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OPINIÓN

Descolonizar es el camino de la liberación por Jorge Rachid

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El título induce a pensar en profundidad los términos que contiene, ya que la interpretación de los mismos no siempre responde a imaginarios comunes, llevando a una enunciación sin contenidos que los respalden, en consonancia con caminos a recorrer en pos de su concreción.

Liberación en el concepto arraigado de hoy responde a un proceso utópico, de bordes indefinidos, expresados más como consigna, anhelo, objetivo, que como modelo a conseguir con compromiso pleno y planificación estratégica, que no aparece en la dinámica política.

Pero podemos tomar como referencia a la historia de la Independencia de los pueblos americanos, que pudieron con luchas y sacrificios, conseguir su liberación del coloniaje político de las metrópolis, pero no lograron consolidar un proceso de construcción propio, frente a la contraofensiva del imperio anglosajón, que aún con la situación política descolonizada, pudo controlar sus economías, religiones, produciendo penetraciones culturales pétreas que persisten hasta hoy, concretando un proceso de dependencia hasta institucional, en alianza con los sectores oligárquicos de cada país, ya habiendo fragmentado, balcanizando Latinoamérica en una cirugía estratégica colonial.

Esa consolidación desde los siglos XlX y XX del primero anglosajón y luego predominantemente norteamericano, significó la estructuración de mecanismos de dominación de carácter institucional con amparos constitucionales dependientes, que los hacían definitivos en el ejercicio del poder real. Nuestra Argentina consolidó su dependencia en la Constitución de 1853 llamada de la organización nacional, que rige en su estructura primaria hasta el día de hoy, habiendo sido sólo puesta fuera de juego, jaqueada como modelo desde el peronismo con el constitucionalismo social de la Constitución Nacional de 1949, derogada por decreto dictatorial.

Es que el marco formal democrático permite el juego de las elecciones pero impide, en el ejercicio del poder real, la modificación estructural, estratégica de la dependencia, afianzando el control de los mecanismos de lucha de las fuerzas populares, supuestamente anticapitalistas o antiimperialistas, en caminos prefijados por el enemigo colonizador.
Cuando la lucha se desarrolla en el ámbito institucional del coloniaje, los resultados son Gobiernos pálidos aunque avancen en aquello que el sistema permite, como ampliación de derechos de las minorías, banderas sectoriales, reivindicaciones de género, pero que nunca ponen en duda al sistema en sí mismo, que es cuando sobreviene la reacción opresora del enemigo.

Entonces se vuelven a replantear los términos izquierdas y derechas, de la vieja experiencia parlamentaria francesa, como una verdad persistente que ya fue abordada por el peronismo y los movimientos nacionales de Latinoamérica, muchos de ellos con comienzos de raíz marxistas, que en el proceso de lucha fueron incorporando los ejes, que provenientes de los pueblos, sus identidades culturales, sus memorias compartidas, en una suerte de fusión de razas y mezcla de subjetividades, fueron dando vida a nuevas identidades nacionales de patria Grande y que con honestidad intelectual plena, fueron aceptando los protagonistas de la historia del siglo XlX y XX, creando un nuevo marco teórico latinoamericano.

Es que no alcanza con ser antiimperialista o anticapitalista para derrotar al sistema si es que la lucha se da desde posiciones colonizadas del pensamiento y la acción. La ruptura es una ecuación que se escribe con letras nuevas, que permitan terminar con la opresión extorsiva, que no se limita a lo económico, cuando los términos del endeudamiento externo, desde los inicios de los procesos nacionales, fueron siempre destinados a acotar los márgenes soberanos de los estados-nación, no es menos cierto que las penetraciones culturales eurocéntricas como ejes civilizatorios, frente a la llamada barbarie criolla, fueron cultivando una relación opresor oprimido naturalizada con el tiempo, de manera tal que toda ruptura de ese orden, es catalogado de terrorista, disruptivo, populista en el lenguaje cotidiano del coloniaje.

Estamos hablando entonces de un proceso de larga data que cuando fue cuestionado estructuralmente, fue sometido a sangre y fuego por atreverse a construir el pensamiento descolonizador, un pensamiento propio americano, mestizo, moreno, profundo que hundía sus raíces de la propia identidad de los pueblos. Pasó en Latinoamérica en los múltiples procesos de intervencionismo de las FFAA de EEUU en 33 oportunidades en esos dos siglos, la anexión de dos terceras partes de México, la separación de Panamá de Colombia y la operación conjunta con los ingleses en nuestras Malvinas, hoy base de la OTAN, entre otras.
Si esa es la respuesta del poder real imperial, es porque teme la construcción de la Patria Grande que nunca debió dejar de ser, porque se verían afectados sus intereses estratégicos junto a los de sus aliados europeos que operan sobre nuestra región como dominantes, escondidos detrás de la Modernidad como nueva forma de sujeción de los pueblos. Siempre hubo globalización en la historia de la Humanidad y siempre se expandieron las nuevas buenas tanto religiosas como culturales o científicas con velocidad. No es ésa globalización la opresión, sino la imposición de una Modernidad que fija patrones de conducta y comportamientos sociales y políticos funcionales a los intereses del poder. Eso sí es colonización.

Entonces observamos que un proceso decolonial no es simplemente una cuestión de la llamada vulgarmente batalla cultural, que permite el debate de ideas, la libertad de cátedra, las publicaciones que cuestionan, sino que descolonizar es cambiar desde la matriz curricular del relato histórico, rescatar, resignificando nuestro pasado, modificando los contenidos de la enseñanza sistemática, dejar de producir profesionales para el enemigo en las universidades nacionales, recuperar el rol del estado en todas las herramientas estratégicas como sucede en los estados modernos, desplegando soberanía nacional en la Argentina Bicontinental que quiere ser arrebatada, evitar la disgregación nacional en marcha para fragmentar un país como el nuestro, eje de la recuperación de la unidad latinoamericana en un proceso de liberación.
Por estas razones es que estamos frente a un intento golpista destituyente, porque el enemigo necesita una Argentina de rodillas y un pueblo sometido, frente a los nuevos escenarios mundiales, que van a merecer nuevas respuestas que seguramente afectan los intereses dominadores en estas pampas, ya que de producirse sacudirían el andamiaje colonial que ha sido estructurado desde hace décadas en nuestros países y que los pueblos están rechazando, como observamos en la región. Frenar al golpe es comenzar el camino decolonial de la liberación.

Estamos ante una oportunidad histórica porque “nunca la noche es tan oscura como cuando está por amanecer” y en ese sentido la crisis mundial pos pandémica, sumada a la guerra mundial en desarrollo permite afirmar que la hora de los pueblos está asomando, al cambiar el eje del mundo que vira hacia el multipolarismo dejando esa visión atlántica colonizadora de cinco siglos, yendo hacia el Oriente e incorporando nuevas formas de relaciones de poder en la política internacional.
En este tiempo los pueblos serán como siempre los protagonistas de la historia, nunca fue fácil terminar con los procesos de colonización tan pétreos como los que estamos sufriendo, pero cuando la divisa es alta, cuando el compromiso es férreo y la voluntad plena, la lucha por la liberación nacional siempre es un camino de libertad, no individual como pretende

apropiarse el enemigo de la palabra, sino una libertad compartida socialmente en la lucha y en el afecto solidario, humanizando la política, democratizando el poder y sacudiendo el yugo de la dependencia.

JORGE RACHID
PRIMERO LA PATRIA
www.lapatriaestaprimero.org
CABA, 26 de octubre de 2022

BIBLIOTECA
Ramón Grosfoguel: De la sociología de la descolonización al nuevo antiimperialismo colonial Ed. AKAL
Enrique Dussel: Filosofía de la Liberación Ed. USAM
Juan D. Perón: América latina ahora o nunca Ed. Instituto Juan Perón

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OPINIÓN

«Brevísima reflexión sobre la Inteligencia artificial», por Gabriel Baum

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Nosotros no podemos ni debemos tomar la Inteligencia artificial que nos proponen de Norteamérica y tratar de adaptarla o regularla.

Es tecnología concebida en gigantes tecnológicos del Norte para sus necesidades y sus demandas. Ellos buscan automatizar todo tipo de tareas, porque tienen una población que envejece y envejecerá, carecen de trabajadores y quieren echar a los inmigrantes que serían los nuevos trabajadores, y nosotros necesitamos generar trabajo para millones de jóvenes pobres; ellos pretenden extender la vida de una población envejecida y nosotros necesitamos salud para millones de niños mal alimentados; y así, uno son la contracara del otro.

» No creo que sea un accidente que tengamos tanto énfasis en la automatización, cuando el futuro de la tecnología en este país está en mano de unas pocas empresas como Google, Amazon, Facebook, Microsoft, etc. que tienen la automatización algorítmica como su modelo de negocio.» (Daron Acemolgu, Premio Nobel de Economía 2024).

Nosotros tenemos que pensar al revés para poder diseñar las tecnologías que necesitamos. Sin embargo, veo que en nuestro país todo el mundo trata de refritar una vez más las tecnologías impuestas desde el norte.

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OPINIÓN

«Adolfo Rodríguez Saá marca el norte de la Buena Administración», por Luis Chervo

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Muchas veces me preguntan sobre si estos años de Democracia hubo o no puntos de alto nivel de la buena política, y en toda respuesta aparece siempre Adolfo Rodríguez Saá.

Creo que siempre la mejor manera de la valoración de un político es lo que piensa un adversario partidario y es por eso que siempre recurro en este punto a un libro escrito por un ex Diputado Provincial Puntano, Carlos Amondaraín, quien escribió un valioso libro de sus memorias y en la página 207 dice que”en 1989 el Dr Adolfo Rodríguez Saá inicia una agresiva política de obras públicas con la construcción de barrios, uno de 72 viviendas y otro de 34 viviendas al norte” de su pueblo, Buena Esperanza. Dice, además ”indudablemente esta obra fantástica le permitió a la localidad un avance significativo. Las 108 unidades contrastan con las únicas 10 que se habían hecho en los años de la Dictadura, hasta 1983”….

Esa pequeña postal significó ver en chiquito, lo que en grande hizo en 20 años de desarrollo, a lo largo y ancho de todo San Luis, en donde dejó 18 diques, que cambiaron el régimen de lluvias y favoreció los cultivos y los pastoreos de los animales, la erradicación de cientos de empresas, la realización de caminos para intercomunicar las personas y transportar mercaderías, escuelas, hospitales modelos, pero un hecho que trasciende, fundó a la única ciudad de la nueva democracia Argentina, llamada: La Punta.

Ahora uno puede pensar en los mismo tiempos, en la misma historia porque Adolfo pudo en San Luis, que estaba última en los índices de casi todos los conceptos productivos o de desarrollo humano, de las 23 Provincias y hoy día, se luce en los primeros lugares, de esos mismos eventos comparativos…..?

Yo lo conocí en el año 1987 en el Teatro Municipal de San Nicolás, en donde fue a dar una charla refrescando la importancia de mantener andando una Industria Nacional, en especial del acero, para alejarnos de la dependencia de los grandes mercado, en una mesa que compartimos con Naldo Brunelli (UOM), nuestro Amigo común, el Tati Vernet y él, me nos dijo”si no entendemos que en el orden de las cuentas públicas, en que el valor es sumar un peso sobre otro, y planificar un Estado Provincial efectivo, moderno, que contemple las primarias y secundarias necesidades de la Gente, no tenemos futuro y nuestra página con la historia tendrá pocos capítulos”….

Creo que con esa definición nos dijo casi todo, pero con el tiempo, fue observando, que le daba, valor, no solo en hacer, autopistas con luminarias inteligentes, sino a tener un fondo anticíclico, que seguro salvó a varios de sus sucesores, en más de una ocasión, sino de avanzar siempre con reformas para llegar a un Estado Provincial moderno, eficaz, lo que lo llevó a duplicar la población desde que tomó la Gobernación en 1983 y pudo entregar, a casi la mitad de la población un techo que devolvió para hacer más y más obra pública.

Cuando pasó por la Presidencia de la Nación, lanzó un plan de forestación de 3 millones de árboles, que años después fue premiado por la FAO, y debo decir, que esto no tiene nada que ver con ser de tal o cual Partido político, significa tener conciencia de los tiempos, voluntad política, y una nítida perspectiva de que hacer y cuándo hacerlo.

En el medio se reformó la Constitución Provincial, dando los nuevos derechos para que los ciudadanos recreen una sociedad más justa, solidaria y moderna.

Yo no solo hago este artículo como un acercamiento a la verdad de los hechos, sino al Amigo de corazón, que luego de tantos tiempos, sigo frecuentando y valorando, y el orgullo de haberlo podido acompañar en cada patriada electoral que nos convocó, a través del tiempo y haber demostrado que cuidando el peso, siendo creativo y responsable de no dañar esa confianza de los ciudadanos, que nos dan con el voto, se puede construir no solo paredes, calles, casas, sino un espíritu Nacional de una Argentinidad, que no se duerme y se resiste a ser atropellada por los desamores de turnos, que solo piensan en sus miserias personales y no en el bien de las mayorías.

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OPINIÓN

«Una actualización política y doctrinaria necesaria», por Jorge Rachid

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Estamos frente a un cambio epocal, que se corresponde con un nuevo mapa geopolítico internacional, que ha cambiado el eje del mundo. Una situación que se corresponde con los cambios que generaciones han vivido bajo el influjo hegemónico cultural neoliberal, desde hace décadas.
Dicha colonización ha penetrado, naturalizando situaciones, que en otros tiempos no hubiesen sido posibles, ante la resistencia de una conciencia compartida del pueblo, tendiente desde siempre, a la solidaridad social, que ha sido derrumbada por un individualismo que lleva a la comunidad a la diáspora social.
De ésta descripción se desprende que hemos perdido la batalla cultural y abandonada la siembra, en el espacio simbólico de la conciencia colectiva de los argentinos, que ha sido ocupado por el enemigo, que avanzó sin tropas ni necesidad de exponerse, con la colaboración activa de una dirigencia que desde el inicio de la democracia, nunca identificó claramente al enemigo y por esa razón no plantó batalla, con las excepciones necesarias de los años felices de Néstor y Cristina, que permitieron ampliar derechos, pero no llegaron a perforar el techo de la dependencia.
Esa dependencia es desde el inicio mismo de la apertura democrática, otorgada por el enemigo a través del Consenso de Washington, colocando al Mercado como ordenador social excluyente de cualquier otro modelo con un marco que se afianzó en la Constitución de 1994 con la fragmentación del país en políticas sociales, sanitarias, educativas, de seguridad social y previsionales, además de la política de Recursos Naturales a discreción de los Gobiernos Provinciales, para su comercialización. Ese instrumento no sólo fragmentó la Patria sino que comenzó a diluir el espíritu patriótico en las nuevas generaciones.
La pregunta es si alcanza el discurso que confronta con el régimen, abordando la agenda y las provocaciones del enemigo y si nuestra mirada construye un pensamiento superador, de la frivolidad superficial a la que ha sido sometida la política en tiempos neoliberales.
Es ahí donde surge con fuerza lo que llamamos el Perón Filosófico, una construcción del pensamiento desde una perspectiva diferente a la del enemigo, que impone dogmáticamente modelos de construcción social, basados en esquemas macro económicos, antiguos, perimidos, pétreos, arrasados en un mundo que al cambiar su orientación geopolítica al Multipolarismo, desnudó al imperialismo Unipolar hegemónico, surgido de la posguerra mundial, que fue creando instrumentos de dominación colonial, vigentes hasta hoy. Ese mundo cambió desde hace 25 años su orientación geopolítica.
Esa construcción del pensamiento filosófico americano, moreno, criollo, mestizo, inmigrante que deviene de la profundidad de la historia de luchas de emancipación, es la que nos da identidad y preserva la memoria de los pueblos latinoamericanos, de una Patria Matria Grande que nunca debió dejar de ser. Esa concepción “humanista y cristiana” como denomina el Perón filosófico, es un conjunto de ideas que sigue dando vigencia desde el pensamiento respuestas a las demandas actuales.
Las nuevas generaciones no encontraron en las ideas y acciones políticas que se desarrollaron en sus vivencias personales, respuestas a sus expectativas de proyectos de vida. Sus respuestas actuales, como nuevas generaciones, son acordes a las frustraciones personales y comunitarias que han provocado un enojo generalizado, estimulado por un enemigo que pretende siempre enterrar la política. Lo ha logrado por ahora.
Es que la acción político ideológica y doctrinaria, funge como instrumento de construcción del modelo social y productivo, biocéntrico, basado prioritariamente en los seres humanos y el cuidado de la naturaleza, como lo define el Papa Francisco
Es necesario conocer el cómo miran la realidad las nuevas generaciones, cómo elaboran sus ideas, que instrumentos tecnológicos utilizan para informarse, que pretenden como proyectos de vida, sus sueños y esperanzas, para poder penetrar un diálogo con idioma común intergeneracional.
Es la manera de poder volver a recuperar valores tanto patrióticos, como virtudes y valores con códigos de vida comunitaria, que privilegien la vida y la solidaridad social compartida, frente al odio constante destilado por el enemigo en su afán de provocar el caos permanente, funcional a sus intereses de dominación.
Las categorías que manejamos quienes atravesamos otras experiencias, no pueden ser volcadas en forma dogmática, ni pétrea, menos aun sin escuchar los planteos que devienen de un sistema que los asfixia y del cual los jóvenes quieren salir, aun sin destino, porque las categorías que les ofrecemos no llenan sus expectativas actuales.
Las doctrinas e ideologías son dinámicas, actualizadas a los nuevos escenarios, debiendo dar respuesta a las realidades emergentes, desde una mirada que siempre debe fortalecer las convicciones estratégicas, desde las cuales se intenta cambiar el modelo actual, opresor y dominante, por una sociedad más justa y un país más soberano.
El Modelo Social y Productivo Biocéntrico es una demanda pendiente de construcción de Comunidad Organizada como instrumento de poder real, instituyente basado en la Constitución Nacional que transforma al pueblo en protagonista activo de la democracia, si funciona como tal y no una actualidad del sistema, que sólo convoca a ser al pueblo testigo pasivo de la historia, en general traficada por los enemigos de la Patria, con poder real, que condicionan y conducen los procesos independientemente de la voluntad política expresada en las urnas.
La mentira, manipulación, tergiversación y ocultamiento de la realidad informativa por parte de redes organizadas y medios hegemónicos, es una barrera en la democracia a vencer, democratizando la palabra y reconstruyendo con agenda propia las utopías y esperanzas de un destino común, como Pueblo y como Patria, ambas categorías anteriores a las instituciones, previas a la independencia nacional y más lejos en el tiempo de la instalación de la democracia.
Una democracia limitada como la actual, supuesta herramienta de la voluntad popular, pero que hoy ha sido puesta en discusión en el mundo, al ser arrasada por la lógica de la financiarización de las economías mundiales, por parte de los Fondos Buitres, que han arrasado soberanías nacionales y provocado el resurgir del racismo fascista en el mundo.
Ese Perón filosófico es el único vigente, que siempre es evocado, pero poco leído o escuchado en sus pláticas sobre actualización política y doctrinaria, siendo una herramienta actual, porque organiza el pensamiento desde una mirada común, de un destino que necesita respuestas actuales, para recuperar el sentimiento patriótico, que ha sido borrado por la cultura neoliberal, que como todo proceso colonizador, necesita crear una nueva identidad al dominado y construir un relato propio del colonizador, ajeno a las propias vivencias e intereses de los pueblos.
Es un desafío pendiente, gestar un modelo solidario al calor de la lucha con movilización y organización, por la descolonización y liberación nacional. Es proceso largo resignificar la historia de luchas de nuestros Padres Fundadores y los pueblos latinoamericanos, ya que la apropiación del relato construye poder desde siempre, desde que alguien dijo: Tierra y otro dijo: Barco, que sabemos cómo se desarrolló, pero nunca terminó.
Jorge Rachid
CABA, 28 de noviembre de 2024

BIBLIOTECA
Carlos Astrada: El Juego existencial Ed. Babel
Mark Fisher: Las Leyes Espirituales de la Riqueza Ed, URANO
Juan D. Perón: Modelo Argentino para un Proyecto Nacional-Comunidad Organizada-Conducción Política. Todos Ed. Instituto J.D.Perón

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