«Que tengamos acordado un sendero de precios claros para la gente en las góndolas es clave», sostuvo el ministro y candidato presidencial.
El gobierno respondió este miércoles a la demanda de soluciones a la emergencia denunciada por industriales y productores del sector lechero, otorgándole la suspensión por 90 días a las retenciones sobre las exportaciones del sector y un aumento del 20 por ciento de las cuotas de compensación corrrespondientes al Programa de Impulso Tambero para pequeñas y medianas unidades de ordeñe. A cambio, el ministro de Economía, Sergio Massa, les exigió a los industriales que la mejora en su rentabilidad se traslade al precio que reciben los productores y, a la vez, garanticen que «los precios de los lácteos en góndolas «se queden quietos en los próximos 90 días».
En una impactante carta dirigida al ministro y a su secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Juan José Bahillo, diversas entidades del sector habían expresado, un par de semanas atrás, su preocupación por la fuerte crisis que atraviesa el sector y proponían la quita de derechos de exportación, entre otras medidas paliativas.
Entre estas últimas, acelerar los pagos de subsidios correspondientes al Programa Impulso Tambero, la fijación de un dólar especial para las exportaciones del sector equivalente al sistema Dólar Soja, autorizar las licencias de importación (SIRA) para el sector y acelerar la liquidación de las divisas, y modificar los precios de referencia de Aduana a las modificación de los valores internacionales (actualmente en baja). La expresión englobó a diversos segmentos de la actividad, pero no a CRA ni a la Sociedad Rural.
Massa concurrió este miércoles a un acto con industriales, productores y sindicalistas del sector en la localidad de Pilar, en el interior de la provincia de Santa Fe, en el que hizo un reconocimiento de la gravedad de la situación por la que atravesó el sector, pero ofreció respuestas concretas: suspensión de las retenciones por 90 días y ampliación del Programa Impulso Tambero, tanto en su extensión (estará vigente hasta fin de año) como en el monto del subsidio, que aumentará en un 20 por ciento.
Es decir, que la compensación de 20 pesos por litro que recibía cada tambo de hasta 1500 litros de producción diaria, y de 15 pesos por litro para tambos en la franja de más de 1500 y hasta 7000 litros, ahora pasarán a ser de 24 y 18 pesos, respectivamente. El tope de compensación a recibir por cada tambo se fijó en 800 mil pesos mensuales.
Los derechos de exportación (o retenciones) sobre los productos lácteos, que por mucho tiempo quedaron fijados en 4,5 por ciento, pasarán al cero por ciento hasta el 20 de diciembre. El doble compromiso que le reclamó Massa a la industria en Santa Fe fue que dicha mejora en los ingresos se traslade al precio de la leche que recibe el producto tambero, y a su vez no se refleje en un aumento de los precios de los productos lácteos en las góndolas.
«El tema de los precios y de que tengamos acordado un sendero de precios claros para la gente en los próximos 90 días en las góndolas es clave. Y es clave también que el esfuerzo llegue al productor, porque si bajamos retenciones y el productor no ve una mejora en el precio, no habrá servido para nada en términos de volúmenes», aseguró Massa.
El titular de la cartera económica remarcó que «el primer compromiso es que el precio mejorado llegue a los productores y el segundo es que el precio de la góndola se nos quede quieto en los próximos 90 días, para que cuando la gente vaya a comprar, se encuentre con los mismos precios. Tienen que haber un compromiso de punta a punta de la cadena».
En su primera edición, el Programa de Impulso Tambero se implementó para compensar la suba en los costos de los alimentos balanceados provocados, por un lado, por los sucesivos programas de Dólar Soja y Dólar Agro, pero también por impacto de la sequía. La suspensión de los derechos de exportación, a su vez, se interpreta como una forma de incentivo a las ventas al exterior frente a la baja de los precios internacionales de la leche en polvo.
«La leche y sus derivados son clave en la canasta básica, pero también son clave en la producción de proteínas para vender al mundo y ocupar más mercado para generar dólares para la Argentina; hoy estamos en una transición, por el contexto electoral y porque están en emergencia; el 10 de diciembre sentémonos a planificar los próximos cuatro años del sector», concluyó el ministro y a la vez candidato a presidente por Unión por la Patria.