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LA C.G.T. ACELERA SU PROCESO DE NORMALIZACION: CUMBRE EN EZEIZA E INDICIOS DE UNIDAD

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Este miércoles, la Confederación General del Trabajo (CGT) dará un paso crucial en el camino hacia la elección de su próxima conducción.

El encuentro se realizará en el predio de SETIA, en Ezeiza, y reunirá a más de 160 secretarios generales en un almuerzo que promete ser un verdadero termómetro político antes del congreso confederal del 5 de noviembre, donde se definirá la integración del nuevo Consejo Directivo.

Según pudo saber El Vocero, la reunión ratificará la tendencia hacia una conducción colegiada, consolidando el modelo de triunvirato y dejando en segundo plano las propuestas de liderazgo unipersonal que impulsaban algunos sectores minoritarios. Esta dinámica, que apuesta a la horizontalidad e inclusión de las principales corrientes internas, busca proyectar un mensaje de unidad en medio de un contexto económico y político complejo.

Un “preconfederal” con clima electoral
El almuerzo no será solo un gesto protocolar. Funcionará como una instancia previa para medir apoyos, definir compromisos y ordenar posiciones antes de noviembre. Se espera un tono moderado, con pocos discursos pero de fuerte contenido político, donde la CGT fijará postura frente a las políticas del Gobierno nacional y el escenario electoral que se aproxima.

Tensiones internas y jugadas paralelas
Pese a los esfuerzos por mostrar cohesión, no todas las piezas encajan. La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y otros gremios identificados con el kirchnerismo no estarán presentes, lo que deja al descubierto diferencias que persisten en el movimiento obrero.

En paralelo, el titular de la UOM y secretario del Interior de la CGT, Abel Furlán, convocó para el mismo día a un encuentro con las regionales en la sede del Partido Justicialista. Desde la conducción nacional ya anticipan que la actividad no cuenta con aval institucional, lo que podría derivar en un desmarque formal en los próximos días. Para la mesa chica cegetista, el gesto es más simbólico que real: los sindicatos del interior dependen de sus conducciones nacionales y difícilmente se enfrenten a ellas.

La renovación, con nombres propios
En este escenario, la expectativa se centra en la renovación generacional. Fuentes sindicales confirman que la próxima conducción incluirá caras nuevas, con dirigentes que ya suenan con fuerza para integrar el triunvirato. Entre ellos, figuran Maia Volcovinsky (judiciales – UEJN), Cristian Jerónimo (vidrio) y Jorge Sola (Seguro).

Otros nombres en danza son Juan Pablo Brey (Aeronavegantes y referente del transporte), Pablo Flores (AEFIP), Sebastián Maturano (La Fraternidad), Jerónimo Moyano (Camioneros), impulsado por Hugo Moyano, y Hernán Doval (municipales – FESIMUBO). Todos representan a una generación que busca mayor protagonismo en la mesa de decisiones de la CGT.

La cumbre de Ezeiza marcará el pulso real de la central obrera. Unidad, renovación y equilibrio interno serán las claves en la cuenta regresiva hacia noviembre, cuando el movimiento obrero defina quiénes estarán al frente de una CGT que, lejos de la calma, se prepara para tiempos decisivos.

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