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OPINIÓN

¿La tercera es la vencida? Por Pablo Payró

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Instituto Soberanía

A que viene Milei

La irrupción del denominado “fenómeno Milei”, meticulosamente construido desde hace un tiempo por los grandes medios de comunicación y las usinas ideológicas del poder real (que analizamos en otra nota)[1], ha impactado en la escena política al conocerse los resultados de las PASO a nivel nacional.

Las posibilidad cierta de que un representante de la ultraderecha argentina pueda hacerse del gobierno ha estimulado un intenso debate político que ha atravesado todos los sectores de la sociedad argentina como hace tiempo no se veía.

Poder desentrañar los objetivos que plantea este singular personaje, que sale del formato habitual de la denominada “vieja política” con un discurso “outsider” pretendidamente “novedoso” ante el fracaso de la política tradicional, es imprescindible de cara a lo que se juega en estas elecciones.

Para poder hacerlo, partiremos del análisis de algunos de los ejes del Plan de Gobierno y de la Plataforma Electoral de La Libertad Avanza, tratando de superar la superficialidad con la que los propios seguidores del “león” han pretendido presentarlo, con una catarata de “reels” y videos (formato particularmente influyente en el sector juvenil) en donde se busca hacer primar un supuesto “sentido común”, que como todos sabemos, es una construcción en la que, como veremos, los intereses de una minoría son presentados como el interés general.

El “mal ejemplo” argentino…

Argentina es un caso particular en lo que respecta a su desarrollo económico. Lo es, porque a diferencia de la mayoría de los países de Latinoamérica, dio pasos concretos en la posibilidad de un desarrollo industrial soberano logrado de la mano del impulso estatal. La experiencia del peronismo a mediados del siglo XX sustituyendo importaciones, logró hazañas impensadas para nuestra incipiente industria nacional: el desarrollo de la industria naval y la marina mercante, de la industria automotriz, aeronáutica y ferroviaria, el desarrollo de YPF y la producción de acero, el desarrollo en materia atómica, entre innumerables hitos por los cuales muchos sentimos profundo orgullo.

Una experiencia que marcó a fuego a clase obrera argentina, por las mejoras que implicó en las condiciones de vida de las grandes mayorías y por hacer realidad el sueño del pleno empleo. Fue justamente por esto el principal obstáculo para que las conquistas y derechos alcanzados pudieran ser borradas de un plumazo por aquellos sectores que se expresan en la histórica alianza de la oligarquía terrateniente con las grandes potencias extranjeras.

Históricamente las clases dominantes se han empeñado en este objetivo condenándonos a una inserción unilateral y superespecializada al mercado mundial como mero proveedor de materias primas.

Apertura económica / Reforma Laboral / Reforma del Estado / Reforma monetaria ¿Nuevas recetas?

Con la frase “Queremos volver a ser el granero del mundo”, las referencias a la Argentina oligárquica que le dio forma la generación del ’80, y una catarata de medidas se han presentado públicamente las acciones de gobierno, escalonadas en etapas.

Los objetivos y las medidas planteadas no dejan lugar a dudas. Vienen por todo, y quieren hacer realidad los sueños inconclusos de los sectores hegemónicos de las clases dominantes en Argentina.

Por un lado, los de la oligarquía terrateniente que históricamente ha tenido un peso determinante en la estructura económica argentina, y que si de parásitos hablamos (palabra que suele utilizar el libertario cuando se refiere a la casta política) no hay dudas que es un sector de que desde hace décadas tan sólo en concepto de renta, obtiene ingresos por us$ 10.000 millones al año. Las medidas para este sector, van desde la eliminación de las retenciones, la eliminación de los impuestos inmobiliarios rurales en todo el país, hasta la derogación de la Ley 26737 (Ley de tierras) para que “cualquier persona, nacional o extranjera, tenga libre acceso a la propiedad de la tierra”. Es decir, profundizar una matriz productiva que en las últimas décadas, ha concentrado y extranjerizado la propiedad de la tierra como nunca en su historia.

Por el otro, remachar el rol de Argentina como proveedor de materias primas, que las grandes potencias imperialistas han definido en la denominada división internacional del trabajo. Para esto es que se busca consolidar un modelo agro-minero-exportador, con un papel determinante en los diferentes eslabones de la cadena productiva de las grandes multinacionales, terminando con cualquier posibilidad de un desarrollo industrial independiente, que es el único que puede resolver en serio el drama del desempleo en Argentina.

Ninguno de los objetivos anteriores es posible de alcanzar sin terminar con las formas de organización y lucha del movimiento obrero argentino, que saben, es el obstáculo histórico para que puedan pasar todas estas reformas.

Miguel Ángel Punte, el asesor en temas laborales de Milei, plantea abiertamente que “la uberización [del trabajo] es algo inevitable”[2]., y aboga por la rebaja y liberalización de los aportes patronales, quitarle a los empleadores el rol de «agentes de retención» de los aportes sindicales con el objetivo de desfinanciar a los gremios (propuesta que ya fue implementada en Brasil en el gobierno de Temer y que implicó caídas de más del 90% de los aportes de la cuota sindical) , y sobre todo la posibilidad de que las paritarias deben negociarse de acuerdo a las posibilidades de cada empresa. Además afirma que decretaría a la educación y al transporte como servicios esenciales para evitar medidas de fuerza gremiales.

El objetivo que persigue Milei es claro: desfinanciar y quitar poder de fuego a los sindicatos, para naturalizar las formas de trabajo que se han desarrollado en la informalidad y precariedad para reducir el mal llamado “costo argentino”, aprovechando el desprestigio de algunos sectores de la dirigencia gremial, y demonizando a las organizaciones sociales que también han demostrado en todo estos años, capacidad de movilización y fuerza en la calle concreta para defender derechos.

Como veremos, nada de todo lo que se plantea es nuevo en la historia Argentina, ya se probó y las consecuencias aún las seguimos sufriendo en el presente…

A casi medio siglo del inicio de la larga noche de la dictadura, parece oportuno reflexionar sobre los principales objetivos de aquel fatídico proceso que se inició en 1976: por un lado, cortar de raíz al auge de luchas que recorría toda la Argentina y del cual el movimiento obrero fue su principal protagonista, y por el otro, terminar con el proceso de desarrollo industrial que nunca fue prioridad para la oligarquía argentina.

Salirse del plan que las grandes potencias a nivel mundial delinearon para estas latitudes le costó a la Argentina una generación diezmada. Poder emprender un desarrollo autónomo a favor de los intereses de las grandes mayorías es una tarea inconclusa, y es un camino históricamente contrapuesto a los intereses de las minorías que han obstaculizado la posibilidad de su concreción.

A sangre y fuego, la última dictadura militar logró avanzar en este objetivo, imponiendo un modelo económico en beneficio del capital extranjero y la oligarquía. El mismo sueño que durante algunas infames décadas se encarnó en la denominada generación del ’80, de la mano de Julio Argentino Roca y sus campañas de exterminio, que consolidó a la Argentina como el “granero del mundo”. Es el modelo de Argentina para pocos, que cada vez que puede, Javier Milei presenta como el ejemplo a seguir para “volver a ser?” una Argentina potencia mundial… A confesión de parte…

Fue así, que de la mano del inefable ministro de economía José Alfredo Martínez de Hoz, se dio paso a una brutal “apertura económica” que no fue más que la sistemática destrucción de ramas enteras de nuestra industria nacional a partir de la importación indiscriminada de productos manufacturados en el exterior. Y por sobre todas las cosas, el auge de la especulación financiera, a través de la Ley de Entidades Financieras y la Ley de Inversiones Extranjeras (aún vigentes) que fueron el marco legal que hizo posible una descomunal fuga de capitales, el endeudamiento externo, la extranjerización del sistema bancario y garantizó la remesa de divisas a las casas matrices de las grandes multinacionales que hicieron pie en la Argentina a partir de entonces. Se dio inicio así, a un profundo proceso de desindustrialización y reprimarización de la economía argentina, seguido de un peso cada vez mayor de los organismos financieros internaciones y las corporaciones extranjeras en la economía nacional.

Este objetivo histórico de las clases dominantes argentinas, sin dudas, tuvo una segunda vuelta de tuerca en la fatídica década de los ’90, con el inefable decálogo menemista de la reforma del Estado, que avanzó en un proceso de privatizaciones y entrega del patrimonio nacional inédito en la historia.

Por otro lado, avanzar en la desarticulación del movimiento obrero que a pesar de un contexto internacional desfavorable supo enfrentar los planes neoliberales (a diferencia de otros países de Latinoamérica en donde pudieron pasar sin mayores resistencias). El brutal crecimiento de la desocupación y la consecuente precarización de las relaciones laborales, fueron parte de los objetivos del plan de Menem – Cavallo. Sin embargo, no pudo lograrse el objetivo de acabar con la organización sindical y sus conquistas históricas (los convenios colectivos, las paritarias, el sistema jubilatorio, etc). Por el contrario, la necesidad de luchar contra el hambre y la pobreza, dio origen a nuevas formas de lucha, y el surgimiento del movimiento piquetero que los enfrentó en las calles y las rutas.

El padre de esta segundo fase del proceso de concentración y extranjerización económica, fue Domingo Cavallo (el mejor ministro de economía de la historia para Milei), el que diseño el “plan de convertibilidad”, la fórmula ficticia por la cual durante algunos años se pudo contener la inflación pero que terminó abruptamente con el “corralito” (la incautación de los fondos de los ahorristas) y la crisis que terminó estallando por los aires con la rebelión popular de diciembre de 2001 que por primera vez en la historia, mostró un camino para terminar con gobiernos entreguistas al servicio de los dictados del FMI.

Terminada la oleada neoliberal, nuevos vientos recorrieron Latinoamérica. En este proceso, hubo avances y retrocesos, pero en la gran mayoría de los gobiernos “progresistas” de la región no se avanzó en las transformaciones de fondo que hubieran sido necesarias para dar una vuelta definitiva de página. En Argentina se avanzó en conquistas de derechos importantes (la AUH, la recuperación de YPF, la estatización de las AFJP, el aborto, el matrimonio igualitario, la ley de medios, etc) pero no se modificaron las cuestiones centrales que perviven del modelo liberal: el comercio exterior y la banca continuaron en manos extranjeras y la tierra se siguió concentrando y extranjerizando como nunca antes.

Es innegable que ante la coyuntura urge unirse para evitar que expresiones fascistas y de la derecha más reaccionaria, puedan avanzar en sus planes. Para que este tercer intento por dar un nuevo paso para atrás en la historia no se haga realidad. Pero, también es cierto, que el presente de ajuste y sometimiento a los dictados del FMI, hace difícil mostrar una realidad que preanuncie un futuro mejor para los sectores populares. En esto radican los debates que habrá que dar luego en el seno del campo popular, para que alguna vez, los sueños inconclusos que podamos cumplir, sean los de aquellos que pelearon en los orígenes de nuestra patria por hacernos verdaderamente libres e iguales.

[1]https://infosoberana.com.ar/detras-del-leon/

[2] https://www.lanacion.com.ar/politica/la-reforma-laboral-de-milei-indemnizaciones-paritarias-y-el-golpe-que-prepara-contra-los-gremios-nid19082023/

OPINIÓN

«Brevísima reflexión sobre la Inteligencia artificial», por Gabriel Baum

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Nosotros no podemos ni debemos tomar la Inteligencia artificial que nos proponen de Norteamérica y tratar de adaptarla o regularla.

Es tecnología concebida en gigantes tecnológicos del Norte para sus necesidades y sus demandas. Ellos buscan automatizar todo tipo de tareas, porque tienen una población que envejece y envejecerá, carecen de trabajadores y quieren echar a los inmigrantes que serían los nuevos trabajadores, y nosotros necesitamos generar trabajo para millones de jóvenes pobres; ellos pretenden extender la vida de una población envejecida y nosotros necesitamos salud para millones de niños mal alimentados; y así, uno son la contracara del otro.

» No creo que sea un accidente que tengamos tanto énfasis en la automatización, cuando el futuro de la tecnología en este país está en mano de unas pocas empresas como Google, Amazon, Facebook, Microsoft, etc. que tienen la automatización algorítmica como su modelo de negocio.» (Daron Acemolgu, Premio Nobel de Economía 2024).

Nosotros tenemos que pensar al revés para poder diseñar las tecnologías que necesitamos. Sin embargo, veo que en nuestro país todo el mundo trata de refritar una vez más las tecnologías impuestas desde el norte.

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OPINIÓN

«Adolfo Rodríguez Saá marca el norte de la Buena Administración», por Luis Chervo

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Muchas veces me preguntan sobre si estos años de Democracia hubo o no puntos de alto nivel de la buena política, y en toda respuesta aparece siempre Adolfo Rodríguez Saá.

Creo que siempre la mejor manera de la valoración de un político es lo que piensa un adversario partidario y es por eso que siempre recurro en este punto a un libro escrito por un ex Diputado Provincial Puntano, Carlos Amondaraín, quien escribió un valioso libro de sus memorias y en la página 207 dice que”en 1989 el Dr Adolfo Rodríguez Saá inicia una agresiva política de obras públicas con la construcción de barrios, uno de 72 viviendas y otro de 34 viviendas al norte” de su pueblo, Buena Esperanza. Dice, además ”indudablemente esta obra fantástica le permitió a la localidad un avance significativo. Las 108 unidades contrastan con las únicas 10 que se habían hecho en los años de la Dictadura, hasta 1983”….

Esa pequeña postal significó ver en chiquito, lo que en grande hizo en 20 años de desarrollo, a lo largo y ancho de todo San Luis, en donde dejó 18 diques, que cambiaron el régimen de lluvias y favoreció los cultivos y los pastoreos de los animales, la erradicación de cientos de empresas, la realización de caminos para intercomunicar las personas y transportar mercaderías, escuelas, hospitales modelos, pero un hecho que trasciende, fundó a la única ciudad de la nueva democracia Argentina, llamada: La Punta.

Ahora uno puede pensar en los mismo tiempos, en la misma historia porque Adolfo pudo en San Luis, que estaba última en los índices de casi todos los conceptos productivos o de desarrollo humano, de las 23 Provincias y hoy día, se luce en los primeros lugares, de esos mismos eventos comparativos…..?

Yo lo conocí en el año 1987 en el Teatro Municipal de San Nicolás, en donde fue a dar una charla refrescando la importancia de mantener andando una Industria Nacional, en especial del acero, para alejarnos de la dependencia de los grandes mercado, en una mesa que compartimos con Naldo Brunelli (UOM), nuestro Amigo común, el Tati Vernet y él, me nos dijo”si no entendemos que en el orden de las cuentas públicas, en que el valor es sumar un peso sobre otro, y planificar un Estado Provincial efectivo, moderno, que contemple las primarias y secundarias necesidades de la Gente, no tenemos futuro y nuestra página con la historia tendrá pocos capítulos”….

Creo que con esa definición nos dijo casi todo, pero con el tiempo, fue observando, que le daba, valor, no solo en hacer, autopistas con luminarias inteligentes, sino a tener un fondo anticíclico, que seguro salvó a varios de sus sucesores, en más de una ocasión, sino de avanzar siempre con reformas para llegar a un Estado Provincial moderno, eficaz, lo que lo llevó a duplicar la población desde que tomó la Gobernación en 1983 y pudo entregar, a casi la mitad de la población un techo que devolvió para hacer más y más obra pública.

Cuando pasó por la Presidencia de la Nación, lanzó un plan de forestación de 3 millones de árboles, que años después fue premiado por la FAO, y debo decir, que esto no tiene nada que ver con ser de tal o cual Partido político, significa tener conciencia de los tiempos, voluntad política, y una nítida perspectiva de que hacer y cuándo hacerlo.

En el medio se reformó la Constitución Provincial, dando los nuevos derechos para que los ciudadanos recreen una sociedad más justa, solidaria y moderna.

Yo no solo hago este artículo como un acercamiento a la verdad de los hechos, sino al Amigo de corazón, que luego de tantos tiempos, sigo frecuentando y valorando, y el orgullo de haberlo podido acompañar en cada patriada electoral que nos convocó, a través del tiempo y haber demostrado que cuidando el peso, siendo creativo y responsable de no dañar esa confianza de los ciudadanos, que nos dan con el voto, se puede construir no solo paredes, calles, casas, sino un espíritu Nacional de una Argentinidad, que no se duerme y se resiste a ser atropellada por los desamores de turnos, que solo piensan en sus miserias personales y no en el bien de las mayorías.

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OPINIÓN

«Una actualización política y doctrinaria necesaria», por Jorge Rachid

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Estamos frente a un cambio epocal, que se corresponde con un nuevo mapa geopolítico internacional, que ha cambiado el eje del mundo. Una situación que se corresponde con los cambios que generaciones han vivido bajo el influjo hegemónico cultural neoliberal, desde hace décadas.
Dicha colonización ha penetrado, naturalizando situaciones, que en otros tiempos no hubiesen sido posibles, ante la resistencia de una conciencia compartida del pueblo, tendiente desde siempre, a la solidaridad social, que ha sido derrumbada por un individualismo que lleva a la comunidad a la diáspora social.
De ésta descripción se desprende que hemos perdido la batalla cultural y abandonada la siembra, en el espacio simbólico de la conciencia colectiva de los argentinos, que ha sido ocupado por el enemigo, que avanzó sin tropas ni necesidad de exponerse, con la colaboración activa de una dirigencia que desde el inicio de la democracia, nunca identificó claramente al enemigo y por esa razón no plantó batalla, con las excepciones necesarias de los años felices de Néstor y Cristina, que permitieron ampliar derechos, pero no llegaron a perforar el techo de la dependencia.
Esa dependencia es desde el inicio mismo de la apertura democrática, otorgada por el enemigo a través del Consenso de Washington, colocando al Mercado como ordenador social excluyente de cualquier otro modelo con un marco que se afianzó en la Constitución de 1994 con la fragmentación del país en políticas sociales, sanitarias, educativas, de seguridad social y previsionales, además de la política de Recursos Naturales a discreción de los Gobiernos Provinciales, para su comercialización. Ese instrumento no sólo fragmentó la Patria sino que comenzó a diluir el espíritu patriótico en las nuevas generaciones.
La pregunta es si alcanza el discurso que confronta con el régimen, abordando la agenda y las provocaciones del enemigo y si nuestra mirada construye un pensamiento superador, de la frivolidad superficial a la que ha sido sometida la política en tiempos neoliberales.
Es ahí donde surge con fuerza lo que llamamos el Perón Filosófico, una construcción del pensamiento desde una perspectiva diferente a la del enemigo, que impone dogmáticamente modelos de construcción social, basados en esquemas macro económicos, antiguos, perimidos, pétreos, arrasados en un mundo que al cambiar su orientación geopolítica al Multipolarismo, desnudó al imperialismo Unipolar hegemónico, surgido de la posguerra mundial, que fue creando instrumentos de dominación colonial, vigentes hasta hoy. Ese mundo cambió desde hace 25 años su orientación geopolítica.
Esa construcción del pensamiento filosófico americano, moreno, criollo, mestizo, inmigrante que deviene de la profundidad de la historia de luchas de emancipación, es la que nos da identidad y preserva la memoria de los pueblos latinoamericanos, de una Patria Matria Grande que nunca debió dejar de ser. Esa concepción “humanista y cristiana” como denomina el Perón filosófico, es un conjunto de ideas que sigue dando vigencia desde el pensamiento respuestas a las demandas actuales.
Las nuevas generaciones no encontraron en las ideas y acciones políticas que se desarrollaron en sus vivencias personales, respuestas a sus expectativas de proyectos de vida. Sus respuestas actuales, como nuevas generaciones, son acordes a las frustraciones personales y comunitarias que han provocado un enojo generalizado, estimulado por un enemigo que pretende siempre enterrar la política. Lo ha logrado por ahora.
Es que la acción político ideológica y doctrinaria, funge como instrumento de construcción del modelo social y productivo, biocéntrico, basado prioritariamente en los seres humanos y el cuidado de la naturaleza, como lo define el Papa Francisco
Es necesario conocer el cómo miran la realidad las nuevas generaciones, cómo elaboran sus ideas, que instrumentos tecnológicos utilizan para informarse, que pretenden como proyectos de vida, sus sueños y esperanzas, para poder penetrar un diálogo con idioma común intergeneracional.
Es la manera de poder volver a recuperar valores tanto patrióticos, como virtudes y valores con códigos de vida comunitaria, que privilegien la vida y la solidaridad social compartida, frente al odio constante destilado por el enemigo en su afán de provocar el caos permanente, funcional a sus intereses de dominación.
Las categorías que manejamos quienes atravesamos otras experiencias, no pueden ser volcadas en forma dogmática, ni pétrea, menos aun sin escuchar los planteos que devienen de un sistema que los asfixia y del cual los jóvenes quieren salir, aun sin destino, porque las categorías que les ofrecemos no llenan sus expectativas actuales.
Las doctrinas e ideologías son dinámicas, actualizadas a los nuevos escenarios, debiendo dar respuesta a las realidades emergentes, desde una mirada que siempre debe fortalecer las convicciones estratégicas, desde las cuales se intenta cambiar el modelo actual, opresor y dominante, por una sociedad más justa y un país más soberano.
El Modelo Social y Productivo Biocéntrico es una demanda pendiente de construcción de Comunidad Organizada como instrumento de poder real, instituyente basado en la Constitución Nacional que transforma al pueblo en protagonista activo de la democracia, si funciona como tal y no una actualidad del sistema, que sólo convoca a ser al pueblo testigo pasivo de la historia, en general traficada por los enemigos de la Patria, con poder real, que condicionan y conducen los procesos independientemente de la voluntad política expresada en las urnas.
La mentira, manipulación, tergiversación y ocultamiento de la realidad informativa por parte de redes organizadas y medios hegemónicos, es una barrera en la democracia a vencer, democratizando la palabra y reconstruyendo con agenda propia las utopías y esperanzas de un destino común, como Pueblo y como Patria, ambas categorías anteriores a las instituciones, previas a la independencia nacional y más lejos en el tiempo de la instalación de la democracia.
Una democracia limitada como la actual, supuesta herramienta de la voluntad popular, pero que hoy ha sido puesta en discusión en el mundo, al ser arrasada por la lógica de la financiarización de las economías mundiales, por parte de los Fondos Buitres, que han arrasado soberanías nacionales y provocado el resurgir del racismo fascista en el mundo.
Ese Perón filosófico es el único vigente, que siempre es evocado, pero poco leído o escuchado en sus pláticas sobre actualización política y doctrinaria, siendo una herramienta actual, porque organiza el pensamiento desde una mirada común, de un destino que necesita respuestas actuales, para recuperar el sentimiento patriótico, que ha sido borrado por la cultura neoliberal, que como todo proceso colonizador, necesita crear una nueva identidad al dominado y construir un relato propio del colonizador, ajeno a las propias vivencias e intereses de los pueblos.
Es un desafío pendiente, gestar un modelo solidario al calor de la lucha con movilización y organización, por la descolonización y liberación nacional. Es proceso largo resignificar la historia de luchas de nuestros Padres Fundadores y los pueblos latinoamericanos, ya que la apropiación del relato construye poder desde siempre, desde que alguien dijo: Tierra y otro dijo: Barco, que sabemos cómo se desarrolló, pero nunca terminó.
Jorge Rachid
CABA, 28 de noviembre de 2024

BIBLIOTECA
Carlos Astrada: El Juego existencial Ed. Babel
Mark Fisher: Las Leyes Espirituales de la Riqueza Ed, URANO
Juan D. Perón: Modelo Argentino para un Proyecto Nacional-Comunidad Organizada-Conducción Política. Todos Ed. Instituto J.D.Perón

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