El Lago Escondido.
Ahora lo podemos ratificar: Joe Lewis, el famoso mega millonario británico, es un estafador. Un delincuente de guante blanco con flema inglesa.
Aunque en nuestro país había muchos más elementos para llevarlo preso («Que llegamos siempre tarde…» diría Serrat) fue en EEUU donde lo detuvieron.
Desde la oficina del fiscal del Distrito Sur de Nueva York; el fiscal Damián Williams sostuvo que Joe Lewis “usó información privilegiada como una forma de compensar a sus empleados o para colmar de regalos a sus amigos y amantes. Esa es la corrupción corporativa clásica. Es hacer trampa y va en contra de las leyes, que se aplican a todos, sin importar quién seas».
Interesantes las palabras del fiscal Damián Williams, huelen a Justicia. Pero después de ser detenido Joe quedó en libertad bajo fianza. En un régimen plutocrático, todo tiene su precio. La Justicia del país del norte hace gala de esta realidad. Con una fianza de 300.000.000 de dólares (¿Quién no tiene trescientos millones de dólares?) Lewis volvió a la normalidad. Sí, con algunas restricciones: deberá permanecer en los estados de Nueva York, Georgia o Florida sin su pasaporte.
Para el caso, lo que nos interesa es que estamos hablando de un inglés tramposo, delincuente y pirata “amigo de lo ajeno”. Que en Argentina sumó una cantidad de tropelías sin que ningún fiscal actuara conforme a su deber. Es más, como veremos más abajo, Lewis contó con el beneplácito del poder político nacional y provincial, con la impunidad de la Justicia, la inacción de las fuerzas de defensa y seguridad, etc. confrontando tan solo con un grupo de patriotas que se atrevió a poner en evidencia las acciones ilegales e inmorales de este siniestro personaje. Así compró tierras de frontera, construyó una mansión donde la Ley lo prohíbe y se apropió, robo, saqueo un lago perteneciente a todos los argentinos, el Lago Escondido.
Para quienes no lo saben, el magnate británico Joe Lewis compró en 1996 (plena etapa de entrega del patrimonio nacional bajo la máscara de las mal llamadas privatizaciones) alrededor de 12.000 hectáreas en la zona de frontera con Chile y contiguas al Lago Escondido. Lo hizo a través de maniobras engañosas y fraudulentas para con el Estado argentino. Esto fue denunciado oportunamente por Alejandro Olmos Gaona, respaldado por el Senador Fernando Pino Solanas y el Dr Enrique Viale y verificado por el procurador del tesoro de la nación Dr Carlos Balbín.
Digamos que la investigación de Alejandro Olmos Gaona demostró la existencia de una maniobra ilegal en la que intervinieron nativos, funcionarios públicos y sociedades inglesas (todas las partes debidamente identificadas) con la finalidad de poner en manos de Lewis tierras que por ley no pueden estar en poder de extranjeros. Transcribo solo unos párrafos: “Cuando inició el trámite para obtener la aprobación de la Comisión Nacional de Zonas de Seguridad, lo hizo a sabiendas que la composición de la sociedad se había modificado, estando constituida por capitales extranjeros, falseando los datos suministrados a la autoridad pública. De esta manera se celebró una escritura en clara infracción a las disposiciones del Decreto Ley 15.385/44, ratificado por la Ley 12.913, ya que la norma citada creó en todo el territorio argentino zonas de seguridad destinadas a reforzar las previsiones territoriales de la Defensa Nacional, que corresponden a espacios geográficos que presentan un valor estratégico para la defensa de la integridad territorial de la Nación. La norma establece que ningún extranjero puede tener propiedades en zonas de frontera, excepto que esté casado con una argentina, tenga hijos argentinos y viva permanentemente en el lugar con un proyecto a desarrollar aquí. En este caso, no se daba ninguna de las circunstancias fijadas en las normas legales ya que ninguno de los integrantes de la sociedad extranjera Hidden Lake S.A, estaban casados con mujeres argentinas, ni tenían hijos argentinos, ni tampoco se establecían con una empresa o industria de importancia para la economía del país. Era solamente una sociedad británica que compraba tierras en zonas vedadas a los nativos de esa nacionalidad, y en una evidente infracción a la ley. Pero además obtenida a través de una maniobra claramente fraudulenta, disfrazando de nacional, lo que era una sociedad integrada por personas físicas y jurídicas extranjeras.”
“Continuando con la maniobra ilegal…el ciudadano británico Charles Barrington Lewis, se presentó en representación de los intereses de Hidden Lake S.A. solicitando ante la Comisión de Zonas de Seguridad, mediante un trámite abreviado, dos autorizaciones adicionales para la aprobación de la compra de 2760 hectáreas más en la misma zona de seguridad de fronteras.”
Es por todos sabido que Lewis es la Corona Británica y su domicilio permanente es en las Bahamas. Por eso (Quizás probando la reacción, la respuesta o la entereza de la Nación Argentina frente a sus abusos) no solo adquirió dos grandes predios que le estaban vedados por la ley, además se adueñó del Lago Escondido. Impidiendo el libre acceso a todo turista o vecino que quiera disfrutar de sus costas y sus aguas. Violentando el Código Civil que “protege el libre acceso a las costas y establece que todas las aguas, riveras, playas y sus accesos, en toda su extensión, son bienes públicos. Es decir, patrimonio inalienable, inembargable e imprescriptible de todos los ciudadanos.”
Pero, agreguemos que habiendo fallos de tribunales argentinos que le imponen la apertura de acceso al lago, el señorito inglés se pasa los fallos por las zonas más oscuras de su conciencia y no los cumple. Y no los cumple, sin que las autoridades de nuestro país se animen a hacerle cumplir lo que ordena nuestro orden jurídico.
Observemos, por ejemplo, cuál fue la actitud del presidente Mauricio Macri y su fuerza política frente a tamaña maniobra: defender a Joe Lewis. Aunque parezca increíble, los hechos hablan por sí mismos. Tomo otra cita de Alejandro Olmos Gaona: “Debido a los hechos relatados, tomé conocimiento que la Procuraduría de Investigaciones Administrativas pidió al Procurador del Tesoro de la Nación, Dr. Carlos Balbín que interviniera a los efectos de alguna acción respecto a las irregularidades en la compra de tierras por parte del británico Lewis y la sociedad Hidden Lake S.A. El 7 de octubre de 2016, el Dr. Balbín, habiendo analizado los antecedentes, remitió el expediente al Ministro del Interior, Lic. Rogelio Frigerio, a los fines que se iniciaran las causas judiciales para declarar nula la autorización a la compra de tierras por parte de los accionistas británicos, ya que la Comisión que había autorizado la operación dependía de ese ministerio”. Esta posición del Procurador del Tesoro de la Nación, Dr. Carlos Balbín, le valió que el gobierno de Mauricio Macri le solicitara la renuncia.
Veamos algo más. A 4 meses de haber asumido la presidencia de la Nación, el diario “Perfil” de 27/03/2016 nos informa: “Macri descansa en el campo de un millonario inglés y hay polémica. Viajó a la estancia de Lago Escondido de Joe Lewis, acusado de ocupar tierras fiscales. También usó su helicóptero privado.” “Es un amigo del Presidente”, dijeron en la Casa Rosada, al confirmar que Mauricio Macri resolvió pasar Semana Santa en la lujosa estancia del multimillonario británico Joe Lewis, en Lago Escondido, Río Negro. La mansión donde reposa el presidente tiene 3.600 metros cuadrados y cuenta con un sector exclusivo para los huéspedes.” Más reciente el periodista Julián Varsavsky informa “la comunidad aeroportuaria de Bariloche informaron que el sábado 12 de febrero de 2023, Mauricio Macri aterrizó en dicho aeropuerto en un avión de la empresa Baires Flight con dos asistentes y viajaron a Villa La Angostura, a una estancia donde los esperaba el helicóptero de Joe Lewis.”
El asunto no termina allí. Joe Lewis construyó una pista de aterrizaje (La más grande de la Patagonia, para aviones de gran porte) en el mismo paralelo del Lago Escondido (El aeropuerto se encuentra ubicado a 35 kms al sureste de la Localidad de Sierra Grande, provincia de Río Negro en las coordenadas 41º50’34’’ latitud Sur- 65º04´56´´ Longitud Oeste. Es decir cerca del límite entre nuestras provincias de Río Negro y Chubut) Tiene seguridad privada, importantes equipos de comunicación, etc.; y, sorprendentemente, está cerca de la costa atlántica. A dos horas de vuelo de Malvinas. La pista está allí. Impertérrita al servicio de la Corona Británica o de actividades ilegales (Contrabando, por ejemplo) Lejos de los ojos de los organismos de control argentino.
Y… ¿El resto de nuestras autoridades?
El escándalo de la reunión en la mansión de Joe Lewis, a orillas del Lago Escondido, el día 13 de octubre de 2022, por parte del juez Julián Ercolini, el juez Carlos Mahiques, el jefe de los fiscales de la Ciudad de Buenos Aires, Juan Bautista Mahiques (hijo de Carlos), el ministro de Justicia y Seguridad del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Marcelo D’Alessandro, el juez Pablo Cayssials, el juez Pablo Yadarola, el empresario especialista en campañas digitales Tomás Reinke, el exjefe de Legales de la Secretaría de Inteligencia, Leo Bergroth, el director de Asuntos Legales e Institucionales del Grupo Clarín, Pablo Casey y el CEO del multimedios, Jorge Rendo; saco a la luz la connivencia y contubernio de sectores de la política, la justicia, los medios, los servicios de inteligencia, etc. con éste personaje oscuro, vicioso y mafioso servidor de la Corona Británica.
Les cabe el cargo de “infames traidores a la Patria”. Pero son tantos que parece, en principio, una misión imposible. Lo que no es imposible es ir tomando conciencia que el gran drama de Argentina es que ha quedado inerme, indefensa, obnubilada frente a la dimensión de un saqueo descomunal. Con una parte de su dirigencia que, en lugar de combatir contra el enemigo; negocia y se subordina a él. Triste destino el de un pueblo que no elabora, abraza, ama y ejecuta un proyecto común. Queda expuesto a las aves de rapiña que pululan por el mundo. El Lago Escondido es otra prueba en la larga lista de saqueos al que es sometido nuestro país.