmantes. La construcción, equipos electrónicos, electrodomésticos y otras industrias manufactureras cayeron más del 40%. La industria automotriz, cubiertas de coche, artículos de ferretería un 25%. Alimentos y bebidas un 15%. La lista sigue sobre la totalidad de los rubros. La desocupación se cierne como un fantasma sobre los trabajadores. Tras los despidos de decenas de miles de obreros de la construcción (obra pública paralizada), empleados del Estado, etc.; empezarán las suspensiones y más tarde los despidos en el comercio, la industria, etc. A los 20 millones de compatriotas en la pobreza, pronto se sumarán algunos millones más. En la niñez y la adolescencia, el ajuste (contractivo e incompetente) está haciendo estragos.

¿Quién puede afrontar el desafío de estructurar una política alternativa a 5 meses de iniciado este desgobierno anarco-capitalista? ¿Quién puede llamar a la Unidad Nacional, para superar esta etapa; respetando el orden institucional y sin desconocer el estado de la opinión pública? O son las fuerzas del cielo, mayormente personificadas por las Iglesias o son las fuerzas de la tierra, representadas por los trabajadores organizados.

El trabajo.

Si compartimos con José Ingenieros que: “Todo lo que es orgullo de la humanidad es fruto del trabajo. Lo que es bienestar y lo que es belleza, lo que intensifica y expande la vida, lo que es dignidad del hombre, decoro de los hogares y gloria de los pueblos… ha surgido de las manos expertas y de la mente creadora.” Que: “Todo el capital de la humanidad es trabajo acumulado; lo crearon las generaciones que han trabajado y son sus dueños legítimos las generaciones que trabajarán.” Que: “Los que detentan algo de ese capital común para convertirlo en instrumento de ocio, son enemigos de la sociedad. El trabajo es un deber social.” Coincidiremos también en que: la sociedad se estructura alrededor del trabajo. Por lo tanto, su jerarquización y relanzamiento es la tarea pendiente de la sociedad argentina. ¿Quién mejor que la Confederación General del Trabajo para hacer (con ese contenido) un gran aporte a la unidad nacional?

La unidad empezando por casa.

Su unidad debería dar un salto cualitativo. Re-unirse todos en una CGT única y plural. Incorporando en su seno a todas las expresiones y organizaciones de trabajadores con o sin encuadramiento. Activos, en blanco, en negro, desocupados, marginados y pasivos. Todos bajo un mismo techo. En el marco de una vida interna respetuosa y profundamente democrática.

La Confederación General del Trabajo (CGT- RA), la Central de Trabajadores y trabajadoras de Argentina (CTA-T) y la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTA-A) han firmado un documento con el que convocaron al paro nacional del 9 de mayo de 2024. En un párrafo de ese texto sostienen: “…nuestro derecho a participar en el diseño de la sociedad a la que aspiramos…”. Excelentes noticias para el hombre y la mujer de a pié. Por un lado “unidad en la acción”, por otro la reivindicación de su rol en el diseño de una sociedad que supere los males de este capitalismo de saqueo en el que nos han enterrado. La unidad empieza a ser un deber.

La necesaria renovación.

Está claro que la dirigencia necesita una evolución. Hay nombres agotados en la opinión pública. Que no viene al caso mencionarlos, ni calificarlos, ni juzgarlos. En absoluto es la pretensión de esta nota (que mira al futuro más que al pasado). Sí, en cambio, reconocer que extensas trayectorias (en un contexto general donde los trabajadores perdieron ingresos, derechos y calidad de vida. Donde asistimos a escándalos por enriquecimiento de los dirigentes y, en ocasiones, desapego con la suerte de sus representados) han ido desgastando la imagen de muchos sindicalistas.

Ese perfeccionamiento no debería ser solo un lavado de cara. Debería representar un nuevo papel para la central de trabajadores. Asumiendo un rol histórico mucho más allá de las reivindicaciones inmediatas, las protestas, las movilizaciones y los paros. Elevar el carácter eminentemente reivindicativo al de protagonista principal de esta etapa. Ya no solo como representante de un sector, sino articulando la diversidad del mundo del trabajo productivo para sentar los cimientos de un moderno proyecto nacional, democrático, latinoamericano.

La CGT convocante de la Unidad Nacional.

Se trataría de convocar y re-unir a la inmensa mayoría de los sectores de la sociedad. Omito el listado para no desgastar al lector. Pero deberían ser convocados “todos” los sectores interesados en superar una etapa fallida, que se asienta en valorar el parasitismo financiero por sobre el trabajo del obrero, el profesional, el cuentapropista, el empresario o el productor nacional.

La CGT como el mayor tanque de ideas.

Las ideas están en el pueblo. Hay que reunirlas, lustrarlas para que brillen y sintetizarlas en un programa del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

Desde la historia, los programas de La Falda (1957), Huerta Grande (1962), la CGT de los argentinos (1968), los 26 puntos para la Unión Nacional de la CGT (1986) etc. iluminan un nuevo programa para estos tiempos de revolución tecnológica. Ahora, hay que elaborar un programa de los argentinos para los argentinos.

Finalmente

Si fuera cierto que en nuestro pueblo anida un alma fraterna (ama al prójimo como a ti mismo), igualitaria (naides es más que naides), sanmartiniana (seamos libres que lo demás no importa nada) y progresista (para el bienestar general) hoy ese alma está ausente del Estado. Nadie está en mejores condiciones para anidarla que la Confederación General del Trabajo, estableciendo una nueva época para sí misma y para la Argentina. Ojalá que así sea.

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OPINIÓN

«Argentina… ¿Disgregación o reconstrucción?», por Emilio A. Raffo

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La Republica Argentina se debate en estos tiempos entre una eventual disgregación o la posibilidad de una reconstrucción de su Ser Nacional como nos legara el Maestro Hernández Arregui. Soy de los que he apostado siempre a la segunda de las opciones cualquiera fuese la circunstancia histórica que tuvimos que pasar.

Estamos todos inmersos en lo que se ha denominado, y prendido en la opinión publicada, de “la grieta “entre los ciudadanos y las responsabilidades de “la casta”. Ni una ni otra acabadamente definida.

Más allá del análisis y conclusiones a las que arriben los temerarios que lean esas desordenadas líneas es lo cierto que nuestra historia nacional es rica en antecedentes de situaciones análogas a nuestro pasado reciente y a la actualidad. Sin un adecuado análisis de ellos me temo que nos será muy difícil aventurar ni soluciones, ni objetivos ni concreciones de unos y otros, sintéticamente enunciado en el título de la presente.

Podríamos referirnos a la propia Revolución de Mayo, a las luchas intestinas entre Unitarios y Federales, incluso al Primer Grito Independentista dado en el Paraje La China de Entre Ríos cuya frustración y negación histórica obedece, simplemente, a que el mismo fuera convocado por el Protector de los Pueblos Libres del Sur, el oriental José Gervasio Artigas (Prócer Latinoamericano que los Argentinos “ de bien” alguna vez deberíamos honrar).

Hemos tenido en el pasado circunstancias iguales, parecidas o peores a las que que hoy nos aquejan (según obviamente la lente con que se las mire).

Me permito acá referirme a cinco episodios que mucho pueden ayudarnos a comprender el presente y, porque no, el futuro.

LA VUELTA DE OBLIGADO.

En 1845 dos potencias mundiales de entonces (Inglaterra y Francia) resuelven hacer una incursión en nuestro territorio y vulnerar nuestra Soberanía Nacional con una flota numerosa y poderosa. No entraré en detalles ahora, pero la decidida acción de Juan Manuel de Rosas y de Lucio V Mansilla demostró hasta la evidencia que no admitirían gratuita ni graciosamente que se llevaran de arriba el accionar prepotente de los invasores.

Con posterioridad Rosas mantuvo al Embajador Inglés durante varias semanas, en un barco fondeado en el Puerto de Buenos Aires, hasta tanto el rindiera honores a nuestra Bandera a modo de desagravio.

De no haber sido por esa Gran Epopeya Nacional otro hubiese sido el destino de nuestra Nación. Obviamente “la historia oficial” ha tenido en segundo plano este acontecimiento.

CASEROS

EL 3 de febrero de 1852 se desarrolla la histórica Batalla de Caseros en donde Urquiza, con la asistencia de fuerzas armadas de la extranjería, vence a Rosas. Una gran declinación y retroceso soberano.

Como habrá sido esa claudicación que los constituyentes de 1853 resolvieron dejar sentado que ese accionar, en definitiva, y aunque parezca un eufemismo y contrasentido, no era ni más ni menos que un acto de Traición a la Patria y así lo dejaron establecido en nuestra Constitución Nacional.

Bajo la pretensa intención de la organización nacional, se arriaban nuestras banderas.

DERROCAMIENTO DE YRIGOYEN

El 6 de setiembre de 1930 se produce el golpe de estado que destituye y encarcela a Hipólito Yrigoyen con motivos que luego fueran copiados por otras intervenciones militares (se lo acusaba de corrupción, populismo, ineficacia, etc.)

Este golpe, inexplicablemente favorecido por el reconocimiento de la Corte Suprema de Justicia, dio lugar al conculcamiento de derechos y fraude electoral durante más de diez años.

Obviamente la entrega fue parte de este periodo.

REVOLUCION DE 1955

La denominada Revolución Libertadora del 16 de setiembre de 1955 constituye otro hito en el renunciamiento a nuestros postulados constitucionales y soberanía.

No solo al derrocar a otro gobierno constitucional, que había concretado la Reforma Constitucional de 1949 con postulados realmente revolucionarios, sino porque también hubo una intervención activa de Gran Bretaña, con ayuda a la Marina de Guerra sin la cual el éxito de los sediciosos no hubiese sido posible.

Un hecho que constituye un secreto a voces y denunciado claramente por Oscar Alende en vísperas del golpe de 1976. También los argentinos debemos un reconocimiento a este gran dirigente.

En efecto es recordada la frase del entonces Presidente Peron “a la Marina la corro con los Bomberos” obviamente porque conocía su reducido poder de fuego. La realidad es que la Marina de Guerra recibió entonces de Gran Bretaña los elementos bélicos necesarios para amagar bombardear “la petrolera de La Plata”, recién ahí Rojas toma una posición realmente golpista, cuando en realidad los esfuerzos más importantes para arribar triunfantes al golpe en marcha lo había realizado el General Videla Balaguer desde Córdoba.

Queda claro el accionar contra los intereses y Constitución Argentinos, otra vez la extranjería en los asuntos internos (ya lo habían hecho no tan tenuemente con motivo de las elecciones de 1946 con la intervención el Embajador de Estados Unidos S, Braden).

Se inicia un período de cercenamiento y conculcamiento de derechos, la proscripción de Peron y sus seguidores durante 18 años de violencia y terrorismo estatal, lo habían pergeñado en junio de 1955 con el intento de asesinato de Peron y el Bombardeo de Plaza Mayo y luego con los fusilamientos de junio de 1956.

Permítanme hacer un alto en el relato y sugerir la lectura de la Carta del General Valle, escrita horas antes de su muerte, a sus asesinos Rojas y Aramburu, como muestra de lo que ha sido un hombre y militar cabal. Siempre he pensado que esa carta debería estar colocada en el frontispicio de la Escuela Militar Argentina por lo certera y premonitoria.

GOLPE DE ONGANIA

Luego de un mensaje desde la Escuela de West Point el General Juan Carlos Ongania encabeza su golpe de estado el 28 de junio de 1966 derrocando al Presidente de la Unión Cívica Radical del Pueblo Arturo Umberto Illia, gobierno electo mediante un sistema realmente fraudulento cuyo mayor éxito fue la concreción de la Resolución de Naciones Unidas que obligaba al Reino Unido y a la Argentina en llevar adelante tratativas para dirimir el diferendo sobre las Islas Malvinas

Durante este periodo de facto se disolvieron los partidos políticos, se vulneraron los derechos esenciales, se continuó con un plan de entrega y empobrecimiento de las clases menos pudientes. Por decir lo menos.

En las postrimerías de este Gobierno Militar se produce otro de los hechos emblemáticos de vulneramiento de los Derechos Humanos en la denominada Masacre de Trelew del 22 de agosto de 1972 con el fusilamiento de 19 presos políticos y la intervención directa del entonces Ministro del Interior, Arturo Mor Roiz, ex presidente radical de la Cámara de Diputados durante el Gobierno de Illia.

Habría que resaltar también que por decisión del Gobierno Constitucional a partir del 2003 se obtuvo la extradición de uno de los principales ejecutores de ese hecho aberrante, El Capitán Sosa que había sido “premiado” con un destino en la Embajada de EEUU, luego juzgado y condenado a cadena perpetua en el año 2013. Quiero resaltar (especialmente a los negacionistas) que a pesar de su condena no estuvo ni un día preso.

EL GOLPE MILITAR DE 1976.

Luego de un periodo de convulsión social propio de los acontecimientos producidos en América Latina y los vernáculos luego del fallecimiento de Peron en julio de 1974 se produce un pre anunciado golpe cívico militar el 24 de marzo de 1976 con el beneplácito recurrente de Gobiernos Extranjeros, que diera lugar luego al denominado Plan Cóndor.

El vespertino La Razón anunciaba horas antes “Está todo dicho” y Clarín en su portada luego del golpe “Total Normalidad”

Otro periodo de vulneramiento y persecución, secuestro, tortura, desaparición y muerte, entrega el patrimonio nacional, suspensión de los partidos políticos y políticas anti populares, desvaríos bélicos como los motivados por el Canal de Beagle y Las Malvinas, por decir lo menos.

ALGUNAS CONCLUSIONES

Por supuesto que mucho más se podrá decir de estos periodos lóbregos de nuestra historia para profundizar su análisis, pero no es el objeto de estas líneas

Lo cierto que ha habido tres lineamientos conductores, el conculcamiento de derechos, cesión del patrimonio nacional con el renunciamiento de nuestra Soberanía, la violencia y terrorismo estatal.
Ello hasta las elecciones del 30 de octubre de 1983 que diera inicio al periodo más largo de democracia y sistema republicano y constitucional, con un respecto irrestricto en las elecciones nacionales durante 40 años, con transparencia y seguridad jurídica

Digamos, como principio, que se arriba a esto luego de largas y sufridas luchas de los sectores y militancia popular de la mayoría el Pueblo.

Por supuesto que este gobierno de la UCR tiene ferros defensores y detractores, el enjuiciamiento de las Juntas Militares tuvo a unos y otros exponiendo sus opiniones y que los sucesos ocurridos a partir del Jueves Santo de 1987, las intentonas de enero de 1988 y el Movimiento de Villa Martelli de 1991, tuvo al Movimiento Nacional y los sectores populares defendiendo, férreamente, el sistema constitucional y democrático aun con las criticadas leyes de Obediencia debida y Punto Final, reprendidas entre otros por el Colegio de Abogados en su Declaración de San Pedro, peor sin duda, la historia demostró que los hechos y presiones pusieron el entonces Presidente Alfonsín entre la elección del mantenimiento democrático o la eventual vuelta a periodo dictatoriales.

Tengo para mí, que ex Presidente Alfonsín inició su más dura batalla, en este aspecto, después de muerto emulando al Cid Campeador.

Debería también dejarse sentado, más allá de las críticas a su accionar gubernamental en materia económica, que durante su gestión mostraron sus dientes los poderes económicos internacionales luego denominados Fondos Buitres

Los restantes gobiernos constitucionales, más cercanos por cierto, habrán de ser valorados por el lector con todo lo que ello implica por ser del pasado reciente, pero es indiscutible que desde el 10 de diciembre de 2023 se ha hecho cargo un gobierno constitucional que representa el 40 % del padrón electoral con un sistema y plan de gobierno, digamos inusual, producto también de un acuerdo electoral post primera vuelta que ha derivado en un protagonismo impensado de las terceras y cuartas fuerzas según las elecciones de primera ronda.

Estamos en un periodo de cierta convulsión social (dos paros nacionales en pocos meses) pero en el que debe primar el mantenimiento sin cortapisas del sistema Republicano y la obligada división e independencia de los Poderes.

No deberíamos escudarnos en las críticas y oposición a la gestión, puesto que nos puede ciertamente llevar a un salto al vacío. En estos últimos cuarenta años, también tuvimos periodos de alta inestabilidad social, política y económica, incluso los acontecimientos que derivaron en los recordados hechos del 2001.

Pero si me permito recordar lo escrito por Juan Domingo Peron en su Libro Conducción Politica de 1952 cuyas raídas tapas ilustran esta nota y que deben servirnos de norte para prepáranos para el futuro que nos toque, sobre todo para las generaciones mas nobeles…

Debería resaltar si, que solo Peron se ha mantenido vigente entre los Líderes de la Post Guerra, Ni De Gaulle, Eisenhower ni Churchill mantienen presencia

Señala como apotegmas de una adecuada militancia:

Unidad de Concepción.
Escuela de Doctrina, Inculcarla, formar cuadros, capacitar la conducción.
Información: Se procede bien como informado se esté.
En política nada puede ejecutarse sin una adecuada preparación y organización.
Patear para el mismo lado.
Creo, sinceramente, que de eso se trata y es el mejor y más coherente camino para llevaros a la reconstrucción de lo que quede.

(*) EMILIO AUGUSTO RAFFO

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OPINIÓN

«El loco de la motosierra», por Mario Mazzitelli

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«Necesitamos darle herramientas al presidente Milei”, escuché decir a varios diputados. No solo del oficialismo.

Tiene razón la mayoría de la gente. En plena campaña, con una motosierra encendida, con su cara desaforada, sus ojos exaltados, su pelo desprolijo y rodeado de “adulones y alcahuetes” arriba de una camioneta; el candidato mostraba la pretensión de resolver problemas complejos con una herramienta primitiva. (“Útil y monstruosa” . Útil, en ciertas oportunidades, cuando un trabajo que se hacía con serrucho, hoy se puede hacer con menor esfuerzo físico. Monstruosa porque cuenta con un motor a explosión de dos tiempos, ruidoso, con la finalidad de mover una cadena cargada de dientes afilados, con los cuales se pueden asesinar bosques enteros. Matando toda la biodiversidad. Solo para producir «cualquier cosa» que genere dólares para pagar – en parte – los intereses de la deuda ficticia e ilegal – con la que se empobrece a los argentinos, se le roban sus empresas, se saquean sus bienes comunes, etc. O también para la fuga. Siempre atentos a que esa deuda fraudulenta no deje de crecer – Algunos le llaman geopolítica financiera elemental. Tan vieja como la sociedad. A tal punto que la Iglesia Cristiana consideró – durante siglos – inmoral el cobro de intereses sobre una deuda. No eran tontos como nuestros actuales gobernantes. Aunque también fueron derrotados después de muchas generaciones.)

Claramente la motosierra en manos de un loco es un peligro. Hay que desarmarlo y tratar al chiflado con el debido profesionalismo. Un país que se acerca a los 50 millones de habitantes no debería estar conducido por alguien que dice estar asesorado por un perro muerto. (“Perro muerto”, buen título para una ficción de terror. Pero muy malo para un país que necesita resolver urgente – y antes que nada – el hundimiento social, alimentario, etc. de millones de niños, adolescentes, adultos y personas mayores. Al tiempo que encarar las tareas para el desarrollo nacional.)

Aprender de la historia.

Un 16 de marzo del año 37, Cayo Julio César Augusto Germánico, “Calígula”, nieto del mismísimo Nerón; comenzó el mandato como nuevo emperador de Roma. Tenía un caballo. Su nombre: Incitatus. Lo amaba. Sentimiento noble, sin duda. Pero, quizás ya con desequilibrios mentales, Calígula pretendió hacerlo “Cónsul de Roma”. El asunto no fue él, sino los senadores que lo permitieron.

¿Y el honor?

En Argentina fue la Honorable Cámara de Diputados de la Nación (degradada por el presidente a la condición de nido de ratas) la que votó (142 a 106) una ley que empieza por la delegación de facultades legislativas a Milei. (Aunque a todas luces desborda el mandato del artículo 76, que empieza por ratificar: “Se prohíbe la delegación legislativa en el Poder Ejecutivo”; esta delegación debería circunscribirse a situaciones muy excepcionales -de hecho el país sigue funcionando sin leyes o DNU nuevos por iniciativa en este gobierno- . Y, además, contradice al artículo 29: “El Congreso no puede conceder al Ejecutivo nacional…facultades extraordinarias, ni la suma del poder público, ni otorgarles sumisiones o supremacías por la que la vida, el honor o las fortunas…Actos de esta naturaleza llevan consigo una nulidad insanable, y sujetarán a los que los formulen, consientan o firmen, a la responsabilidad y pena de los infames traidores a la patria.”) Solo eso merecía un rechazo total. Pero como hay “hombres de paja” que ya violentaron la CN en oportunidades anteriores, se justificaron “si lo hicimos para otros presidentes ¿por qué no lo vamos a volver a hacer con éste?”. Lamentable. Quienes deberían ser los guardianes más celosos en el cumplimiento de la Constitución, los tratados y las leyes, empiezan por explicarnos los motivos de su violación.

El Senado tiene en sus manos el destino legislativo de esta ley reaccionaria.

Ya hay mucho material escrito sobre el flagelo que representaría la vigencia futura de esta ley, de 231 artículos (102 más que la propia CN) Horrores sociales, errores económicos, entrega del patrimonio público, liquidación de nuestros bienes naturales, concentración de la tierra en pocas manos, reforma tributaria regresiva, paraíso fiscal para las actividades delictivas (tráfico de drogas, de personas, de armas, etc. evasores, fugadores….todos los héroes del presidente), premios a los que violaron la ley y el interés nacional, pésimos negocios en términos de manejo del petróleo, el gas, el litio, el oro, la plata, la red troncal del Paraná, etc., prórroga de jurisdicción a organismos (CIADI) cooptados por el interés y la ideología de las mafias más poderosas del mundo, etc. Sin duda, estamos en presencia de la servidumbre (Javier Milei, Nicolás Posse, Guillermo Francos, Manuel Adorni, Julio Cordero, Horacio Marin, etc.) bien paga y mejor vestida de la oligarquía (nativa o extranjera) que impulsa una ley que debería llamarse: “bases y puntos de partida para la sumisión, el saqueo y empobrecimiento del 75% de los argentinos”.

El Senado con honor, sentido de grandeza, fraternidad con el pueblo y compromiso con los destinos de la Patria; debe rechazar esta ley infame. Herramienta inadecuada, que en manos de un loco, se torna destructiva para la integridad territorial, económica, social y cultural de los argentinos. Por hoy, no digo más.

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