FORJA
Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina
Fundada el 29 de junio de 1935
Inicialmente, como corriente interna de la Unión Cívica Radical, desalojada del gobierno por el golpe de estado del 6 de setiembre de 1930, los forjistas se reivindicaban como los auténticos seguidores de Hipólito Yrigoyen. Se enfrentaron a la línea “antipersonalista” liderada por Marcelo Alvear. En el ejercicio de su conducción partidaria, en flagrante desnaturalización del pensamiento de la UCR y bajo falsas banderas de “democracia”, “pacificación” y “restauración institucional”, el partido de Alem e Yrigoyen inició su largo derrotero hacia el encubrimiento del fraude electoral y el apoyo a los regímenes impuestos por las clases dominantes.
Desde un programa antiimperialista, antioligárquico y latinoamericano, los irigoyenistas consecuentes analizaron y revelaron los mecanismos económicos del neocolonialismo, las políticas de entrega del patrimonio nacional y la destrucción del aparato productivo, la transferencia de la renta nacional y el empobrecimiento de la población argentina. Lo caracterizaron como “Estatuto Legal del Coloniaje”. ¿El RIGI?
Cualquier parecido con la realidad política, económica y social de nuestros días no será casualidad: sólo remplacemos el nombre de Yrigoyen por el de Perón. Estamos atravesando un momento histórico comparable al que dio origen a FORJA, de cuya fundación han transcurrido 89 años. Se repite la brutal recesión económica, profunda decadencia nacional, escepticismo de las masas, descomposición política, corrupción oficial y depresión intelectual. Cambalache de Discépolo.
Importa, por ello, actualizar la memoria de ciertas influencias sobre las bases en que los militantes forjistas asentaron sus ideas y programas. Aportamos una breve recopilación de algunos conceptos destacados que por su pertinencia merecen atenta lectura.
“La primera y fundamental verdad que comprobamos era la de nuestro coloniaje económico… Vimos la mano que estructuró la cultura, la política, lo institucional y lo económico… En FORJA, nosotros empezamos a descubrir el antiimperialismo concreto, y creo que con Scalabrini Ortiz… Desentrañada la trama de nuestro coloniaje económico, descubrimos que él se asentaba sobre el coloniaje cultural. Descubrimos que ambos coloniajes se apuntalan y conforman recíprocamente”.
Esa generación forjista destaca los dos hechos que más influyeron en su formación política: la Revolución Mexicana de 1910 y la visita que Haya de la Torre hizo a Yrigoyen en 1927. Y junto a Gabriel Del Mazo leen un texto del aprista Raúl Haya de la Torre que le pone piso a la perspectiva anticolonial y latinoamericana de la política:
“Nuestra América ofrece al mundo una nueva realidad, extraordinaria, excepcional… Con una idea de copia servil, de imitación… no haremos nada. En México encontramos una revolución espontánea, de instinto, sin ciencia… Es una sucesión maravillosa de improvisaciones, de tanteos, de tropezones, salvada por la fuerza popular, por el instinto enérgico y casi indómito del campesinado… Por eso es admirable. Es admirable porque ha sido hecha por hombres ignorantes… La experiencia nos ha enseñado que debemos hacer algo por nosotros mismos, sacudiéndonos la tutela de Europa y de la mentalidad de colonos con que, rendida y servilmente, hemos tratado de remedar, más que de imitar, la obra revolucionaria de los europeos”.
De allí vienen dos ideas jauretcheanas de larga trascendencia: la consigna: EL PUEBLO HACE LA HISTORIA. Y su consecuencia: LA HISTORIA ES LA MATERIA PRIMA DE LA POLÍTICA.
De su experiencia en Juventud del Sur, la práctica en el comité de Boedo y conceptos recogidos en la campaña electoral en apoyo a la segunda presidencia del Don Hipólito, en lo que hoy denominamos militancia territorial, sigue sacando conclusiones no menos significativas de otro orden:
“Se ha confundido la defensa de la soberanía del pueblo con la defensa de las instituciones en que se ampara el régimen para mantener esta normalidad institucional que ahora llaman democracia… La hostilidad del Régimen, ahora y antes, consistió siempre en crear un aparato legal para canalizar la protesta del pueblo y después, por su periodismo, su Universidad y su escuela acostumbrar al pueblo despojado a reverenciar el aparato del despojo… El vigilante no está puesto para cuidar la libertad de los argentinos sino para impedir que la libertad de los argentinos lastime los intereses de la finanza”.
Suma a ello opiniones de Homero Manzi, su amigo del alma, que en el primer discurso en público después de la fundación de FORJA pronuncia ideas que parecen recién escritas:
“La democracia sufre rudos ataques en el mundo, desde la derecha y desde la izquierda. Pero se ataca a una democracia conceptual y doctrinaria. A una democracia de alcance aritmético que creó, sintió y practicó Europa. La democracia como un sistema frío y racional, que coloca en los platillos dos cifras y se inclina hacia el peso físico. En América, esa democracia no existió nunca. …porque aquí le pusimos un alma… Democracia del destino le llama poéticamente Homero. La de los heroicos ejércitos de la libertad, la del tumulto del pueblo de Mayo, la de la bravura indómita de Güemes y hasta la de las cadenas que opone Rosas a la pretensión de las banderas extranjeras… la que descansa en la firme decisión de Yrigoyen cuando los más piden la guerra y él se aferra a la paz… Democracia de toda América que no puede morir nunca. Por eso la pedimos para nuestro partido y para nuestra patria”
Y abundando, Jauretche opina:
“Democracia y electoralismo no son términos equivalentes y sí muchas veces incompatibles… Porque el voto es sólo un medio, no un fin; el medio para expresar la voluntad del pueblo cuando existe el mecanismo legal de la democracia. Pero cuando éste no existe, no queda excluida la democracia pues el pueblo tiene otros medios de expresión, la huelga, movilización, la insurrección… y la lucha armada…”, que supo practicar también en el levantamiento cívico-militar de Paso de los Libres.
El tema de la democracia tan remanido hoy, casi en vísperas de una nueva convocatoria electoral, merece citar un documento de FORJA: “La cosa es sencilla; se nos quiere hacer pasar por democracia el mantenimiento del parlamento, la justicia, las instituciones, en una palabra lo formal que el régimen maneja. Para nosotros democracia es el gobierno del pueblo con o sin parlamento, con o sin jueces: si el pueblo no gobierna, las instituciones no son más que alcahuetas de la entrega”.
Arturo sintetiza: “Las formas no son más que medios para servir al ser. Para ser democracia se necesita ser Patria… Voluntad nacional, es cosa distinta a la simple y ocasional suma de voluntades que se da en oportunidades electorales… Y no puede construirse desde arriba sino trabajando en el seno del pueblo…”
Y, en consecuencia, aconseja: “Hay que actuar en dirigente revolucionario y no en dirigente electoral, porque se trata de la disputa del poder. No importa dónde están los votos ahora. Importa dónde estarán para ejecutar un programa. El que esté atento sólo a lo que piensa la gente ahora, se quedará al margen de lo que pensará la gente mañana y aquí está la clave para saber quién es dirigente o no”.
Su definición de FORJA explica las nacientes banderas del nacionalismo popular revolucionario: UN SALTO EPISTÉMICO, impuesto por la necesidad de innovar, crear y realizar una senda política diferente, superadora de la usanza convencional y trascendente a la circunstancia, en la que Jauretche incluye la modestia de nombrar a un par como su maestro: demandas urgentes de la práctica política argentina actual.
“Aportamos a la formación de las ideas en la Argentina, no una ideología, ni una doctrina, sino esencialmente un modo, una manera, un método para encarar nuestros problemas”. E insiste: “Mi tarea, aprendida junto a mi maestro Raúl Scalabrini Ortiz, fue la de trabajar en la formación de estados de conciencia y confieso que sólo he utilizado la política como trampolín para esa empresa”.
El principal aporte de FORJA nace de esa libertad de pensamiento, audacia para plantear lo inédito y coraje para enfrentar lo consagrado
FORJA sintetiza la idea de que NO HAY SOBERANÍA NACIONAL SIN INDEPENDENCIA ECONÓMICA Y QUE LA JUSTICIA SOCIAL ES REQUISITO DE POSIBILIDAD DE ESAS CONDICIONES.
FORJA ES EL ORIGEN DEL NACIONALISMO POPULAR REVOLUCIONARIO
Creación de volumen histórico que ante el riesgo de disolución de la Patria hoy nos desafía.
Ernesto Jauretche
La Plata
29 de junio de 2024