Si hay una persona que vive y siente cómo el Pueblo en Argentina, es el SINDICALISTA.
El sindicato es el estribo que todo trabajador sabe que tiene que ir a pisar con confianza ante un mal momento, ya sea laboral como en lo familiar, tanto sea al ingresar a una actividad laboral, como en el final de esa actividad laboral.
Uno que lee esto me podrá decir, bueno una cooperativa o una mutual puede ser lo mismo, o un presidente de comuna o un intendente, y la verdad no es lo mismo, el sentir, el compromiso, el accionar de un sindicalista Argentino es totalmente diferente, de la mañana a la noche está cabalgando sobre un campo de dificultades, que no solo se ve en la relación con los empresarios y con la pelea por un punto más de aumento, sino que los problemas de los trabajadores y sus familias, son el verdadero sentido a su actividad.
Esto se ve aumentado sistemáticamente cuando en el medio de la discusión, ponemos el tema de la salud, ya sea por un accidente o por el deterioro mismo de la vida misma, desde lo menos grave o los temas que requieren mayor tratamiento médico.
Muchos gorilones que me leen, dirán y los negociados…? Son más fantasías que realidades, menos hoy día que todo está regulado, arbitrado, si pasan esas cosas es porque el dueño del estado de turno a nivel Nacional lo permite por supuestas prebendas políticas, que son otras fantasías, ya nadie te lleva a votar direccionado, la gente está cada día más informada y menos engañada, lo demás son cuentos de los periodistas que necesitan de buenos y malos, para ofrecer sus propias historias a los que la reparten desde 1983 hasta hoy, por oficinas oscuras como las almas de los que la manejan, y están frente a la casa rosada, no dentro.
En esa formación del relato pasan los años y la situación de nuestra sociedad empeora y empeora, y como dice un gran Amigo, Julio Bárbaro, …”la nueva democracia Argentina, ha dado pocos estadistas, pero muchos millonarios”…
Pero eso se produce en los políticos “profesionales” y en sus grupos de allegados, pero casi nada en el sindicalismo, uno sabe cómo vivieron y murieron la mayoría de los sindicalistas, y esto quiebra todo relato en contra, y esto está basado por algo básico, cierta vez fuimos a una reunión con el Tula al departamentito que tenía Ubaldini, y se ve que yo mientras lo hacía jugar a su perro Tango, miré raro o hice alguna cara, y el flaco me dice:…”si no viviera así quién me creería Nene, quien acompañaría mí lucha”…
Al inicio de la década del 70, mI Viejo, el Cholo Chervo, me lleva a una reunión de la UOM, en la cual expuso José Ignacio Rucci, y yo que era un pibe de pantalones cortos me fui adelante y me senté en el piso, miraba y escuchaba, a ese que detrás de un mantel blanco, se comía el micrófono, con la pasión que hablaba, y les decía, en medio de compañeros armados con itacas, que eran como unas escopetas, con caños recortados y con puñeteras sin apoya hombros, de las cuales siempre me acuerdo del olor a aceite que se sentían a los metros, ya que se la tenían jurada hacía rato, y de todos los costados, en ese marco, el petiso decía:…”nadie se equivoque, esto Campañeros, es política y se arregla con política”…. Y a mí me explotó la cabeza, porque entendí lo que leía en los carteles cuando los sindicatos convocaron a votar en las internas, en todos los gremios, estaba la foto, el apellido y siempre se repetía la misma palabra:”CONDUCCIÓN”.
Desde ese momento me dí cuenta que la verdadera profecía se devela con esa palabra ejecutada, la CONDUCCIÓN, por la cual en cada organización se necesita a ese Conductor para que funcione, para que los logros reales de nuestras entidades lleguen a cada trabajador y a sus familias.
Pasaron los años, y con 18 años y uno mes, me convoca Lorenzo Miguel, en diciembre del año 1980, y me invita a trabajar con él, y fue allí cuando conocía al más grande de los Conductores que esta País dio en la nueva etapa democrática, el cual salía de cinco años y medio de estar preso, lleno de ideas, lleno de fuerza para volver a votar democráticamente, y cero rencor.
Luego de esos primeros años vino Malvinas y la restauración democrática, y me tocó ser enlace con Vernet, y un proyecto que parecía imposible, lograr la Gobernación de Santa Fe, otro brillante, que tuve el honor de acompañar hasta el día anterior que cumpliría 80 años, y decidió, el destino que nos dejara, pero que un año antes me dejó los estudios inconclusos de historia, de política y de sociología, que gradualmente estoy completando para que su pensamiento quede un tiempo más entre nosotros.
Pero me quiero referir a la parte del respeto por el voto popular, de Lorenzo, desde 1983 al 1989 cuando el Peronismo volvió al poder.
En 1982/3 se hizo, en realidad, hizo las 62, una campaña de re afiliación nacional, y un día entra Hugo Curto, que era Tesorero, al despacho de Lorenzo, con el cual estábamos reunidos con Juan Domingo Pertus, y cartel enorme en mano, que recién traía de la imprenta. Ese cartel decía en letras blancas, sobre fondo azulino, “llegamos a los 3.500.000 de afiliados y somos el Partido Político más grande de Ibero América”….nunca me olvidaré de la cara de Lorenzo, de satisfacción, y justo aparece un incondicional hasta hoy, Carlos Spadone, y ya se puso a convocar a los medios, y el optimismo apareció, que cayó cuando Alfonsín nos ganó.
Pero Lorenzo, enseguida se levantó y le pidió a Vernet, que ayude a Buenos Aires, es decir, Cafiero, a Entre Rios, Busti, Alasino, etc, a Córdoba, es decir, Bercovich Rodríguez, De la Sota, etc, y que él se encargaría de los Diputados y del Senado, junto a Oraldo y Bittel, pero el eje de toda esa jugada, fue el MOVIMIENTO OBRERO ARGENTINO, con sus Diputados y Senadores de origen GREMIAL.
Lo demás es historia, pero quería expresar que el Peronismo, nunca dejó de respetar la voluntad popular, y eso nos hizo más grandes, por el contrario sabemos cuántas vidas nos sacaron, cuantas angustias hemos pasado, lo que significó el exilio del más grande, Juan Perón,
Por eso digo que el Sindicalismo Argentino nunca nos falló a los Peronistas, ni al País, descarrilados los hubo y los va a ver, pero hay que volver a tener un proyecto político que surja de las entrañas mismas del Gremialismo, y que sea un guardia permanente de que nuestra gente, sea cuidada desde que nace, hasta que se va de este plano, y que ese plan político al mismo tiempo verifique que los poderes de turno, se aproximen a la concreción de levantar nuestra tres banderas, de justicia social, de independencia económica y de soberanía política, lo cual cada día, parece más una utopía, pero como dije en una de las Mesas de Economistas de las 62 no hace muchos años y en la cual estábamos junto a Pignanelli, Lavagna, Todesca, Abad, incluso estaba Carlos Campolongo, Archivaldo Lanús,…..”ARGENTINA ES EL ÚNICO PAÍS, QUE TIENE SU UTOPÍA DE FUTURO EN SU PASADO”…..
Tenemos que corregir eso de la mano de lo mejor del SINDICALISMO ARGENTINO
Por Luis Chervo