El objetivo central será la neutralización de las presiones alcistas en el mercado de dólares financieros, ratificó el equipo económico ante autoridades financieras y bursátiles.
El propósito de la nueva estrategia es sumar poder de intervención de la conducción económica principalmente en el mercados de dólares financieros, el MEP y el contado con liqui, que operan a través de la compraventa de estos títulos que cotizan en pesos en el país y en dólares en el exterior. Con una mayor oferta de títulos en la plaza, se presume que el Mecon y el BCRA podrá neutralizar (incluso revertir) las presiones a la suba de esos valores.
En el análisis de la conducción de la cartera económica, la suba especulativa del dólar MEP y el CCL en las primeras semanas del año «fue la principal responsable del salto inflacionario que tuvimos en este trimestre», indican. Esta presión alcista se podría haber contenido «si hubiéramos tenido poder de actuación sobre unos 25 mil millones de dólares (valor nominal) de bonos en poder de los organismos públicos», reflexionan.
Massa, Rubinstein y Setti, la voz cantante
Los banqueros y financistas escucharon las explicaciones de Massa, Gabriel Rubinstein (viceministro), Eduardo Setti (secretario de Finanzas) y otros integrantes del equipo ecónomico, acompañando con asentimientos y muy pocas acotaciones los dichos de los funcionarios.
Participaron, entre otros los presidentes de los bancos Macro (Jorge Pablo Brito), Santander (Alejandro Butti), Credicoop (Carlos Heller) y de la Asociación de Bancos (Claudio Cesario). El presidente de la Bolsa de Comercio, Adelmo Gabbi, estuvo acompañados de directivos de varias sociedades de bolsa (Allaria Ledesma, Ballanz, entre otros).
Loa representantes privados del sector financiero rescataron el objetivo de estabilizar la situación financiera que persigue la medida y consideraron que va a ser un cambio positivo. De un lado y de otro de la mesa (funcionarios y dirigentes empresarios) consideraron que fue una muy buena reunión y con resultados positivos. El rol de las organizaciones financieras será clave para el éxito de la colocación de los títulos con los que se busca neutralizar la cotización de los dólares financieros.
Rubinstein, al término del encuentro, reiteró los conceptos fundamentales que el equipo económico volcó sobre la mesa. «Hoy comenzamos a darle profundidad al mercado de bonos en dólares ley local (AL), empezando con la compra de tenencias de bonos globales de entes públicos, que permitirán bajar la deuda pública ley extranjera (GD, globales en dólares) en unos 4000 millones de dólares inicialmente».
Este último es el monto de los bonos bajo legislación extranjera que las autoridades económicas le comprarán a los organismos públicos, pagando con bonos en pesos indexados. Como esos bonos globales que ingresan al MECON se «deslistarán», es decir que se dan de baja, resulta de ello una reducción de la deuda equivalente a un valor nominal (precio de rescate al vencimiento) de 4000 millones de dólares.
La explicación de Economía
Rubinstein subrayó que «de esta manera, el Estado irá ganando capacidad de actuación en los mercados del dólar financiero, lo que permitirá evitar subas disruptivas del CCL y el MEP, factor clave paera el despliegue de medidas que fortalezcan el orden económico».
La cuestión de fondo, aunque no mencionada, es que el 2023 se asoma como un año de escasez de dólares para las reservas internacionales del Banco Central. El impacto de la sequía será muy fuerte y se hará sentir, ya que resultará insuficiente compensación que haya menos demanda de dólares para importar energía o que se obtengan desembolsos por préstamos de parte de organismos internacionales que hasta hace un tiempo estaban paralizados.
Tampoco resulta un aporte significativo que el Fondo Monetario Internacional haya reducido en 2000 millones de dólares las pretensiones de acumulación de reservas como meta a alcanzar a fin de año. Lo más probable es que no haya un saldo positivo en la variación de las reservas a lo largo del año. La resolución del fondo fue apenas un reconocimiento parcial de esa situación.
Los más probable es que parte de la demanda de dólares de importadores y empresas que deban hacer otros pagos al exterior se viabilice hacia los mercados secundarios, ya que no habrá suficientes dólares oficiales para atenderlos. En consecuencia, habría en ese caso una mayor presión a la suba de esos dólares, que el equipo económico se prepara para contrarrestar con esta nueva herramienta: la concentración en sus manos de los bonos dolarizados hoy en poder de organismos públicos.