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OPINIÓN

El “curro” de los derechos humanos por Emilio Augusto Raffo

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Hace ya 8 años que se publicó esta nota que me permito reeditar sin hacer una sola corrección… puesto que el protagonista también se ha permitido volver sobre sus expresiones….
5 ene – A fines del año 2014, el jefe de Gobierno de la Capital Federal, Mauricio Macri, señaló que era hora de terminar “con el curro de los derechos humanos”, definiendo así parte de su eventual programa de gobierno en caso de acceder a la presidencia de la Nación. Este criterio es compartido por la señora Rosa Graciela Castagnola de Fernández Meijide, ex ministra del Gobierno de la Alianza de Fernando De la Rúa.

En su momento nos hemos referido a otras expresiones de Meijide (ver Sobre las expresiones de Meijide), razón por la cual no abundaremos en miramientos a su respecto, pero sí vale la pena hacerlo con respecto a Macri, quien a pesar de ser ingeniero debe conocer los términos que utiliza y sus consecuencias. Desconocemos si el profesor Sabsay ha hecho tronar el escarmiento pidiéndole el diploma que lo acredite como tal (ver Sabsay: ¿Un “recontrapelotudo”?)
Ahora bien, veamos qué debe entenderse por “currar”, según la Real Academia Española: “(Del caló currar; cf. sánscr. kṛnoti, hacer). 1. intr. coloq. trabajar. 2. tr. vulg. Arg. estafar (‖ pedir o sacar dinero con engaños)”.
De lo dicho por Macri se desprende que él dejará de “trabajar” en defensa de los derechos humanos, pues si -por el contrario- alguien ha dedicado a
“estafar” al erario o la fe pública en una materia tan sensible como los derechos humanos. Entonces, el camino es la denuncia judicial para que se ponga en funcionamiento la maquinaria investigativa (jueces y fiscales amigos no le faltarán para ello).
Para hacer un somero análisis sobre el tema deberíamos señalar, según nuestra óptica, y sólo por tomar un parámetro de análisis, cómo y cuándo se han producido la violación de derechos humanos en la Argentina. Y también, por qué no, cuándo se ha reivindicado su vigencia mediante el respeto irrestricto de nuestra Constitución Nacional. Debemos remontarnos en consecuencia al 6 de setiembre de 1930, cuando se produjo el golpe de estado contra el presidente Yrigoyen, deponiéndolo y encarcelándolo.
Se conculcaron entonces los derechos humanos de los ciudadanos, impidiéndoles, por ejemplo, elegir y ser elegidos, abandonando a su suerte a los seguidores de “El Peludo” (“Tiene más hambre que radical del ‘30”, se decía).
También se conculcaron y violaron los derechos humanos el 16 de setiembre de 1955 (al igual que meses antes, al bombardear a civiles en Plaza de Mayo con aviones pertenecientes a nuestras Fuerzas Armadas). No sólo aquí se inició un tenebroso período de proscripción política y censura, sino también de encarcelamientos, torturas y fusilamientos clandestinos en nombre de “la democracia y la libertad”. Apoyados siempre los militares por civiles que de inmediato se encumbraban en los gobiernos de facto, sosteniendo hipócritamente la defensa de la Constitución Nacional y el sistema de vida occidental y cristiano.
También debemos recordar el tristemente célebre “Plan Conintes” y los derrocamientos de los gobiernos constitucionales de Arturo Frondizi y Arturo Ilia. Se continuaron así violándose los derechos humanos de la ciudadanía en general y de los integrantes del Movimiento Justicialista en particular.
Nos permitimos entonces recordar el desconocimiento de la voluntad popular expresada libremente en las urnas y no admitir el triunfo del candidato a gobernador bonaerense Andrés Framini por la sola razón de ser “peronista”; circunstancia que, por sí sola, produjo el derrocamiento de Frondizi.
En la misma línea, el derrocamiento de Illia dio origen a una nueva dictadura, de Onganía, Levignston y Lanusse. Durante su vigencia se encarceló a dirigentes y militantes de diversas extracciones ideológicas, existieron casos de torturas y hasta fusilamientos públicos en las calles, como en Wiliam Morris, o en las cárceles, como en Trelew el fatídico 22 de agosto de 1972. Siempre con la presencia y participación activa de civiles, como es el caso del ministro del Interior de Lanusse, Arturo Mor Roig, ex presidente de la Cámara de Diputados de la Nación durante la presidencia de Illia que abandonó a sus correligionarios y sus principios, para ser parte de un gobierno dictatorial. Hoy vemos a adláteres de algunos de estos dictadores participando y pretendiendo “renovar la política”.
El gobierno constitucional que asumiera el 25 de mayo de 1973 no alcanzó a reparar semejantes latrocinios, tal vez por la fuerte oposición de los sectores más cercanos a quienes conculcaran durante décadas los derechos esenciales en la Argentina, por carecer de poder político e institucional para ello y, por qué no decirlo, por las luchas intestinas del movimiento nacional.
El 24 de marzo de 1976 se produce el último golpe de estado, dando cabida a una nueva dictadura cívico militar (las anteriores también lo fueron), en la que primó el conculcamiento de los derechos humanos, tortura, desapariciones, muerte, supresión de identidad, un plan sistemático de apropiación de menores, proscripción, al margen de la derogación de los derechos políticos de la ciudadanía, que ya había sido convocada para que en pocos meses procediera a elegir a la totalidad de los representantes a cargos públicos electivos, nacionales, provinciales y municipales.
A esta altura del relato me permito preguntar: ¿Dónde estaba esta gente cuando se violaban sistemáticamente los derechos humanos esenciales en la Argentina con la anuencia y el apoyo de potencias extranjeras?.
Veamos entonces la contracara de este latrocinio. A partir del 10 de diciembre de 1983, el gobierno constitucional del presidente Raúl Alfonsín, en una medida inédita e históricamente relevante, dispuso los llamados Juicios a las Juntas Militares usurpadoras del poder político entre 1976 y 1983, en los cuales se garantizaron los derechos de defensa de todos los acusados (es decir, se le garantizaron los derechos humanos a quienes los violaran ostensiblemente en forma pública y con la anuencia de los sectores civiles que participaran de esta oscura etapa).
Como resultado de estos juicios fueron condenados y luego indultados por el gobierno del presidente Carlos Menem los integrantes de dichas Juntas Militares.
A la vez el pueblo argentino debió padecer los embates de los golpistas de siempre en Semana Santa de 1987, la sanción mediante una presión insostenible de las leyes de obediencia debida y punto final, así como también los levantamientos de Caseros y Villa Martelli
Esta patoteada militar encontró al pueblo argentino de pié, unido y apoyando incondicionalmente al gobierno constitucional del Dr. Alfonsín. Es recordada la foto junto a Antonio Cafiero en los balcones de la Casa Rosada, junto a otros dirigentes que ponían de manifiesto la representación de toda la ciudadanía que, espontáneamente, se autoconvocó a la Plaza de Mayo.
Obediencia debida, punto final e indulto. Tres temas que ameritan un alto en el camino y alguna reflexión.
Presionado por las circunstancias, el poder ejecutivo de Alfonsín debió enviar al Congreso un proyecto propiciando la extinción de la ley penal respecto de personas a las que se podría imputar su participación en cualquier grado de autoría de hechos ilícitos cometidos durante la represión de 1976 en adelante. La ley 23492 así sancionada era constitucionalmente observable al establecer un régimen de extinción de la ley penal circunscripto a una categoría de delitos cometidos hasta una fecha determinada y a favor de determinadas personas, violando así el principio de igualdad ante la ley. Planteaba además una severa limitación a la investigación al impedir que fueran llevados a juicio quienes no habían sido citados dentro del plazo prescriptivo que la ley fijaba. Desde una óptica estrictamente jurídica contenía un régimen de excepción único e inédito referido a la prescripción de la acción, alterando principios del código de fondo, pues daba por extinguida esa acción por la mera falta de citación a juicio (así lo entendía también la FACA en abril de 1987).
Digamos, como al pasar, que el beneficiario mediático de esta norma y que diera origen al levantamiento de los “carapintadas” es el mayor Barreiro, hoy sometido a juicio, precisamente, por violación de derechos humanos.
A su vez, la sanción de la ley 23521, denominada de Obediencia Debida, ponía de manifiesto un fundamento ético jurídico disvalioso, pues se desincriminaba a los autores de delitos de lesa humanidad, violentándose así la conciencia jurídica universal, contradiciendo la Convención Contra la Tortura y otros tratos y penas crueles, inhumanas y degradantes que fuera ratificada en nuestro país mediante ley 23338.
Similar consideración merece el dictado de los indultos a favor de condenados o procesados por su responsabilidad en el denominado terrorismo de estado.
Debemos preguntarnos ahora, ¿de qué lado se encontraba el ingeniero Macri en esta época?
Pareciera que muchos, lamentablemente, consideran que los derechos humanos fueron violados -desde el estado, con participación de fuerzas armadas, de seguridad y el apoyo de civiles- solamente a partir del 24 de marzo de 1976.
Y otros estiman que las reparaciones establecidas por el Congreso Nacional resultan un “curro”, como vulgarmente las define el alcalde porteño y avala la ex ministra y que ciertos medios de difusión se encargan de ensalzar.
Debemos resaltar ahora que nuestro sistema republicano de gobierno se encuentra forjado en tres ejes esenciales, los poderes ejecutivo, judicial y legislativo. Estos tres engranajes del gobierno argentino tuvieron participación innegable, tanto derogando aquellas leyes que les habían sacado bajo presión, declarando su nulidad y determinando los caminos a seguir procurando el juzgamiento de todos los responsables del vulneramiento de los derechos humanos, principalmente a partir de 2003.
El gobierno nacional se encargó de “currar” para reparar el vulneramiento de los derechos humanos. Según los dichos de Macri, en el sentido de “trabajar”, conforme el diccionario de la RAE transcripto más arriba
Y no sólo a aquellos hechos sucedidos a partir de 1976. Fueron aún más atrás.
En efecto, el 15 de octubre de 2012 el Tribunal Federal de Comodoro Rivadavia resolvió condenar a prisión perpetua a Emilio Del Real, Luis Sosa y Carlos Marandino como autores de 16 homicidios y tres tentativas y declarar a los crímenes cometidos de “lesa humanidad”, con motivo de la “Masacre de Trelew” de 1972.
Debo señalar que, a criterio del suscripto, este fue uno de los casos emblemáticos de la persecución y muerte en Argentina, como lo serán para los mayores el bombardeo de Plaza de Mayo (1955) y los fusilamientos de José León Suarez y del general Juan José Valle (de 1956) o la desaparición de Felipe Vallese, sin mengua de los númerosos casos colectivos e individuales de tortura, desaparición y muerte de personas.
Me preguntaba más arriba en dónde estaban muchos cuando se violaban los derechos humanos, y dónde estaba puntualmente el ingeniero Macri cuando se apañaba a los autores de dichos actos aberrantes. No lo sé, sobre esto debería responder el propio Macri, y no soy yo quién para pedírselo (soy un simple ciudadano). Aunque tal vez el profesor Sabsay se atreva en el próximo coloquio de idea.
Lo que sí puedo decir es dónde estamos muchos, como simples ciudadanos: del lado de respeto irrestricto del cumplimiento de nuestra Constitución, de las leyes y de la vigencia inclaudicable de los derechos humanos, alentando a aquellos resueltos a “currar” (“trabajar”) en tal sentido.
Nota: me permito si incorporar una genialidad del Maestro argentino del Lunfardo, MARIO GIRIBALDI.
“El Pensador…”
“siempre a los santos piques por el mundo ,
Alguna vez me paro a campanearte
Sin que nadie te bata vagabundo.
Vos nunca la yugaste ni un segundo
Y, aunque eso, al fin es una Luca aparte, no manyo si te mandas la parte
O si la maroteas firme y profundo.
A Vos Rodin, por un quedarse corto,
Te modeló como quien tira un dado o rejunta el sobrante de un aborto.
¿Qué pensás ? Deschavá ´para este lado
Al guíen que, yugador, se rompe el orto
¿Qué curro es ese de vivir sentado?
Marzo de 2023

OPINIÓN

«Brevísima reflexión sobre la Inteligencia artificial», por Gabriel Baum

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Nosotros no podemos ni debemos tomar la Inteligencia artificial que nos proponen de Norteamérica y tratar de adaptarla o regularla.

Es tecnología concebida en gigantes tecnológicos del Norte para sus necesidades y sus demandas. Ellos buscan automatizar todo tipo de tareas, porque tienen una población que envejece y envejecerá, carecen de trabajadores y quieren echar a los inmigrantes que serían los nuevos trabajadores, y nosotros necesitamos generar trabajo para millones de jóvenes pobres; ellos pretenden extender la vida de una población envejecida y nosotros necesitamos salud para millones de niños mal alimentados; y así, uno son la contracara del otro.

» No creo que sea un accidente que tengamos tanto énfasis en la automatización, cuando el futuro de la tecnología en este país está en mano de unas pocas empresas como Google, Amazon, Facebook, Microsoft, etc. que tienen la automatización algorítmica como su modelo de negocio.» (Daron Acemolgu, Premio Nobel de Economía 2024).

Nosotros tenemos que pensar al revés para poder diseñar las tecnologías que necesitamos. Sin embargo, veo que en nuestro país todo el mundo trata de refritar una vez más las tecnologías impuestas desde el norte.

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OPINIÓN

«Adolfo Rodríguez Saá marca el norte de la Buena Administración», por Luis Chervo

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Muchas veces me preguntan sobre si estos años de Democracia hubo o no puntos de alto nivel de la buena política, y en toda respuesta aparece siempre Adolfo Rodríguez Saá.

Creo que siempre la mejor manera de la valoración de un político es lo que piensa un adversario partidario y es por eso que siempre recurro en este punto a un libro escrito por un ex Diputado Provincial Puntano, Carlos Amondaraín, quien escribió un valioso libro de sus memorias y en la página 207 dice que”en 1989 el Dr Adolfo Rodríguez Saá inicia una agresiva política de obras públicas con la construcción de barrios, uno de 72 viviendas y otro de 34 viviendas al norte” de su pueblo, Buena Esperanza. Dice, además ”indudablemente esta obra fantástica le permitió a la localidad un avance significativo. Las 108 unidades contrastan con las únicas 10 que se habían hecho en los años de la Dictadura, hasta 1983”….

Esa pequeña postal significó ver en chiquito, lo que en grande hizo en 20 años de desarrollo, a lo largo y ancho de todo San Luis, en donde dejó 18 diques, que cambiaron el régimen de lluvias y favoreció los cultivos y los pastoreos de los animales, la erradicación de cientos de empresas, la realización de caminos para intercomunicar las personas y transportar mercaderías, escuelas, hospitales modelos, pero un hecho que trasciende, fundó a la única ciudad de la nueva democracia Argentina, llamada: La Punta.

Ahora uno puede pensar en los mismo tiempos, en la misma historia porque Adolfo pudo en San Luis, que estaba última en los índices de casi todos los conceptos productivos o de desarrollo humano, de las 23 Provincias y hoy día, se luce en los primeros lugares, de esos mismos eventos comparativos…..?

Yo lo conocí en el año 1987 en el Teatro Municipal de San Nicolás, en donde fue a dar una charla refrescando la importancia de mantener andando una Industria Nacional, en especial del acero, para alejarnos de la dependencia de los grandes mercado, en una mesa que compartimos con Naldo Brunelli (UOM), nuestro Amigo común, el Tati Vernet y él, me nos dijo”si no entendemos que en el orden de las cuentas públicas, en que el valor es sumar un peso sobre otro, y planificar un Estado Provincial efectivo, moderno, que contemple las primarias y secundarias necesidades de la Gente, no tenemos futuro y nuestra página con la historia tendrá pocos capítulos”….

Creo que con esa definición nos dijo casi todo, pero con el tiempo, fue observando, que le daba, valor, no solo en hacer, autopistas con luminarias inteligentes, sino a tener un fondo anticíclico, que seguro salvó a varios de sus sucesores, en más de una ocasión, sino de avanzar siempre con reformas para llegar a un Estado Provincial moderno, eficaz, lo que lo llevó a duplicar la población desde que tomó la Gobernación en 1983 y pudo entregar, a casi la mitad de la población un techo que devolvió para hacer más y más obra pública.

Cuando pasó por la Presidencia de la Nación, lanzó un plan de forestación de 3 millones de árboles, que años después fue premiado por la FAO, y debo decir, que esto no tiene nada que ver con ser de tal o cual Partido político, significa tener conciencia de los tiempos, voluntad política, y una nítida perspectiva de que hacer y cuándo hacerlo.

En el medio se reformó la Constitución Provincial, dando los nuevos derechos para que los ciudadanos recreen una sociedad más justa, solidaria y moderna.

Yo no solo hago este artículo como un acercamiento a la verdad de los hechos, sino al Amigo de corazón, que luego de tantos tiempos, sigo frecuentando y valorando, y el orgullo de haberlo podido acompañar en cada patriada electoral que nos convocó, a través del tiempo y haber demostrado que cuidando el peso, siendo creativo y responsable de no dañar esa confianza de los ciudadanos, que nos dan con el voto, se puede construir no solo paredes, calles, casas, sino un espíritu Nacional de una Argentinidad, que no se duerme y se resiste a ser atropellada por los desamores de turnos, que solo piensan en sus miserias personales y no en el bien de las mayorías.

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OPINIÓN

«Una actualización política y doctrinaria necesaria», por Jorge Rachid

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Estamos frente a un cambio epocal, que se corresponde con un nuevo mapa geopolítico internacional, que ha cambiado el eje del mundo. Una situación que se corresponde con los cambios que generaciones han vivido bajo el influjo hegemónico cultural neoliberal, desde hace décadas.
Dicha colonización ha penetrado, naturalizando situaciones, que en otros tiempos no hubiesen sido posibles, ante la resistencia de una conciencia compartida del pueblo, tendiente desde siempre, a la solidaridad social, que ha sido derrumbada por un individualismo que lleva a la comunidad a la diáspora social.
De ésta descripción se desprende que hemos perdido la batalla cultural y abandonada la siembra, en el espacio simbólico de la conciencia colectiva de los argentinos, que ha sido ocupado por el enemigo, que avanzó sin tropas ni necesidad de exponerse, con la colaboración activa de una dirigencia que desde el inicio de la democracia, nunca identificó claramente al enemigo y por esa razón no plantó batalla, con las excepciones necesarias de los años felices de Néstor y Cristina, que permitieron ampliar derechos, pero no llegaron a perforar el techo de la dependencia.
Esa dependencia es desde el inicio mismo de la apertura democrática, otorgada por el enemigo a través del Consenso de Washington, colocando al Mercado como ordenador social excluyente de cualquier otro modelo con un marco que se afianzó en la Constitución de 1994 con la fragmentación del país en políticas sociales, sanitarias, educativas, de seguridad social y previsionales, además de la política de Recursos Naturales a discreción de los Gobiernos Provinciales, para su comercialización. Ese instrumento no sólo fragmentó la Patria sino que comenzó a diluir el espíritu patriótico en las nuevas generaciones.
La pregunta es si alcanza el discurso que confronta con el régimen, abordando la agenda y las provocaciones del enemigo y si nuestra mirada construye un pensamiento superador, de la frivolidad superficial a la que ha sido sometida la política en tiempos neoliberales.
Es ahí donde surge con fuerza lo que llamamos el Perón Filosófico, una construcción del pensamiento desde una perspectiva diferente a la del enemigo, que impone dogmáticamente modelos de construcción social, basados en esquemas macro económicos, antiguos, perimidos, pétreos, arrasados en un mundo que al cambiar su orientación geopolítica al Multipolarismo, desnudó al imperialismo Unipolar hegemónico, surgido de la posguerra mundial, que fue creando instrumentos de dominación colonial, vigentes hasta hoy. Ese mundo cambió desde hace 25 años su orientación geopolítica.
Esa construcción del pensamiento filosófico americano, moreno, criollo, mestizo, inmigrante que deviene de la profundidad de la historia de luchas de emancipación, es la que nos da identidad y preserva la memoria de los pueblos latinoamericanos, de una Patria Matria Grande que nunca debió dejar de ser. Esa concepción “humanista y cristiana” como denomina el Perón filosófico, es un conjunto de ideas que sigue dando vigencia desde el pensamiento respuestas a las demandas actuales.
Las nuevas generaciones no encontraron en las ideas y acciones políticas que se desarrollaron en sus vivencias personales, respuestas a sus expectativas de proyectos de vida. Sus respuestas actuales, como nuevas generaciones, son acordes a las frustraciones personales y comunitarias que han provocado un enojo generalizado, estimulado por un enemigo que pretende siempre enterrar la política. Lo ha logrado por ahora.
Es que la acción político ideológica y doctrinaria, funge como instrumento de construcción del modelo social y productivo, biocéntrico, basado prioritariamente en los seres humanos y el cuidado de la naturaleza, como lo define el Papa Francisco
Es necesario conocer el cómo miran la realidad las nuevas generaciones, cómo elaboran sus ideas, que instrumentos tecnológicos utilizan para informarse, que pretenden como proyectos de vida, sus sueños y esperanzas, para poder penetrar un diálogo con idioma común intergeneracional.
Es la manera de poder volver a recuperar valores tanto patrióticos, como virtudes y valores con códigos de vida comunitaria, que privilegien la vida y la solidaridad social compartida, frente al odio constante destilado por el enemigo en su afán de provocar el caos permanente, funcional a sus intereses de dominación.
Las categorías que manejamos quienes atravesamos otras experiencias, no pueden ser volcadas en forma dogmática, ni pétrea, menos aun sin escuchar los planteos que devienen de un sistema que los asfixia y del cual los jóvenes quieren salir, aun sin destino, porque las categorías que les ofrecemos no llenan sus expectativas actuales.
Las doctrinas e ideologías son dinámicas, actualizadas a los nuevos escenarios, debiendo dar respuesta a las realidades emergentes, desde una mirada que siempre debe fortalecer las convicciones estratégicas, desde las cuales se intenta cambiar el modelo actual, opresor y dominante, por una sociedad más justa y un país más soberano.
El Modelo Social y Productivo Biocéntrico es una demanda pendiente de construcción de Comunidad Organizada como instrumento de poder real, instituyente basado en la Constitución Nacional que transforma al pueblo en protagonista activo de la democracia, si funciona como tal y no una actualidad del sistema, que sólo convoca a ser al pueblo testigo pasivo de la historia, en general traficada por los enemigos de la Patria, con poder real, que condicionan y conducen los procesos independientemente de la voluntad política expresada en las urnas.
La mentira, manipulación, tergiversación y ocultamiento de la realidad informativa por parte de redes organizadas y medios hegemónicos, es una barrera en la democracia a vencer, democratizando la palabra y reconstruyendo con agenda propia las utopías y esperanzas de un destino común, como Pueblo y como Patria, ambas categorías anteriores a las instituciones, previas a la independencia nacional y más lejos en el tiempo de la instalación de la democracia.
Una democracia limitada como la actual, supuesta herramienta de la voluntad popular, pero que hoy ha sido puesta en discusión en el mundo, al ser arrasada por la lógica de la financiarización de las economías mundiales, por parte de los Fondos Buitres, que han arrasado soberanías nacionales y provocado el resurgir del racismo fascista en el mundo.
Ese Perón filosófico es el único vigente, que siempre es evocado, pero poco leído o escuchado en sus pláticas sobre actualización política y doctrinaria, siendo una herramienta actual, porque organiza el pensamiento desde una mirada común, de un destino que necesita respuestas actuales, para recuperar el sentimiento patriótico, que ha sido borrado por la cultura neoliberal, que como todo proceso colonizador, necesita crear una nueva identidad al dominado y construir un relato propio del colonizador, ajeno a las propias vivencias e intereses de los pueblos.
Es un desafío pendiente, gestar un modelo solidario al calor de la lucha con movilización y organización, por la descolonización y liberación nacional. Es proceso largo resignificar la historia de luchas de nuestros Padres Fundadores y los pueblos latinoamericanos, ya que la apropiación del relato construye poder desde siempre, desde que alguien dijo: Tierra y otro dijo: Barco, que sabemos cómo se desarrolló, pero nunca terminó.
Jorge Rachid
CABA, 28 de noviembre de 2024

BIBLIOTECA
Carlos Astrada: El Juego existencial Ed. Babel
Mark Fisher: Las Leyes Espirituales de la Riqueza Ed, URANO
Juan D. Perón: Modelo Argentino para un Proyecto Nacional-Comunidad Organizada-Conducción Política. Todos Ed. Instituto J.D.Perón

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