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OPINIÓN

Es el saqueo, así de sencillo (19) por Mario Mazzitelli

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La debilidad de nuestros presupuestos.

La ley del presupuesto nacional debería ser la linterna que ilumine el camino del próximo año para todos los actores de la vida económica y social del país. Ley de leyes, le dicen. Sin embargo esa linterna hace años que tiene las pilas secas. Muchos creen que se trata solo de una presentación formal del Ejecutivo para cumplir con el mandato constitucional, sin mayor valor. Están a la vista las distancias astronómicas entre el presupuesto y la realidad. Algunos lo califican como un dibujo. Su falta de prestigio es preocupante.

El pasado 15/09/23, el Poder Ejecutivo Nacional presentó el Proyecto de Presupuesto 2024. Según informa la prensa, una suerte de entendimiento político entre Massa y Milei impulsa posponer el debate parlamentario para después de las elecciones generales del 22/10/23. Teniendo tan baja consideración pública ¿Vale la pena escribir algo al respecto? En este caso voy a escribir en torno a una herramienta que, buena o mala, no deja de tener una gran incidencia en nuestros destinos. Por lo tanto estas líneas no apuntan a inmiscuirse en un debate de detalles que no trascienden las fronteras del Congreso Nacional. Sólo algunas reflexiones generales en torno a discernir si el problema central de Argentina es el gasto público o, como sostenemos en esta saga, el saqueo.

Solo a modo de introducción reproduzco sus 6 (seis) prioridades explicitas en el Presupuesto 2024:

Infraestructura pública…en el camino hacia el desarrollo, tanto por su efecto multiplicador sobre la economía como por la contribución que genera a la productividad del sector privado…

Educación, entendida como un derecho inalienable, que debe ser garantizado mediante una política activa con concertación federal, procurando una educación de calidad con inclusión e igualdad…

Salud, pilar fundamental en la política pública… a fin de garantizar el bienestar y salvaguardar a todas y todos los argentinos…

Producción científica y el desarrollo de la tecnología nacional… como potenciales catalizadores para la innovación dentro del entramado productivo…

Inclusión social activa con perspectiva de género…

Desarrollo sostenible y cuidado del ambiente…

Difícil no coincidir en términos generales. Podríamos agregar que brinda la posibilidad de obtener un equilibrio fiscal primario… ¿Estaremos ante el principio de solución de los grandes problemas nacionales? Nada más alejado de la realidad.

Detectar el principal problema para resolverlo.

¿Cuál es principal problema de Argentina? ¿El gasto público o el saqueo? En la correcta o incorrecta respuesta a este interrogante se ubica la posibilidad de salir o no del estancamiento, la dependencia y el atraso. En un caso se abrirá el camino del crecimiento, la justicia y el progreso. En el otro, profundizaremos el malestar general.

¿En qué consiste esta diferencia?

Básicamente en “quien administra y le da destino a una porción significativa de la riqueza nacional”. El forcejeo es entre el Estado Nacional y los Grandes Grupos Financieros y Económicos (Nativos y extranjeros) Esta lucha se encuentra, de manera abierta o encubierta, en las posiciones de los dirigentes políticos. Es la lucha por el poder real.

Mi tesis es muy clara: debe ser el Estado Democrático el que administre esta riqueza fruto del trabajo y la naturaleza nacional. Y responsabilizo al saqueo de los GGFE y la corrupción de generar las distorsiones fiscales que nos afectan. Sin saqueo ni corrupción, tendríamos las cuentas equilibradas, baja inflación, etc. El saqueo es el responsable de las crisis y sus secuelas. Al no resolverlo, las gestiones desde 1983 a la fecha (Sostenidas en el voto popular) han fracasado una tras otra. Y seguirán fracasando aunque se subordinen a los dueños del país.

Estos Grupos defienden sus intereses particulares, no los intereses generales de la Nación.

Sabemos que el remedio (Más privatizaciones y achicamiento del Estado) es peor que la enfermedad (Baja calidad de las prestaciones públicas) Pero en la subjetividad de nuestro tiempo es más cómodo atacar al Estado (Que nadie lo defiende) que a los GGFE (Que tienen un ejército de políticos, periodistas, economistas, académicos, abogados, jueces, etc.) que salen a defenderlos. “Poderoso caballero es Don dinero”. Así se perpetúa y acentúa el saqueo de unos pocos en detrimento de las mayorías.

Ataquen al Estado.

Contra el Estado se pronuncian muchos economistas que, oh casualidad, trabajan para los GGFE. Uno de ellos, el más representativo, con posibilidades de ser presidente, el diputado Milei, en la sesión del martes 19/09, dijo: “El Estado es una organización criminal violenta, que vive de una fuente coactiva de ingresos, llamada impuestos”. Sin detenernos en sus múltiples contradicciones (Dado que aspira a ser el Jefe de la organización criminal violenta, etc.) nos está diciendo que el Estado es un ladrón que administra mal. Dicho de diferentes formas lo comparten casi todos los economistas del sistema.

La explicación sería más o menos la siguiente:

La casta política ha incrementado el peso del Estado hasta un volumen desproporcionado.

Como toda la carga recae sobre los hombros del sector privado, este no puede tomar el impulso del que es capaz.

Además, semejante erogación no puede ser cubierta totalmente por los impuestos generando un déficit fiscal que solo puede saldarse con emisión o deuda; que generan inflación.

Todo agravado porque la mala gestión del gasto público mantiene insatisfecha a la población.

¿Serán correctos estos argumentos? Todo relato, para parecer cierto, tiene unas partículas de verdad. Pero, esencialmente, no es correcto. No, por lo menos, hasta el extremo de pretender que la casta y el gasto público son el principal problema del país.

La casta.

Vivimos en un Estado de Derecho, bajo el mandato de la Constitución, los tratados internacionales y las leyes. La mayoría de “nuestros representantes” surgen del voto de los electores habilitados para hacerlo y duran 4 años en sus funciones. Otros 6 años (Senadores) algunos en ocasiones son reelegidos, etc. Pueden ser juzgados por tener privilegios, por corrupción, por haraganes o incompetentes (habría que evaluar caso por caso) pero, no son una casta.

La magnitud del gasto.

Se dice que es exagerado. El diputado antes mencionado señaló que su alineamiento, en caso de ser presidente, sería con EEUU e Israel. Eso hace válida una comparación con el peso relativo y absoluto de los estados de dichos países.

Según Datosmacro.com, medidos en Euros, para cada país; estos serían: su PBI, su Gasto público, su Gasto/PBI, su Gasto por habitante y su Gasto por Km2.

País PBI en miles de millones de Euros Gasto en miles de millones de Euros Gasto/PBI Gasto/ per cápita Gasto/ Km2
Argentina 602 155 25% 3.300 55.700
Estados Unidos 24.796 8.474 34% 24.900 925.000
Israel 499 161 32% 16.000 7.300.000

Más allá de la exactitud de la información (la fuente Datosmacro.com nos permite la comparación por hacerse el cálculo con la misma metodología) se puede apreciar que Argentina gasta menos en relación a: su producción global, su población y su territorio.

Si extendiéramos este ejercicio a todos los integrantes del G20 notaríamos que estamos en la misma situación. Por lo tanto no es cierto que el peso del Estado argentino sea elefantiásico y que esto explique nuestra frustrante realidad.

La carga impositiva sobre el sector privado.

Se quejan con justicia los que pagan los impuestos. No es justo que unos trabajen en blanco, otros en gris y muchos en negro. Sobre todo aquellos que están sometidos a una competencia de mercado desleal ¿Cómo se puede llegar a un precio competitivo contra alguien que no paga ningún impuesto?

Algunos justifican el no pago de impuestos porque son empresas chicas, pequeños emprendimientos, cuentapropistas, etc. diciendo que no lograrían sobrevivir con semejante carga impositiva. Pero esto es inaceptable. Digamos: “dentro de la ley todo, fuera de la ley nada”. Habrá que cambiar las leyes tributarias, bajar la tasa impositiva, mínimos no imponibles, buscar métodos de compensación. Pero cumplir la ley es una obligación tanto para el gobierno como para la ciudadanía.

Hecha esta referencia en términos de mercado, la realidad es que las grandes compañías monopólicas, oligopólicas, dominantes en algún sector, no se hacen problema por el pago de impuestos. Cuando no eluden o evaden, trasladan los impuestos a su lista de precios. Quien termina pagando es el consumidor final. Por lo tanto la carga tributaria golpea fuerte al hombre y la mujer de a pie, no al sector privado de la economía.

(La reforma tributaria es una vieja promesa, siempre postergada. A esta altura, yo diría, que hace falta una Revolución Tributaria. Pero ese tema es para otra nota y un gran debate nacional)

La calidad del gasto.

Cuando hacemos referencia a que no se puede explicar en el peso del Estado la frustración nacional (Dado que en los países desarrollados la carga impositiva es mayor) la respuesta no se hace esperar: los servicios allí son de mejor calidad.

Argentina debe avanzar hacia la conformación de un Estado altamente eficiente. Es decir alcanzar los altos objetivos de la Nación al menor costo y con el menor esfuerzo. Ocurre que eso resulta muy difícil en el marco de un Estado que es cortoplacista, improvisa y responde a intereses políticos de la coyuntura. El Estado debe establecer con claridad los objetivos a alcanzar en plazos concretos. (El general Harguindeguy sostuvo: “nosotros no queremos hablar de plazos sino de objetivos”. Le contestamos: objetivos sin plazos es exactamente igual a plazos sin objetivos. Un absurdo político) Una vez definidos, democráticamente, se elaboran los planes correspondientes. Objetivos, plazos y planes son un todo indivisible.

Si queremos avanzar hacia un gasto de provecho para toda la sociedad, hay que aprender a planificar. Las observaciones sobre los viejos métodos de planificación, no merecen respuesta. La metodología de planificación avanzó lo suficiente como para que la totalidad del Estado se mueva en el marco de planes de corto, mediano y largo plazo, orientados por los objetivos estratégicos de la Nación. Los países con las mejores prestaciones son los que planifican bien, dejando al mercado como un componente para la asignación de los recursos de corto plazo y de baja cuantía.

Otro asunto es la sobrepoblación en el Estado.

A partir de gabinetes, ministerios, secretarias, direcciones, empresas, organismos, etc. sobredimensionados, se generan distorsiones de todo tipo. Una es que “baja la productividad allí donde hay más personas que las necesarias”. Dos se genera un gasto sin la contraprestación correspondiente. Tres se crea una grieta entre los acomodados en el Estado con todos los privilegios y quienes viven desprotegidos en un marco de precariedad. Cuatro la burocracia empieza a descomponer a la organización. Cinco, el sistema entra en estado de caos no cumpliendo ninguno de los objetivos. Seis, no obstante se siguen disipando inútilmente fondos públicos en remuneraciones injustificadas (Falla de los gobiernos populares) Organizar el Estado con criterios de eficiencia y eficacia es un deber de la dirigencia política popular democrática.

El déficit fiscal

En Argentina resulta raro unir un 3% de déficit primario, con un 40% de la economía en negro. ¿Dónde se encuentra esa economía en negro? En el contrabando en los puertos y las fronteras, la evasión en la producción y el comercio, las sobrefacturaciones y subfacturaciones, los menores precios en la compraventa de inmuebles, etc. Bastaría con reducir estas maniobras ilícitas para pasar del déficit al superávit. Es decir, sin cobrar nuevos impuestos, con la simple voluntad de las autoridades de mejorar el control, tendríamos el problema resuelto. Es difícil explicar por qué no se resuelve.

¿Banco Central de la República Argentina o Reserva Federal de los EEUU?

La política de saqueo (De los de arriba a los de abajo, de los concentrados a los dispersos, del centro a la periferia, de los delincuentes a los honestos, etc.) se perfecciona con la propuesta de tomar como Banco Central el de una potencia extranjera. Si agregamos que el ciclo económico de dicho país es distinto al nuestro (de manera que su política monetaria sigue ciclos inconvenientes y desacoplados de los nuestros), que la Reserva Federal ha emitido de manera alocada generando una inflación presente y futura, que el dólar está siendo desplazado en diversas áreas comerciales del planeta, que en poco tiempo puede sobreabundar en los países de occidente, que está en retroceso, etc. la única explicación que queda en pie es la pretensión de hacer tierra arrasada con la economía industrial, tecnológica, científica y educativa argentina, transformándonos en una factoría proveedora de productos primarios. Territorio extenso, baja densidad poblacional y ocupación macro-cefálica del territorio, son el escenario perfecto para la implantación de un proyecto semi-colonial.

Por otro lado, algunos dicen: si puedo emitir ¿Por qué voy a cobrar todos los impuestos?

Hay una parte de la biblioteca que explica, de manera convincente, que la emisión monetaria para cubrir el déficit fiscal no es necesariamente inflacionaria. Hay muchos ejemplos para sostener esta tesis. Sin embargo en nuestro país las cosas funcionan con algunas particularidades. La respuesta del sistema económico al crecimiento de la demanda es aumentar los precios antes que incrementar la producción. “Son los bueyes con los que aramos”. De manera que esa herramienta de política económica, por muchos años, no tendrá buen destino en nuestro país. Superávit fiscal, comercial y cuasi-fiscal, serán una restricción a la que deberán adaptarse los gobiernos por muchas décadas. Desde otra perspectiva, siempre fui proclive a la solvencia fiscal entendiendo que es el fundamento de la soberanía y la libertad de la Nación. Sería bueno que el oficialismo lo comprendiera.

Los errores del campo popular

Los sectores de raigambre popular, creyeron que la etapa paleo-liberal había llegado a su término tras la crisis del 2001. Parecen ignorar que el proyecto paleo-liberal retuvo todas las fuentes de poder obtenidas con sus triunfos intermitentes desde 1976 a la fecha. Que, por lo tanto, tiene con que seguir peleando por más poder para su sector. Puede promover diversos perfiles de políticos ante la opinión pública y seleccionar al que más le conviene. En definitiva su proyecto es seguir debilitando el Estados Nacional, hasta hacerlo desaparecer (“El Estado debería necesariamente dejar de existir”. Milei – Giacomini) Entonces, movidos por la avaricia y las ansias de poder, sin detenerse frente a las cuestiones humanas o ambientales; harían lo que se les plazca. Sin controles de ningún tipo. Así, la Dictadura del Capital estaría dominando a la Democracia.

Sin participación ciudadana la democracia se volverá a hundir.

Un pueblo no puede confiar la producción de bienes y servicios en una pequeña elite de oligarcas, capitalistas o especuladores financieros. Debe avanzar con su participación en la orientación, control y gestión de la actividad económica, en el marco de la Constitución Nacional. Se trata de la lucha por la vida y la dignidad. Del presente y del futuro. La tarea es clara: frenar el saqueo para que todo vuelva a florecer en Argentina.

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OPINIÓN

Por una YPF 100% de gestión social por Mario Mazzitelli

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Por una YPF 100% de gestión social.

El 13 de diciembre de 1907 se descubrió un importante yacimiento de petróleo en Comodoro Rivadavia. Inmediatamente el presidente Figueroa Alcorta decretó una zona de reserva exclusiva para el Estado de cien mil hectáreas circundantes al yacimiento. Para quienes reivindican aquellos años deberían saber que defender los intereses nacionales y sociales era una política de Estado. También que a partir de ese momento las compañías extranjeras, iban a entablar una lucha sin cuartel para apropiarse del recurso estratégico.

A mediados de 1922, durante el gobierno de Hipólito Yrigoyen se firmó el decreto que dio lugar al nacimiento de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) Unos meses más tarde, el presidente Marcelo T. de Alvear designó Director General al ingeniero General Enrique Mosconi. Un hombre que había comprendido fehacientemente la importancia estratégica del manejo nacional de los combustibles. El crecimiento de YPF fue espectacular. Las Standard Oil (norteamericana) y la Shell (anglo-holandesa) participaron del negocio, al tiempo que desarrollaron una acción sin pausa contra YPF.

El golpe de Estado del 6 de septiembre de 1930, fue un golpe contra Hipólito Yrigoyen, contra la democracia, la soberanía y la defensa nacional. Un golpe que “olía a petróleo”, se dijo en aquellos tiempos. Y también a imperialismo. El general Enrique Mosconi tenía las cosas claras. “La experiencia de las luchas incesantes que la organización fiscal ha debido soportar con las compañías privadas durante todo el tiempo que la hemos dirigido, nos condujo a la conclusión de que tales organizaciones, la fiscal y la privada, no pueden coexistir, pues representan dos intereses antagónicos distintos, destinados a vivir en lucha, de la cual sólo por excepción saldrá triunfante la organización estatal”.

Conviene dejar en claro que la vida de un país se define por mojones que van fijando el rumbo de su desarrollo integral. Uno de esos mojones fue y es Yacimientos Petrolíferos Fiscales, nuestra querida YPF. Esta empresa pública, ejemplo para la formación de otras empresas estatales de América Latina (Pemex, Petrobras, etc.), que se constituyera en un orgullo moral para los argentinos y en una fuente de riqueza para nuestro crecimiento económico, siempre estuvo en la mira de los grandes oligopolios del petróleo mundial. Desprestigiarla, desmoralizarla, infiltrarla, etc. para hacerla desaparecer o apropiarse de sus bienes, sus conocimientos y sus yacimientos, bajo la falsa bandera de la eficiencia, fue una acción sistémica desde hace más de 100 años.

En las últimas décadas, el FMI y el capital financiero, fueron los brazos para la ejecución de ese objetivo. Atacando desde el flanco del endeudamiento improductivo y las altas tasas de interés por un lado y ubicando a sus amigos en el Ministerio de Economía y la Secretaría de Finanzas por el otro. Llevarnos a la ruina es su misión. Por eso no debería sorprendernos que todos los planes del FMI “fracasen y terminen en una crisis”. Como corolario de la crisis, nos exigen que entreguemos nuestras empresas (YPF, ARSAT, etc.) y nuestros bienes naturales (Petróleo, litio, etc.) En esa tarea podemos observar al recientemente fallecido Henry Kissinger que “quería eliminar nuestros falsos conceptos de soberanía”, a Alan Greenspan, a David Rockefeller, etc. y a muchos políticos y economistas de la década del 90. Que no voy a nombrar porque son suficientemente conocidos.

Hasta 1989 YPF se mantuvo en la esfera de la Nación. Una larga historia llena de vaivenes. Pero YPF era la bandera y la bandera no se entrega. Hasta que se empezó a ejecutar “el saqueo de Washington”. Hoy, luchar contra el segundo tiempo de ese saqueo, es responsabilidad de un nuevo bloque nacional de poder.

Estamos en zona de alto riesgo. En un marco plagado de contradicciones, idas y vueltas, marchas y contramarchas por parte de Javier Milei. Su dogma antiestatista y promercado puede inducirnos a repetir errores históricos: vender YPF, ARSAT, etc.

El error conceptual de Javier Milei: propiedad y eficiencia.

La propiedad de una gran empresa nada tiene que ver con su eficiencia. La eficiencia tiene que ver con la capacidad, disposición, voluntad de quienes conducen la empresa y su entorno. La propiedad solo indica el destino de las ganancias.

Las grandes empresas ya no son dirigidas por sus dueños. Eso solo se verifica en las pequeñas y algunas medianas. Las grandes son sociedades anónimas, otras del Estado, otras cooperativas, etc. En general son dirigidas por gerentes y directorios con profesionales bien formados. Son estos los que hacen a la eficiencia de una empresa.

Si un propietario privado puede encontrar un equipo para gerenciar, dirigir, conducir correctamente una empresa, la gestión social (Estado, trabajadores, empresarios, consumidores, etc.) tiene mayor capacidad para armar una dirección altamente competitiva.

La diferencia es que: si es propiedad privada la ganancia va a sus pocos dueños. Si estos accionistas viven en el exterior, esa riqueza emigra del país sin beneficio para la sociedad. Si viven en el país, pero fugan sus ganancias, el resultado es el mismo. En cualquier caso, si la inversión o el gasto lo hacen en otro lugar, no hay beneficio para el país.

Si la gestión es social esa ganancia va a las arcas públicas y de ahí a la sociedad argentina. Que no alimente a ñoquis que parasitan al Estado, a políticos corruptos, a empresarios prebendarios y que, en cambio, concurran a la inversión para el desarrollo económico, social y cultural es responsabilidad de la dirigencia política a cargo del gobierno. Una gestión social, eficiente, honesta y austera es la mejor alternativa posible, para el interés de las grandes mayorías nacionales. Esto hay que pedirle a los gobernantes elegidos democráticamente.

Un gobernante competente hoy podría exigir a la dirección de una empresa pública que sea eficiente, superavitaria (recuperando para la Nación la mayor parte de la renta petrolera) transformarse en la nave insigne de la transición energética y mantener los objetivos por los que fue creada.

Una advertencia importante.

De concretarse la aspiración de los buitres, que sobrevuelan nuestra preciada empresa, un futuro gobierno del campo del pueblo debería declarar nula de nulidad absoluta la enajenación de esta herencia.

En primer lugar porque es un patrimonio creado para la defensa, la soberanía energética y el desarrollo nacional. Por lo tanto su venta desnaturalizaría sus objetivos y se constituiría en un acto de infame traición a la Patria.

En segundo lugar porque ese patrimonio creció con inteligencia, dinero, capitales, esfuerzo y trabajo de los argentinos. Y se creó frente a los abusos manifiestos de las empresas extranjeras que manejaban oligopólicamente este eslabón esencial de la cadena productiva.

En tercer lugar porque es un patrimonio intergeneracional. Es un bien creado por las generaciones pasadas, para el beneficio de las generaciones presentes y futuras. A diferencia de otras pertenencias (que son patrimonio del estado -es decir de la sociedad argentina- que se pueden vender y reemplazar con cierta facilidad) este resulta en un bien estratégico inalienable.

En cuarto lugar porque los administradores transitorios de los bienes públicos (la casta política en el diccionario del presidente electo) no son los dueños de esos bienes. De manera que no pueden enajenar lo que no les pertenece. Milei puede vender su casa o cualquier bien que le pertenezca. No puede vender YPF, porque no es suya.

En quinto lugar porque quienes llegan a la dirección del Estado deben saber ¡para qué fueron creadas cada una de las instituciones o empresas públicas! Si no lo saben, es que no estaban preparados para su conducción. Pero como no se puede alegar la torpeza o ignorancia propia como razón para vender un bien público, deberían eliminar la venta de YPF como parte de su programa de gobierno.

En sexto lugar no se puede decir que una empresa debe ser competitiva y al mismo tiempo poner en su dirección a un gerente (o un directorio completo) de una empresa competidora. Esto ocurrió muchas veces. En particular durante la última dictadura. Así se garantizaba la ineficacia de la empresa y la justificación, ante la opinión pública, de su desguace o privatización. En este sentido, el presidente electo Javier Milei empezó mal. Pone al frente de la empresa al ingeniero Horacio Marín que trabajó en Tecpetrol 30 años y responde a las directivas de Paolo Rocca. (Daniela Cosentino en Letra P dice: “Milei eligió un representante de Techint. Fue después de que Mauricio Macri consiguiera que una empresa del Grupo que capitanea Paolo Rocca, que aportó tanto en las PASO como en las generales por Bullrich, apostara por Milei en el ballotage, luego del Pacto de Acassuso que el minarquista selló con el ex presidente. Puntualmente Inurban (Inversiones Urbanas Nuevo Milenio) le transfirió $ 20 millones, la mitad de lo que le puso a Bullrich”) Quiere decir que, por magros 20 millones de pesos en blanco (deberíamos saber cuánta plata en negro) Paolo Rocca se quedó con la dirección de YPF. Si esto no es corrupción ¿Dónde está la corrupción?

En séptimo lugar porque un ingreso virtuoso del Estado es el proveniente de las rentas emergentes de los bienes comunes. Es decir el fortalecimiento de las arcas públicas sin cobrar impuestos al trabajo, la inversión y el consumo. En este caso, el dominio del subsuelo donde duermen enormes riquezas hidrocarburíferas (petróleo y gas) así lo permiten. El descubrimiento de yacimientos no convencionales (donde los hidrocarburos se encuentran almacenados en el interior de una roca) u offshore (lecho marino) elevan en Argentina la potencialidad productiva. Eso ya lo estamos viendo en Vaca Muerta. La extracción de esta riqueza tiene un alto impacto ambiental (Es la cuota de sacrificio que debemos hacer para salir del atolladero financiero, económico y social al que nos llevó la incompetencia de los gobernantes y la avaricia de empresas privadas que quieren apropiarse de este bien común) Pero este sacrificio podría ser en vano si lo dejamos en manos ajenas al interés nacional. Por otra parte, más allá de la necesaria transición hacia energías limpias, en las cuales YPF debe ser un abanderado, ya se sabe que podrían existir varias “Vaca Muerta” en nuestro territorio. Es decir, que no solo alcanzaríamos el autoabastecimiento (con los ahorros y beneficios para la producción nacional que eso significa) sino que podríamos exportar (generando divisas que tanto se demandan) Una YPF 100% pública, fortalece la defensa, la soberanía, el desarrollo nacional y también ayudaría al equilibrio fiscal, mejorando la calidad de vida de la población.

Por último, una señal para los futuros inversionistas, porque el que avisa no traiciona.

Un “nuevo bloque nacional de poder” alcanzará la dirección del Estado Nacional en algún momento. Será un gobierno del campo del pueblo. En ese caso se verá obligado a recuperar la empresa de bandera a través de una expropiación muy parecida a una confiscación. Siendo la privatización una operación nula de nulidad absoluta, manejada a través de procedimientos corruptos y privatizada a un precio ganga; su recuperación será reconociendo el precio ganga menos el saqueo. Con lo cual, los inversionistas tienen que saber que es una operación de alto riesgo. Donde el futuro gobierno ya no aceptará la prórroga de jurisdicción a tribunales extranjeros y no tendrán jueces amigos que los protejan.

O las enormes riquezas de la renta petrolera y gasífera se orientan al bienestar general o van a parar al bolsillo de los accionistas de empresas extranjeras. Esa es la cuestión.

Por lo tanto, lo más recomendable para los nuevos ejecutivos es que estudien la vida intachable y la obra monumental de los generales Enrique Mosconi y Alonso Baldrich. Y siguiendo sus ejemplos, autoridad moral y eficiencia técnica, nos devuelvan el orgullo de una YPF ejemplar. Todo lo demás deberá ser revertido y eso no es conveniente para nadie.

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OPINIÓN

UN DIAGNÓSTICO DE ESTADO CRÍTICO por Jorge Rachid

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El Estado garante de los derechos ciudadanos de todos los argentinos, se apronta a ser ocupado por personajes de legitimidad electoral, pero prometiendo medidas anti- democráticas en lo institucional, colonizadas en lo internacional y dependientes en lo económico, con profundo daño al pueblo, a la producción y a la Soberanía Nacional.

Pese a semejante posición explicitada, el Movimiento Nacional que consiguió el 44% de los votos ciudadanos, permanece callado, como a la expectativa de alguna concesión que suavice semejante tsunami. Error o especulación, ambos alejados de las expectativas del pueblo que nos acompañó. Nueva decepción a las sumadas en estos años.
La principal víctima aliada a la Argentina es Brasil con Lula, quien pierde un aliado estratégico en la reconstrucción del UNASUR, principal preocupación de EEUU verificado en las amenazas de la 4° Flota sobre las inversiones chinas y rusas. No usan la diplomacia, sino los cañones, para preservar el Unipolarismo hegemónico geopolítico.
Alejarse del mundo al renunciar al BRICS es cerrar la Argentina a 5.900 millones de personas que componen el mayor acuerdo comercial hoy: la Organización de Cooperación de Shangai, el Banco Asiático, el Banco del BRICS y la Ruta de la Seda. Nos quedamos atados al pequeño mundo Unipolar de EEUU y la Unión Europea, hoy a la defensiva, con el dólar en retroceso, que nuclea 1.800 millones de personas y posee instrumentos de subordinación de los pueblos, como el FMI y el Banco Mundial. Es eso abrir los Mercados a la libertad de comercio o es imponer un monopolio comercial como en la época virreynal ?
Por esa razón los movimientos populares de América Latina son para EEUU el principal enemigo de sus intereses estratégicos. Para eso recurre a diferentes herramientas de dominación, desde los despliegues de la “falsa Justicia” (Lawfare), hasta los endeudamientos que cercenan soberanías de los Estados, recurriendo siempre a las élites oligárquicas locales, dispuestas a ser alfombra del poder, antes que protagonistas de su propio destino nacional.
El Perón filosófico sigue siendo la síntesis de las luchas populares de nuestra América, desplegando una construcción del pensamiento crítico, que construye identidad y afirma la memoria histórica del pueblo, en una conciencia Patria. Es la razón de la búsqueda incesante de nuestro aniquilamiento por parte del coloniaje.
La actitud defensiva nos lleva a retroceder en los derechos conquistados, por lo cual cada período que volvemos, nos lleva tiempo reparar las heridas provocadas en el cuerpo social argentino, lleno de dolores neoliberales. La ofensiva en el marco democrático y en paz es necesaria en esta hora, con determinación y firmeza, avanzando más allá de pusilánimes, especuladores, débiles doctrinarios o descarriados.
Es la hora de repararnos a nosotros mismos, con autocrítica interna y firmeza doctrinaria en la lucha, junto al movimiento obrero organizado y los movimientos sociales que se referencian en los líderes que se parecen al pueblo que representan, con compromiso y austeridad como Axel y Gildo.
Jorge Rachid
CABA, 1° de diciembre de 2023

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OPINIÓN

JAQUE MATE A LA RAZÓN por Santiago Gamboa

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Aún no salgo de mi asombro por el resultado de las presidenciales en Argentina. Que uno de los países aparentemente más educados y cultos de América Latina, con una nómina vertiginosa de creadores y humanistas excepcionales, haya elegido mayoritariamente a este asombroso personaje como presidente me deja sin palabras. Un político que recuerda al tristemente célebre Abdalá Bucaram, de Ecuador, a quien de todos modos Milei supera en vulgaridad y grosería, tanto, que deja en segundo plano el hecho también gravísimo de que sea de la más ramplona extrema derecha.

No sé ni cómo definirlo, ¿un bufón?, ¿un grave enfermo psiquiátrico? En las entrevistas he visto cómo pasa en d unos segundos de la carcajada a la ira, de la sonrisa al insulto o a la sorpresa por sus propias palabras, gritando en la televisión cosas impropias de una persona decente, aún menos de un candidato a la Presidencia, tratando de “hijos de puta” a sus rivales y diciendo nimiedades con gesto adusto, como si se tratara de grandes ideas. Un imitador, un impostor. Con este hombre, Argentina roza el ridículo.

Puedo imaginar la frustración y la rabia de muchos de mis buenos amigos de esa nación al tener que soportar esa imagen durante un buen puñado de años. “Son todos unos chorros”, grita en la TV, que equivale a decir acá: “Son cacos”, un lenguaje más de salón de billar que de hemiciclo y debate de ideas. ¿Cómo discutir con una persona así? El país con el sistema de universidades públicas más antiguo de América Latina y las mejores librerías del continente, ¿cómo pudo dejarse seducir por este tipo?

Es la derrota del conocimiento y del humanismo, de la cultura y las ideas. Una derrota integral. La demostración de que las emociones más negras y densas se pueden sobreponer a la razón. Leo aquí y allá que es culpa del peronismo, que los Kirchner, que es un voto de protesta y sanción. Sí, lo comprendo. Pero los electores son mayores de edad y votaron sabiendo lo que hacían, es decir que no son inocentes. Basta oír hablar a Milei dos minutos para darse cuenta de que es un perturbado.

Por eso, por mucho que se culpe al Gobierno saliente, la responsabilidad es de ellos, que además serán los primeros perjudicados, tal como sucedió en Estados Unidos con Trump o en Italia con Berlusconi, dos personajes que, por absurdo y en comparación con este, parecen verdaderos estadistas. Porque lo de Argentina es una increíble demostración de locura colectiva, de ceguera grupal sin excusa posible. Tanto, que he llegado a la insospechada conclusión de que, a pesar de los muchos problemas, el electorado colombiano tiene más criterio político.

Aunque lejos de la insensatez y la vulgaridad de Milei, nuestro Rodolfo del 2022 presentaba un formato parecido, era un personaje equivalente, y por mucho que tuvo alianzas oportunistas y apoyos de última hora, la cordura triunfó. Prueba de que las redes sociales y la superficialidad a la que se ha condenado a la política, encumbrando a personajes como Milei, tienen sus límites. Porque, insisto: que sus ideas sobre la economía, las relaciones sociales y el Estado no me gusten es secundario. Si las presentara con cordura y decencia podrían discutirse, pero en manos de este tipo cualquier contenido, sea cual sea, pasa a segundo plano y parece banal.

*Santiago Gamboa Samper*
El autor es un escritor, periodista y filólogo colombiano.
24 de noviembre de 2023

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