OPINIÓN

¿De dónde saldrá el martillo verdugo de esta cadena? Los últimos días del Presidente Milei por Juan Carlos Romero López 

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Tal como deducimos en nuestra nota «Seré loco pero no boludo», el Presidente Milei tenía ante sus ojos dos opciones: un ajuste fuerte pero racional o un ajuste brutal acompañado de violenta represión, junto con el festival mediático de los profetas del odio como el twittero mínimo e irrelevante Manuel Adorni, que tiene orgasmos cada vez que se apalea a un pobre o se hambrea a un jubilado. Así le irá, nadie lo dude, el pueblo tiene memoria.

La vocación de quedar en el bronce que parecen producir los neurotransmisores del cerebro presidencial, excitados por los cantos de sirena de los economistas perversos que lo rodean, durarán lo que la materialidad imponga, no hay régimiéntico que los deténguica, si tienen hambre los populáricos, nos recuerda Violeta Parra.

¿Querrá Milei quedar en el bronce como el vencedor del flagelo inflacionario sobre una pila de cadáveres?

¿Será que asistiremos entonces a los últimos días del presidente constitucional Javier Milei, por decisión propia, por fanatismo ideológico?.

El pueblo argentino es pacífico pero insumiso, levantisco, no sabe bancarse los atropellos y ese mismo pueblo, justamente, adoptó parte del discurso del Ajustador Genocida respecto a la libertad; hoy se encuentra que se le ha cortado la libertad de expresarse, de protestar, de no morir de hambre con la boca cerrada.

La vorágine en la que estamos aún deja, por unas horas, la posibilidad de que un rapto de lucidez y humanidad invada al Presidente y todo se calme, aún dentro de la dureza de los temas a resolver.

Para ser claro y preciso, no hay nada de golpista o destituyente en la genética de este cronista. Amo y defiendo la democracia. Si Milei cae, es porque metafóricamente se decidió a arrojarse al vacío y tal vez dialogar ahora frente a frente con sus perros muertos.

Ganar una elección no habilita el saqueo, la devastación y la destrucción del tejido social. La Constitución Nacional contempla el derecho del pueblo a resistir a la opresión.

Y para despejar de sesgo personal esta atroz profecía, no hace falta hacer una encuesta en una unidad básica de La Cámpora o en la sede del PC para saber si esto va a durar, basta preguntarle a cualquier tachero, aún tilingo o gorila que, mejor que nadie, pulsan el latido popular. No hay uno solo que le asigne continuidad a este descalabro.

La incógnita que queda por despejar es la que indica el título de esta breve nota. En tiempos de liderazgos vencidos, ¿quiénes serán los que emerjan como tales de esta catástrofe evitable? Seguramente no aquellos de los que la mayoría se hastió, al punto de serruchar la rama que la sostenía sobre el foso de los caimanes.

Pero hablar de los que no fueron, de los que ayudaron a llegar aquí, será motivo de otra nota.

Juan Carlos Romero López
20 de diciembre de 2023
neuroperonismo@gmail.com

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