Unilever, Colgate y Coca Cola resignan subas sobre la inflación y adhieren al 3,2 por ciento que pidió Massa para Precios Justos. La «apretada» por los dólares.
Si la aceptación de las remarcaciones excesivas y la corrección de las mismas es efectiva se verá y dependerá del poder de control del Gobierno, pero por primera vez en mucho tiempo las grandes empresas del consumo masivo decidieron alinearse con la pauta oficial de aumentos que impuso el ministro de Economía, Sergio Massa. Página I12 accedió al contenido de cartas que empresas de la talla de Unilever, Coca Cola, Proceter and Gamble, Colgate, Johnson y Mastellone enviaron a comercios grandes y pequeños en las cuales piden «desestimar las listas anteriores» que «son erróneas» y aclaran que «la lista vigente a partir del 1 de febrero tendrá un aumento de 3,2 por ciento aprobado por la Secretaría» de Comercio. El factor central fue una presión fuerte del gobierno sobre los dólares para importar: «o bajan los precios o no hay divisas», les espetaron.
Incluso algunas, que habían pasado listas con aumentos de iguales productos con variaciones mínimas con aumentos de hasta el 50 por ciento, los volvieron a atrás. Uno de los casos, los detergentes de Procter and Gamble, que a fines del 2022 les habían variado características mínimas del packaging para aumentarlos hasta un 50 por ciento. Allí el Gobierno vio una maniobra y obligó a retrotraer el precio.
Estas cartas que da a conocer este diario contienen información y diferentes análisis. El primero es que, tal como planteó la Secretaría de Comercio en las reuniones con 13 grandes firmas del consumo, se adelantó al 1 de febrero la segunda etapa de Precios Justos (vencía el 28 de febrero), y durará hasta junio, previo a las PASO. Y que además se bajó del 4 por ciento al 3,2 por ciento la pauta de incremento para todos aquellos productos que no están dentro de la canasta de 2000 congelados de Precios Justos. Este punto es importante porque las empresas están aceptando bajar un punto porcentual de aumento un mes antes de terminar la primera etapa de Justos, cuando podrían, si quisieran, seguir aumentando el 4 por ciento que era lo acordado hasta el 28 del mes.
Según fuentes del propio mercado, fue el ministerio de Economía el que presionó sobre las empresas para que aumenten los pautado como un ultimátum para recibir los dólares para las importaciones, tal el acuerdo que se rubricó con las firmas. Para el Gobierno, más allá del IPC general del INDEC, es prioridad que los precios de los alimentos y canasta básica se encolumnen con subas de al menos la mitad que hace unos meses.
Por ejemplo, esas mismas empresas que hoy aceptan aumentar un 3,2 por ciento, en junio, julio, agosto y septiembre venían remarcando los precios entre 8 y 20 por ciento. Con Massa en la mesa de negociaciones, aún en un tema muy micro pero relevante, se revirtió un proceso de aumentos muy por encima de una inflación que ya era alta cuando Martín Guzmán era ministro de Economía. Lo llamativo de estas comunicaciones formales, también, es la velocidad del anuncio y que está vez se hizo formal. Hace sólo unas semanas que el secretario de Comercio, Matías Tombolini, se viene reuniendo con 13 empresas del consumo masivo para bajarles las nuevas indicaciones de subas no mayores al 3,2 por ciento.