Confiado en renovar y engrosar el swap con China, cree que el dinero del FMI llegará tras su viaje a los BRICS. Insiste en que no debería haber PASO en el FDT y trabaja en el armado del modelo y las estructuras de unidad.
En los diálogos previos -muy habituales- que suelen tener hace varios meses, el ministro de Economía, Sergio Massa, se hizo con algún indicio de la decisión de la vicepresidenta, Cristina Fernández, de no jugar como candidata en esta elección. También de esas charlas obtuvo la idea que, aún con ese dato, será armadora central no sólo de las candidaturas, sino más bien del modelo a seguir, que es finalmente lo que puso en tensión al Frente de Todos bajo la presidencia de Alberto Fernández. Por eso, no se vio sorprendido cuando el martes, a través de una extensa carta, CFK volvió a reforzar la idea de que no se candidatea pero que, aun así, hay que recrear un espacio amplio y un programa de Gobierno para encarar los comicios.
En este contexto, según supoe Página I12, el ministro no se movió ni un milímetro en su idea de que lo mejor es que no haya PASO en el FDT, sobre todo porque sigue centrado en la gestión económica y entiende que, con unidad, el espacio oficialista puede ser el más votado de las primarias y evitar así más desequilibrios económicos de los que hoy ya tiene la economía. De eso habla bastante con el kirchnerismo y poco con el albertismo, que mantiene la tensión sobre internas. Mientras tanto, trabaja para conseguir dólares de China y los Estados Unidos, vía el acuerdo con el FMI.
Massa conoce sus limitaciones, sus fortalezas y sobre todo al sector que cree representar, el sector medio. No definió aún si jugará, pero los que lo conocen aseguran que, si el escenario es el de una interna donde se jibariza el espacio, no será de la partida. Tampoco descarta que se llegue a un candidato de consenso que no sea él. Lo que busca, sí, es que sea uno solo y no varios en internas.
El tema de cortar con la idea de definir todo en una PASO parece recurrente para el ministro: hace unas horas lo visitó en su despacho en Hacienda el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, a quien le dijo que no es necesario que el espacio oficialista “se quede en la chiquita” de la disputa por candidaturas. Saenz es amigo de Massa y en esa conversación el ministro le blanqueó que es importante estabilizar hoy y dar certidumbre a los votantes de cara al modelo futuro, “porque Juntos por el Cambio se está cayendo como un piano”. Ya Massa había dicho lo mismo en dos actos de gestión la semana pasada, en un claro tiro por elevación al juego que el presidente hace con posibles candidatos que están bajo su ala.
Lo curioso es que Sáenz le agregó más datos a esa teoría que plantea el ministro. Le contó que el PRO en Salta hizo campaña diaria con los índices de inflación nacionales (hoy encima del 120 por ciento) y que, aun así, quedó muy lejos de pelear la elección. “Importa el modelo de contención, de fomento de la actividad, eso lo vemos en las provincias del interior”, expresó el salteño, palabras más o menos. Todo indica que la retórica del ministro, de aquí en adelante, pondrá en valor que no es lo mismo la propuesta de ajuste de Juntos o Milei que el modelo que moldea el peronismo.
La estabilización y los dólares
Los laderos de Massa cuentan que, fiel a su estilo, no moverá fichas políticas hasta bien entrado el período de definiciones de las listas, porque la prioridad hoy es el consenso y el ordenamiento. En ese escenario, siguen en Economía confiados en que fines de mayo y principios de junio son fechas clave para el ingreso de dólares, la variante casi única de estabilización inflacionaria y cambiaria que le queda a mano al funcionario.
El 29 de este mes, Massa viajará a Beijing, donde se celebrará la Cumbre del directorio del banco de los BRICS. Según supo este diario, pedirá allí renovar el swap de monedas con ese país y ampliarlo en volúmen. Hoy es de 18 mil millones de dólares, de los cuales 5000 son fondos líquidos de libre disponibilidad.
Para esa misma fecha, estiman, se avanzará con el adelanto del desembolso de entre 10 mil y 12 mil millones de dólares del FMI. En algo más de una semana terminarán las reuniones que se vienen dando por Zoom y el viceministro Gabriel Rubinstein viajará, junto al jefe de gabinete Leonardo Madcur, a Estados Unidos a efectivizar el pago. ¿Por qué viene demorado? porque se discute cómo se va a pagar ese adelanto. Massa ya descartó una devaluación y más medidas de contracción económica. Lo que está está en debate la cantidad de dinero que se pueda usar para intervenir en el mercado cambiario, algo que el FMI había prohibido pero que el ministro rompió -sin enojo del FMI mediante- para frenar la corrida cambiaria de hace un mes.
El cálculo de Massa es que en dos meses, con el escenario de los dólares cubierto, la marcha de las paritarias y menos efecto de la sequía, la cosa se ordene justo en la previa a las elecciones primarias. Hoy, esa es la expectativa, pero el partido sigue muy complejo.