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OPINIÓN

«Evita y nuestro tiempo», por Jorge Cholvis

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Evita y nuestro tiempo

El pensamiento vivo de Evita. Selección de párrafos a cargo de Jorge Cholvis. Textos incluidos en la Edición homenaje a la Constitución Nacional de 1949 a los 75 años de su promulgación.

1.- De “La Razón de mi Vida»
En su Prólogo Evita ya dejó expresado que “este libro ha brotado de lo más íntimo de mi corazón. Porque a través de sus páginas hablo de mis sentimientos, de mis pensamientos y de mi propia vida”.

En uno de sus primeros capítulos expresa: “Yo tengo y ha nacido conmigo una particular disposición del espíritu que me hace sentir la injusticia de una
manera especial, con una rara y dolorosa intensidad (…) Pero, aunque no pueda explicarse a sí mismo, lo cierto es que mi sentimiento de indignación por la injusticia social es la fuerza que me ha llevado de la mano, desde mis primeros recuerdos, hasta aquí”.

En el Capítulo V, nos advierte: “La lectura de la prensa que ellos difundían me llevó, eso sí, a la conclusión de que la injusticia social de mi Patria sólo podría ser aniquilada por una revolución»; y en el siguiente precisa que “una revolución es siempre un camino nuevo cuyo recorrido es difícil y no está hecho sino para quienes sientan la atracción irresistible de las empresas arriesgadas».

Afirmó que este libro “quiere exponer las causas y los objetivos de la misión que me he propuesto cumplir” (Cap. IX). Inmediatamente, en el siguiente, expresa y resuelve el interrogante: “¿Por qué yo he sufrido siempre ante la injusticia? ¿Por qué yo no me resigné jamás a ver a pobres y ricos, como una cosa natural y lógica? ¿Por qué siempre sentí indignación ante los dueños del poder y del dinero que explotaban a los humildes y a los pobres? Demasiadas preguntas hubiesen quedado sin respuesta si no hubiese encontrado a Perón en mi camino, y en él, la causa de mi pueblo. No, no es el azar lo que pone a los hombres y mujeres al frente de las grandes causas. Por el contrario, parece que las grandes causas preparasen el alma de sus hombres y mujeres”.

En el capítulo que titula “Sobre mi elección”, nos remarca una gran verdad: “En la vida de los pueblos, como en la vida de los hombres, no todo lo hace el destino. Es necesario que los pueblos como los hombres, ayuden a su destino (…) El país estaba solo. Marchaba a la deriva sin conducción y sin rumbo. Todo había sido entregado al extranjero. El pueblo sin justicia, oprimido y negado. Países extraños y fuerzas internacionales lo sometían a un dominio que no era muy distinto a la opresión colonial”. Y en capítulo “El camino que yo elegí”, estos irrebatibles conceptos: “¿De qué hubiesen valido tres años de Revolución si al término de la guerra hubiésemos caído de nuevo en los
brazos de nuestros tradicionales explotadores imperialistas? ¿Nos hubiese valido acaso la reforma social en un país sin riqueza y sin trabajo, entregado con las manos atadas a la voluntad extraña del capitalismo internacional? Todo eso vio Perón con más claridad que nunca desde el día que fue
presidente. Lo cierto es que todo ese inmenso trabajo que debía empezar con la organización del mismo gobierno y cuya primera etapa culminó con la reforma constitucional, no podía dejarle sino muy escaso tiempo para mantener contacto con el pueblo. Y si no hubiésemos buscado juntos una
solución y la hubiésemos hallado, la voz del pueblo -la de nuestros descamisados- hubiese llegado a la torre de gobierno cada vez más apagada y tal vez hubiese terminado por callar. Por otra parte era necesario mantener encendido en el pueblo su fervor revolucionario. La revolución apenas había sido puesta en marcha y debía Perón cumplir todas las etapas desde el gobierno mismo. Esto podía hacerse pero a condición de que el pueblo mantuviese su fervor revolucionario y no fuese ganado por la prédica de los ́hombres comunes ́ para quienes todo acto revolucionario aparece como una imprudencia imperdonable (…) Yo elegí ser ́Evita ́ para que por mi intermedio el pueblo y sobre todo los trabajadores, encontrasen siempre libre el camino de su Líder”.

En “Eva Perón y Evita”, sus palabras nos evidencian otras verdades y su profundo amor por su pueblo: «Nunca la oligarquía fue hostil con nadie que pudiera serle útil. El poder y el dinero no tuvieron nunca malos antecedentes para un oligarca genuino”. Y en el capítulo siguiente: “Cuando elegí ser ́Evita ́ sé que elegí el camino de mi pueblo. Nadie sino el pueblo me llaman ́Evita ́ (…) Cuando un obrero me llama ́Evita ́ me siento con gusto ́compañera ́ de todos los hombres que trabajan en el país y aún en el mundo entero (…), lucho codo a codo con los obreros, como si fuese de ellos una compañera más de taller o de fábrica”. En el capítulo XXI, “Los obreros y yo”, aclara: “No
todos los descamisados son obreros, pero, para mí todo obrero es un descamisado (…) Son las fuerzas poderosas que sostienen el andamiaje sobre cuyo esqueleto se levanta el edificio mismo de la Revolución. El Movimiento Peronista no podría definirse sin ellos”. Y en el siguiente reafirma que el Justicialismo quiere llegar “a una sola clase de hombres: la de los que trabajan (…) No queremos que nadie explote a nadie y nada más. Esto es lo que Perón ha querido asegurar para su pueblo y ha quedado bien asentado en la nueva Constitución».

En el capítulo titulado “Además de la Justicia”, observamos esto que anticipan tiempos posteriores: “Desde el día que me acerqué a Perón advertí que su lucha por la justicia social sería larga y difícil. Cuando él fue explicándome sus propósitos (y sus propósitos eran nada menos que invertir todo un sistema económico capitalista en uno más digno y humano y por lo tanto más justo) se confirmaron mis presentimientos: la lucha sería larga y difícil! (…) Solía decirme (Perón) en 1945: La justicia social exige una redistribución de todos los bienes del país para que haya así menos ricos y menos pobres. ero, ¿cómo podrá redistribuir los bienes de un país un gobierno que no tenga en sus manos el poder económico. Por eso es necesario que yo dedique todos mis esfuerzos para asegurar la independencia económica del país. Habrá que nacionalizar todo lo que sea un medio de dependencia económica; y todo lo que importe una salida innecesaria de riqueza nacional. ¡Así habrá
más bienes para el pueblo! ¡Así el pueblo tendrá lo que necesita o por lo menos todo lo que a él le pertenece!”. Así es que se debe remarcar que Evita ya nos advirtió: “Nuestra riqueza era una vieja mentira para los hijos de esta tierra”. Y que para Evita “el pueblo es el pueblo en marcha hacia la consolidación de la justicia social”.

2.- «Mi Mensaje»
Desde los tiempos de su operación Evita trabajaba en este nuevo libro.

A pesar de su estado de salud, y cuando los médicos se lo permitían escribía. El lenguaje de Evita es el mismo al de su discurso del 22 de agosto de 1951, y también de los que pronunció posteriormente. Es la mujer fuerte que un día resolvió que “no estaba enferma” para poder dedicarse sin horario a la
causa del pueblo, como nos dice Fermín Chávez en la presentación a este libro en 1987. Esas 79 carillas revelan la dimensión humana y revolucionaria de Eva Perón, a quien su pueblo llamaba Evita.

Ya desde un principio Evita nos dice: «En estos últimos tiempos, durante las horas de mi enfermedad, he pensado muchas veces, en este mensaje de mi corazón. Quizás porque en ́La Razón de mi vida ́ no alcancé a decir todo lo que siento y lo que pienso, tengo que escribir otra vez. (…) Quiero decirles la verdad (…) Yo puedo decir ahora lo mucho que se miente, todo lo que se
engaña, y todo lo que se finge». En el capítulo “Los enemigos del pueblo”, precisa: “Los dirigentes de mi pueblo tienen que ser fanáticos del pueblo nada más. Si no, se marean en la altura; y no regresa”.

Y en el capítulo VII, “Yo he medido con la vara de mi corazón la frialdad y el fanatismo de los hombres. Si alguna cosa tengo que reprocharle a las altas jerarquías militares y clericales es precisamente su frialdad y su indiferencia frente al drama de mi pueblo (…) Los tibios, los indiferentes, las reservas mentales, los peronistas a medias me dan asco”.

Al referirse al imperialismo capitalista, en el capítulo IX: “Yo lo he visto de cerca en sus miserias y en sus crímenes. Se dice defensor de la justicia mientras extiende las garras de su rapiña sobre los bienes de todos los pueblos sometidos a su omnipotencia. Se proclama defensor de la libertad mientras va encadenando a todos los pueblos que de buena o mala fe tienen que aceptar sus inapelables exigencias”. Y en el capítulo siguiente “Los que se entregan”: “Pero más abominable que el imperialismo son los hombres de las oligarquías nacionales que se entregan vendiendo y a veces regalando por monedas o por sonrisas la felicidad de sus pueblos”. No duda en afirmar en el capítulo “El odio y el amor”: “De mí no se dirá jamás que traicioné a mi pueblo, mareada por las alturas del poder y de la glorias. Eso lo saben todos los pobres y todos los ricos de mi tierra. Por eso me quieren los descamisados y los otros me odian y me calumnian”. Asimismo, en “Los altos círculos”, no deja de advertir para que no haya equívocos: “No soy antimilitarista ni anticlerical; en el sentido en que quieren hacerme aparecer mis enemigos. Lo
saben los humildes sacerdotes del pueblo que también me comprenden a despecho de algunos altos dignatarios del clero rodeados o cegados por la oligarquía. También lo saben los hombres honrados que en las fuerzas armadas no han perdido contacto con el pueblo. Los que no quieren comprenderme son los enemigos del pueblo metidos a militares (…) La Patria sufre o es feliz en el pueblo que la forma”. En “Vivir con el pueblo”, expresaba sobre algunos “dirigentes obreros entregados a los amos de la oligarquía por una sonrisa, por un banquete o por unas monedas. Yo los
denuncio como traidores” (…) cuando un dirigente sindical se entrega al deseo de dinero, de poder o de honores es traidor y merece ser castigado como un traidor”.

Y en “Las formas y los principios” anuncia como anhelo a efectivizar: “Mi mensaje está destinado a despertar el alma de los pueblos de su modorra frente a las infinitas formas de opresión”. Y casi finalizando en “Mi voluntad Suprema”, este concepto que sintetiza su Mensaje: “quiero vivir eternamente con Perón y con mi Pueblo. Esta es mi voluntad absoluta y permanente, y será también cuando llegue mi hora, la última voluntad de mi corazón, yo estaré con ellos para que sigan adelante por el camino abierto de la justicia y de la libertad hasta que llegue el día maravilloso de los pueblos
(…) Yo estaré con ellos, con Perón y con mi pueblo para pelear contra la oligarquía vendepatria y farsante, contra la raza maldita de los explotadores y de los mercaderes de los pueblos”.

3.- “Escribe Eva Perón”.
Antes de los dos libros que hemos tratado, el diario “Democracia”, publicó varios artículos que Evita había escrito, entre ellos el del 27 de octubre de 1948 que se tituló “La mujer argentina apoya la reforma”. También ese año, los días 27/30 de noviembre viajó a Mendoza y Córdoba precisamente con la finalidad de sostener la reforma constitucional. Por ello, es imprescindible tener presente que la Biblioteca del Congreso de la Nación el
año 2019, en el marco del 100 Aniversario del nacimiento de Eva Perón, publicó en edición facsimilar el libro «Escribe Eva Perón», que contiene el conjunto de escritos de su autoría redactados en 1948 y compilados posteriormente por el diario «Democracia” con dicho título. Fueron escritos entre julio y noviembre de ese año, y en todos está presente el mismo tono de indignación que le provocaba la miseria y la indiferencia de los más ricos que tanto caracterizó sus más famosas alocuciones. Edición en la cual se encuentra su pensamiento sobre la nueva Constitución.

Así es que debemos traer a nuestro tiempo contemporáneo estos trascendentes conceptos reeditados en dicho libro. Recorramos entonces algunos de sus conceptos:
“Porqué soy peronista”: “Si el pueblo fuera feliz y la patria grande, ser peronista sería un derecho; en nuestros días, ser peronista es un deber. Por eso soy peronista. Soy peronista, entonces, por conciencia nacional, por procedencia popular, por convicción personal y por apasionada solidaridad y gratitud a mi pueblo … Mi dignidad de argentina y mi conciencia ciudadana se sublevó ante una patria vendida, vilipendiada, mendicante ante los mercaderes del templo de las soberanías y entregada año tras año, gobierno tras gobierno, a los apetitos foráneos del capitalismo sin patria y sin bandera».
“Significación social del Descamisado”. «Desde el punto de vista social, la palabra ́descamisado ́ superó su acepción idiomática. Se transforma en sinónimo de lucha, de anhelo de reivindicaciones de justicia, de verdad. (…) La significación social del ́Descamisado ́ surge de su condición de vanguardia de la nacionalidad (…) El ́descamisado ́ ha dejado de ser elemento de explotación humana para convertirse en factor de progreso, de unidad nacional, de bienestar colectivo. En esto residen su fuerza y su virtud. Su fuerza, porque responde a los imperativos político-sociales que valorizan el rol de los trabajadores en la sociedad moderna. Su virtud, porque para los ́descamisados ́ sus propias reivindicaciones se entrelazan y se confunden con las necesidades presentes y futuras de la Nación.
De ahí que la grandeza de la patria se va elaborando por la dignificación del pueblo”.
“La justicia social se consolida con una mayor producción”: “El General Perón nos ha dicho que todas las conquistas sociales y la ampliación del bienestar de que goza la clase trabajadora argentina depende, esencialmente de los mismos trabajadores. Y que para lograrlo había que partir de dos bases fundamentales: la organización de los trabajadores en sus sindicatos y el aumento de la producción (…) La organización sindical da a la clase trabajadora el instrumento específico para sus
propias conquistas y para colaborar decisivamente en la reordenación social y nacional; el aumento de la producción le ofrece la posibilidad de concretar en mejoras esos derechos que sostiene cuando se organiza sindicalmente. Un derecho que no se puede concretar es como si no existiera”.
“Después que uno está perdido no lo salvan ni los Santos”: “Al referirme en este artículo a la Constitución Nacional, no pretendo intervenir en la discusión de si debe o no ser modificada, porque para los que pertenecemos al pueblo, ese hecho es ya indiscutible y, en consecuencia, indiscutido. Tampoco esgrimir los argumentos comunes de algunos improvisados constitucionalistas de nuestros días, al alcance de todos, como la ́sopa hecha ́. Entre lo sabio que nuestra Constitución establece,
se encuentra la forma en que ha de modificársela, en su todo o en sus partes, para lo cual fija tres claras y definidas etapas: ley del Congreso, decisión plebiscitaria del pueblo, Convención Nacional (…) Los políticos en desuso, que antes sirvieron a medias al Estado y a los consorcios extranjeros, defienden los últimos reductos de la quimera de volver a ser. Ellos creen aún posible la ́marcha atrás ́ de un pueblo que ha descubierto su destino y ha roto sus cadenas”.
“Significado Nacional del 17 de octubre”: “Que el 17 de octubre es una fecha definitivamente incorporada a las que señalan nuestras gestas de más acentuado sabor popular y más efectivo contenido nacional ya es incuestionable, como es incuestionable que nada ni nadie logrará borrarla de la vida de nuestro pueblo. Tiene para nuestra independencia económica y nuestra evolución social, el mismo significado que el 25 de mayo tuvo para nuestra independencia política (…) abrió las
perspectivas para una nueva política económica, una nueva política social y una etapa superior, nueva también por ser más fraternal y más justa, en la vida común de todos los argentinos”.

4.-
“Ante la tercera batalla electoral”: “El peronismo, movimiento popular justiciero en lo social, recuperador en lo económico y soberano en lo político, va a librar su tercera batalla electoral. Las que precedieron a la que se avecina señalaron nuestro triunfo en una proporción que sorprendió a nuestros adversarios (…) Fueron triunfos del pueblo, alcanzados en urnas de cristal por lo transparentes y limpias de cualquier presión (…) Ahora, frente a la nueva cita que se ha dado la
nacionalidad para inscribir en la Constitución los derechos de los trabajadores y consolidar sus conquistas, el peronismo volverá a demostrar que es mayoría y que esa mayoría está definitivamente
enrolada en la causa progresiva, recuperadora y revolucionaria que inspira y dirige el general Perón (…) Ese fue el contenido de la última elección; y la que se avecina tiene por objeto, mediante su
incorporación a la Constitución Nacional, fundamentar más sólidamente las conquistas logradas».
“El pueblo quiere soluciones argentinas para los problemas argentinos”: “La historia del hombre es la historia de una búsqueda incesante de la Justicia (…) Los argentinos integramos un pueblo singularmente amante de la Justicia (…) La articulación de la reforma constitucional que va a
realizarse es una etapa de esa azarosa y noble búsqueda de la Justicia. Ya no es justo, por ejemplo, para nosotros, ni para nadie, el individualismo económico y jurídico. Los pueblos claman por sus derechos, claman, mejor, por su derecho esencial a la vida. Y la Constitución que nos rige está inspirada en ese individualismo económico y jurídico que ha perdido validez por su injusticia. Debe hacerse notar (…) Hoy es imperioso, porque el país no puede vivir encuadrado en moldes antiguos,
que lo ciñen y lo ahogan (…) «No vivimos en un laboratorio. Vivimos debatiéndonos en un campo de batalla. Hay que estar alertas, porque el desfallecimiento, es la derrota, como lo es el estancamiento,
la morosidad (…) Se advierte la responsabilidad inmensa que tenemos ante las futuras generaciones argentinas. Hay que procurarles un estatuto fundamental adecuado a su desarrollo (…) Luego de dos guerras trascendentales, y de conmociones sociales y psicológicas profundas, nadie cree que un pueblo deba vivir esclavizado a un texto frío, a una Constitución antigua, mientras que se destaca, como verdad incontrovertible, que la Constitución deber estar al servicio del pueblo. Porque no hay tiranía peor que la de la ley, cuando es inadecuada a las necesidades del conglomerado social». (…) Es preciso dar a la propiedad un nuevo sentido, un sentido social, quitándole al vocablo y al concepto
que denomina su peligroso sentido egoísta. Y es preciso, en fin, devolverles a los argentinos lo que no siempre ha sido y debe ser argentino (…). La inminente intervención de la mujer en la vida política
argentina, impone la consideración de normas jurídicas correspondientes en el nuevo estatuto constitucional. Además, el pensamiento inspirador del General Perón ha trascendido al pueblo, movilizándolo a favor de las reformas. Ese pueblo ha sentido sus necesidades, las conoce y las
impondrá en la Asamblea Constituyente. Por ellas, sustentó la revolución típicamente argentina, que estamos viviendo. El pueblo, pues, inspirado por su conductor, desea que se consolide en un cuerpo
constitucional lo que esta revolución ha logrado, para que luego, al amparo de normas justas, pueda desarrollarse la existencia nacional en su plenitud. Quiere ese pueblo soluciones humanas para los
problemas humanos, y soluciones argentinas para los problemas argentinos. Económicamente independiente y socialmente feliz, afianzado sobre un texto constitucional justo”.

5. No podemos dejar de señalar estos otros conceptos que integran ese libro: “Ayuda social, sí; limosna no. Este debe ser también un lema revolucionario. Es necesario que aparezca, científicamente interpretado, como el complemento imprescindible de la Justicia Social”. Pero, tampoco dejaremos de remarcar que expresó: “Lo que les duele es que yo no haya representado un papel decorativo de la mujer del Presidente, sino el papel de una mujer que, interpretando los dolores, o las ansias y las esperanzas del pueblo argentino, puso su corazón, su juventud y su vida al servicio de la causa de los necesitados”. Y que el 22 de agosto de 1951 en el “Cabildo Abierto” que se llevó a cabo en la Av. 9 de Julio de la ciudad de Buenos Aires, entre otras cosas dijo: “Yo no soy más que una mujer del pueblo argentino, una descamisada de la Patria, pero una descamisada de corazón, porque siempre he querido confundirme con los trabajadores, con los ancianos, con los niños, con los que sufren, trabajando codo a codo, corazón a corazón con ellos”.
Después el 31 de agosto, a las 20,30 horas por radio y con voz muy pausada pero que brotaba de lo más hondo de su ser, dice: “Quiero comunicar al pueblo argentino mi decisión irrevocable y definitiva de renunciar al honor con que los trabajadores y el pueblo de mi patria quisieron honrarme en el histórico Cabildo Abierto del 22 de agosto (…), esta determinación surge de
lo más íntimo de mi conciencia, y por eso es totalmente libre (…) mi gran ambición personal: que de mí se diga, cuando se escriba el capítulo maravilloso que la historia dedicará al Presidente, que hubo a su lado una mujer que se dedicó a hacerle conocer las esperanzas del pueblo, y que, a esa mujer, el pueblo la llamaba cariñosamente Evita. Eso es lo que quiero ser”.

Al tener conocimiento del motín que el general Menéndez realizó el 28 de septiembre, pocos días después que Evita renunciara a integrar la fórmula presidencial con Perón, propuesta por la C.G.T. con el apoyo de grandes sectores de su pueblo, y pese a su delicado estado de salud que
dirigió un mensaje radial a los descamisados. Y en “Mi Mensaje”, en el capítulo “El gran delito”, denunció: “Y a medida que los trabajadores se organizaban constituyendo la más poderosa fuerza del país, la oligarquía infiltrada también en las fuerzas armadas preparaba la reacción (…) lo
atacaron por mí (…); Yo fui el gran pretexto! ¡La verdad, la auténtica y pura verdad es que la gran mayoría de los que no quisieron a Perón por mí, tampoco lo quieren sin mí! (…) Aquél día, el 28 de septiembre, yo me alegré profundamente de haber renunciado a la vicepresidencia de la República el
22 y el 31 de agosto. Si no, yo hubiese sido otra vez el gran pretexto”.

Llegó el 17 de octubre de ese año, Día de la Lealtad, y Evita nos deja este invalorable mensaje en palabras inolvidables, al decir que “con ustedes tengo una deuda sagrada: a mí no me importa si para saldarla tengo que dejar jirones de mi vida, yo sé que ustedes recogerán mi nombre y la llevarán como bandera a la victoria”.

6.- Por todo ello, es imprescindible tener presente conceptos transcriptos de Eva Perón. Por su estrecha relación con el pueblo, su lucha por los trabajadores y desposeídos, y su entrega por la Justicia Social en la senda que recorrió junto a Perón. De tal modo, la convierten en ícono del
movimiento de masas y en una de las figuras más importantes de la historia argentina del siglo XX. Hemos de insistir, pueblo para Evita significa pueblo en marcha. Su lucha y amor por el pueblo no dejó de acompañarla hasta último momento. Se siente hermanada con ese pueblo y sostuvo con firmeza que no se puede lograr la grandeza de un país con un pueblo que no tiene
bienestar. Su Mensaje “está destinado a despertar el alma de los pueblos de su modorra frente a las infinitas formas de opresión”. Y en sus textos del diario “Democracia” están relevantes conceptos sobre el necesario debate constitucional, pues bien advirtió Evita: “Hoy es imperioso, porque el país
no puede vivir encuadrado en moldes antiguos, que lo ciñen y lo ahogan (…) No vivimos en un laboratorio. Vivimos debatiéndonos en un campo de batalla. Hay que estar alertas, porque el desfallecimiento, es la derrota, como lo es el estancamiento, la morosidad”. Y concluyó “como verdad
incontrovertible, que la Constitución deber estar al servicio del pueblo. Porque no hay tiranía peor que la de la ley, cuando es inadecuada a las necesidades del conglomerado social».

Que los tiempos han cambiado dicen. Que hay otras realidades! Pero, si sólo es preciso recorrer la historia y observar nuestra realidad contemporánea, del país y del mundo, para observar que las carencias de los pueblos y la incidencia de los factores externos e internos con la
financiarización de la economía y el “neoliberalismo” se agravaron, y en el ámbito de la Constitución “real” se encuentra el sostén de esta lamentable situación de injusticia social y dependencia nacional.

Evita ya lo prevenía. Lo que se ha impedido es que la Argentina mediante la arquitectura filosófico-política y la fisonomía técnico-jurídica de la Constitución Nacional de 1949 haya podido efectivizar sus objetivos de Soberanía Política, Independencia Económica y Justicia Social.
Los acontecimientos que ocurrieron a partir del 16 de septiembre de 1955, que se profundizaron desde el 13 de noviembre de ese año al concretarse el “golpe dentro del golpe”, fue lo que Evita advertía y lo que se debía impedir. Pero, el 7 de diciembre de 1955 se dictan las “Directivas
Básicas”, el 5 de marzo de 1956 el nefasto decreto 4161, y el 27 de abril de 1956 la “Proclama” para abrogar la Constitución Nacional de 1949, que inicia el retroceso de casi cien años para volver a la Constitución de 1853. Esa que Evita bien calificó. Pero también vino después la “supraconstitucionalidad de facto” implementada a partir de esa ilegal e ilegítima instancia, aparece el
F.M.I. y sus condicionamientos, como asimismo tiempos de democracias parciales con proscripción a los sectores mayoritarios del país; y luego otros golpes de Estado con sus “Actas, Objetivos y Estatutos”. También dos Asambleas Constituyentes”; y una descomunal “deuda externa”. Así, con el
Consenso de Washington llegó la generación de las Constituciones “neoliberales”, y a nuestro país la reforma de 1994. También el lawfare, las fake news, los algoritmos y la Big Data.

En general la dirigencia se aferró a un debate en la epidermis de las cuestiones de fondo y quedaron al margen los problemas estructurales. Ese fue el marco que regló esta etapa de la vida del pueblo argentino. No obstante intentos políticos de pocos años que no llegaron a modificar la
esencia de la Constitución “real”, que nos “ahoga” y “asfixia”. Mucho se podría agregar, pero suficiente tener presente estos conceptos de Evita, para tener claro que estamos muy lejos de aquellos tiempos de “Liberación o Dependencia”. Así es que aún la Constitución Nacional de 1949
sigue oculta, no integra nuestros antecedentes constitucionales. Ni el debate político, académico, y popular; y de tal modo se veda el debido conocimiento de sus principios básicos, pórtico del nuevo constitucionalismo. Entonces, en nuestro tiempo, desde el debate coyuntural es necesario alcanzar el
plano estructural. Será imprescindible abrir y profundizar el debate político y constitucional, y avanzar, en la senda hacia el alto objetivo de consolidar un Proyecto Nacional y Popular con una Nueva Constitución para el país de los argentinos en este siglo XXI.

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OPINIÓN

«Una pequeña observación sobre la estrategia Argentina en Malvinas», por Mario Mazzitelli

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La desorientación de la derecha nativa anglófila frente al tema Malvinas es histórica. En estos días se manifestó a través de una publicación oficial en la que escribieron Falklands. El gobierno no quiere hacerse cargo. Escribió Diana Mondino: «Respecto de la versión maliciosa publicada en la web del gobierno, estamos identificando al responsable para despedirlo. Vamos a ir a fondo contra cualquiera que, guiado por la ideología de izquierda, atente contra los intereses de los argentinos». (Como esta observación apunta a un dato estratégico no me voy a detener en lo escrito por la canciller. Solo aclararle que fue Alfredo Palacios quien, en la década de 1930, reinstaló el tema olvidado por la oligarquía que pretendía que Argentina fuese una perla de la corona británica – esa labor la debería leer en el libro de Alfredo Palacios: LAS ISLAS MALVINAS archipiélago argentino-)

El asunto que quiero señalar, se circunscribe a darle a nuestra política exterior una guía para una orientación efectiva. Para eso hace falta entender la razón última del Imperio Británico, esgrimida desde lo más sublime de su inteligencia. Ahí tenemos una clave.

Dice Adam Smith en “La Riqueza de las Naciones”: “Si no se puede lograr que cualquier provincia del imperio británico contribuya al sostenimiento de todo el imperio, está claro que ha llegado el momento de que Gran Bretaña se libere del gasto de defender a esas provincias en tiempos de guerra y de sostener cualquier parte de sus gobiernos civiles o militares en tiempos de paz, y que en el futuro procure ajustar sus ideas y sus planes a la mediocridad real de sus circunstancias”.

Dado que la sabiduría de Adam Smith ha sido la guía intelectual de buena parte del cipayismo vernáculo, en buena hora que se lo lea para la defensa del interés nacional.

Concluyo.

Primero: para los ingleses es un problema de costo/beneficio. (Si el balance económico es positivo, mantiene la colonización. Si es negativo se desprende, asumiendo la “mediocridad real de sus circunstancias”)

Segundo: El reconocimiento de la Soberanía Argentina sobre las islas sobrevendrá cuando el costo se les haga injustificable.

Tercero: Argentina no debe facilitarle nada al amigo/enemigo inglés. Debe trabajar para elevarle todos los costos (en el marco del derecho internacional, una diplomacia aplomada y el despliegue estratégico de sus fuerzas armadas) y bajarle los beneficios a la mínima expresión.

Solo así se sentarán a negociar los términos de su devolución. No lo digo yo. Lo dice Adam Smith.

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OPINIÓN

«El movimiento nacional se fortalece en lo estratégico», por Jorge Rachid

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El marco de disputa permanente por espacios de poder o posicionamientos institucionales, crea un ambiente en el cual los objetivos de la política, que son aquellos que dan respuestas a las expectativas a las demandas y necesidades del pueblo argentino, se diluyen en un internismo lejano, referido sólo a la militancia partidaria.

Es una lucha legítima porque abre la discusión y no debería caer en el agravio fácil ni la denigración “del otro”, sino que por lo contrario retomar valores y virtudes doctrinarios, códigos de conducta que fortalecen la dinámica de construcción política a futuro.

Es una oportunidad de elevar el nivel de discusión política, que en general recorre la agenda del enemigo, antes que las propuestas que el peronismo tiene para ofrecer al pueblo y a sus aliados del campo nacional y popular, como objetivos de construcción de Patria.

No puede convertirse en una disputa interna que ponga en dudas dirigentes de la talla y trayectoria de Cristina Fernández, quien ya tiene un lugar asegurado en la historia y un presente activo, ya que ese hecho en sí mismo disminuye el músculo del Movimiento Nacional. L@s mism@s compañer@s que compiten en la interna, reconocen su primacía entre pares, que la ubica hoy entre las mejores políticas del mundo.

Quienes tienen el deseo de conducir el peronismo, aun reconociendo la asimetría, debe leerse como que no deja de ser un aporte necesario a la conjunción de miradas diferentes, necesarias para una nueva síntesis que siempre debe darse ante nuevos escenarios nacionales e internacionales.

Es que el peronismo sigue vivo por ser una construcción del pensamiento dinámico, de contextura nacional y latinoamericana, una concepción de modelo social solidario biocéntrico, que nos diferencias de la construcciones basadas en esquemas macro l económicos, tanto estatales como liberales, en especial lo referido al rol del Estado como protector de los intereses del conjunto del pueblo.

Así lo hacen, con esa concepción doctrinaria, política, filosófica peronista, quienes construyen los Estados Provinciales como Axel, Gildo, Xilotto, Quintela y Pezella que no pueden ser deteriorados en su diario batallar contra un Gobierno nacional que ataca a los pueblos vaciando recursos, colocando en situación política delicada en la dinámica diaria del poder, al calor de una interna partidaria.

La interna partidaria del PJ puede constituir el motor necesario de la instalación de la discusión política estratégica, al conjunto del pueblo argentino bombardeado por una campaña, que esconde detrás de la antipolítica, la entrega patrimonial, identitaria e histórica de la memoria compartida de Patria que tenemos.

El único enemigo de los peronistas radica en aquellos sectores que colonizados, son capaces de rendir pleitesía a nuestros colonizadores, como ha sucedido a lo largo de la historia, enterrando los sueños y esperanzas de construcción de soberanía. Ese enemigo, palabra desaparecida del diccionario de una democracia limitada al Mercado, en donde sólo se admite “lo políticamente correcto”, mientras el poder real apuntala un Presidente dislocado, insultador y autocrático, cumpliendo órdenes emanadas de diseños y planificaciones del eje mandante, verdero conductor del Estado argentino: EEUU ISRAEL INGLATERRA OTAN-FONDOS BUITRES

Es la hora para desplegar los objetivos estratégicos de Patria que el peronismo tiene para presentar la conjunto del pueblo argentino. Esos objetivos son los necesarios para fortalecer un proceso de unidad nacional patriótica, ante el avance del enemigo que intenta fragmentar la Patria, colonizador, brutal e inhumano, con amenazas y extorsiones sobre nuestras decisiones soberanas de la mano de la lV Flota y la OTAN en Malvinas.

Esos planteos estratégicos que el peronismo debe comunicar al pueblo argentino pasan por proponer: la Argentina Bicontinental, la reconstrucción del UNASUR, el retorno a los BRICS, una política de Defensa Nacional que asegure la Patagonia, el Mar Austral, la Antártida y los Pasos Bioceánicos, una nueva ley de entidades financieras (la actual es de la dictadura), control de Comercio Exterior, una nueva Constitución Nacional, persistir en la guerra comercial, política y diplomática con Inglaterra por Malvinas, Reforma Agraria, ampliación de derechos, salud y educación pública, financiamiento y fortalecimiento de los instrumentos que construyen soberanía: YPF-ARSAT-CONEA-CONICET-AEROLÍNEAS-INTI-INTA y otros, construcción y dragado del Canal Magdalena, protección de los Recursos Naturales fósiles, minerales, litio, agua dulce, glaciares, todo lo cual está en proceso de entrega y venta por el enemigo en el Gobierno.

Ese planteo cambiaría la ecuación de la lucha interna habitualmente descarrilada hacia lo personal, ampliando la participación de la militancia que diaria y anónimamente construye conciencias en el despliegue territorial, laboral, estudiantil y empresarial PYME.

Esa militancia que es siempre convocada y poco escuchada, no puede avocarse a luchas tipo opciones en donde quienes compiten son compañer@s, pero reclama legítimamente conducción, tanto institucional como partidaria, pero con participación efectiva, en el marco de Comunidad Organizada a fortalecer.
Conducir es predicar y predicar es persuadir es el pensamiento del Perón Filosófico.

Jorge Rachid
CABA, 25 de octubre de 2024
BIBLIOTECA
Juan D. Perón:
Conducción Política
La Comunidad Organizada
Modelo Argentino para un Proyecto Nacional
Ed. INSTITUTO PERÓN

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OPINIÓN

«Tercera Posición, Made in Argentina», por Luis Chervo

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Desde el tiempo que determina cambios, nada podemos analizar sin entender que nuestras tres banderas son la Independencia Económica, Soberanía Política y Justicia Social.

Nuestros dirigentes poco tiene que ver con estas propuestas, pues cuando el actual Presidente siendo candidato, atacó a Evita, por decir que a una necesidad le debe nacer un derecho, aprovechó para criticar una de estas tres banderas, diciendo que la Justicia Social era inaplicable, en ese tiempo ningún dirigente del Peronismo, o locatarios de nuestro escudo, transitorios candidatos de ocasión, que llevaban las nominaciones de candidatos a Presidentes y Vice, les contestaron.

La independencia económica desde ya, que no la comparten, pues están abriendo la economía a un punto nunca antes probado, pues los militares post 56, ya sean colorados o azules, Alsogaray, Adalbert Krieger Vasena, Danilo Pastore, etc, no se animaron a tanto, pero tampoco Martinez de Hoz y Alemán, tiempo después.

Finalmente la Soberanía Política, demás está decir lo que vienen haciendo de amparo a las políticas del Reino Unido, en políticas de adjudicación de espacios para explotar yacimientos de petróleo y también temas como la pesca o los circuitos turísticos, cuyos dividendos van directamente al tesoro en Londres.

Ahora donde flaquea todos estos enunciados y nada pueden hacer, es caer en un circuito comercial, que fue lo primero que negó ser esta gestión, que es negar por ejemplo China, Brasil, Rusia, lo cual es BRICS.

Ayer el Presidente Putin, dijo que entre los países que usarán el nuevo dinero a crear por los BRICS, y que en cuyo proyecto, se lo han solicitado a la ex Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, estará la República Argentina.

Por otro lado me dicen que ayer, Milei en reunión con Gobernadores del Pro, dicen que tuvo una frase que los desconcertó a todos. Ante un comentario, de un Gobernador diciendo;”hemos encontrado un yacimiento de uranio, y los más interesados son los Chinos”, y entonces interpela como seguir al Presidente, éste dijo;”no hay problemas, el Premier es mi Amigo y le llevaré la propuesta”….

Inmediatamente recordé que Perón (1973) dijo ante la CGT;….”hace 27 años expuse ante el Pueblo la necesidad de tener el Mundo una Tercera Posición y hoy día vamos a volver a buscar”…..

Esa tercera posición, dicen muchos era compartida por De Gaulle, por lo cual Perón pensaba, que esa política de equilibrios, sin preponderancia de EEUU, ni de la Unión Soviética, era una especie de ese Tercer Punto, llamado la Tercera Posición Peronista, en la cual se daba más fortaleza al patrón oro, que a una moneda que dominaría los próximos años, que terminó siendo el dólar.

Por eso lo ató a lo de Putín de ayer, en la próxima moneda BRICS, que está incluida Argentina, seguramente pasará gran parte del Comercio Mundial y se desdibujó el predominio actual del dólar norteamericano.

Ese octubre del 1964, bajo la presidencia de Illia, ese héroe francés que venía de una gira impecable por el resto de América del Sur, sucumbió en los gritos de una juventud, que influida por su líder que estaba a 12.000 km de distancia y entre gases de la Federal, que le brindan color a su paso por Buenos Aires, Cañuelas y Córdoba, escuchaba:….”Perón y De Gaulle un solo corazón, Aquí están estos son los muchachos de Perón, Perón-De Gaulle que grandes sos o el De Gaulle y Perón, TERCERA POSICIÓN”…..

Esos tiempos quedaron en las hojas de los periodistas de Europa, de Estados Unidos, del resto del Mundo, de que pasaba en las mentes de un País que en el fin del Mundo, en 10 años de Peronismo había dejado, una posición de agrícolas y ganaderos, para unos pocos y pasaron a tener su flota, su ferrocarril, sus aviones de pasajeros y de guerra, sus caminos, sus fábricas de motos, autos, tractores, camionetas que llamaban chatas, dando un vuelco a sus planes de estudio, que llevaron a los hijos de los trabajadores a ser Ingenieros y Doctores, que generaron una revolución en Paz, llamada Universidad para todos los que quisieran libre y gratuita, que a decir de Perón fue su mayor logro, ya que luego vinieron la siderurgia, las plantas nucleares, y la cura para enfermos.

Pero claro dos por tres aparecen estos tipos de guantes blancos, y de residencia en Uruguay, en París, o en Nueva York, que nos quieren hacer olvidar de nuestro destino, que es de una PATRIA FELIZ.

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