El Partido Justicialista finalizó su Congreso Nacional en el estadio de Ferrocarril Oeste -en la ciudad de Buenos Aires- en donde entre fuego cruzado se consensuaron las perspectivas de la organización política en el marco de los «momentos más dramáticos de los últimos cuarenta años de la recuperada democracia argentina», según consta en su documento final.
En este sentido, además de aceptar la licencia solicitada por el ex Presidente de la Nación Alberto Fernández, también se definió que latitularidad recaerá a partir de ahora en los cinco vicepresidentesdel espacio, Axel Kicillof, Juan Manzur, Cristina Álvarez Rodríguez, Analía Rach Quiroga, y Lucía Corpacci.
Además de los/as dirigentes mencionados/as, también participaron del acto Gildo Insfrán, Ricardo Quintela, Raúl Jalil, Wado de Pedro , José Neder,Fernanda Raverta, Fernando Espinoza, Verónica Magario, José Luis Gioja y Juan Manuel Olmos.
«Soy amigo de muchos de los que la hicieron, no es una crítica letal, pero es un error no manejar el tempo que hay en el peronismo, que perdió por mucho el 19 de noviembre y que está alterado, como todos, por lo que pasa en el país», planteó el ex Gobernador bonaerense y ex Canciller de la Nación, Felipe Solá.
Fue el ex gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, quien pidió elecciones internas. Recordó que le fue impedido pelear por la candidatura presidencial en 2019, cuando el PJ se encolumnó detrás de la nominación de Alberto Fernández que hizo Cristina Kirchner.
Sergio Berni y el intendente bonaerense Fernando Gray (a quien sus compañeros insisten en nombrarlo “Grey”) también reclamaron elecciones internas y, aunque sin nombrarlo, cargaron contra la conducción del PJ bonaerense que ejerce Máximo Kirchner.
Asimismo, el Congreso Nacional del Partido Justicialista apuntó que «el gobierno actual, desde el día en que asumió, ha desatado una batería de medidas brutales que golpean sin piedad a la mayoría de nuestro Pueblo. Muchas de estas políticas son conocidas, repiten el guion escrito precisamente por los ideólogos de la última dictadura cívico-militar que nos han llevado a reiterados fracasos. Sin embargo, nunca se habían intentado aplicar todas juntas y en tan corto lapso».
«La soberanía nacional se encuentra en peligro bajo el imperio de un gobierno que no protege nuestros recursos naturales, ni defiende nuestra integridad territorial haciéndose el distraído y cómplice ante la presencia de una potencia extranjera en nuestras Islas Malvinas«. «El desguace del complejo científico-tecnológico argentino pone en peligro la soberanía del conocimiento, sector clave para el desarrollo económico sustentable de cualquier nación», añadieron.»Se agrega a este cuadro, el desfinanciamiento y la agresión permanente hacia nuestras expresiones artísticas, arrasa el patrimonio cultural afectando el alma de nuestro Pueblo y su identidad como nación soberana. El gobierno además pisotea el federalismo constitutivo de nuestro sistema político y nuestra unidad nacional al hacer recaer parte del ajuste en la Provincias argentinas», sostuvo el documento.