El dólar blue subió la semana pasada un 7,3 por ciento y cerró a 800 pesos. La incertidumbre en torno a las elecciones acelera la dolarización de las carteras.
acuerdo con las principales empresas del sector y se les permitirá liquidar una parte de sus exportaciones (el 25 por ciento) al CCL mientras el restante (75 por ciento) se cursará al dólar oficial. Esto arroja una cotización cercana a los 470 pesos. Se espera que el sector petrolero cierre el año con exportaciones récord que permitirán cursar liquidaciones por 1.200 millones de dólares al dólar preferencial en los próximos dos meses, según estimaciones del gobierno. Esto ayudará a contener la corrida cambiaria aunque el panorama luce incierto.
El último viernes de septiembre, y siempre dependiendo del título con el que se realice la transacción, el dólar CCL cerró en 822 pesos y el MEP avanzó hasta 701 pesos.
Para Emiliano Libman, investigador del área de Economía de Fundar, “era esperable esta corrida justo un mes antes de las elecciones y ante la promesa de no devaluar del gobierno.” El mercado le toma el pulso a la política pública. Además, agrega: “hay señales borrosas: por ejemplo el candidato que pica en punta para las próximas elecciones presidenciales promete dolarizar la economía, pero no se sabe bien cómo”. «Todo eso alimenta un clima de incertidumbre, en donde el mercado observa que hay más concesiones de parte del gobierno, pero que se mantiene firme en su decisión de no devaluar”, agrega.
Asimismo afirma que “el gobierno está aceptando un desdoblamiento cambiario progresivo en los hechos”. Es decir, un dólar que rige para el comercio exterior de bienes y otro para las operaciones financieras y el intercambio de servicios basados en el conocimiento, por ejemplo.
Por su parte, Pedro Gaite de FIDE también considera que “era esperable que a medida que se acercan las elecciones, aumente la dolarización de las carteras” y que a su vez “el gobierno tiene más herramientas para intervenir –y de hecho lo está haciendo- en el tipo de cambio oficial y en los financieros paralelos, pero el blue es un mercado diferente y más pequeño”. Las tensiones repercuten especialmente en este último mercado. Por último, indica que “esos valores de tipo de cambio no tienen un anclaje en las variables fundamentales de la macroeconomía o estructura productiva argentina, sino que más bien reseñan altas expectativas de devaluación ante un cambio de gobierno, las escasez de reservas del Banco Central y la incertidumbre provocadas por las elecciones”. Las medidas que plantean algunos candidatos, como la dolarización o la unificación cambiaria implicarían un salto cambiario muy fuerte.