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OPINIÓN

Reflexiones sobre el fin de la grieta por Aldo Duzdevich

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«Si hay algo que ha quedado claro en esta elección, es que la grieta se murió, y empieza una nueva etapa desde el 10 de diciembre en mi gobierno”

Así terminaba Sergio Massa su discurso de triunfo. Aunque su esfuerzo personal y la oportunidad lo merecía, no mostró triunfalismo, ni siquiera disimulada alegría. En contraste con los gritos desaforados de Milei, y el llanto enojoso de la Bullrich, Massa se presentó como un hombre de estado, reflexivo, sereno, consciente de la situación y de las dificultades que restan por delante.

¿De qué grieta hablamos?

Esta discusión la he tenido muchas veces con compañeros. Y lo que suele suceder es que nos enredamos en un debate semántico. De qué grieta hablamos, qué significado le damos a esa palabra.

Está claro que existe la confrontación de dos proyectos de país, el país agro-exportador dependiente, contra el país del desarrollo tecnológico, industrial, soberano y con justicia social. Pero, a eso, no lo llamo grieta, sino confrontación de dos modelos.

La otra versión más vinculada al materialismo dialéctico entiende la grieta como expresión de la lucha de clases, el proletariado contra la burguesía. Tampoco es la idea.

La grieta según Francisco

Lo que intento significar con la palabra grieta, lo define muy bien nuestro Papa Francisco en su Encíclica Fratelli Tutti:

“Hoy en muchos países se utiliza el mecanismo político de exasperar, exacerbar y polarizar. Por diversos caminos se niega a otros el derecho a existir y a opinar, y para ello se acude a la estrategia de ridiculizarlos, sospechar de ellos, cercarlos. No se recoge su parte de verdad, sus valores, y de este modo la sociedad se empobrece y se reduce a la prepotencia del más fuerte.”

“La política ya no es así una discusión sana sobre proyectos a largo plazo, para el desarrollo de todos y el bien común, sino sólo recetas inmediatistas de marketing que encuentran en la destrucción del otro el recurso más eficaz. En este juego mezquino de las descalificaciones, el debate es manipulado hacia el estado permanente de cuestionamiento y confrontación.”

“En esta pugna de intereses que nos enfrenta a todos contra todos, donde vencer pasa a ser sinónimo de destruir, ¿cómo es posible levantar la cabeza para reconocer al vecino o para ponerse al lado del que está caído en el camino? Un proyecto con grandes objetivos para el desarrollo de toda la humanidad hoy suena a delirio.”

Esto ya no lo dice Francisco, la grieta parte de exacerbar la política binaria : buenos y malos, blanco o negro. Uno pertenece al bando de los buenos, y todo lo de su bando es bueno y justificable. Todo lo del bando contrario es malo, y no merece ser ni escuchado.

Un repaso histórico de la grieta

Hay quienes afirman que la grieta existió desde siempre, que viene de 1810 y siguió con los unitarios y federales. La verdad no me voy a remontar tan lejos en nuestra historia.

Si creo que la que llegó hasta nuestros días, fue la del peronismo- antiperonismo, que nació poco antes del 17 de octubre de 1945, se profundizó después de 1952 y nos dejó al borde de una guerra civil a fines de 1955. El golpe de 1955 a diferencia de los posteriores, fue un golpe con gran participación civil. En la ciudad de Córdoba hubo entre 1500 y 3000 Comandos Civiles Revolucionarios armados, mayoritariamente estudiantes universitarios y secundarios.

Entre esos militantes anti-peronistas, hubo muchos jóvenes católicos, e intelectuales nacionalistas e izquierdistas, que en los setenta fueron grandes militantes del llamado campo popular.

Esa versión de la grieta peronismo-antiperonismo, se empezó a diluir a los pocos años de la llamada Revolución Libertadora, producto del desencanto y frustración de las fuerzas civiles que habían participado en el golpe contra Perón.

Perón en sus largos años de exilio, comenzó una lenta y trabajosa tarea de reencuentro con sus viejos adversarios.

Cuando ingresamos en los años setenta, después del golpe de Onganía en 1966, ya el eje de la confrontación política, paso a ser civiles contra militares. En el Cordobazo y Rosariazo jóvenes comunistas, radicales y peronistas estaban en las calles peleando codo a codo. Y, cuando llegamos a 1973, la grieta peronismo-anti-peronismo, era cosa de un pasado lejano.

El Perón que regresa del exilio, es el Perón de la Unidad Nacional, del abrazo con Balbin ( justamente un 19 de noviembre de 1972 ) y de la convocatoria a otros dirigentes que habían sido duramente opositores a sus gobiernos. Es el Perón que plantea el Modelo Argentino para el Proyecto Nacional. Que se frustra con su temprana desaparición en 1974.

Vivimos la larga noche del proceso, luego Malvinas y el retorno a la Democracia con Raúl Alfonsín. Aunque la disputa era radicalismo-peronismo, no estaba dado en términos de grieta. Incluso cuando se produjeron los levantamientos los militares cuestionando la democracia, Luder, Cafiero, y hasta el joven Manzano, estuvieron en el balcón apoyando a Alfonsín. En el periodo de Menem tampoco reapareció esa grieta. No la hubo con De La Rúa, y Duhalde fue un gobierno de conciliación. Finalmente, Nestor Kirchner, incorporó la idea de la transversalidad, convocando radicales y de otros partidos a su gobierno.

Recién en 2008 cuando estalló la crisis con el campo, reapareció un anti-peronismo furioso que había estado larvado 50 años. ¿Quién la inicio? Nunca queda claro quien disparó el primer agravio. Pero sin duda los medios concentrados como Clarín (que habían acompañado a Nestor en sus primeros cuatro años) fueron los principales promotores.

Pero de nuestro lado cobraron fuerzas las teorías de Ernesto Laclau, quien tuvo gran influencia sobre Cristina y su núcleo mas cercano. Laclau desarrolló su teoría del populismo, que considera útil crear una identidad colectiva, a través de la construcción de antagonismos políticos. También desarrolló la idea de la hegemonía, un proceso, mediante el cual, un grupo político logra establecer su dominio en la sociedad, al construir una coalición amplia de apoyo, y establecer su visión del mundo como la visión comúnmente aceptada.

Y, la verdad, es que las ideas de Laclau tuvieron cierto éxito, y nos permitieron sostener una mayoría ganadora hasta 2015.

Pero, esta búsqueda de imponer una mayoría hegemónica, tuvo su contraparte con Macri, que entendió la mecánica de los antagonismos y reunió una fuerza opositora que ganó en 2015.

En 2019 el núcleo duro de nuestro proyecto, no alcanzaba para ganarle al macrismo, y tuvimos que ofrecer una versión mas amplia, menos hegemónica que fue la candidatura de Alberto Fernandez.

Así llegamos al 2023, con un macrismo frotándose la manos, porque los números de la grieta le aseguraban un cómodo triunfo. Pero, apareció el cisne negro, que nadie esperaba. Bullrich afirmada en la grieta, basó su campaña de terminar con el kirchnerismo, que era la receta valida para una sociedad partida en dos.

Pero, como vimos, esa estrategia tuvo dos debilidades. Una: Sergio Massa no es la mejor expresión del kirchnerismo. Y dos, Milei arremetió contra los que muchos interpretan responsables de la crisis, macrismo y kirchnerismo juntos, a quienes apellidó casta, tomando el y
El resultado del domingo 22, dejó como único retador a Milei, quien rápidamente cambió el frente de ataque. Ya no va contra la casta, ahora va contra el kirchnerismo, para traccionar los votos de Bullrich y de Schiaretti.

Si la segunda hubiese sido Bullrich, estaríamos en un grave problema. Seguramente ella hubiera podido captar el 90 o 100 % de los votos de Milei.

Massa y el fin de la grieta

Convengamos que Massa era y es el dirigente de nuestro espacio más adecuado para convocar el fin a la grieta. En esa misma sintonía estaban Larreta y Schiaretti, pero ambos quedaron fuera de juego. Sin embargo, no es la voluntad de los antagonistas lo que puede poner fin a la confrontación, sino la amenaza de un tercero, que viene a poner en riesgo todo el sistema institucional argentino. Grave riesgo, que nos esta obligando a bajar las espadas, olvidar agravios y deponer actitudes, para intentar un gobierno de salvación nacional.

Acá vuelvo al Perón del 1 de Mayo de 1974, cuando anuncia el Modelo Argentino: “Otros países que han elaborado un proyecto nacional tuvieron uno de dos elementos en su ayuda: o siglos para pensarse a sí mismos, o el catalizador de la agresión externa. Nosotros no tenemos ni una ni otra cosa.r Por ello, la incitación para redactar nuestro propio modelo tiene que venir simplemente de nuestra toma de conciencia”.

Bueno, aquí no estamos en el caso de una agresión externa. Estamos en un peligroso riesgo de agresión interna. Entonces, o somos capaces de sentarnos con los radicales, los cordobesistas, los larretistas moderados para como dijo Massa “diseñar y pactar diez políticas de estado para los próximos veinte años”, o el 19 de noviembre sufriremos la la peor de las catástrofes, producto de nuestro sect unarismo y nuestra imposibilidad de pensar en grande.

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OPINIÓN

«Milei viola la Ley», por Mario Mazzitelli

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La ley de blanqueo de activos en negro (N° 27.743, Régimen de Regularización de Activos) que entró en vigencia el 8 de julio de 2024, fue reglamentada por la AFIP a través de la Resolución General N° 5528/2024 y publicada en el Boletín Oficial el 17 de julio de 2024. En su artículo 21 dice: “Los sujetos que adhieran al presente régimen no podrán inscribirse en otros regímenes similares, cualquiera fuera su denominación, hasta el 31 de diciembre de 2038”. Es decir, llegaron los libertarios, impulsaron un nuevo blanqueo para exteriorizar lo que se tenía escondido y quien lo hiciera no tendría otra oportunidad hasta el 1 de enero de 2039.

Sin embargo, ya vencidos los plazos para blanquear, el presidente de la Nación a través de su ministro Luis “Toto” Caputo, se dispone a hacer una prórroga. No solo eso, desnaturalizando esta advertencia que imponía la AFIP, abre la posibilidad de un libertinaje sin control. Lo dice el Toto: “no habrá que dar explicaciones sobre lo que gastes”. Se permitirá pagar con dólares que no fueron declarados y no se le pedirá explicaciones a nadie. Por lo menos así será la voluntad política del Poder Ejecutivo. De esta manera se viola la ley, porque el blanqueo sería de hecho y no de derecho.

No es raro. Para quién no cree en la democracia, violar la ley es natural. Con ella va la falta de respeto al Congreso, la Constitución y la República (con su división de poderes, controles, contrapesos y exigencias) obstáculos despreciables que les impiden (a los amigos del poder dueños de grandes masas de dinero) optimizar la tasa de ganancia sin que el Estado Nacional o el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) los moleste.

¿Por qué violarla? Porque, no alcanza con el blanqueo, ni con el nuevo crédito ilegal del FMI, ni con el recurrente curro parasitario del “carry trade” (bicicleta financiera) y hay que mantener la «plata dulce», el dólar barato (somos uno de los países más caros del mundo en dólares), sostener la transitoria mejoría del poder adquisitivo (aunque la inmensa mayoría sufra ingresos insuficiente) y vigorizar las expectativas para las elecciones de octubre (una suerte de demagogia berreta con dólares ajenos)

Pero el violador serial de leyes está planteando algo más grave que un blanqueo. «Lo que vamos a hacer es que la gente esté más proclive a sacar sus dólares del colchón, caja de seguridad o de donde sea y gastarlos». Lo que plantean es un lavado a mansalva. Con la complicidad del FMI y su directora gerente Kristalina Georgieva. No, no son los dólares del colchón el asunto de fondo. No es el permiso infantil para que un vecino que ahorró U$S 500 (quinientos dólares) pueda cambiar el lavarropas o comprarle un juguete a su hijo para el cumpleaños. Eso siempre se hizo y no es el tema. Esa es la máscara.

El asunto es la posibilidad que entren dólares del narcotráfico internacional, el tráfico de armas, de personas, la venta ilegal de petróleo, etc. Si ellos pueden traer sus dólares (sin blanquearlos y eludiendo todo tipo de control) para luego transformarlos en cualquier activo (tierras, viviendas, industrias, comercios, etc. y hasta áreas estratégicas de nuestra economía a través de testaferros) sin que nadie le pregunte nada, cartón lleno.

Habrán creado un “infierno o paraíso fiscal” donde los delincuentes de todo tipo encontrarán un espacio apacible donde disfrutar sus desfalcos. Y, donde «los argentinos de bien» deberán estar atentos para no ser víctimas de un régimen tan degradado moralmente, que la afirmación discepoliana «la panza es reina y el dinero es Dios», no termine dando por tierra con las ilusiones de una “libertad” decente, así transformada en libertinaje de la peor calaña.

Observemos algo más. El séquito de adulones, alcahuetes y cipayos que rodean a JM quieren elevarlo a la categoría de emperador (Santiago Caputo y su cuenta en X @MileiEmperador, es una prueba. Otra son las imágenes que muestran al ex panelista de TV con los atributos y vestimenta de emperador romano) En esta ficción, Marco Aurelio es el personaje a emular. Por eso Milei repite sus palabras. Pero ojo!!! Qué corrijan el GPS. Por la ruta que están yendo, no van a llegar a Marco Aurelio, más probable es que lleguen a Calígula. ¿Será qué en el fondo es su deseo íntimo? Mal augurio para la tan mentada República.

Lo que sabemos es que la capacidad de destrucción de este gobierno es inmensa. Algo así como una bomba neutrónica, que deja en pie todo lo visible, pero atraviesa las entrañas, el corazón y la humanidad de millones de personas inocentes. Inocentes en el doble sentido de la palabra.

No se trata de un acto de gobierno. Es un acto de corrupción.

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INTERNACIONALES

«Un laboratorio de exterminio en tiempo real», por Lina Merino

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Desde hace décadas, Palestina ha sido el escenario de una violencia estructural y colonial. Pero, con especial crudeza desde octubre de 2023, Gaza ha dejado de ser solamente una zona de violencia y resistencia para convertirse en algo mucho más siniestro: un genocidio investigado por la Corte Penal Internacional a petición de Sudáfrica y más de 50 países del mundo.

En ese marco, el Estado de Israel ha desplegado todo un laboratorio, en tiempo real, de las guerras del futuro. Netanyahu ha desplegado en el enclave a las Fuerzas de Defensa de Israel con toda una batería de tecnologías de inteligencia artificial (IA), aprendizaje automático, sistemas de reconocimiento biométrico y análisis predictivo, todo aplicado a la conducción de operaciones bélicas, al control de la población y a la selección de objetivos. No se trata sólo de una nueva táctica: es un salto cualitativo en la forma de hacer la guerra, acorde a la nueva fase en el modo de producción capitalista.

En este nuevo paradigma, la IA no reemplaza completamente al ser humano, pero lo despoja progresivamente de su capacidad crítica y su juicio ético. La toma de decisiones se automatiza. El tiempo operativo se reduce. El asesinato se vuelve una función matemática. Y lo más alarmante: el principio de distinción entre combatientes y civiles, piedra angular del derecho internacional humanitario, se diluye en el código binario de un algoritmo entrenado con datos incompletos, sesgados y anónimos.

Lavender, The Gospel y Where is Daddy?: la maquinaria algorítmica del exterminio

Uno de los sistemas más polémicos es Lavender, una base de datos impulsada por inteligencia artificial que analiza la información digital de los 2,3 millones de residentes de Gaza para determinar, mediante una calificación probabilística, su supuesta vinculación con Hamás o la Yihad Islámica. El sistema asigna un puntaje de peligrosidad que va del 1 al 100, y quienes obtienen las puntuaciones más altas son automáticamente marcados como blancos a eliminar, incluso sin pruebas concluyentes ni revisión humana sustantiva.

Este sistema ha sido responsable de más de 15.000 ataques entre octubre y noviembre de 2023, según la revista +972 Magazine. Su tasa de error —estimada en un 10%— ha sido considerada “tolerable” por las Fuerzas de Defensa de Israel. La implicancia es brutal: miles de personas han sido asesinadas por recomendación de un software, sin proceso judicial ni verificación humana exhaustiva.

Lavender no actúa solo. Está complementado por programas como Where is Daddy?, que rastrea a los individuos marcados por la IA y espera a que regresen a sus casas para lanzar un bombardeo que suele incluir a toda la familia. Otro sistema, llamado The Gospel, analiza datos de inteligencia para generar hasta 100 blancos diarios, priorizando infraestructura sospechada de estar vinculada a Hamás.

A estos se suma Fire Factory, un sistema que automatiza la planificación de ataques aéreos, asigna cargas de munición, propone cronogramas y reduce drásticamente el tiempo de decisión. La guerra, en este modelo,

se convierte en una operación logística desprovista de humanidad: eficiencia letal, con apariencia de precisión.

Vigilancia total: el “Facebook secreto” de los palestinos

Pero la violencia algorítmica no se limita a las bombas. También se aplica al control del territorio. El programa Blue Wolf, utilizado por el ejército israelí, captura imágenes de los rostros palestinos —incluidos niños y ancianos— y las compara con una base de datos de reconocimiento facial construida a partir de competiciones internas entre soldados, premiados por la cantidad de fotos recolectadas. Un exmilitar lo describió como “el Facebook secreto para palestinos”.

Además, en ciudades como Hebrón, se han instalado cámaras de escaneo facial que identifican automáticamente a los palestinos en puestos de control. El objetivo no es sólo el control: es la transformación de todo un pueblo en datos biométricos. Es la vigilancia masiva como política de dominación.

Empresas detrás del genocidio: la complicidad del complejo tecno-militar

Las tecnologías utilizadas por Israel en Gaza no son desarrolladas en un vacío. De acuerdo con una investigación de The Associated Press, empresas como Microsoft y OpenAI han brindado modelos de IA y servicios en la nube que fueron integrados en el proceso de selección de blancos militares durante los recientes ataques en Gaza y Líbano. Esta colaboración ha generado protestas internas en dichas compañías, cuyas y cuyos trabajadores han exigido explicaciones éticas frente al uso bélico de sus tecnologías.

Más allá del escándalo, lo que queda claro es que las principales corporaciones tecnológicas del mundo están participando activamente en el diseño de las guerras del siglo XXI. En el caso de Israel, estas herramientas forman parte de la doctrina de «fusión humano-máquina» que el actual comandante de la Unidad 8200 —bajo el seudónimo “General YS”— ha defendido en su libro The Human-Machine Team, publicado en 2021. Allí plantea abiertamente la necesidad de crear sistemas que superen el “cuello de botella humano” para localizar y aprobar objetivos durante los conflictos armados. La idea es simple y brutal: eliminar el juicio ético para acelerar la letalidad.

La guerra sin política: de Clausewitz a la distopía

Carl von Clausewitz afirmaba que “la guerra es la continuación de la política por otros medios” y que todo conflicto bélico está atravesado por una “trinidad” entre razón (la política), emoción (el pueblo) y azar (el ejército). En Gaza, esta trinidad ha sido sustituida por otra: el algoritmo, el dron y una horrorosa voluntad de exterminio. La IA no tiene política, ni pasiones, ni azar. Sólo procesa datos, probabilidades y márgenes de error aceptables.

La fricción, ese elemento caótico e imprevisible que para Clausewitz condicionaba toda estrategia militar, ha sido reemplazada por la falsa ilusión de una “inteligencia” sin “consciencia” que lava las culpas de decisiores políticos, empresarios tecnológicos, jerarcas castrenses,

soldados sahuesos y programadores, todos alimentando un espiral de supresión de su propia humanidad.

Cuando el juicio moral es sustituido por puntuaciones automatizadas, lo que se despliega no es una estrategia militar sino una forma de exterminio burocrática e industrial, tan bien caracterizada por Annah Arendt en “Eichhman en Jerusalén”.

La ética de la ciencia, borrada; la humanidad, anulada

El uso de IA por parte de Israel en Gaza es un acto de deshumanización sistemática. Los palestinos dejan de ser sujetos con derechos y nombres para convertirse en “objetivos de alto valor” según bases de datos opacas y algoritmos impersonales.

Los civiles son asesinados en bombardeos dirigidos, y sus nombres reemplazados por códigos numéricos. Sus hogares y sus hijos son sólo coordenadas GPS. El bombardeo de zonas residenciales, hospitales, escuelas y campos de refugiados no son “daños colaterales”, sino el resultado lógico de una política que “oculta” en las máquinas la decisión de matar.

Palestina es hoy el laboratorio de la guerra algorítmica con la complicidad y silencio de gran parte de la “comunidad” internacional. Lo que allí se prueba, pronto será exportado. La nueva fase del capitalismo, lejos de ser un camino de liberación tecnológica, se convierte así en una amenaza cuando es cooptada por el poder corporativo y colonial.

La IA puede ser una herramienta para el bien común, pero en manos de un poder deshumanizado, se convierte en el arma perfecta del exterminio. En Gaza no se está salvando a nadie: se está perfeccionando la técnica para matar sin remordimientos.

 

*Lina Merino es licenciada en Biotecnología y Biología Molecular, doctora en Ciencias Biológicas (UNLP), diplomada en género y gestión institucional (UNDEF), Profesora (UNAHUR), investigadora del Observatorio de Energía, Ciencia y Tecnología (OECyT) asociado a la plataforma Pueblo y Ciencia y al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).

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OPINIÓN

«Francisco en su camino a la eternidad», por José Conde Ramos

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Será inmortal su recuerdo, su valentía pasará del templo para compartir su rebeldía, su alegría, sus ansias, con los más débiles y con los que sufren las injusticias de un mundo desigual.

Será inmortal por su conducta, por ser un verdadero cordero de Dios. Acercó a Cristo a los descreídos, a los que habían perdido su fé y se fué erigiendo para el mundo todo, católicos y no católicos, en un ejemplo misericordioso de sacrificio y entrega a los desposeidos y en una barrera a los poderosos.

No será la figura sublime de estrofas sentidas, será sin dudas el Francisco valiente y contundente, que ha dejado huellas indelebles qué nos señalarán el camino del diálogo seguir a seguir para enfrentar la injusticia, las guerras que siempre tienen como víctima principal a los más vulnerables.

La trascendencia de Francisco va más allá de ese reconocimiento universal que lo distingue como el Papa de la alegría, de la humildad y la cercanía.

Algunos con necedad le reclamarán, que no volvió a su patria, la respuesta es simple, cuando fué ungido Papa, en ese instante se convirtió en un servidor del mundo.

Nos deja la recuperación de la Iglesia con un gran compromiso cristiano.

Nos deja su visión y su gran trabajo ecuménico.

Nos deja como compromiso cristiano estar del lado del desvalido y el mandato de tener olor a oveja y tener en Cristo la guía de nuestros actos comprometidos sin remilgos por un mundo mejor.

Nos faltará él en la tierra, pero nos deja el compromiso de ser cada día mejores gracias a la palabra de Cristo y a la guía que nos legó.

Gloria a Francisco y nuestros corazones a un hombre que dejó de manera imborrable para el mundo la importancia de ser justo.

Sepan los del Club San Lorenzo que no serán los únicos en llorarlo porque lo llorará un mundo entero.

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