El dirigente social Juan Grabois presentó en La Plata su último libro, «Los peores: Vagos, chorros, ocupas y violentos. Alegatos del humanismo cascoteado», acompañado en el escenario por el gobernador Axel Kicillof, con la moderación de la periodista Noelia Barral Grigera.
Asistieron también la ministra de Gobierno, Cristina Álvarez Rodríguez, la ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la Provincia, Estela Díaz, la diputada Natalia Zaracho, el diputado Itaí Hagman y la titular del Instituto Cultural bonaerense, Florencia Saintout. El libro que se presentó sólo está disponible como ebook, ya que agotó la primera tirada en papel y se aguarda la siguiente.
«Dicen que somos los peores, pero somos trabajadores de la economía popular», dijeron desde un video, proyectado sobre varias pantallas, las voces de quienes Grabois define como «verdaderos protagonistas» y que despertaron un sonoro y prolongado aplauso.
El clima en el gimnasio «Julio Costa», donde el club Platense suele jugar al basquet, no era exactamente el de la presentación de un libro. Pecheras de UTEP, remeras de Patria Grande y también de Madres de Plaza de Mayo, camisetas de la selección y globos celestes y blancos pusieron el color, mientras que el calor apareció fruto de la tarde de febrero y el techo de chapa, combinados con una multitud que llenó tribunas, campo de juego, pasillos y desbordó hasta la vereda de calle 21.
«El libro parodia las acusaciones con mucho humor y luego las analiza y rebate», adelantó Barral Grigera, y leyó para ejemplificar «los excluidos, cobren planes o no, trabajan. Si no, ¿de qué viven? Son desempleados, no desocupados».
Acerca del primer punto que aborda el libro, el mundo del trabajo y su futuro, Kicillof afirmó: «Lo que nos muestra la tele, además de ser agresivo, hace imposible discutir cuestiones tan trascendentes para los y las bonaerenses; porque cuando vas a los medios, lo grave es que te acusan de chorro, vago o de cualquier otra cosa, pero no podés defenderte aunque te den el micrófono, porque el formato no admite una argumentación ni un razonamiento», señaló el gobernador, que celebró la edición del libro. «A veces uno deja pasar cosas, porque responder o explicar es darle un valor de verdad que no merecen, pero alguna vez hay que hacerlo.»
«Si uno no entiende lo que pasa y sus causas, no puede transformar la realidad y se queda administrando lo que hay, que es muy feo», abrió Grabois, que con críticas a Alberto Fernández aprovechó la oportunidad para confirmar su candidatura presidencial.
«Axel es un funcionario que funciona, que nos da la esperanza de una continuidad de las políticas virtuosas del movimiento nacional en las primeras décadas del siglo», destacó a continuación.
«Hay una integralidad compleja entre la lucha por el poder político y la construcción de la comunidad organizada, a veces se producen fenómenos de encapsulamiento, las conducciones superiores se alejan de la realidad de sus pueblos», dijo Grabois. «A la hora de armar listas, un nuevo equilibrio sería 50 por ciento blancos y 50 negros, en vez de los tres tercios históricos del peronismo; pero necesitamos que los sectores excluidos se integren a las estructuras de poder», completó.
En un diálogo entre ambos dirigentes, Kicillof polemizó con el autor del libro al mostrar su desacuerdo con la afirmación que sostiene «que en todos los países, no sólo en el llamado tercer mundo, por la etapa del capitalismo que atravesamos, la exclusión y la falta de empleo van a ser crecientes y constantes».
«Mi hipótesis es operativa, aún si no es permanente, porque creo que esta situación del empleo va a durar muchos años y tiende a crecer», dijo Grabois. «Hay once millones de trabajadores en la economía popular o en tareas de cuidado, con un régimen distinto de derechos al del empleo tradicional». «Esto puede durar por lo menos veinte años y, frente a esto, proponemos una economía tripartita: un sector privado que agregue valor, no extractivo, un sector público eficiente y un sector coopertivizado, que genere valor social y ambiental, con una perspectiva de felicidad, con personas que son fines en sí mismos y no medios de otro», completó el dirigente social.
«Transformar los planes en trabajo es una frase mal construida. Los planes son parte del ingreso de gente que ya trabaja y mucho, es parte de la demagogia, no sólo de la derecha, sino también de algunos de nuestro propio campo», sentenció.
Reivindicando el modelo peronista, Kicillof tomó la posta y aseguró que la discusión no debería abordarse a partir de realidades «inexorables o inmodificables». «Hay etapas de retroceso, en las que crece la masa de argentinos excluidos, pero hay oportunidad de romper la dependencia, de tomar masas de recursos para el desarrollo y redistribuir ingresos, y yo no me resigno a que el desastre neoliberal sea inexpugnable», aseguró.
«Se puede revertir la desindustrialización, por supuesto que mientras tanto hay que ofrecer una vida digna a los excluidos, que no los estigmatice», afirmó el gobernador. «Es una cuestión de plazos», sentenció, que aprovechó la oportunidad para destacar el rol de los movimientos sociales.»Los gobiernos neoliberales consienten que los sectores populares se organicen de otro modo, porque entienden que de ese modo los van a molestar menos, yo les agradezco que durante el macrismo, molestaron un montón», dijo, entre aplausos.