Murió alguien que tuvo que ver en nuestra recuperación de la Democracia.
La historia dirá que desde su administración, se presionó a Corea del Sur, a Irán, a Sudáfrica, a Rodesia (actual Zimbabwe) además de ARGENTINA a favor del respeto de los derechos humanos y de volver a los valores de la democracia, pero para varios que tuvimos actividad en esos años tristes de la Dictadura, de enfrentamientos desalmados entre Argentinos, una vez significó una luz de esperanza, que nunca podremos olvidar.
Jimmy Carter, fue un Señor en todos los aspectos de su vida, tanto de marino de guerra, como de comerciantes, como de líder de su comunidad, como de esposo de una gran mujer.
En un momento de plena Dictadura en donde la mitad de la clase política de entonces vivía de la miel de los Militares, ocupando por ejemplo, 100 comunas y municipios de la Provincia de Buenos Aires, de los 125, eran políticos profesionales de la oposición al Peronismo, pero eso mismo ocurrió en Córdoba, Entre Ríos o Santa Fe, nadie se animaba a levantar la mano y denunciar al genocidio que se llevaba a cabo por esos años.
Pero el 12 de Septiembre, dos hombres hechos y derechos, pusieron su firma, en su carácter de Vice presidentes del Partido Justicialista, uno se llamaba Deolindo Felipe Bittel, un chaqueño jugado, y el otro un sindicalista de Avellaneda, llamado Herminio Iglesias, y denunciaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la desaparición de personas y la injusta prisión de titular del partido y última presidente constitucional de los Argentinos, María Estela Martínez de Perón, y nuestro líder de las 62 Organizaciones Peronistas, Lorenzo Miguel.
La Comisión CIDH, había llegado al país el día 6 de septiembre.
El texto fue redactado por nuestra siempre recordada Amiga y Compañera, Alicia Oliveira, por entonces integrante del CELS, el organismo fundado por Emlio Mignono, verdadero promotor de la visita de fronteras hacia adentro de la comisión CIDH.
Desde el sábado 8 de Septiembre la CIDH, entrevistó a Frondizi, Levingston, Cámpora (por entonces aislado en la Embajada de Mëxico), también se prestó a la entrevista el ex Pte Lanusse, cuyo testimonio fue clave, y la Sra Martínez de Perón, recluida en ese entonces en la Quinta de San Vicente, pero no asistieron ni Illia, que se encontraba fuera del País, ni Onganía, quien no quiso participar de recibir a la CIDH.
Otros entrevistados fueron Jorge Taiana, quien además de médico de Perón, fue Ministro de Educación y el líder de la UOM, Lorenzo Miguel, quien ya estaba detenido en su casa.
El texto es muy rico para la época, firmado por Bittel y por Iglesias, y redactado por Alicia, quien nos dejara por el 2014, luego de un intento fallido, junto al Amigo Carlos Campolongo, de llegar a la Cámara de Diputados de la Nación, y decía “el dolor de una madre es nuestro dolor, el dolor de un hijo es, también, nuestro, el obrero al que le falta el pan y no permiten decir lo que falta, se hará voz en nuestras voces…y esto nos compromete a asumir el dolor de aquellos que padecen la cárcel, a través de actas, decretos o bandos en las prisiones, embajadas, domicilios y confinamientos, y de los que padecen en el exilio interior de la represión, el silencio y el hambre”.
Esa visita, ese documento expuso ante el Mundo, lo que ocurría en Argentina de la noche oscura, y fue en gran parte a Carter, y otros como Alejandro Orfila, quien desde la Secretaría General de la OEA, instrumentó visitas y charlas de alto valor para esas horas, en acuerdo con las normas emanadas por aquel Presidente de EEUU.
Orfila, un bodeguero mendocino amigo de Perón, quien fue Embajador en EEUU, durante su último mandato, fue clave en estas gestiones al igual que Patrica Derian, quien era la Sub Secretaria de Carter para los Derechos Humanos, quien supo atestiguan en el Juicio a las Juntas, que determinaron las penas por los delitos de lesa humanidad, por todas esas actuaciones Argentina, en el 2006, le otorgó la medalla de honor al Libertador José de San Martín.
Hoy seguramente otros recordarán a Carter, por sus 100 años bien vividos en favor de los Pueblos Libres del Mundo, como un Sud Africano, lo recordará por sus esfuerzos para destruir el Apartheid, o un Panameño por que le restituye el canal a ese hermoso País, o un Alemán lo recordará por sus esfuerzos por derribar el muro, o un Egipcio o un Israelí, por los acuerdos de Camp Davis, o un Coreano del Sur, por afianzar su democracia, pero creo que desde lugar tan alejado del mundo también debemos rendir honor a un grande, que seguirá, a través del Instituto Carter, velando por los valores Democráticos y Humanistas de este Mundo tan complicado y vertiginoso en el cual estamos sobreviviendo.