La provincia de Buenos Aires lanzó una iniciativa ambiciosa: realizar 1.000 cirugías de vesícula programadas en apenas cinco días, en 38 hospitales públicos, con el objetivo de reducir la extensa lista de espera que afecta a miles de bonaerenses.
📍 ¿Qué significa para quienes esperan?
Muchas personas de bajos recursos llevan meses o incluso años esperando una intervención de vesícula. Esa demora no es solo un malestar físico: implica dolor recurrente, imposibilidad de trabajar con normalidad, estrés familiar y riesgo de complicaciones graves.
Este operativo, al extender turnos de tarde, trabajar en fines de semana y movilizar recursos quirúrgicos hacia los hospitales públicos, significa una mejora concreta: menos espera, recuperación más rápida, vida normal retomada.
El ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak lo definió como “un esfuerzo enorme del sistema público” para dar respuesta a una demanda real.
🎯 Un paso importante, pero no basta
Si bien esta “maratón quirúrgica” es una muy buena noticia, también plantea preguntas:
¿Se trata de una medida aislada o de un cambio estructural en la capacidad del sistema público de salud?
Que funcione ahora no garantiza que se sostenga mañana: los pacientes esperan que estos operativos sean el inicio de una política constante, no solo un esfuerzo ocasional.
La lista de espera es grande (≈10.000 pacientes solo para vesícula en la Provincia) y requiere no solo operativos rápidos, sino también prevención, infraestructura y políticas de salud integral.
🔍 Reflexión final
Esperamos que este tipo de políticas —que implican reales mejoras para la gente común— no se conviertan en parches de campaña electoral, sino en el modelo a seguir: planificación, recursos asignados, equidad de acceso. Porque cuando la Salud Pública funciona bien, los más vulnerables recuperan una parte de dignidad que muchas veces les ha sido negada.