OPINIÓN

«Solo se sale luchando», por Jorge Rachid

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La experiencia nos dice que si uno no logra identificar con diagnóstico preciso las causas originarias del dolor social, las frustraciones, las pérdidas de proyectos de vida, los miedos y angustias de éste tiempo, se puede caer en la depresión como enfermedad o bajar la respuesta inmunológica, además de aislarse y sentirse solo. No es psicoanalítica esta reflexión sino profundamente política, que debería asumirse como tal, para provocar la reacción positiva, ante tanto desastre.
En primer lugar debemos asumir que hay un enemigo, que éste enemigo tiene su juego diferente a nuestras necesidades, además de un plan para que dejemos de ser lo que somos, como Patria, como cultura, como comunidad solidaria.
Un enemigo que todo lo mercantiliza como objetivo aunque plantee otros temas como excusas de su accionar. Son las nuevas formas del coloniaje no sólo económico sino cultural, institucional, mediático e incluso militar, que intenta borrar la memoria histórica del pueblo argentino, además de nuestro compromiso como Matria Patria Grande Latinoamericana.
Es coloniaje explícito, más allá de las formas democráticas con las cuales se llegó al Gobierno, con un poder real ejercido off shore, con guion propio de saqueo y control político y social. Identificarlo abre los caminos no sólo a la lucha sino a los desafíos que deberemos enfrentarnos a la hora de la liberación nacional, cuando salgamos de la trampa de una democracia debilitada por ese mismo enemigo, desde hace 41 años y que fijó los términos de referencia, primero desde lo económico imponiendo al Mercado como eje de construcción del modelo nacional claudicante, que fue afianzado por la Constituyente de 1994 en cuanto a la diáspora social, producida por los mecanismos de fragmentación nacional, en materia de salud, educación, seguridad social y recursos naturales.
Constitución que abrió otros caminos interesantes, como la incorporación supra constitucional de los acuerdos y tratados internacionales firmados por el país, en especial DDHH.
Sucede que el enemigo está dispuesto a otorgar todo aquello que no afecte su estructura macro económica dependiente, que logró instituir con el Consenso de Washington.
Todas las batallas contra culturales desplegadas en estos años, que sirvieron sin dudas al objetivo de ampliar derechos sociales, nunca afectaron la raíz dependiente y colonial que el enemigo logró instalar, junto a una cultura dominante neoliberal y egoísta, que estalla en la comunidad, generando el efecto de lucha de pobres contra pobres.
Ese enemigo hoy representado por la lV Flota, Trump, la OTAN, Israel y la siempre presente presencia colonizadora de Inglaterra desde Malvinas, nos impone una reflexión sobre los caminos a seguir en un largo proceso de luchas y reconfiguración política, que debería tener como base el patriotismo, el continentalismo, el humanismo, la eliminación de la pobreza, la reconstrucción de una Patria soberana y un modelo de país biocéntrico que combata al calentamiento global y rescate a los seres humanos como fundamento de todas las políticas internacionales y nacionales, en paz, en una nueva arquitectura global que permita el desarrollo con justicia social.
Ese marco teórico filosófico que nos dejó el peronismo, es la base misma de la discusión en el mundo hoy, ya que los modelos macro económicos han llevado a la humanidad al borde de su autodestrucción, por la voracidad mercantil, el lucro, el extractivismo sin límites y de disputas de áreas de influencias, con miles de millones de desplazados por guerras, hambre y destrucción, siempre alentadas por el Imperio que supo ser hegemónico y ya no lo es.
Entonces luchar no es una opción, es una necesidad de la hora, que llevará el pueblo adelante cuando se convenza que ésta democracia está cooptada y que hay que reformatearla con una nueva Constitución.
Que nada es para siempre, pero el dolor social es diario, se siente, se percibe aun en aquellos compatriotas solidarios que no lo sufren, al mismo tiempo que la Patria se escapa entre la mirada atónita y pasiva, de quienes legítimamente luchan a diario por sobrevivir, junto a aquellos que estamos dispuestos a una lucha permanente, en cada expresión sectorial y en la defensa de una situación de entrega, subordinación, claudicación nacional, de un Gobierno que llegó por las urnas, pero en un hecho que no le da impunidad de ejercicio del mandato, transformándolo en una autocracia dictatorial, al servicio del coloniaje.
Luchando venceremos y lo hacemos con la alegría de dar una batalla por una causa justa: la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación, soberana, independiente, justa, solidaria y en paz, como expresión máxima de un pueblo que siempre acompañó a nuestros héroes y mátires, desde los Padres Fundadores hasta hoy, en las gestas épicas, que nos permitieron recuperar la Patria en cada período histórico.
Jorge Rachid
CABA, 29 de enero de 2025

BIBLIOTECA
Fermín Chávez: Alpargatas y libros. Ed. Theoría
Ruben Dry: Jesus El Revolucionario Ed. Colihue
Jorge Rachid. El mundo del día después. Ed CICCUS

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