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OPINIÓN

«Despoblación y abandono de la España Rural. El imposible vencido», por Ezequiel Beer

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Luis del Romero Renau (2018).
Valencia: Tirant Humanidades, 305 páginas.

Por Ezequiel Beer – Geógrafo UBA –

Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Argentina

Tal que Larramendi lo tanteaba hace casi tres siglos con el euskera, Luis del Romero Renau arriesga con la osadía de un subtítulo que es remembranza, aproximarse a la clave del crítico estado de las comarcas rurales en la península antes de que ellas mismas sean solo evocación.

El trabajo de Luis del Romero Renau -doctorado en la Universitat Autònoma de Barcelona y actualmente retornado a su alma mater al desempeñarse como Profesor de la Universidad de Valencia-,enhebra provechosamente una perspectiva teórica crítica con los casos específicos de estudio: las pequeñas comarcas rurales españolas. Propone y logra demostrar cómo las tendencias de la urbanización y la desruralización, productos inherentes de la profundización del capitalismo contemporáneo, conducen a un continuo proceso de des-materialización rural, a la subsecuente proletarización y a la pauperización de su población. Es en ello donde se menta en definitiva al “imposible vencido” del título, con todo lo que connota tal contradicción turbadora. Pero, asimismo, puede confirmar cómo lo enunciado anteriormente se produce dentro del marco de la denominada “acumulación por desposesión”.

En efecto, los ya históricos enclosures o cercamientos que expulsaron en Europa a ingentes fuerzas rurales para su posterior proletarización en las grandes urbes, se complementan contemporáneamente con la privatización de dichos espacios en las comarcas más apartadas. El autor incorpora el concepto de mecanización agraria en clave de plusvalía para explicar cómo las reglas supuestamente ineludibles del mercado son las responsables de la situación rural actual en el campo español, y cómo hasta en los rincones más inhóspitos esta ley de hierro llega y trastoca con consecuencias de difícil retorno.

A primera vista se nos presenta una dualidad entre dicha desintegración territorial y el imperioso interés humano de hacerse de bienes provenientes de la naturaleza sin mayor consideración ecológica, amortizando todas las consecuencias. Y como es de esperar de forma poco equitativa entre los actores de este proceso.

Es aquí donde toma forma la clave social de nuestro geógrafo valenciano y que despunta en sus artículos y contrastables contribuciones escritas.

La propuesta va más allá de una cuestión rígidamente académica, e intenta tener una consideración política al interior de dichos terruños, aventurando si la necesaria movilización social podría revertir la acuciante situación en la que se haya todo el sistema y su conjunto. Pero hete aquí que la “trampa saducea” otorga a estos territorios una sobre representación electoral nada desperdiciada por el bi-partidismo político tras el envión modernizante de 1978 y su entonces prometedor régimen y Constitución. A cuatro décadas las deudas se acumulan. El tema del libro no es ajeno a ese balance que incide ineludible, como no podía ser de otro modo, hasta en lo geográfico entendido como lo social en el espacio y no como reclamos de ilustraciones turísticas.

Quizás una clave del texto sea encontrar una correcta correlación entre el valor de la descripción minuciosa, el marco teórico que se explicita y la situación política que de ello emana para así intentar trazar algunas alternativas posibles. La actual coyuntura parlamentaria española da acabadas muestras de este comportamiento en la figura de nuevas pequeñas formaciones de defensa comarcal que encolumnan a sus apoyos fidelizándolos. En esto Luis del Romero Renau ya nos estaba brindando los fundamentos desde su disciplina territorial y su rigor despeja todo pronóstico acientífico.

La obra está divida en dos partes en las que se desarrollan toda una serie de tesis abocadas a su problemática desde temas más generales, como las tendencias de la evolución del capitalismo, hasta la consideración especifica de dichas poblaciones en una tarea de orfebrería que expone la conjunción del Archivo y la estadística y el desandar las comarcas a pie de calleo, en rigor de verdad, de vereda y senda (y si nos alejáramos del Mediterráneo hacia el norte, de calella enlodada). Esa recurrente dificultad de “aproximar” la teoría al territorio de investigación esta hábilmente resuelta aquí, urdiendo procesos y tendencias con situaciones particulares, sin entrar en descripciones vacías o en la enumeración de datos estadísticos que suponen la justificación de la teoría.

Para concluir, y a modo de balance, hay que enfatizar que uno de los aportes sustantivos de la obra es su inquietante acento en el fomento del estudio del espacio rural bajo la égida del geógrafo marxista David Harvey, intelectual que los abrumados tiempos actuales no dejan de poner en valor. Es un modelo que desde esta encrucijada puede ser tomado por otros investigadores en ciencias sociales como un método y también como una propuesta para ir más allá de lo meramente libresco. Por eso esta obra escapa de la categoría de manual de desarrollo local tan al uso.

Cabe destacar que la actual realidad de la geografía española se debate no solo por la puja entre urbanidad capitalista y ruralidad, sino más bien entre estas tendencias y el desarrollo de la actividad turística, enmascarada como “lo local” y arrogándose oficiar como instancia superadora de la crisis pertinaz.

De allí que restaba identificar cuáles eran los ejes potenciales para dirigir al país hacia una economía desarrollada desde su característica históricamente rural, siendo dicho aspecto todavía un punto pendiente de la España contemporánea. Y aquí el Imposible consigue su revancha y vuelve por sus fueros, o quizás lamentables prebendas.

Este es el filo que se asoma provocativo como un asunto quizás implícito en el trabajo de Luis del Romero Renau, pero que merecería ser desarrollado con igual pericia en las futuras contribuciones de su escuela. Lo postulamos, pero más deseosos lo esperamos. Delineado el arco y escogida la cantería, confiamos en esa futura clave de bóveda que cierre y descargue la faena.

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«Breve Historia de los cinco intentos de doblegar al País Integral y en Desarrollo. Y van por la sexta…», por Luis Chervo

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Breve Historia de los cinco intentos de doblegar al País Integral y en Desarrollo. Y van por la sexta…..

Primera Parte: “Los vientos del Mar”

Por Luis Chervo

Existe una tendencia de que un País marginal debe ser explotado y dominado por un diez por ciento y dominando al resto silenciosamente y con buenos modales.

De antemano debo decir que para analizar la economía argentina, hay que tomarla en su totalidad y contar globalmente, pero yo no voy a hacer eso hoy.

Quiero que nos concentremos en un tema y tomemos dimensión de los restantes.

En lo referente a la construcción de una flota de ultramar, debemos indicar que en 1939, cuando se inicia el conflicto internacional de la segunda guerra mundial, la cantidad de buques era cero.

Recién se compran 40 a astilleros Italianos, en 1941 y en el 42 se incluyeron 3 buques más esta vez desde Alemania. En ese año 1942 un submarino Alemán, hunde al buque Río Tercero en el atlántico norte y luego son incorporando cuatro para el comercio en nuestros mares del sur.

Entre 1941 y 43, compra 4 buques más a Italia y Francia. Todo esto cuando asume Perón, a través del Ministerio de Marina, triplica la capacidad de la flota en el primer año, dando un nivel de actualización y modernización a casi la totalidad de la flota mercante Argentina, que en forma determinante comenzó a surcar los mares del Mundo post Guerra Mundial, en donde todo estaba por hacerse.

El crecimiento del tonelaje de registro bruto de la flota mercante argentina de ultramar pasó de 254.000 toneladas en 1939, a 1.322.283 en 1948. El porcentaje de utilidad del 50.96 en el período 1941-1942, fue del 38.46 en 1945.

La nueva realidad hizo que Argentina se ponga a la cabeza del transporte de alimentos refrigerados, para llevar, carnes, huevos, mantecas, quesos de un nivel cada vez de más excelencia, que eran productos deseados y requeridos en todos los mercados del Mundo.

Esto llevó también a que surgieran astilleros en nuestro País, que eran necesarios para reparaciones y construcción de piezas, para que la flota siga operando, al mismo tiempo, se pagaban excelentes salarios que eran acompañados por premios por productividad y con excelentes condiciones de trabajo y cobertura a las familias en tierra.

Ahora el propósito fue en primera instancia del Gobierno Peronista, de lograr enviar el 100% de la mercadería argentina en barcos con su bandera, pero ante las quejas internacional , se bajó a un 50%, y luego a una quinta parte pero fue más que suficiente para lograr un impresionante caudal de divisas que quedaban en nuestro País.

En 1947 decía Juan Perón: “Solamente en fletes marítimos gastamos 400 millones por año, porque carecemos de flota propia; ahora que tenemos una flota de 1.200.000 toneladas, el importe de los fletes no irá a las compañías extranjeras sino a nuestras propias empresas. Si antes ustedes veían en el puerto 20 barcos extranjeros y uno solo con bandera argentina, ahora verán 20 barcos de nuestra bandera por cada uno de bandera extranjera”.

Desde 1947 a 1952 se asiste a un importante incremento en el tráfico de pasajeros, en el cual gravitan las corrientes inmigratorias que se producen en esos años. El número de pasajeros transportados pasó de 1.9 millones en 1947 a 17.6 millones en 1951. De igual forma, las cargas se incrementaron de 575.4 a 866.7 miles de toneladas.

Analicemos esto, mientras la marina mercante mundial creció desde 1939 a 1951 en un 31%, la marina mercante argentina aumentó en un 286.6%, lo cual indica como Perón toma esto como una política de estado de alta prioridad.

En 1952 la flota mercante argentina no sólo era grande, sino que era también una de las más modernas del mundo. Tomando como base el tonelaje bruto, el 34.2% de la flota argentina tenía menos de 5 años en 1952, mientras que la de Gran Bretaña tenía en esa edad al 20.5% y la de Estados Unidos al 1.9%. La mayor parte de los barcos nuevos y más eficaces pertenecían a las flotas del Estado, pero se abría al capital privado que lo hacía con eficiencia y proyección internacional, que fue fuente de grandes fortunas privadas.

Muchos amigos se ríen de mí, pues me gusta llamar las cosas por su nombre y la manera más clara es cuantificar, por eso digo que en 1951 ya teníamos 150 barcos de última generación en los mares del mundo, prácticamente pagos con el mismo trabajo de fletes y de ventas de pasajes de ultramar, que en promedio habían salido un promedio de 1.500.000 dólares y a esa fecha ya valían unas cuatro o cinco veces más.

El valor total de la flota mercante, incluidos los buques de menos de mil toneladas, las instalaciones portuarias y todos los artículos concernientes al transporte marítimo y fluvial, accedía el 1º de abril de 1950 a 2.500.000.000 millones de pesos, suma igual al precio que en 1946 se pagaron por los ferrocarriles ingleses.

Con el peronismo, el país pasó a ser una potencia marítima, ocupando el lugar número 14 a nivel mundial, transportando el 1% del comercio internacional de la época, y dando trabajo a la población, y créditos a la industria naval local, multiplicando la demanda y la oferta del sector marítimo nacional.

Esa conciencia social se hizo piel en la mayoría del pueblo Argentino, que dura hasta nuestros días, en el cual todos nos damos cuenta que significado tiene el dominio de nuestros puertos y mares, para comerciar nuestros productos.

Pistarini (infraestructura), Savio (acero), San Martín (aviación), Ramón Subiza (política), Raúl Mandé (asuntos técnicos), Oscar Nicolini (comunicación),Ivannisevich (educación), Sosa Molina(defensa), José Constantino Barro (industria y comercio), Bramuglia, Paz y Remorino (Relaciones Exteriores), Ramón Carrillo (Salud),Juan Castro (transporte), Freire (trabajo), Cereijo (hacienda) entre otros fueron colaboradores de un estratega único, iluminado para su época, que levantó tras bandera, que por más pisadas y rotas estén, siguen flameando, quiero decir, esto no lo podía hacer solo un hombre, si un conjunto de hombres y mujeres, que vean con claridad que esta Argentina se hace paso a paso, por más que de adentro y de afuera del Movimiento, nos empujen y nos demos un tropezón.

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«El peronismo correntino y el síndrome de estocolmo», por Martin Rios

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El peronismo correntino padece el síndrome de estocolmo como consecuencia de los más de 20 años de titubeantes conducciones orgánicas y lamentables decisiones políticas entronizando 23 años de poder del radicalismo conservador en la provincia. Para ello es importante hacer un poco de historia y remontarse a aquel acuerdo del antiguo Frente de Todos en CORRIENTES, dónde Eduardo Galantini, lleva un supuesto acuerdo a Eduardo Duhalde, donde el 33% del poder sería distribuido en el espacio Justicialista (incumplido), y el resto sería para los conservadores incluidos la UCR. Así yendo hasta el año 2019 donde el ingeniero Fabián Ríos decide dejar la suerte del partido justicialista a la intervención partidaria nacional. Llegando a la actualidad donde el partido ya perdió casi en su totalidad la identidad, siendo un sello vacío, sin doctrina sin militancia, ( cobrar sueldos en Yacyretá no es militancia) sin unidades básicas, quedando solamente los símbolos, la marcha, un escudo, Perón y Evita. Ello sin duda es el reflejo de una provincia conservadora hasta en el partido de las huestes del general, precisamente porque a propios extraños conviene bajarle el precio, a ningún sector de la sociedad acaudalada correntina les gustaría que ni en el sector público, ni en el sector privado, ambos subyugados tengamos que proteger derechos u obtener mayores beneficios en cuanto a la dignidad del salario de un trabajador. El conservadurismo se apropió de todos los partidos incluso el nuestro, por ello es el momento de arrancar con no solo la refundación y reedición, para así aportar un refresco a la doctrina, el objeto y el contenido de aquello que nos enseñara el general desde 1945 cuando nos permitió entender dos formas de vida en la Argentina, la del egoísmo y la de la distribución, pero que jamás pudo instalarse en nuestra provincia donde una clase social manda y la otra obedece sin poder reclamar o tener dignidad en su estándar de vida, y con magros derechos. Todo el tiempo transcurrido puede recuperarse, se necesita recomponer las fuerzas porque donde hubo fuego cenizas quedan y sin duda el ADN peronista está en nuestra provincia que requiere de la organización y sin duda un liderazgo firme carismático que pueda permitir marcar el rumbo. Una vez que contemos con esa figura que puede ir más allá de los intendentes que por cierto son pocos en la provincia de CORRIENTES del signo político peronista y cada día menos. Los efectos de este síndrome de falta de personalidad y fragilidad política se debe a errores propios A falta de personalidad política interna y claramente a injerencia de todo tipo, externa tanto en el terreno provincial como desde la esfera nacional no permitiendo la decisión a los afiliados a través de elecciones internas y ningún tipo de selección de candidatos orgánicos y electivos. Esto es aprovechado por el conservadurismo radical en modo feudal que inventa o fomenta decenas de partidos políticos con pocos votos y el justicialismo no es ajeno a este abanico de colores políticos. Entonces con pequeños grupos de dirigentes que se encuentran ocasionalmente con cierto grado de posibilidad para tomar decisiones, sin legitimidad pero decisiones al fin, logran continuar manipulando con la fuerza política llevando a distintas direcciones al electorado y al sello pero ocultando que en realidad detrás de Ello hay negocios individuales o personales pero nunca el objeto final de alcanzar el poder para la felicidad del pueblo correntino y obviamente la dignidad de todos los correntinos. También la influencia nacional con los diversos gobiernos desde el año 2001 en adelante que tienen afinidad Con el peronismo poco contribuyeron con la democratización y con el crecimiento político sino más bien mantuvieron esa influencia determinante sin autonomía territorial en la toma de decisiones, y obviamente de los candidatos seleccionando a los peores e inoperantes, pero a fines a las huestes nacionales para así controlar a la provincia y tenerla maniatada siempre y subordinada al conservadurismo local. El declive comienza desde el primer gobierno del kirchnerismo,el peor con Fernández, y se fue profundizando olvidándose las ideas movimentistas y militantes y aumentando los individualismo y personalismos Y por qué no decir los amiguismos que se alejaron de la cuestión política de la comunidad y de la sociedad en general. Las soluciones deberían ser permitir elecciones internas, democráticas, participativas y transparentes para que así la organización política más importante de latinoamérica y de la Argentina que también tiene su base territorial en corrientes pueda ponerse los pantalones largos y tomar decisiones por sí mismo sin injerencias locales extrañas y nacionales lejanas. Esto sin duda debe ser urgente porque las necesidades de la provincia son para ahora, precisamente por el alto grado de corrupción que se vislumbra a través de los medios nacionales de toda naturaleza en la provincia Y qué si el peronismo Lee con inteligencia este estado de situación ineludiblemente tendrá la posibilidad de conducir los destinos de la provincia con la selección de hombres y mujeres con altas imágenes en el territorio siendo claramente estos requisitos absolutamente indispensables, no pudiendo dejarse de lado las internas y el posicionamiento de aquellos que están bien vistos en la sociedad que cuentan con ficha limpia y con credibilidad ante un electorado que se encuentra escéptico también en la provincia de corrientes, como consecuencia de la falta de credibilidad que tiene la política en todo el país. la única solución viable en la provincia de corrientes es brindar una solución definitiva al síndrome de estocolmo y a la falta de autoestima con la que cuenta el justicialismo local.

Martin Rios.

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«Socialismo 6.0 o Anarco capitalismo», por Mario Mazzitelli

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El 20 de agosto de 2024, di una charla* con el título que figura arriba.

Esta exposición estuvo signada en torno a la lucha sobre la representación del futuro. Contradicción planteada en términos de Socialismo 6.0 o Anarco capitalismo. Para mí, virtuosa y constructiva la primera. Disolvente y destructiva la segunda. Multipolar, amigable y solidaria la primera. Unipolar, colonial e imperial la segunda.

Pero, como hablar de futuro conlleva el riesgo de tener una conversación abstracta, me propuse observar los resultados prácticos de esta forma de encarar la problemática argentina. En ése sentido delineé un borrador del programa de gobierno, como si “ya” lo tuviéramos que asumir. El debate en torno al mismo es de interés para la inmensa mayoría. (Aunque los consultores políticos informan que nadie lee los programas; para mí es una cuestión de responsabilidad) Por lo tanto lo pongo a consideración de quienes quieran leerlo (faltan temas. Argentina necesita un plan integral con eje en el valor humano. Necesita armonizar para su buen desarrollo: energía, infraestructura, transporte, comunicaciones, producción, comercio , educación, ciencia, tecnología, calidad institucional, seguridad, defensa nacional, cuidado del ambiente, etc. Aquí solo defino un perfil) y dejo abierto el debate en torno a cualquier sugerencia.

Pienso que la “libertad” de un pueblo solo es real cuando conoce su situación actual, sabe adónde ir, puede discernir qué camino transitar y decidir con quienes lo piensa recorrer.

Para eso la planificación estratégica moderna es insoslayable. Diagnóstico correcto sobre el presente, destino (futuro) al que aspiramos, el camino a recorrer y el colectivo con el que avanzar.

— o —

A continuación un segmento de la charla, referido a los primeros metros de ese largo camino.

Argentinizar Argentina

1.- “Frente al plan sistemático de saqueo y empobrecimiento del pueblo argentino”, la primer tarea será elevar su condición social por sobre la línea de “necesidades básicas”. Porque el hambre no espera. En Argentina el problema no es la falta de producción de alimentos, sino la distribución “inhumana” de la riqueza nacional.

Para esto hay que implementar un Ingreso Básico Universal que erradique la pobreza y la indigencia de ingresos. Para luego poder darnos una política integral de desarrollo; liberando las potencialidades físicas, intelectuales y creativas del pueblo.

Además (de esta manera) estaremos cumpliendo con los derechos económicos, sociales y culturales establecidos en nuestra Constitución Nacional a partir de la incorporación en 1994 de los tratados y pactos internacionales.

2.- Haremos una corrección del valor del «Salario mínimo, vital y móvil». Para que desempeñe la función con la que fue legislado en su momento. Buscaremos que se cumpla con “Igual remuneración por igual tarea; participación en las ganancias de las empresas, con control de la producción y colaboración en la dirección”, según consta en el art. 14 bis de la Constitución Nacional.

3. Recuperaremos la Soberanía Jurisdiccional. Para que todo conflicto, litigio, juicio, con origen en nuestro suelo; que afecte los intereses del Pueblo de la Nación Argentina, se diluciden en el territorio nacional, en los tribunales correspondientes. Nunca más asuntos nacionales en Tribunales de Potencias Extranjeras. Para lo cual debemos jerarquizar el sistema de Justicia, cumpliendo el artículo 24 de la CN con el establecimiento del juicio oral por jurados.

4. Impulsaremos una amplia investigación sobre la Deuda Pública. Investigación y Auditoria a partir de la cual buscaremos una solución soberana al problema. Echando luz sobre las maniobras de corrupción más grandes de nuestra historia. Barriendo del horizonte la hipoteca que pesa sobre la actual y las futuras generaciones.

5. Pondremos fin a la Ley de Entidades Financieras, originada durante el Terrorismo de Estado, en 1977. Diseñaremos un moderno sistema financiero para ponerlo al servicio del trabajo, la producción y la inversión. Eliminando de cuajo el carácter parasitario con el que hoy se saquea a la Nación.

6. Revisaremos el papel del comercio exterior. Reconvirtiéndolo para que resulte en una pieza estratégica de nuestro desarrollo integral.

7.- Iniciaremos el camino de cambios macro-económicos (tributarios, cambiarios, financieros, monetarios, fiscales…) para alcanzar un crecimiento del 7 al 8% anual, con el que cuadruplicar el PBI en 20 años, mejorando la calidad de vida del 99% de los argentinos. Sostendremos este crecimiento en 3 grandes pilares: a.- planificación estatal, b.- libertad de mercado y c.- economía cooperativa. Generando sinergia entre las partes.

Desmantelaremos legalmente (en el marco de un plan) los “estados dentro del Estado” (enormes conglomerados multipropósito) que intoxican, desvirtúan y desvían la misión democrática de nuestra sociedad.

8. Vamos a declarar que: La tierra, el agua, la flora, la fauna, los minerales, las nacientes y caídas de agua, los yacimientos de petróleo, de litio, de carbón, de gas y las demás fuentes naturales de energía; el suelo, el subsuelo, el espacio aéreo, el espectro radioeléctrico, el mar, la plataforma marítima, las islas y los archipiélagos emergentes; son pertenencias imprescriptibles e inalienables del Pueblo argentino. De la propiedad común de estos bienes y las rentas emergentes; provendrá la unidad política y el destino común de todos los habitantes.

9.- Retomaremos la Soberanía plena sobre la ocupación, uso, producción y preservación de la tierra y el mar argentinos. Esto demandará nuevas leyes; que pongan estas riquezas al servicio del desarrollo social, económico, científico y tecnológico del país.

10. Marcharemos hacia la Justicia Fiscal. Impulsaremos una “justa contribución territorial” como fuente de innumerables beneficios para la inmensa mayoría de los argentinos. Esto permitirá eliminar muchos impuestos (ingresos brutos, al cheque y decenas de otros tributos), bajar el IVA al 8%, invertir el sentido de la coparticipación (de los municipios hacia las provincias y de las provincias a la nación; fortaleciendo el federalismo) Estimulará el trabajo y la inversión como verdaderas fuentes de la riqueza. Fortalecerá la inversión en educación, ciencia, tecnología, bienes de capital, etc. porque empezará a poner fin a la especulación y las rentas parasitarias de la tierra. Mejorará la producción agropecuaria, industrial y de servicios. También el consumo. Bajará el precio de los terrenos para vivienda, para la felicidad de las familias jóvenes. Nos ayudará a ocupar con mayor racionalidad el territorio nacional (disminuyendo los grandes desiertos que aún nos quedan y poniéndolos en producción) y cuidará mejor la tierra, el agua, los bosques, la biodiversidad, etc.

11. Jerarquizaremos el Estado y la función pública desde lo moral, intelectual, organizativo y tecnológico. Necesitamos un Estado intachable, con personal altamente capacitado, organizado como los mejores del mundo, modernizado hasta los límites de nuestras posibilidades. Un Estado altamente eficiente. En capacidad de cumplir su rol en esta etapa histórica. Para lo cual el compromiso de todos quienes trabajan en él, es una condición ineludible.

12. Daremos lugar al plan de obras públicas más grande de la historia argentina. (Todas estas propuestas están fundadas en estudios ya realizados por equipos que, sin distinción de ideologías, han demostrado la factibilidad de los mismos)

– Plan para la construcción de viviendas familiares dignas para un buen vivir. Pasar de las 200.000 actuales a 500.000 por año, en una década. Esto implica el crecimiento planificado en la producción de cemento, acero, ladrillos, cerámicas, aberturas, loza, etc. y la movilización de todos los gremios. Este plan reclama para su buen diseño la más amplia participación.

– Nueva red ferroviaria troncal para unir todo el territorio nacional. Transporte de cargas y pasajeros, observando la mejor conectividad interior entre ciudades, etc. Estudiando la conveniencia de trenes de alta velocidad para las regiones más densamente pobladas.

– Red federal de autopistas. Tal cual el proyecto ya elaborado de 13.500 km uniendo los principales pueblos y ciudades del país. Para poder viajar en coche, micro o camión entre dos puntos cualesquiera del país, seguro y a velocidades razonables; eliminando la totalidad de los peajes.

– Un nuevo aeropuerto para el comercio internacional. Agilizando el transporte de cargas valiosas con el resto de los países, allí donde la demanda lo justifique.

– Un nuevo puerto nacional de aguas profundas. Moderno, eficiente, que canalice el comercio exterior de una buena parte del cono sur con rápida salida al océano Atlántico. Correctamente conectado con las redes ferroviarias, viales y aéreas.

– Impulsaremos inversiones para la transición energética. Debemos abandonar la idea de una matriz sostenida en combustibles fósiles (con emisiones de dióxido de carbono -CO2- responsables del efecto invernadero y del calentamiento global) Debemos ir hacia energías sustentables (eólica, solar, hidroeléctrica, hidrógeno, geotérmica, mareomotriz, biogás, etc.) Aunque hablemos de décadas, el comienzo debe ser ahora. Abriremos un debate responsable sobre la energía nuclear para que defensores y detractores puedan ayudarnos a iluminar el mejor camino en la materia.

– A la obra pública debemos sumar el relanzamiento de las industrias estratégicas que ya supimos tener (ferroviaria, naval, aeronáutica, espacial, etc.)

El financiamiento, de estas obras e industrias saldrá de la riqueza creada a partir de las mismas obras e industrias. Es decir, la fuente de la mayor cantidad de dinero necesario para su financiación será la propia producción de riqueza. Quitándole al sistema financiero su parasitaria capacidad de multiplicar el dinero sin generar ningún bien o servicio tangible para el conjunto social.

13. Impulsaremos una democracia participativa. Será un salto cualitativo en lo político cultural. Dónde el pueblo, que ya logro elegir a sus gobernantes a través del sufragio universal; ahora, utilizando las modernas tecnologías de la información podrá decidir sobre los asuntos estratégicos más trascendentes. Recuperando así el dominio de nuestro destino, hoy enajenado en castas superiores de embajadas extranjeras, de políticos incapaces, de empresarios sin compromiso, de periodistas mercenarios, de economistas serviles, etc.

14.- Plena Democracia Sindical. Elecciones libres y representación proporcional de todas las corrientes sindicales. Sin injerencias del Estado. Dirigentes elegibles por un período no mayor a 4 años y una sola reelección. Con mantenimiento del salario previo y todos los derechos de los trabajadores mientras dure su mandato.

15. Aceleraremos la transición hacia una Argentina Ecológica. Defenderemos el aire, el agua, la tierra, los bosques, la biodiversidad. Planificaremos cada paso de nuestro desarrollo económico para que la huella ambiental (inevitable) sea la mínima y de fácil restauración. La defensa del ambiente no es una opción, es un deber con la permanencia de la vida humana sobre el planeta. Impulsaremos un reencuentro creativo con la cultura de los pueblos originarios y la elevación material de sus condiciones de vida, allí donde su existencia no se corresponda con la dignidad humana a la que aspira nuestro país.

16. Acentuaremos nuestra presencia activa en el Mercosur. Ayudaremos al relanzamiento de la Unasur y la Celac con la finalidad de dar pasos concretos hacia la Unión Latinoamericana. Volveremos a solicitar nuestro ingreso a los BRICS. Y trabajaremos incansablemente por un mundo en paz (donde los conflictos sean canalizados por la negociación entre las partes) cooperativo (para el buen vivir de todos los seres humanos del planeta) y multipolar para que reine la amistad y la solidaridad entre todos los pueblos.

Humildemente nos necesitamos los unos a los otros para hacer un mundo mejor. Otro mundo es posible.

Fin de la cita.

*Debo resaltar que a la misma concurrieron vecinos del barrio de Balvanera y también militantes y dirigentes del PSA, la Confederación Socialista, el Humanismo, la Izquierda Nacional, el peronismo, el radicalismo y el nacionalismo popular.

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