En Economía afirman que “las negociaciones están encaminadas para un cierre” y que, en función de los acuerdos arribados, este viernes “se podrían tomar medidas”.
El ministro además estuvo en contacto permanente con la Casa Blanca y también conversó con el equipo económico del gobierno alemán. Los directores de Estados Unidos y Alemania son clave, junto con China, para obtener el apoyo que Argentina necesita. Por el momento, el ministro de Economía no tiene decidido viajar a Washington y continuará monitoreando las negociaciones desde Buenos Aires, según señalan en el Palacio de Hacienda.
Resta conocer si el FMI enviará desembolsos anticipados por unos 8.500 millones de dólares. Asimismo, en cuanto se estipulará la meta de déficit fiscal (el actual acuerdo la prevé un desequilibro primario de 1.9% del PBI) y la meta de acumulación de reservas.
En tanto, este miércoles el FMI insistió en un documento en que la Argentina debe eliminar el “cepo” de manera gradual, llevar la multiplicidad de cotizaciones del dólar a un “régimen cambiario simplificado”, restringir las intervenciones sobre el dólar en el mercado, mantener una política monetaria “estricta” y un ajuste fiscal amistoso con el crecimiento para fortalecer la economía. Así lo señaló en el Informe del Sector Externo (“External Sector Report”).
Según el documento, el cepo y la multiplicidad de tipos de cambio “generalmente han ayudado a contener las salidas de capital, pero han introducido distorsiones que desalientan el comercio y la inversión extranjera”. Y enfatiza que esas medidas “no sustituyen a políticas macroeconómicas sólidas”.
El análisis también advierte que, según el saldo de la cuenta corriente que tuvo la Argentina en 2022 y el que debería tener como el propósito de bajar la deuda externa y comenzar a recuperar el acceso a los mercados, el tipo de cambio real promedio debió haber sido, en general, entre un 15 y un 20 por ciento mayor.
En este sentido, y según trascendidos, el staff del FMI le pediría al gobierno argentino una devaluación en torno a esos valores.
En el terreno de las medidas, el Fondo señala que “la consolidación fiscal amistosa con el crecimiento, combinada con una política monetaria estricta y un régimen cambiario simplificado, sigue siendo esencial para moderar el crecimiento de la demanda interna, fortalecer la balanza comercial, reconstruir las reservas internacionales, recuperar el acceso al mercado y garantizar la sostenibilidad fiscal y de la deuda externa”.
Como es habitual, el organismo insiste en la necesidad de una “flexibilización gradual basada en condiciones de las medidas de control de capitales” y, que “se deben eliminar las prácticas de monedas múltiples y las restricciones cambiarias”, una vez alcanzada la estabilidad económica
Expectativa por el acuerdo con el FMI
Las autoridades esperan que, tras arduas negociaciones, en los próximos días se anuncie el acuerdo con los técnicos (staff level agreement). Al respecto señalan que «fue muy importante el fuerte respaldo del Gobierno de los Estados Unidos en la negociación», destacan.
Según el acuerdo actualmente vigente, el FMI tenía previsto desembolsar unos u$s4.000 millones en junio, unos U$S 3.400 a comienzos de septiembre y otro tanto en el inicio de diciembre venideros.
Cabe recordar que Argentina postergó el pago de casi u$s2.700 millones que debe realizar al Fondo para el 31 de julio, en momentos en que el sector externo se presenta frágil.
Afectada por la peor sequía de la historia, según reconoció el FMI, la Argentina viene incumpliendo las metas comprometidas ante el organismo multilateral, tanto en materia de desequilibrio fiscal como de acumulación de reservas y asistencia monetaria al Tesoro.
El Fondo aceptó recalibrar el programa argentino tomando en cuenta el impacto de estas desfavorables condiciones climáticas que, según mediciones oficiales, significaron una caída de ingresos por exportaciones de u$s20.000 millones. Sin embargo, resta saber hasta qué punto serán flexibilizadas las metas.