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OPINIÓN

«Jauretche: una perspectiva epistemológica», por Ernesto Jauretche

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Este 13 de noviembre Jauretche cumpliría 123 años, pero por suerte no es posible; si renaciera se volvería a morir, tanto o mucho más acongojado que en 1974 cuando dejó este mundo.

En una aproximación periodística al término epistemología, podríamos decir que es una parte de la ciencia que busca responder a la pregunta sobre qué es posible llegar a conocer; o bien, que es la rama de la filosofía que estudia qué es y cómo se obtiene el conocimiento. También sería válido afirmar que la epistemología aborda el modo en que llegamos al saber y, para eso, se interroga sobre qué y a través de qué medios adquirimos y validamos el conocimiento, ya que como ciencia no sólo pone en tela de juicio los métodos sino que además distingue sobre algo más abstracto: las creencias impuestas.
Hasta aquí nada nuevo, no soy filósofo: Pero Arturo Jauretche parece que sí, y si no, le pega en el poste. Veamos.
Como punto de partida y reivindicando el método epistémico de Don Arturo, recordemos en la ocasión la significativa anécdota de Norberto Galasso de allá por los años 1958.
En medio del debate sobre el tratamiento de una ley sobre el divorcio, el historiador interroga a Jauretche: ”¿Usted, que es un hombre progresista, seguramente estará a favor del divorcio”. A lo que Jauretche responde: “Sí, pero hoy el problema de los jóvenes es casarse”, aludiendo a la crisis económica que afectaba al país. Es decir, Don Arturo fue al origen de las cosas y su entorno, no aventuró una conjetura sobre el fenómeno. Porque si no observamos el problema desde el momento y sus causas la pregunta es trivial y desvía la atención de la cuestión de fondo.
Jauretche pone las cosas sobre sus pies: tal vez ése sea el secreto de la epistemología jauretcheana. Lo que permite aventurar una teoría vista desde la realidad nacional, que contiene una proyección universal, tal como expresa el principio jauretcheano de que lo nacional es lo universal visto desde nosotros. Si hay un universal nuestro, lo nuestro también será universal

PREMISAS:
EL 17 DE OCTUBRE: paradigma: Los obreros son seres inferiores, ignorantes, sucios, desdentados y malvestidos.
Ruptura epistémica: El subsuelo de la patria sublevado.
EL CORDOBAZO: paradigma: Los jóvenes universitarios son revolucionarios y le dan ideología a la clase trabajadora.
Ruptura epistémica: Los obreros de la industria moderna van a la Universidad y concientizan a los estudiantes.
Son sólo un par de ejemplos. Los hay en las Zonceras a montones. Su obra sobre teoría política más notable es sin duda FORJA y la Década Infame, dentro de la cual abundan otros ejemplos de ruptura epistémica tanto de Arturo Jauretche como de Raúl Scalabrini Ortiz.

Principios de la teoría del conocimiento de nuestro paisano Jauretche
Primero: revisa y cuestiona los métodos consagrados de formulación del conocimiento, no desde los proporcionados por la academia sino a partir del mundo real y su examen metódico.
Segundo: entiende por ciencia toda aquella disciplina que pretenda producir u obtener conocimiento desde la observación de la realidad específica, sin rodeos ni interferencias propias o adquiridas en las casas de estudio a las que, a similitud de las que se aplica al ensillar el caballo para evitar espantos, llama anteojeras. Esto es, siempre mirar al frente.
Tercero: incorpora a la crítica, tanto en el procedimiento de la investigación como en su pedagogía, la ponderación contextual e histórica.
Cuarto: lejos de los lenguajes de secta de la vida académica, sin perder la hondura de sus cavilaciones, formula sus ideas desde una pedagogía criolla, llana y comprensible para cualquier lector, con lo que arrima la ciencia al pueblo.
Quinto: Pone en tela de juicio los métodos usados para distinguir un conocimiento válido de una creencia o una suposición, y valora el conocimiento según de dónde provenga.
Sexto: sintetiza el conocimiento vulgar con el discernimiento reflexivo fruto del pensamiento ilustrado en una didáctica accesible.
Séptimo: elige como interlocutores a los hombres y mujeres concretos del pueblo llano y rechaza la tentación de los prestigios administrados por los cenáculos del pensamiento adocenado por el colonialismo cultural.

Si Jauretche fuera un pensador europeo, estos principios serían motivo de tratamiento académico e incorporados como productos científicos tanto a las ciencias sociales como a la investigación en general que hoy se imparte en nuestras escuelas y universidades desde moldes importados.
El editor de su obra, Arturo Peña Lillo, que a mediados del siglo XX creó en el país una editorial dedicada a difundir el «pensamiento nacional» y falleció en Buenos Aires el 2 de enero de 2009 a los 91 años de edad, afirma que ”Jauretche es un pensador que se adelantó a su tiempo, y no se hizo un clásico universal porque no era europeo”. Peña Lillo, nacido en Valparaíso, Chile, ingresó a la Argentina para trabajar como alambrador en los extensos campos de la Patagonia. El que fue su principal editor y el autor de más de una docena de ensayos, trabaron su amistad en un viaje desde Bahía Blanca durante el cual, como era su costumbre, Jauretche relató verbalmente a su ocasional compañero ideas sobre la necesidad de relacionar la política nacional con el revisionismo histórico, en ciernes en esos tiempos. Al impulso de Peña se debe la publicación del primer ensayo de don Arturo Jauretche: Política nacional y revisionismo histórico, una de las piezas más relevantes de su manera de pensar en cuanto al cuestionamiento de la influencia de las premisas coloniales, y constituye, después de las formulaciones elaboradas desde FORJA, un claro ejemplo de lo que se da en llamar “ruptura epistémica” o lo que preferimos denominar cambio de paradigma en tanto proyecta su influencia de manera determinante sobre las transformaciones políticas ocurridas desde el nacimiento del peronismo en adelante.
Su principal editor dice (Memoria de Papel. Los hombres y las ideas de una época. Buenos Aires. Ediciones Continente): Formuló una teoría del conocimiento antes que Paulo Freire difundiera su Pedagogía del Oprimido, antes que Franz Fanon hiciera su parte con Los condenados de la tierra, antes que Armando Mattelart y Ariel Dorfman, que Marshall Mac Luhan y Noam Chomsky le pusieran título a la manufactura de los consensos. Y añade: Antes que Michael Foucault describiera la socialización por los recursos represivos del Estado, Jauretche ya había definido los mecanismos y la intelligentzia que constituyen la “superestructura cultural del coloniaje”.

Y bien. Vamos a ver qué dice al respecto el científico social argentino por excelencia hablando de los principios, métodos y resultados de esa disciplina.

En 1974 Jauretche brindó dos conferencias a salón lleno en la Universidad Nacional del Sur en Bahía Blanca. La primera el día 20 de mayo y se denominó «Introducción al estudio de la realidad nacional». La segunda tuvo lugar el 22 de mayo y se tituló «Método para el estudio de la realidad nacional». Ambas disertaciones fueron pronunciadas en el marco de la inauguración de un nuevo período del Área de Estudios de la Realidad Nacional y Latinoamericana perteneciente al Ciclo Básico Universitario. La noche del 24 partió hacia Buenos Aires en avión y en las primeras horas del día siguiente falleció en su departamento de la calle Esmeralda. Ni más ni menos que un 25 de mayo.

Las obras de Arturo Jauretche y de tantos otros pensadores del campo nacional han sido silenciadas durante años y Enfoques para un estudio de la realidad nacional, de cuya contratapa recogemos esta semblanza no ha sido la excepción. Penosamente, y de seguro sin la más mínima colaboración del azar, las grabaciones de aquellas conferencias han desaparecido del Archivo Histórico de la Universidad. Los textos, impresos cuantiosamente en pequeños libros de 18 hojas, escasean hoy y desde hace tiempo en las bibliotecas de la institución. De modo tal, la edición de la editorial Corregidor ocupa un lugar singular en la obra jauretcheana. No solo por tratarse de lo último que hizo Arturo Jauretche en vida. Tampoco por el contenido magistral de sus líneas al que el autor ya nos tiene acostumbrados. Sino por el implacable valor de recuperar un capital cultural halagado por la frustrada intención de ser censurado.
¿Qué es el conocimiento?, ¿deriva de la pura razón o de la experiencia? Jauretche responde aplicando la observación de la realidad a la materia a razonar.

 

Una forma de aplicar criterios epistemológicos es a través del uso de la creencia, la verdad y la justificación. El objetivo de aplicar estos puntos es asegurar satisfactoriamente que una creencia puede ser considerada conocimiento. Cualquiera tiene derecho a creer que lo que está pensando es la verdad.
El problema que ocurre hoy en Argentina es que aunque se sepa fehacientemente que son falsas, ciertas informaciones y creencias son aceptadas y adoptadas como ciertas. Sobran ejemplos como el que sentencia que el origen de la inflación es la emisión monetaria.
Y ello desnuda una demanda nacional urgente: Arturo Jauretche y Raúl Scalabrini Ortiz, entre tantos otros pensadores nacionales, no tienen relevo ni seguidores destacados. Porque así como Milei dice creer que los mejores años de la República fueron los de principios del siglo XX, aquellos tiempos que varias generaciones de argentinos enjuiciaron como “la colonia próspera”, hoy vuelven a regir paradigmas propios de los años de la llamada Década Infame.
Era natural que fuéramos una colonia británica; ni se lo advertía ni se imaginaba otra condición. Un manto de ilusión de progreso y de mentiras sobre la realidad adornaba los discursos políticos. Una superestructura republicana, legal, aprobada y consentida regía las formas de la convivencia y obligaba a alianzas y consensos estériles, se cultivaba una democracia de procedimientos para preservar la paz de los cementerios, las instituciones estatales funcionaban según un orden de clases, la enseñanza inculcaba que los vendepatria eran los civilizadores y los luchadores por la independencia salvajes, bandidos y corruptos, la libertad se celebraba fastuosamente cada 25 de mayo con desfiles militares y galas en el Colón, por doquier ondeaba la bandera azul y blanca, se cantaba el himno con emocionadas loas a la soberanía, la alusión al “pueblo”, absolutamente ausente en una cancha sin contrincante, era pura y desvergonzada demagogia. Una sociedad sometida voluntariamente, que admiraba a sus opresores y celebraba sus virtudes. Una sociedad que no supo, que nunca había aprendido a ser libre. La hoy tan alabada Argentina del Centenario. Que parece repetirse en un devenir histórico que lo justifica.
En lo que fue un prolongado empate histórico entre el peronismo como ideología de los trabajadores y la oligarquía y el imperio, agranda su laurel la cultura antiargentina sin evidentes connotaciones sociales, con sus extremidades y dispersiones hasta en los tópicos del pensamiento de vastas porciones de la sociedad argentina, independientemente de su condición cultural y de clase. Como si nunca hubiera existido el peronismo, hoy tan atado a las prebendas partidarias como el radicalismo de los años 30.
Hace falta una nueva revolución epistémica que no se piale en la contienda política menor de sus disputas partidarias por la curules y pedazos de gobierno. No es momento de discutir sobre esos acomodos, sino de desmoronar la víscera principal de la dependencia, desde sus bases estructurales.
Romper espiritual e intelectualmente con ella fue una hazaña del pensamiento forjista. Y, claro, naturalmente esa ruptura epistémica dio origen a una revolución. No será la primera vez que el pueblo argentino lo consiga. Es hora de cuestionar, como FORJA en sus días, el sistema en su conjunto, desde su arranque, para dar a luz a un nuevo movimiento nacional.
De esa proeza nació el peronismo. Creación pura; sin antecedentes. Ruptura epistémica con toda la teoría existente. Socialismo, fascismo, colectivismo, individualismo quedaron reducidas a meras etiquetas. Una ruptura epistémica filosófica, política y social acunó nuevos términos y concepciones, como la sociedad organizada, el tercermundismo, la versión cristiana de la ideología, la ética de la solidaridad, la gloria al héroe y el culto al caudillo, en reemplazo de una democracia de cartón.
No faltan en nuestros tiempos batallas populares ni claras denuncias reveladoras de la concupiscente voracidad capitalista comparables con procesos casi contemporáneos como la Revolución zapatista y la nacionalización del petróleo en México que inspiraron a los radicales de aquellos tiempos, pero son actualmente exóticas lecturas como Haya de la Torre, Ugarte, Mariátegui, José Martí, Blanco Fombona, etc. eliminados junto a otros “malditos” de las estanterías comerciales. Que si tienen reemplazo son lectura de la exigua contracultura, condenada por incultura. Tampoco se ignoran los procesos independentistas tanto de África y Palestina como de Honduras y Venezuela, pero son observados en general como las luchas de la civilización contra el terrorismo y no como cuando glorificábamos las epopeyas de Lumumba o la batalla de Argel, que desafiaban a potencias que parecían invencibles.
Los muchachos de FORJA, como los de hoy, tuvieron que lidiar contra sus propias convicciones coloniales y bregaron contra un antiimperialismo antiyanqui y de libre comercio cuando no prosoviético e hicieron frente a un antiimperialismo abstracto y romántico, Rubén Darío, José Enrique Rodó, etc., cuya copiosa prensa convirtió en próceres. Ni siquiera era que la dependencia fuera irrevocable; peor: era lo natural, lo lógico, el sentido común; tampoco se concebía como el saldo de la experiencia histórica y de las derrotas populares. Se había naturalizado la dependencia como alguna vez fue la esclavitud, defendida hasta por los propios esclavos.
Más aun, los forjistas debieron despreciar las imposturas hegemónicas de la cultura oficial impuestas por sus voceros, liderados por el diario La Nación (“guardaespaldas de Mitre” según Manzi). Hallaron al enemigo principal por labor intelectual y rastreo territorial en Buenos Aires durante las campañas electorales por Yrigoyen, casa por casa, barrio por barrio, provincia por provincia. Luego Política británica en el Río de la Plata e Historia de los ferrocarriles sembraron en los forjistas las bases de un antiimperialismo con nombre y apellido.
La crisis argentina actual no es de los Partidos sino de todo el sistema político, inepto para reconocer que la miseria del follaje proviene de sus raíces. Hablan de una crisis de representatividad, ¡bienvenida! sí, pero no busquemos culpables individuales; es todo el sistema que está podrido y no es más que el reflejo de una comunidad capturada por el señorío de la necesidad y la incertidumbre. Impera el sálvese quien pueda.
Habiendo un Presidente de la Nación que insulta, desprecia, maltrata, amenaza, elogia la violencia, ¿porque el ciudadano de a pie no podrá hacer lo mismo? Si puede robar, robará; si se le ocurre asesinar a su mujer lo hará; si puede violar menores lo hará, si consigue merca traficará. ¿Porqué no? No hay el ejemplo de un mandato moral de las clases dirigentes que lo frenen. Todo lo contrario; lo estimulan: ganador es el más fuerte, el que no tiene escrúpulos ni vergüenza.
Sabe que si lo pescar le harán pagar lo que otros por delitos mucho mayores jamás han expiado. Se echará el reprocha a sí mismo por su desprolijidad, pero no culpará a un poder judicial selectivo que premia a los ricos y castiga a los pobres, e irá a parar a un presidio, donde es sabido que los guardiacárceles son más corruptos que los pupilos y que es cuestión de saber asociarse entregando hasta el último resto de dignidad para acomodarse y pasarla bien. Mientras a los rebeldes se los mata.
Sin contención de una iglesia, un movimiento social, un club o una organización popular ese joven es pan comido para los narcotraficantes. Que Patricia escarmienta porque aprovechan la miseria que ella y su gobierno promueven.

Está todo permitido. Es una crisis moral la que abarca también a los partidos y sus dirigentes, así como a funcionarios que roban impunemente, que fugan cifras inauditas a paraísos que ocultan sus cuentas, que tienen fortunas incalculables, que negocian leyes y decretos con los dueños del país, que viajan por el mundo entregando el patrimonio de todos los argentinos y comprometen al país con regímenes criminales, ladrones y genocidas.

Esa es la verdadera crisis y no la de representatividad. Los autores de semejante latrocinio están a la vista, sin que sea posible escracharlos ni lincharlos, porque eso sí sería delito punible, y con todo rigor, por jueces de la misma calaña que los malhechores. Si hasta viene del Norte una señal que corrobora esa perversión, con los chistes racistas y despreciativos destinados a ganar votos en la campaña electoral de Trump, que medio mundo celebra como ocurrencias apenas irreverentes y por sobreentendido impunes.
Sin embargo, por eso mismo, vale la pena citar el ejemplo de los radicales forjistas que desafiaron a un sistema igual o peor que el actual. Con una fe irreductible aquellos argentinos ejercieron una prédica difusora de la realidad, con datos de la vida real, números concretos, revelaciones históricas y el cotejo con experiencias de pueblos victoriosos. Así fueron fundando un piso de creencias que, apoyadas en consignas patrióticas y apelaciones éticas y morales al margen de las ideologías dominantes, demolieron los principales paradigmas de la dependencia cultural.
Los forjistas fueron al meollo, a lo profundo, al vulgar motivo de la aceptación acrítica de la dependencia. Sin exteriorizarlo, como semilla de la dependencia se cultivaba la inferioridad racial, producto de la cultural fusión étnica entre lo indígena y lo español, del engendro maldito indo-afro-hispano que dio nacimiento al ser-americano, del gaucho bruto e ignorante, por definición incapaz, corrupto e indolente. Eso que significaba ser argentino en los años de la colonia próspera es lo que inculcan hoy los voceros del nuevo régimen colonial que gobierna el país, apuntando a un paraíso perdido.
El omnipresente Estados Unidos, la ancestral Gran Bretaña o la culta Francia y el Israel genocida son hoy los paradigmas de nuestro destino histórico cuando, en realidad, lo que se está imponiendo es el sistema que rige en Arabia Saudita o Guatemala. Estamos siendo nuevamente víctimas de un imperialismo tan naturalmente aceptado como justificada la colonización cultural.
Y, como todo lo obvio, la condición colonial es lo más difícil de descubrir.
Pero, en su marco, el que nació barrendero tendrá hijos que serán barrenderos, dijo Quaranta en 1955. Ahora, en 2024, Vidal: “Nadie que nace pobre va a la universidad”. Milei “La justicia social es una estafa”.
Ayer, como hoy, abatir semejantes convencimientos naturalizados en la conciencia popular exige un denodado esfuerzo intelectual, una nueva ruptura epistémica. De las decrepitas instituciones y su dirigencia nada que esperar.

No tengamos vergüenza de la actual dependencia, sino conciencia de su existencia y dominio, para poder elaborar nuevas instancias cognitivas capaces de crear un sistema de ideas políticas capaz de emanciparnos.
En este punto estamos hoy parados los argentinos bien nacidos. Repensando a dónde ir o venir, sin rumbo, conducción ni estrategia.
La incógnita no es filosófica: es política. Producto histórico del pensamiento forjista, de la revelación de la dependencia como demostración empírica de una realidad, nació nada más ni nada menos que el concepto de que no hay justicia social sin independencia económica y soberanía nacional.
Yrigoyen arengó a los forjistas: “Hay que empezar de nuevo”. Perón lo proclamó: “Mejor que decir es hacer. Mejor que prometer es realizar”.
Dirigentes políticos llamados opositores, incluidos Cristina y la Cámpora, los denominados movimientos sociales que disputan espacios electorales y los detritus del peronismo residual que aspiran acordar con el establishment, son parte del conservadurismo.
Vamos a pensar algo nuevo argentinos todavía!
Viva Perón
Viva la Patria
ERNESTO JAURETCHE
La Plata
02/11/2024

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OPINIÓN

«Bayan Obo», por Luis Chervo

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Desde hace unos meses comenzó en las redacciones a replicar estas dos palabras que significan la gran independencia.

Sí en algo un país necesita ser independencia es en el tema de la energía, por lo cual estaría dando este descubrimiento a China y a sus 1.400 millones de habitantes, energía por los próximos 60.000 años.

Las denominadas tierras raras, que hace pocos días hemos apreciado como el vice y el presidente de EEUU, han tratado de apoderarse de sus riquezas a cambio de un montón de chatarra de guerra que por meses han enviado a la Ucrania, digna que han perdido más de una generación, defendiendo sus familias y su territorio, más los cientos de heridos y maltrechos que deben haber quedado tras meses de disputa con el imperio Ruso y sus aliados.

Los minerales de las tierras raras sirven para las nuevas armas y medios de comunicación, más algunos avances en áreas determinadas como la medicina.

En medio de las estepas mongolas, existe algo llamado; torio, que es un elemento químico metálico de color blanco que es débilmente radiactivo, que fue descubierto por el año 1928.

El torio, marcará la independencia de los combustibles fósiles, lo cual cambiará el eje productivo y económico de la nueva humanidad, que con sus virtudes y defectos, nos golpea la puerta.

La creación de un reactor nuclear de sales fundidas, que otorga gran cantidad de energía, está a un soplo de la historia.

Los reactores actuales están alimentados a uranio 232, pero este torio, será 500 veces más abundante y se encuentra al menos en otras 232 zonas ya prefijadas en los dominios orientales.

En Argentina existe en suelo y agua, tanto la torita, como la torogumita y la monacita, minerales que tiene torio, lo cual explica el interés de empresarios tan despiertos en los últimos años, como los apellidos que siempre frecuentan la Casa Rosada.

A mí eso no me preocupa, si me importa que podamos entender que en esta independencia, la energética sigue siendo la más importante, cómo hay papeles escritos por el General Perón ya desde la década del 40 y del 50, que dio origen al estudio del Paraná Medio, que nunca llegó a ponerse en funcionamiento, a pesar que las Legislaturas de Entre Ríos y Santa Fe, dieron luz verde hace años, y que esto daba trabajo al menos a 15.000 trabajadores, por más de 10 años, y hubiese significado cobertura gratis por siempre para nuestra Patria y nos daba la posibilidad de exportar el sobrante a países limítrofes.

Si bien corremos desde atrás, la gatera la tenemos abierta desde el 10 de diciembre de 1983, por lo cual aprendamos y volvamos al cauce democrático, en una Argentina, en la cual está todo por hacerse.

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OPINIÓN

«A 52 años de las últimas elecciones proscriptivas», por Emilio Augusto Raffo

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Las intempestivas reformas electorales nos pueden llevar a un pasado no deseado?

El 11 de marzo de 1973 se realizaron las últimas elecciones con proscripción en la República Argentina, en las que Juan Domingo Perón no pudo participar y su lugar fue ocupado por Héctor José Cámpora, quien se impuso en estos comicios históricos.
Marcó un hito de esperanza republicana y de transformación, un período convulsionado por cierto desde muchos ángulos y puntos de vista.
Si bien la intención de dejar de lado al Movimiento Nacional y Popular tuvo su inicio encarcelando primero a Perón en 1945 luego de una tenaz oposición desde 1946, intentos de golpes de Estado, de tentativa incluso de asesinato del entonces Presidente, lo cierto es que producido el golpe de Estado de 1955 comenzó un proceso dictatorial, persecutorio, criminal y proscriptivo sin par hasta ese entonces.
En primer lugar, mediante un Bando Militar derogaron la Constitución Nacional, reformada constitucionalmente en 1949 y con ello, todas las normas que tendían a efectivizar un proceso de evolución. No sólo los derechos sociales, del trabajo, salud, sino la preservación de los recursos naturales, entre muchos otros.
Si bien se convocó a una Convención Constituyente para el año 1957, lo cierto es que la misma fue realizada con la proscripción del peronismo
Los dirigentes del entonces Partido Peronista y del Partido Peronista Femenino, fueron perseguidos y encarcelados, como lo fueran los dirigentes sindicales. Se habilitó, entre otros, el Presidio de Ushuaia para recluir ilegalmente a dirigentes del gobierno derrocado, con un doble objeto, someterlos a tormento en un lugar desolado y alejarlos de sus familiares y seres queridos como una forma más de ostensible violación de los derechos humanos.
Así como en junio de 1955 bombardearon la Plaza Mayo, en pleno mediodía, muriendo decenas de personas y miles de heridos, también fusilaron en junio de 1956 a partidarios y, en muchos casos inocentes, sin ningún tipo de miramientos. Debe recordarse en esa línea, los fusilamientos salvajes del general Juan José Valle y del Coronel Oscar Cogorno, entre muchos otros
Tampoco podemos olvidar el secuestro, vejamen, y robo del cuerpo de Eva Duarte de Perón y su ocultamiento durante 17 años.
Debemos agregar la prohibición por el decreto 4164/1956 de nombrar a Perón, Eva Perón, Peronismo, sus emblemas, silbar o tararear la música que los representaba, entre otras. Y de todo aquello que tuviera alguna referencia al gobierno derrocado.
El odio de clase fue exacerbado al nivel máximo, las expresiones del contraalmirante Arturo Rial lo reflejan “…Sepan ustedes que la Revolución Libertadora se hizo para que en este bendito país el hijo del barrendero muera barrendero…”.
También comenzó una proscripción de Perón y del peronismo que, de hecho, duró más de 18 años.
Cuando hoy, a 70 años de aquellos hechos, muchos incrédulos hablan de “grieta” parecen olvidar esta parte de la historia, un verdadero punto de partida y muro que dividió, y aún divide, a muchos compatriotas.
Durante el Gobierno de Arturo Frondizi, se habilitó al partido Unión Popular para que compitiera en las elecciones de la Provincia de Buenos Aires, resultando victoriosa la formula Framini-Anglada.
Como fórmula represiva la aplicación del PLAN CONINTES
Luego de las consabidas “presiones y cuestionamientos del Partido Militar” se anularon las elecciones y, como lógica consecuencia, fue derrocado el entonces Presidente.
Se habilitaron luego los denominados partidos “neoperonistas” y los partidos netamente provinciales creándose la entelequia de “partidos de distrito” cuya finalidad era, ni más ni menos, que la de minar al Movimiento Nacional Peronista, bajo una “pátina de democratización”. Parte de ello bajo el auspicio también, del denominado “peronismo sin Perón”.
Producidos los enfrentamientos militares de “azules y colorados” de 1962, se convoca a elecciones nacionales. El peronismo fue proscripto en esa elección retirándose las boletas de un candidato postulado por el Partido Demócrata Cristiano pero indudablemente peronista como lo era el Dr. Raúl Matera. Su Líder Juan Domingo Perón, propuso el voto en blanco, por lo cual ese Gobierno (en alguna medida viciada su legitimidad) asumió con un reducido caudal de apoyo cívico popular.
La Unión Cívica Radical del Pueblo postuló la formula Illia-Perette y obtuvo el 25,15 % de los sufragios, y el 19,72 % de los ciudadanos votaron en blanco, cifra superior a la obtenida por la Unión Cívica Radical Intransigente.
Asumido el Gobierno en octubre de 1963 se mantuvieron las normas proscriptivas ( aunque oxigenadas en las elecciones de medio término de 1964), negativa a la investigación de la desaparición de Felipe Vallese (ocurrida en 1962) como tampoco se esclarecieron los crimines de los obreros Mussy, Méndez y Retamar con motivo de la represión desatada por las manifestaciones convocadas por el CGT
Digamos, como al pasar, que el Gobierno derrocado tuvo que afrontar la sórdida lucha con los laboratorios y demás empresas afines, al impulsar la Ley de Medicamentos, (algo parecido ocurrió con el remanido tema de “las vacunas” para combatir el pandémico COVID 19.)
Resaltemos también un gran logro internacional como lo fue la Resolución 2025 de la ONU que disponía la negociación respecto de nuestras Islas Malvinas.

En 1966, se produce el derrocamiento del Gobierno de Arturo Illia, mediante la denominada “Revolución Argentina”, sus dirigentes gozaron de cierta inmunidad pese al derrocamiento (como no ocurriera históricamente con los dirigentes del peronismo).
Como una de sus primeras medidas, el Gobierno Golpista de 1966 dispuso la disolución de todos los partidos políticos y liquidación de sus bienes.
Este proceso proscriptivo se mantuvo inalterable hasta el 23 de septiembre de 1973.

ELECCIONES DEL 11 DE MARZO DE 1973.

Agotada la denominada Revolución Argentina por su propia inoperancia, endeudamiento que provocara una crisis económica sin par, debe también resaltarse –como ocurriera a partir de 1955– la ostensible violación de los Derechos Humanos en este período, la persecución, encarcelamiento y asesinato de militantes políticos se inicia el denominado proceso de institucionalización.
La masacre de Trelew del 22 de agosto de 1972 constituye un hecho paradigmático de ese accionar genocida, el cual fue enmarcado entre los delitos de lesa humanidad. La condena de sus autores fue confirmada tras 42 años de aquella matanza. El Capitán Sosa (uno de sus autores materiales) fue condenado a prisión perpetua. No cumplió ni un día en presión.
Como un aparente cambio hacia la democracia del gobierno autoritario, el recientemente asumido Alejandro Agustín Lanusse designa como ministro del Interior al dirigente del Radicalismo del Pueblo, Arturo Mor Roig, quién se desempeñara como presidente de la Cámara de Diputados del Gobierno de ese mismo partido depuesto por esa misma revolución. Algo inexplicable para propios y extraños.
Se dispone la reorganización de los partidos políticos, la devolución de los bienes, en el Estado y condiciones en los que se encontraban y comienza el proceso que desembocaría en las elecciones del 11 de marzo de 1973.
Se consagra una “Enmienda Constitucional” y se dictan normas tendientes, en apariencia, a enderezar un proceso republicano y democrático.
En primer lugar se dispone la unificación de los mandatos de todos los cargos públicos electivos, nacionales, provinciales y municipales y se modifica el sistema electoral, derogándose el de Colegio Electoral, y ordenándose la elección directa del Presidente y Vicepresidente de la Nación, y, como una suerte de artilugio tramposo, se implanta el sistema de “balotaje”, determinándose que resultaría ganador el que obtuviese la mayoría absoluta de los votos, lo que a la postre diera lugar a innumerables cuestionamientos, en tanto el principio indicaba que aquella fuerza que obtuviese al 50% más UNO de los votos resultaría ganadora, y desde el Gobierno y de algunos sectores afines pregonaban que el victorioso debía obtener, al menos, el 51% de los sufragios.
Como dato curioso debemos destacar que todos aquellos candidatos que superasen el 15% de los votos podían participar en la segunda vuelta. No era una disposición inocente.
Debemos también recordar que aquella época estaba caracterizada por los movimientos populares bajo la consigna del “luche y vuelve”, obviamente signada con el retorno del General Perón, a quién el gobierno Constitucional de Arturo Humberto Illia le impidiera retornar al país en el año 1964 (con intervención del entonces Canciller Zabala Ortiz del cual se dice participó en los Bombardeos de junio de 1955).
El ministro Mor Roig, y su grupo de elite (Spota, Morello, Belgrano Rawson, entre otros) idearon una norma que, en definitiva, se constituyera en el último acto proscriptivo de la política argentina, esto es mantener –de alguna manera– la prohibición de participar a Juan Domingo Perón.
Por un lado, sancionan una norma estableciendo como plazo para estar inscriptos en las listas provisionales, el día 31 de julio de 1972.
La ley, determinaba “…Los ciudadanos argentinos, de ambos sexos, que residan o se encuentren en el extranjero, deberán inscribirse en el registro electoral, antes del 31 de julio de 1972… debiendo presentarse ante el funcionario consular…” (arts. 2 y 3 ley 19688) y esta norma escondía en realidad como una piel de cordero la agazapada persecución y proscripción de Perón.
Esta era una de las tantas maniobras arteras de ese proceso.
El 27 de julio de 1972, la Junta de Comandantes en Jefe (órgano supremo de la República) incorpora en el Estatuto de la Revolución Argentina (norma constitucional máxima SIC) una disposición por la cual: “…quedan inhabilitados para ser candidatos (entre otros) quienes no se encontraran permanentemente en el país desde el 25 de agosto de 1972 hasta la realización del acto eleccionario…”
La proscripción de Juan Domingo Perón estaba en marcha
Esta norma tenía un único destinatario, el Líder del Movimiento Nacional Peronista, aunque aparecía la auto exclusión de Alejandro Lanusse y sus funcionarios, aunque esto era sólo una representación..
El General Perón retorna el 17 de noviembre de 1972, con un inmenso operativo para separar al pueblo de su Conductor circunstancia que pone en evidencia la disconformidad de someterse a los designios de la Dictadura. La campaña electoral se vio signada por hechos represivos y de violencia estatal que no es el caso relatar en estas líneas.
Las principales reglas electorales, al margen de la proscripción ya señalada para la elección presidencial, fueron:
· Voto directo en un solo distrito abarcando todo el país (el Estatuto Fundamental modificó en este aspecto la Constitución);
· Segunda vuelta electoral entre los candidatos que obtuviesen más del 15% de los votos, en caso de que ninguna fuerza obtuviera la mayoría absoluta en la primera vuelta (el Estatuto Fundamental modificó en este aspecto la Constitución).
· Mandato presidencial de cuatro años con posibilidad de una reelección inmediata (el Estatuto Fundamental modificó en este aspecto la Constitución)
Como dato, aparentemente inocente, digamos que algunos generales en actividad propusieron, el 7 de febrero de 1973 un compromiso público «hasta el 25 de mayo de 1977 con el objeto de garantizar la continuidad del proceso de institucionalización y la estabilidad del próximo gobierno», pero la Marina y la Aviación se negaron a asumir ese compromiso. Con lo cual quedaba claro que el Gobierno estaba herido de muerte aún antes de ser elegido.
El 8 de marzo finalizó la campaña electoral. Los días viernes 9 y sábado 10 –violando toda norma ética y veda electoral– la televisión difundió un mensaje del general Lanusse, en el que hizo notar claramente su rechazo al FREJULI y sostuvo que la población debería votar a un gobierno «realmente democrático», que garantizara que no hubiera nuevos golpes de Estado.
Así las cosas, hasta el anhelado 11 de marzo de 1973.
Una participación de casi el 86% de los sufragios demuestra hasta la evidencia la decisión y voluntad de participación popular. (más abajo se transcriben íntegramente los resultados)
La fórmula conformada por Héctor José Cámpora del Partido Justicialista y Vicente Solano Lima del Partido Conservador Popular, fue postulada por el Frente Justicialista de Liberación (FREJULI), obteniendo el 49,56% de los votos, menos de medio punto porcentual para ganar en primera vuelta según el sistema de balotaje.
Por su parte la Unión Cívica Radical, postuló el binomio Balbín – Gamond, acumulando un alejado 21,29%.
La tercera fuerza fue la Alianza Popular Federalista, (Manrique- Martínez Raymonda) con el 14,90% de los votos, y al no alcanzar el 15% que marcaba la norma automáticamente quedaba excluida de la segunda vuelta presidencial. Este guarismo impidió la concreción de una maniobra astuta y fraudulenta.
Ante esta situación los candidatos de la UCR retiraron su postulación quedando proclamada la formula Cámpora- Lima, la que finalmente asumiera el 25 de mayo de 1973.
Cámpora y Lima renunciaron luego de un brevísimo período de gobierno convocándose a las primeras elecciones libres y democráticas para el día 23 de setiembre de 1973 en las que triunfara ampliamente la formula Juan Domingo Perón y María Estela Martínez de Perón.
Como dije más arriba fue un proceso de anhelado espíritu democrático y transformador pero conmovido por las circunstancias históricas del momento que no es el caso analizar estas líneas.
Ese proceso fue aniquilado el 24 de marzo de 1976

EL PROCESO ELECTORAL DEL 2025

Si bien es cierto que la nota que antecede intenta hacer una referencia a un proceso histórico de nuestra República, en apariencia desterrado, no puedo dejar de hacer algún comentario, como una suerte de alerta, al proceso electoral del año en curso.
Digamos que, en principio, a partir del felizmente restaurado sistema republicano y democrático en 1983, las elecciones en la Argentina han sido transparentes, seguras y respondieron a la expresión genuina y libre de la ciudadanía, aun cuando las de 1985 fueron realizadas vigente el Estado de Sitio.
La alternancia en los Gobiernos reclamada ahora por la Corte Suprema de Justicia en una de las 24 jurisdicciones locales, es una prueba irrefutable de ello. Otro tanto ha ocurrido con lo comicios de medio término.
A vuelo de pájaro repasemos los comicios de 1989, 1999, 2003, 2015, 2019, 2023, incluso algunas de renovación legislativas (2009 un claro ejemplo de dicha aseveración).
Al escribir estas líneas debe ponerse de resalto una suerte de “estado de convulsión electoral” por la cual estamos atravesando.
El Gobierno Nacional ha impulsado, intempestivamente, dos reformas en la materia, (que fueran ya aprobadas por el congreso) esto es la incorporación de la Boleta Única Papel (BUE) y la suspensión transitoria de las Primarias Abiertas Simultaneas y Obligatorias (PASO).
Más allá de las bondades o no de los sistemas propuestos, de los argumentos para tildar de buenos, regulares o malos los regímenes ahora derogados, es lo cierto que se ha alterado ostensiblemente el statu quo de un sistema que hasta ahora ha venido garantizando los procesos electorales y la expresión genuina de la voluntad de la ciudadanía.
Me permito insistir, una vez más, en que desde la sociedad civil se ha reclamado no sólo que las reformas no deben ser sancionadas en años electorales, sino que, además y fundamentalmente, una vez aprobadas deben respetar un periodo de carencia.
Hay muchísimos elementos para fundamentar esta posición desde ONG´s y hasta presentaciones académicas en Congresos en la materia.
Debe resaltarse que la aprobación de las modificaciones por parte del Congreso Nacional, formalmente, deviene inobjetable toda vez que se ha aplicado la mayoría agravada que establece el art. 77 de la Constitución Nacional.
Nadie puede aventurar ahora si las mismas se compadecen con el apotegma jurídico que todo acto jurídico o ley debe tener en mira, esto es el mérito, oportunidad y conveniencia.
La referencia a los denominados Partidos de Distrito hecha en la parte principal de esta nota no es hoy casual. En efecto la suspensión de las PASO, puede presumirse razonablemente, tiene como objetivo encubierto poner en la grilla casi 800 partidos en el ámbito jurisdiccional federal y poder así entorpecer el accionar no sólo de los sectores de oposición sino también de aquellos sectores “amigables” que no obedezcan ciega y férreamente al actual Partido Gobernante, incluso de aquellos que han apoyado estas reformas.
Es lo cierto que, insisto, – y sean cuales fueran los argumentos que se invocaran para adoptar tal medida- y más allá de las bondades o no de las PASO estas en definitiva coadyuvaron a una suerte de ordenamiento de la política, de las postulaciones, propuestas programáticas, partidarias, etc.
Basta repasar las postulaciones presidenciales, de casi 40 cantidades a Presidentes del año 1983 pasamos a solo 5 en las últimas elecciones del 2023. (producto de un largo proceso pero afianzado a partir de la vigencia de las primarias abiertas).
Y este es una sistematización que en definitiva coadyuva al sistema democrático y representativo y favorece la selección por parte de la ciudadanía.
A partir de la suspensión de las PASO se abre un abanico de posibilidades, no hay que ser muy inteligentes pero tampoco ingenuos, con aproximadamente 800 partidos que estarán en la grilla en las próximas elecciones y contarán con la anuencia y beneplácito del oficialismo y el aprovechamiento que de ellos hagan los diversos sectores políticos con ansias de participación. Algo parecido ya ocurrió en los sesenta como relataba más arriba con los partidos neoperonistas.
Y en esto no estará fuera la cuestión de financiamiento. No es este tampoco un dato menor.
El art. 38 de la Constitución Nacional establece que “los partidos políticos son instituciones fundamentales del sistema democrático …”y que ella “ garantiza la competencia para la postulación de candidatos” y finaliza diciendo que: “ El Estado contribuye al sostenimiento económico de sus actividades y de la capacitación de sus dirigentes…”
No poseo información respecto a si se ha justipreciado la incidencia que la intervención de 800 partidos puede tener en el presupuesto nacional, más allá de la opción de hacer alianzas o frentes electorales, de los cuales recién nos anoticiaremos dos meses antes de los comicios
Aparecen con cierta nitidez las semejanzas y diferencias entre las elecciones de 1973 y las que se avecinan en octubre de 2025 y las reformas que se realizan en año electoral y sin periodo de carencia en su aplicación.
Para ello bien puede hacerse una comparación más cercana.
¿Hay algún antecedente semejante en tal sentido?
Me permito recordar acá una situación similar, esto es la sanción de la ley 25611 del 19 de junio de 2002 por la cual, como una reacción en la inteligencia de contrarrestar la crisis desatada a fines de 2001, se dispuso modificar el sistema imperante de elecciones cerradas o semi abiertas, por el de directamente abiertas.
Digamos que luego de varios intentos gubernamentales de menguar los inconvenientes en ciernes que la modificación abrupta del sistema podía aparejar, finalmente, ese mismo Congreso dispuso suspender ese mecanismo.
Incluso el Poder Judicial intervino y dictó sentencias en tal sentido.
Nada de ello, hasta ahora, ha ocurrido y nos encaminamos a una elección nacional de medio término, de momento, de imprevisibles consecuencias y que pueden razonablemente opacar nuestro sistema Democrático y Republicano.
Nadie pueden llamarse a engaño, pero tampoco pueden hacerse los distraídos, sea del sector que fuera o pertenezcan a cualquiera de los poderes Republicanos y Constitucionales ya sean nacionales o provinciales.

EMILIO AUGUSTO RAFFO.

A continuación una síntesis de los resultados de aquella elección.
FORMULA PARTIDO O ALIANZA VOTOS Y PORCENTAJE
Cámpora- Solano Lima FREJULI[1] 5.908.414 49,56 %
Balbín – Gamond UCR[2] 2.537.605 21.29 %
Manrique – Martínez Raymonda APF[3] 1.775.867 14,90 %
Alende- Sueldo APR[4] 855.201 7,43 %
Martínez – Bravo ARF[5] 347.215 2,91 %
Chamizo – Ondarts NF[6] 234.188 1,96 %
Ghioldi – Balestra PSD[7] 109.068 0,92%
Coral – Ciapponi PST[8] 73.796 0,62 %
Ramos – Silvetti FIP[9] 48.571 0,41 %
Votos Positivos 11.919.925 97,30 %
Votos en Blanco 279.859 2,29%
Votos Anulados 50.905 0,42 %
Participación 12.250.689 85.86 %
Abstenciones 2.006.102 14,07%
9 / 9
Electores Registrados 14.256.791 100 %

Nota de Emilio Augusto Raffo (experto en derecho electoral)

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INTERÉS

«El Cabús casi descarrila», por Luis Chervo

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En México, en el sur de EEUU, además de varios lugares de América, se le dice CABÚS o CABUZ, al último vagón de una formación de trenes, que por lo general es de color rojo o naranja, para ser bien identificado.

El sentido de ese último vagón, era a los efectos de llevar a unos empleados de la empresa de ferrocarriles, a los efectos de una emergencia, en la cual se descarrile, que la vía sea obstruida por un árbol o carreta, etc.

Cuando empezó la gestión Javier Milei, me fue dando la sensación que quiso colgarse de ese último vagón de EEUU y de Israel, lo cual considero que Perón sigue teniendo razón, y por lo cual la consideré un grave error.

Perón decía, que la verdadera política era la internacional, y que cuando una nueva gestión se hacía cargo de un País, lo primero era tener una buena lectura de ese paisaje internacional, describir bien los jugadores de turno, las perspectivas, las características de ese tiempo histórico, y en consecuencia actuar con pragmatismo, con racionalidad y paciencia para no poner en riesgo a nuestra Patria en riesgos innecesarios.

Evidentemente los últimos acontecimientos han desmantelado un ramo de flores que Milei, traía en la mano, casi inmaculado, pues el criptogay, descolocó al personaje y pasa a develar, los manejos internos que ya muchos conocían y contaban como las reuniones en tres mesas diversas en varios bares de CABA, por parte de la Sra Hermana, en donde se definían apoyos, se definían amistades y compromisos, evaluados por el mismo ojo clínico, que dicen que era bueno para calcular las cantidades de elementos para hacer tortas de frutilla, chocolate o vainilla.

Alejándonos del evento central de la historia, pues pensemos que por casualidad, en el mismo momento que se inscribió, se inició la $Libra, que se siga haciendo periodismo de amigos, etc, etc, el tema pasa por dichos recientes de Trump, en el cual dijo que Zelensky, es un Dictador, que Maduro no lo es más, que las fuerzas de la libertad, hayan destruido impávidos Gaza, y nada a pasado y próximamente, inaugurarán un estacionamiento a cielo abierto.

Por si alguien no se enteró, estamos en un mundo multilateral.

Otro hecho es que esa bandera de docente, casi decente, de la libertad, que andaba dando charlas en el mundo, que ha viajado 9 veces a EEUU, y que no conoce la mayoría de las Provincias Argentinas, va a tener que tener un tono más bajo, palabras más equilibradas, menos agresivas, más centralistas y menos extremistas.

Ojalá que la moderación llegue a su estilo soberbio de manejar el País, y vea las cientos de personas , que solo tiene un techo, las estrellas y el cielo azul, jubilados que han dejado sus tratamientos, los cuales aceleran sus enfermedades de manera abrumadora, sus operaciones postergadas, que entienda, que la falta de escuelas apropiadas, hace peligrar en futuro inmediato de argentinas y argentinos, que solo conocen eso, como lo más cercano a un orden de alimentos, y consejos para lavarse, vestirse, y estudiar además de alguna actividad deportiva, que nos anclas con un futuro, que para enormes cantidades de ciudadanos, cada día más lejano, como lo está la Justicia Social, del corazón del Sr. Presidente.

Porque si no el Sr Milei, los Sres Caputos, y demás miembros de esta gestión, van a terminar en nuestra historia, corta historia argentina, en los Cabús, en los vagones, pero recordados como CROTOS.

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