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OPINIÓN

El “curro” de los derechos humanos por Emilio Augusto Raffo

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Hace ya 8 años que se publicó esta nota que me permito reeditar sin hacer una sola corrección… puesto que el protagonista también se ha permitido volver sobre sus expresiones….
5 ene – A fines del año 2014, el jefe de Gobierno de la Capital Federal, Mauricio Macri, señaló que era hora de terminar “con el curro de los derechos humanos”, definiendo así parte de su eventual programa de gobierno en caso de acceder a la presidencia de la Nación. Este criterio es compartido por la señora Rosa Graciela Castagnola de Fernández Meijide, ex ministra del Gobierno de la Alianza de Fernando De la Rúa.

En su momento nos hemos referido a otras expresiones de Meijide (ver Sobre las expresiones de Meijide), razón por la cual no abundaremos en miramientos a su respecto, pero sí vale la pena hacerlo con respecto a Macri, quien a pesar de ser ingeniero debe conocer los términos que utiliza y sus consecuencias. Desconocemos si el profesor Sabsay ha hecho tronar el escarmiento pidiéndole el diploma que lo acredite como tal (ver Sabsay: ¿Un “recontrapelotudo”?)
Ahora bien, veamos qué debe entenderse por “currar”, según la Real Academia Española: “(Del caló currar; cf. sánscr. kṛnoti, hacer). 1. intr. coloq. trabajar. 2. tr. vulg. Arg. estafar (‖ pedir o sacar dinero con engaños)”.
De lo dicho por Macri se desprende que él dejará de “trabajar” en defensa de los derechos humanos, pues si -por el contrario- alguien ha dedicado a
“estafar” al erario o la fe pública en una materia tan sensible como los derechos humanos. Entonces, el camino es la denuncia judicial para que se ponga en funcionamiento la maquinaria investigativa (jueces y fiscales amigos no le faltarán para ello).
Para hacer un somero análisis sobre el tema deberíamos señalar, según nuestra óptica, y sólo por tomar un parámetro de análisis, cómo y cuándo se han producido la violación de derechos humanos en la Argentina. Y también, por qué no, cuándo se ha reivindicado su vigencia mediante el respeto irrestricto de nuestra Constitución Nacional. Debemos remontarnos en consecuencia al 6 de setiembre de 1930, cuando se produjo el golpe de estado contra el presidente Yrigoyen, deponiéndolo y encarcelándolo.
Se conculcaron entonces los derechos humanos de los ciudadanos, impidiéndoles, por ejemplo, elegir y ser elegidos, abandonando a su suerte a los seguidores de “El Peludo” (“Tiene más hambre que radical del ‘30”, se decía).
También se conculcaron y violaron los derechos humanos el 16 de setiembre de 1955 (al igual que meses antes, al bombardear a civiles en Plaza de Mayo con aviones pertenecientes a nuestras Fuerzas Armadas). No sólo aquí se inició un tenebroso período de proscripción política y censura, sino también de encarcelamientos, torturas y fusilamientos clandestinos en nombre de “la democracia y la libertad”. Apoyados siempre los militares por civiles que de inmediato se encumbraban en los gobiernos de facto, sosteniendo hipócritamente la defensa de la Constitución Nacional y el sistema de vida occidental y cristiano.
También debemos recordar el tristemente célebre “Plan Conintes” y los derrocamientos de los gobiernos constitucionales de Arturo Frondizi y Arturo Ilia. Se continuaron así violándose los derechos humanos de la ciudadanía en general y de los integrantes del Movimiento Justicialista en particular.
Nos permitimos entonces recordar el desconocimiento de la voluntad popular expresada libremente en las urnas y no admitir el triunfo del candidato a gobernador bonaerense Andrés Framini por la sola razón de ser “peronista”; circunstancia que, por sí sola, produjo el derrocamiento de Frondizi.
En la misma línea, el derrocamiento de Illia dio origen a una nueva dictadura, de Onganía, Levignston y Lanusse. Durante su vigencia se encarceló a dirigentes y militantes de diversas extracciones ideológicas, existieron casos de torturas y hasta fusilamientos públicos en las calles, como en Wiliam Morris, o en las cárceles, como en Trelew el fatídico 22 de agosto de 1972. Siempre con la presencia y participación activa de civiles, como es el caso del ministro del Interior de Lanusse, Arturo Mor Roig, ex presidente de la Cámara de Diputados de la Nación durante la presidencia de Illia que abandonó a sus correligionarios y sus principios, para ser parte de un gobierno dictatorial. Hoy vemos a adláteres de algunos de estos dictadores participando y pretendiendo “renovar la política”.
El gobierno constitucional que asumiera el 25 de mayo de 1973 no alcanzó a reparar semejantes latrocinios, tal vez por la fuerte oposición de los sectores más cercanos a quienes conculcaran durante décadas los derechos esenciales en la Argentina, por carecer de poder político e institucional para ello y, por qué no decirlo, por las luchas intestinas del movimiento nacional.
El 24 de marzo de 1976 se produce el último golpe de estado, dando cabida a una nueva dictadura cívico militar (las anteriores también lo fueron), en la que primó el conculcamiento de los derechos humanos, tortura, desapariciones, muerte, supresión de identidad, un plan sistemático de apropiación de menores, proscripción, al margen de la derogación de los derechos políticos de la ciudadanía, que ya había sido convocada para que en pocos meses procediera a elegir a la totalidad de los representantes a cargos públicos electivos, nacionales, provinciales y municipales.
A esta altura del relato me permito preguntar: ¿Dónde estaba esta gente cuando se violaban sistemáticamente los derechos humanos esenciales en la Argentina con la anuencia y el apoyo de potencias extranjeras?.
Veamos entonces la contracara de este latrocinio. A partir del 10 de diciembre de 1983, el gobierno constitucional del presidente Raúl Alfonsín, en una medida inédita e históricamente relevante, dispuso los llamados Juicios a las Juntas Militares usurpadoras del poder político entre 1976 y 1983, en los cuales se garantizaron los derechos de defensa de todos los acusados (es decir, se le garantizaron los derechos humanos a quienes los violaran ostensiblemente en forma pública y con la anuencia de los sectores civiles que participaran de esta oscura etapa).
Como resultado de estos juicios fueron condenados y luego indultados por el gobierno del presidente Carlos Menem los integrantes de dichas Juntas Militares.
A la vez el pueblo argentino debió padecer los embates de los golpistas de siempre en Semana Santa de 1987, la sanción mediante una presión insostenible de las leyes de obediencia debida y punto final, así como también los levantamientos de Caseros y Villa Martelli
Esta patoteada militar encontró al pueblo argentino de pié, unido y apoyando incondicionalmente al gobierno constitucional del Dr. Alfonsín. Es recordada la foto junto a Antonio Cafiero en los balcones de la Casa Rosada, junto a otros dirigentes que ponían de manifiesto la representación de toda la ciudadanía que, espontáneamente, se autoconvocó a la Plaza de Mayo.
Obediencia debida, punto final e indulto. Tres temas que ameritan un alto en el camino y alguna reflexión.
Presionado por las circunstancias, el poder ejecutivo de Alfonsín debió enviar al Congreso un proyecto propiciando la extinción de la ley penal respecto de personas a las que se podría imputar su participación en cualquier grado de autoría de hechos ilícitos cometidos durante la represión de 1976 en adelante. La ley 23492 así sancionada era constitucionalmente observable al establecer un régimen de extinción de la ley penal circunscripto a una categoría de delitos cometidos hasta una fecha determinada y a favor de determinadas personas, violando así el principio de igualdad ante la ley. Planteaba además una severa limitación a la investigación al impedir que fueran llevados a juicio quienes no habían sido citados dentro del plazo prescriptivo que la ley fijaba. Desde una óptica estrictamente jurídica contenía un régimen de excepción único e inédito referido a la prescripción de la acción, alterando principios del código de fondo, pues daba por extinguida esa acción por la mera falta de citación a juicio (así lo entendía también la FACA en abril de 1987).
Digamos, como al pasar, que el beneficiario mediático de esta norma y que diera origen al levantamiento de los “carapintadas” es el mayor Barreiro, hoy sometido a juicio, precisamente, por violación de derechos humanos.
A su vez, la sanción de la ley 23521, denominada de Obediencia Debida, ponía de manifiesto un fundamento ético jurídico disvalioso, pues se desincriminaba a los autores de delitos de lesa humanidad, violentándose así la conciencia jurídica universal, contradiciendo la Convención Contra la Tortura y otros tratos y penas crueles, inhumanas y degradantes que fuera ratificada en nuestro país mediante ley 23338.
Similar consideración merece el dictado de los indultos a favor de condenados o procesados por su responsabilidad en el denominado terrorismo de estado.
Debemos preguntarnos ahora, ¿de qué lado se encontraba el ingeniero Macri en esta época?
Pareciera que muchos, lamentablemente, consideran que los derechos humanos fueron violados -desde el estado, con participación de fuerzas armadas, de seguridad y el apoyo de civiles- solamente a partir del 24 de marzo de 1976.
Y otros estiman que las reparaciones establecidas por el Congreso Nacional resultan un “curro”, como vulgarmente las define el alcalde porteño y avala la ex ministra y que ciertos medios de difusión se encargan de ensalzar.
Debemos resaltar ahora que nuestro sistema republicano de gobierno se encuentra forjado en tres ejes esenciales, los poderes ejecutivo, judicial y legislativo. Estos tres engranajes del gobierno argentino tuvieron participación innegable, tanto derogando aquellas leyes que les habían sacado bajo presión, declarando su nulidad y determinando los caminos a seguir procurando el juzgamiento de todos los responsables del vulneramiento de los derechos humanos, principalmente a partir de 2003.
El gobierno nacional se encargó de “currar” para reparar el vulneramiento de los derechos humanos. Según los dichos de Macri, en el sentido de “trabajar”, conforme el diccionario de la RAE transcripto más arriba
Y no sólo a aquellos hechos sucedidos a partir de 1976. Fueron aún más atrás.
En efecto, el 15 de octubre de 2012 el Tribunal Federal de Comodoro Rivadavia resolvió condenar a prisión perpetua a Emilio Del Real, Luis Sosa y Carlos Marandino como autores de 16 homicidios y tres tentativas y declarar a los crímenes cometidos de “lesa humanidad”, con motivo de la “Masacre de Trelew” de 1972.
Debo señalar que, a criterio del suscripto, este fue uno de los casos emblemáticos de la persecución y muerte en Argentina, como lo serán para los mayores el bombardeo de Plaza de Mayo (1955) y los fusilamientos de José León Suarez y del general Juan José Valle (de 1956) o la desaparición de Felipe Vallese, sin mengua de los númerosos casos colectivos e individuales de tortura, desaparición y muerte de personas.
Me preguntaba más arriba en dónde estaban muchos cuando se violaban los derechos humanos, y dónde estaba puntualmente el ingeniero Macri cuando se apañaba a los autores de dichos actos aberrantes. No lo sé, sobre esto debería responder el propio Macri, y no soy yo quién para pedírselo (soy un simple ciudadano). Aunque tal vez el profesor Sabsay se atreva en el próximo coloquio de idea.
Lo que sí puedo decir es dónde estamos muchos, como simples ciudadanos: del lado de respeto irrestricto del cumplimiento de nuestra Constitución, de las leyes y de la vigencia inclaudicable de los derechos humanos, alentando a aquellos resueltos a “currar” (“trabajar”) en tal sentido.
Nota: me permito si incorporar una genialidad del Maestro argentino del Lunfardo, MARIO GIRIBALDI.
“El Pensador…”
“siempre a los santos piques por el mundo ,
Alguna vez me paro a campanearte
Sin que nadie te bata vagabundo.
Vos nunca la yugaste ni un segundo
Y, aunque eso, al fin es una Luca aparte, no manyo si te mandas la parte
O si la maroteas firme y profundo.
A Vos Rodin, por un quedarse corto,
Te modeló como quien tira un dado o rejunta el sobrante de un aborto.
¿Qué pensás ? Deschavá ´para este lado
Al guíen que, yugador, se rompe el orto
¿Qué curro es ese de vivir sentado?
Marzo de 2023

OPINIÓN

«Necesitamos una CGT única, unida y encarnando un Proyecto Nacional», por Mario Mazzitelli

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La crisis se agrava por la ineptitud del gobierno nacional.

El desastre económico y social que estamos viviendo es de una profundidad inusitada. Heredado de administraciones de muy baja calidad, la tendencia al derrumbe se aceleró en los últimos meses. Para marzo 2024, los datos son alarmantes. La construcción, equipos electrónicos, electrodomésticos y otras industrias manufactureras cayeron más del 40%. La industria automotriz, cubiertas de coche, artículos de ferretería un 25%. Alimentos y bebidas un 15%. La lista sigue sobre la totalidad de los rubros. La desocupación se cierne como un fantasma sobre los trabajadores. Tras los despidos de decenas de miles de obreros de la construcción (obra pública paralizada), empleados del Estado, etc.; empezarán las suspensiones y más tarde los despidos en el comercio, la industria, etc. A los 20 millones de compatriotas en la pobreza, pronto se sumarán algunos millones más. En la niñez y la adolescencia, el ajuste (contractivo e incompetente) está haciendo estragos.

¿Quién puede afrontar el desafío de estructurar una política alternativa a 5 meses de iniciado este desgobierno anarco-capitalista? ¿Quién puede llamar a la Unidad Nacional, para superar esta etapa; respetando el orden institucional y sin desconocer el estado de la opinión pública? O son las fuerzas del cielo, mayormente personificadas por las Iglesias o son las fuerzas de la tierra, representadas por los trabajadores organizados.

El trabajo.

Si compartimos con José Ingenieros que: “Todo lo que es orgullo de la humanidad es fruto del trabajo. Lo que es bienestar y lo que es belleza, lo que intensifica y expande la vida, lo que es dignidad del hombre, decoro de los hogares y gloria de los pueblos… ha surgido de las manos expertas y de la mente creadora.” Que: “Todo el capital de la humanidad es trabajo acumulado; lo crearon las generaciones que han trabajado y son sus dueños legítimos las generaciones que trabajarán.” Que: “Los que detentan algo de ese capital común para convertirlo en instrumento de ocio, son enemigos de la sociedad. El trabajo es un deber social.” Coincidiremos también en que: la sociedad se estructura alrededor del trabajo. Por lo tanto, su jerarquización y relanzamiento es la tarea pendiente de la sociedad argentina. ¿Quién mejor que la Confederación General del Trabajo para hacer (con ese contenido) un gran aporte a la unidad nacional?

La unidad empezando por casa.

Su unidad debería dar un salto cualitativo. Re-unirse todos en una CGT única y plural. Incorporando en su seno a todas las expresiones y organizaciones de trabajadores con o sin encuadramiento. Activos, en blanco, en negro, desocupados, marginados y pasivos. Todos bajo un mismo techo. En el marco de una vida interna respetuosa y profundamente democrática.

La Confederación General del Trabajo (CGT- RA), la Central de Trabajadores y trabajadoras de Argentina (CTA-T) y la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTA-A) han firmado un documento con el que convocaron al paro nacional del 9 de mayo de 2024. En un párrafo de ese texto sostienen: “…nuestro derecho a participar en el diseño de la sociedad a la que aspiramos…”. Excelentes noticias para el hombre y la mujer de a pié. Por un lado “unidad en la acción”, por otro la reivindicación de su rol en el diseño de una sociedad que supere los males de este capitalismo de saqueo en el que nos han enterrado. La unidad empieza a ser un deber.

La necesaria renovación.

Está claro que la dirigencia necesita una evolución. Hay nombres agotados en la opinión pública. Que no viene al caso mencionarlos, ni calificarlos, ni juzgarlos. En absoluto es la pretensión de esta nota (que mira al futuro más que al pasado). Sí, en cambio, reconocer que extensas trayectorias (en un contexto general donde los trabajadores perdieron ingresos, derechos y calidad de vida. Donde asistimos a escándalos por enriquecimiento de los dirigentes y, en ocasiones, desapego con la suerte de sus representados) han ido desgastando la imagen de muchos sindicalistas.

Ese perfeccionamiento no debería ser solo un lavado de cara. Debería representar un nuevo papel para la central de trabajadores. Asumiendo un rol histórico mucho más allá de las reivindicaciones inmediatas, las protestas, las movilizaciones y los paros. Elevar el carácter eminentemente reivindicativo al de protagonista principal de esta etapa. Ya no solo como representante de un sector, sino articulando la diversidad del mundo del trabajo productivo para sentar los cimientos de un moderno proyecto nacional, democrático, latinoamericano.

La CGT convocante de la Unidad Nacional.

Se trataría de convocar y re-unir a la inmensa mayoría de los sectores de la sociedad. Omito el listado para no desgastar al lector. Pero deberían ser convocados “todos” los sectores interesados en superar una etapa fallida, que se asienta en valorar el parasitismo financiero por sobre el trabajo del obrero, el profesional, el cuentapropista, el empresario o el productor nacional.

La CGT como el mayor tanque de ideas.

Las ideas están en el pueblo. Hay que reunirlas, lustrarlas para que brillen y sintetizarlas en un programa del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

Desde la historia, los programas de La Falda (1957), Huerta Grande (1962), la CGT de los argentinos (1968), los 26 puntos para la Unión Nacional de la CGT (1986) etc. iluminan un nuevo programa para estos tiempos de revolución tecnológica. Ahora, hay que elaborar un programa de los argentinos para los argentinos.

Finalmente

Si fuera cierto que en nuestro pueblo anida un alma fraterna (ama al prójimo como a ti mismo), igualitaria (naides es más que naides), sanmartiniana (seamos libres que lo demás no importa nada) y progresista (para el bienestar general) hoy ese alma está ausente del Estado. Nadie está en mejores condiciones para anidarla que la Confederación General del Trabajo, estableciendo una nueva época para sí misma y para la Argentina. Ojalá que así sea.

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OPINIÓN

«Argentina… ¿Disgregación o reconstrucción?», por Emilio A. Raffo

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La Republica Argentina se debate en estos tiempos entre una eventual disgregación o la posibilidad de una reconstrucción de su Ser Nacional como nos legara el Maestro Hernández Arregui. Soy de los que he apostado siempre a la segunda de las opciones cualquiera fuese la circunstancia histórica que tuvimos que pasar.

Estamos todos inmersos en lo que se ha denominado, y prendido en la opinión publicada, de “la grieta “entre los ciudadanos y las responsabilidades de “la casta”. Ni una ni otra acabadamente definida.

Más allá del análisis y conclusiones a las que arriben los temerarios que lean esas desordenadas líneas es lo cierto que nuestra historia nacional es rica en antecedentes de situaciones análogas a nuestro pasado reciente y a la actualidad. Sin un adecuado análisis de ellos me temo que nos será muy difícil aventurar ni soluciones, ni objetivos ni concreciones de unos y otros, sintéticamente enunciado en el título de la presente.

Podríamos referirnos a la propia Revolución de Mayo, a las luchas intestinas entre Unitarios y Federales, incluso al Primer Grito Independentista dado en el Paraje La China de Entre Ríos cuya frustración y negación histórica obedece, simplemente, a que el mismo fuera convocado por el Protector de los Pueblos Libres del Sur, el oriental José Gervasio Artigas (Prócer Latinoamericano que los Argentinos “ de bien” alguna vez deberíamos honrar).

Hemos tenido en el pasado circunstancias iguales, parecidas o peores a las que que hoy nos aquejan (según obviamente la lente con que se las mire).

Me permito acá referirme a cinco episodios que mucho pueden ayudarnos a comprender el presente y, porque no, el futuro.

LA VUELTA DE OBLIGADO.

En 1845 dos potencias mundiales de entonces (Inglaterra y Francia) resuelven hacer una incursión en nuestro territorio y vulnerar nuestra Soberanía Nacional con una flota numerosa y poderosa. No entraré en detalles ahora, pero la decidida acción de Juan Manuel de Rosas y de Lucio V Mansilla demostró hasta la evidencia que no admitirían gratuita ni graciosamente que se llevaran de arriba el accionar prepotente de los invasores.

Con posterioridad Rosas mantuvo al Embajador Inglés durante varias semanas, en un barco fondeado en el Puerto de Buenos Aires, hasta tanto el rindiera honores a nuestra Bandera a modo de desagravio.

De no haber sido por esa Gran Epopeya Nacional otro hubiese sido el destino de nuestra Nación. Obviamente “la historia oficial” ha tenido en segundo plano este acontecimiento.

CASEROS

EL 3 de febrero de 1852 se desarrolla la histórica Batalla de Caseros en donde Urquiza, con la asistencia de fuerzas armadas de la extranjería, vence a Rosas. Una gran declinación y retroceso soberano.

Como habrá sido esa claudicación que los constituyentes de 1853 resolvieron dejar sentado que ese accionar, en definitiva, y aunque parezca un eufemismo y contrasentido, no era ni más ni menos que un acto de Traición a la Patria y así lo dejaron establecido en nuestra Constitución Nacional.

Bajo la pretensa intención de la organización nacional, se arriaban nuestras banderas.

DERROCAMIENTO DE YRIGOYEN

El 6 de setiembre de 1930 se produce el golpe de estado que destituye y encarcela a Hipólito Yrigoyen con motivos que luego fueran copiados por otras intervenciones militares (se lo acusaba de corrupción, populismo, ineficacia, etc.)

Este golpe, inexplicablemente favorecido por el reconocimiento de la Corte Suprema de Justicia, dio lugar al conculcamiento de derechos y fraude electoral durante más de diez años.

Obviamente la entrega fue parte de este periodo.

REVOLUCION DE 1955

La denominada Revolución Libertadora del 16 de setiembre de 1955 constituye otro hito en el renunciamiento a nuestros postulados constitucionales y soberanía.

No solo al derrocar a otro gobierno constitucional, que había concretado la Reforma Constitucional de 1949 con postulados realmente revolucionarios, sino porque también hubo una intervención activa de Gran Bretaña, con ayuda a la Marina de Guerra sin la cual el éxito de los sediciosos no hubiese sido posible.

Un hecho que constituye un secreto a voces y denunciado claramente por Oscar Alende en vísperas del golpe de 1976. También los argentinos debemos un reconocimiento a este gran dirigente.

En efecto es recordada la frase del entonces Presidente Peron “a la Marina la corro con los Bomberos” obviamente porque conocía su reducido poder de fuego. La realidad es que la Marina de Guerra recibió entonces de Gran Bretaña los elementos bélicos necesarios para amagar bombardear “la petrolera de La Plata”, recién ahí Rojas toma una posición realmente golpista, cuando en realidad los esfuerzos más importantes para arribar triunfantes al golpe en marcha lo había realizado el General Videla Balaguer desde Córdoba.

Queda claro el accionar contra los intereses y Constitución Argentinos, otra vez la extranjería en los asuntos internos (ya lo habían hecho no tan tenuemente con motivo de las elecciones de 1946 con la intervención el Embajador de Estados Unidos S, Braden).

Se inicia un período de cercenamiento y conculcamiento de derechos, la proscripción de Peron y sus seguidores durante 18 años de violencia y terrorismo estatal, lo habían pergeñado en junio de 1955 con el intento de asesinato de Peron y el Bombardeo de Plaza Mayo y luego con los fusilamientos de junio de 1956.

Permítanme hacer un alto en el relato y sugerir la lectura de la Carta del General Valle, escrita horas antes de su muerte, a sus asesinos Rojas y Aramburu, como muestra de lo que ha sido un hombre y militar cabal. Siempre he pensado que esa carta debería estar colocada en el frontispicio de la Escuela Militar Argentina por lo certera y premonitoria.

GOLPE DE ONGANIA

Luego de un mensaje desde la Escuela de West Point el General Juan Carlos Ongania encabeza su golpe de estado el 28 de junio de 1966 derrocando al Presidente de la Unión Cívica Radical del Pueblo Arturo Umberto Illia, gobierno electo mediante un sistema realmente fraudulento cuyo mayor éxito fue la concreción de la Resolución de Naciones Unidas que obligaba al Reino Unido y a la Argentina en llevar adelante tratativas para dirimir el diferendo sobre las Islas Malvinas

Durante este periodo de facto se disolvieron los partidos políticos, se vulneraron los derechos esenciales, se continuó con un plan de entrega y empobrecimiento de las clases menos pudientes. Por decir lo menos.

En las postrimerías de este Gobierno Militar se produce otro de los hechos emblemáticos de vulneramiento de los Derechos Humanos en la denominada Masacre de Trelew del 22 de agosto de 1972 con el fusilamiento de 19 presos políticos y la intervención directa del entonces Ministro del Interior, Arturo Mor Roiz, ex presidente radical de la Cámara de Diputados durante el Gobierno de Illia.

Habría que resaltar también que por decisión del Gobierno Constitucional a partir del 2003 se obtuvo la extradición de uno de los principales ejecutores de ese hecho aberrante, El Capitán Sosa que había sido “premiado” con un destino en la Embajada de EEUU, luego juzgado y condenado a cadena perpetua en el año 2013. Quiero resaltar (especialmente a los negacionistas) que a pesar de su condena no estuvo ni un día preso.

EL GOLPE MILITAR DE 1976.

Luego de un periodo de convulsión social propio de los acontecimientos producidos en América Latina y los vernáculos luego del fallecimiento de Peron en julio de 1974 se produce un pre anunciado golpe cívico militar el 24 de marzo de 1976 con el beneplácito recurrente de Gobiernos Extranjeros, que diera lugar luego al denominado Plan Cóndor.

El vespertino La Razón anunciaba horas antes “Está todo dicho” y Clarín en su portada luego del golpe “Total Normalidad”

Otro periodo de vulneramiento y persecución, secuestro, tortura, desaparición y muerte, entrega el patrimonio nacional, suspensión de los partidos políticos y políticas anti populares, desvaríos bélicos como los motivados por el Canal de Beagle y Las Malvinas, por decir lo menos.

ALGUNAS CONCLUSIONES

Por supuesto que mucho más se podrá decir de estos periodos lóbregos de nuestra historia para profundizar su análisis, pero no es el objeto de estas líneas

Lo cierto que ha habido tres lineamientos conductores, el conculcamiento de derechos, cesión del patrimonio nacional con el renunciamiento de nuestra Soberanía, la violencia y terrorismo estatal.
Ello hasta las elecciones del 30 de octubre de 1983 que diera inicio al periodo más largo de democracia y sistema republicano y constitucional, con un respecto irrestricto en las elecciones nacionales durante 40 años, con transparencia y seguridad jurídica

Digamos, como principio, que se arriba a esto luego de largas y sufridas luchas de los sectores y militancia popular de la mayoría el Pueblo.

Por supuesto que este gobierno de la UCR tiene ferros defensores y detractores, el enjuiciamiento de las Juntas Militares tuvo a unos y otros exponiendo sus opiniones y que los sucesos ocurridos a partir del Jueves Santo de 1987, las intentonas de enero de 1988 y el Movimiento de Villa Martelli de 1991, tuvo al Movimiento Nacional y los sectores populares defendiendo, férreamente, el sistema constitucional y democrático aun con las criticadas leyes de Obediencia debida y Punto Final, reprendidas entre otros por el Colegio de Abogados en su Declaración de San Pedro, peor sin duda, la historia demostró que los hechos y presiones pusieron el entonces Presidente Alfonsín entre la elección del mantenimiento democrático o la eventual vuelta a periodo dictatoriales.

Tengo para mí, que ex Presidente Alfonsín inició su más dura batalla, en este aspecto, después de muerto emulando al Cid Campeador.

Debería también dejarse sentado, más allá de las críticas a su accionar gubernamental en materia económica, que durante su gestión mostraron sus dientes los poderes económicos internacionales luego denominados Fondos Buitres

Los restantes gobiernos constitucionales, más cercanos por cierto, habrán de ser valorados por el lector con todo lo que ello implica por ser del pasado reciente, pero es indiscutible que desde el 10 de diciembre de 2023 se ha hecho cargo un gobierno constitucional que representa el 40 % del padrón electoral con un sistema y plan de gobierno, digamos inusual, producto también de un acuerdo electoral post primera vuelta que ha derivado en un protagonismo impensado de las terceras y cuartas fuerzas según las elecciones de primera ronda.

Estamos en un periodo de cierta convulsión social (dos paros nacionales en pocos meses) pero en el que debe primar el mantenimiento sin cortapisas del sistema Republicano y la obligada división e independencia de los Poderes.

No deberíamos escudarnos en las críticas y oposición a la gestión, puesto que nos puede ciertamente llevar a un salto al vacío. En estos últimos cuarenta años, también tuvimos periodos de alta inestabilidad social, política y económica, incluso los acontecimientos que derivaron en los recordados hechos del 2001.

Pero si me permito recordar lo escrito por Juan Domingo Peron en su Libro Conducción Politica de 1952 cuyas raídas tapas ilustran esta nota y que deben servirnos de norte para prepáranos para el futuro que nos toque, sobre todo para las generaciones mas nobeles…

Debería resaltar si, que solo Peron se ha mantenido vigente entre los Líderes de la Post Guerra, Ni De Gaulle, Eisenhower ni Churchill mantienen presencia

Señala como apotegmas de una adecuada militancia:

Unidad de Concepción.
Escuela de Doctrina, Inculcarla, formar cuadros, capacitar la conducción.
Información: Se procede bien como informado se esté.
En política nada puede ejecutarse sin una adecuada preparación y organización.
Patear para el mismo lado.
Creo, sinceramente, que de eso se trata y es el mejor y más coherente camino para llevaros a la reconstrucción de lo que quede.

(*) EMILIO AUGUSTO RAFFO

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OPINIÓN

«El loco de la motosierra», por Mario Mazzitelli

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«Necesitamos darle herramientas al presidente Milei”, escuché decir a varios diputados. No solo del oficialismo.

Tiene razón la mayoría de la gente. En plena campaña, con una motosierra encendida, con su cara desaforada, sus ojos exaltados, su pelo desprolijo y rodeado de “adulones y alcahuetes” arriba de una camioneta; el candidato mostraba la pretensión de resolver problemas complejos con una herramienta primitiva. (“Útil y monstruosa” . Útil, en ciertas oportunidades, cuando un trabajo que se hacía con serrucho, hoy se puede hacer con menor esfuerzo físico. Monstruosa porque cuenta con un motor a explosión de dos tiempos, ruidoso, con la finalidad de mover una cadena cargada de dientes afilados, con los cuales se pueden asesinar bosques enteros. Matando toda la biodiversidad. Solo para producir «cualquier cosa» que genere dólares para pagar – en parte – los intereses de la deuda ficticia e ilegal – con la que se empobrece a los argentinos, se le roban sus empresas, se saquean sus bienes comunes, etc. O también para la fuga. Siempre atentos a que esa deuda fraudulenta no deje de crecer – Algunos le llaman geopolítica financiera elemental. Tan vieja como la sociedad. A tal punto que la Iglesia Cristiana consideró – durante siglos – inmoral el cobro de intereses sobre una deuda. No eran tontos como nuestros actuales gobernantes. Aunque también fueron derrotados después de muchas generaciones.)

Claramente la motosierra en manos de un loco es un peligro. Hay que desarmarlo y tratar al chiflado con el debido profesionalismo. Un país que se acerca a los 50 millones de habitantes no debería estar conducido por alguien que dice estar asesorado por un perro muerto. (“Perro muerto”, buen título para una ficción de terror. Pero muy malo para un país que necesita resolver urgente – y antes que nada – el hundimiento social, alimentario, etc. de millones de niños, adolescentes, adultos y personas mayores. Al tiempo que encarar las tareas para el desarrollo nacional.)

Aprender de la historia.

Un 16 de marzo del año 37, Cayo Julio César Augusto Germánico, “Calígula”, nieto del mismísimo Nerón; comenzó el mandato como nuevo emperador de Roma. Tenía un caballo. Su nombre: Incitatus. Lo amaba. Sentimiento noble, sin duda. Pero, quizás ya con desequilibrios mentales, Calígula pretendió hacerlo “Cónsul de Roma”. El asunto no fue él, sino los senadores que lo permitieron.

¿Y el honor?

En Argentina fue la Honorable Cámara de Diputados de la Nación (degradada por el presidente a la condición de nido de ratas) la que votó (142 a 106) una ley que empieza por la delegación de facultades legislativas a Milei. (Aunque a todas luces desborda el mandato del artículo 76, que empieza por ratificar: “Se prohíbe la delegación legislativa en el Poder Ejecutivo”; esta delegación debería circunscribirse a situaciones muy excepcionales -de hecho el país sigue funcionando sin leyes o DNU nuevos por iniciativa en este gobierno- . Y, además, contradice al artículo 29: “El Congreso no puede conceder al Ejecutivo nacional…facultades extraordinarias, ni la suma del poder público, ni otorgarles sumisiones o supremacías por la que la vida, el honor o las fortunas…Actos de esta naturaleza llevan consigo una nulidad insanable, y sujetarán a los que los formulen, consientan o firmen, a la responsabilidad y pena de los infames traidores a la patria.”) Solo eso merecía un rechazo total. Pero como hay “hombres de paja” que ya violentaron la CN en oportunidades anteriores, se justificaron “si lo hicimos para otros presidentes ¿por qué no lo vamos a volver a hacer con éste?”. Lamentable. Quienes deberían ser los guardianes más celosos en el cumplimiento de la Constitución, los tratados y las leyes, empiezan por explicarnos los motivos de su violación.

El Senado tiene en sus manos el destino legislativo de esta ley reaccionaria.

Ya hay mucho material escrito sobre el flagelo que representaría la vigencia futura de esta ley, de 231 artículos (102 más que la propia CN) Horrores sociales, errores económicos, entrega del patrimonio público, liquidación de nuestros bienes naturales, concentración de la tierra en pocas manos, reforma tributaria regresiva, paraíso fiscal para las actividades delictivas (tráfico de drogas, de personas, de armas, etc. evasores, fugadores….todos los héroes del presidente), premios a los que violaron la ley y el interés nacional, pésimos negocios en términos de manejo del petróleo, el gas, el litio, el oro, la plata, la red troncal del Paraná, etc., prórroga de jurisdicción a organismos (CIADI) cooptados por el interés y la ideología de las mafias más poderosas del mundo, etc. Sin duda, estamos en presencia de la servidumbre (Javier Milei, Nicolás Posse, Guillermo Francos, Manuel Adorni, Julio Cordero, Horacio Marin, etc.) bien paga y mejor vestida de la oligarquía (nativa o extranjera) que impulsa una ley que debería llamarse: “bases y puntos de partida para la sumisión, el saqueo y empobrecimiento del 75% de los argentinos”.

El Senado con honor, sentido de grandeza, fraternidad con el pueblo y compromiso con los destinos de la Patria; debe rechazar esta ley infame. Herramienta inadecuada, que en manos de un loco, se torna destructiva para la integridad territorial, económica, social y cultural de los argentinos. Por hoy, no digo más.

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