ECONOMÍA

El efecto Shein en la Calle Florida: la moda ultrarrápida y el colapso de la industria Textil Argentina

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La Calle Florida, emblema del comercio minorista argentino, se ha convertido en el epicentro visible de una crisis silenciosa pero devastadora. El auge de plataformas de “ultra fast fashion” como Shein y Temu, conocido como el “Efecto Shein”, no solo redefine el consumo con envíos directos desde China a precios irrisorios, sino que acelera el colapso de la industria textil nacional.

En 2025, con importaciones récord y cierres masivos, este ícono contrasta con los paquetes de Shein en manos de los transeúntes. Shein lanza hasta 7.200 productos nuevos por día, replicando tendencias de TikTok en horas. Sus precios —una remera por menos de 5 dólares— son posibles gracias a la producción masiva en Guangzhou.

El Problema Estructural

La industria textil argentina, que genera 300.000 empleos directos, opera hoy al 41 % de su capacidad instalada. La producción cayó un 20 % interanual en septiembre, con un retroceso acumulado del 18,1 % en el año, cerraron 427 empresas vinculadas al rubro (el 7 % del sector), lo que significó 11.000 despidos y 12.000 suspensiones.

Esta catástrofe tiene su correlato en el debate social en X (Twitter). El hilo de la CIAI, que advierte: “Por cada cien prendas importadas, cuatro personas se quedan sin trabajo” y que impulsa una “Ley anti-Shein” (inspirada en la francesa), es un grito de auxilio.

Publicaciones como la de @FinanzasArgy, con 2.395 likes, reflejan el apoyo empresarial, mientras que los defensores ironizan: “Ojalá los empresarios textiles amanezcan en situación de calle… ¡Que viva Shein!”. La polarización es total.

La Crítica Política: Desmantelando el Mito de la “Complementariedad”

La crisis textil expone la falacia del relato que promueven sectores políticos y económicos: la idea de que la economía argentina es “complementaria” a la china, esta supuesta complementariedad, en la práctica, es sustitución de valor y de empleo calificado. La desregulación y la apertura importadora hacen que Argentina intercambie cereales y soja (commodities) por trabajo industrial local.

La facilidad de comprar una remera barata vía courier tiene un costo que el consumidor no ve: la pérdida de valor agregado y el desempleo masivo que amenaza a miles de familias. Los políticos que ven en la ley anti-Shein un “proteccionismo de privilegios” ignoran deliberadamente que, en un país que no exporta tecnología textil de alta gama, la protección es un mecanismo de defensa del empleo y de la soberanía productiva.

Hoy, la Calle Florida no es solo un indicador comercial; es un termómetro social que mide el costo real de la globalización sin reglas y la desregulación sin estrategia.

 

Redaccion: Marcos Peñaloza

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