OPINIÓN
Sobre la cantinela del gasto público argentino por Mario Mazzitelli
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8 meses agoon
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Redacción
“Todo lo que nos rodea es falso e irreal, falsa la historia que nos enseñaron, falsas las creencias económicas que nos impusieron, falsas las perspectivas mundiales que nos presentan, falsas las disyuntivas políticas que nos ofrecen, irreales las libertades que los textos aseguran”. Raúl Scalabrini Ortiz
Hace cerca de 50 años que escucho a la servidumbre del capital más concentrado (algunos los llaman economistas) hablar que todo el problema en Argentina es el enorme gasto público. La semana pasada lo volví a escuchar en la TV de aire, de boca de un ex funcionario que propuso entregarles Tierra del Fuego a los ingleses. Claro, con la finalidad de bajar el gasto público.
Gasto Público y déficit fiscal. En Argentina resulta raro unir un 3% de déficit fiscal, con un 40% de la economía en negro. Frente al contrabando en los puertos y las fronteras, la enorme producción y comercio fuera de la ley, sobrefacturaciones y subfacturaciones, menores precios en la compraventa de inmuebles (1), etc. cualquier niño diría que con solo reducir en un 8% el contrabando…..pasaríamos de déficit a superávit. Es decir, sin cobrar nuevos impuestos, con la simple voluntad de las autoridades de mejorar un poquito el control, tendríamos el problema resuelto. Sin necesidad de traicionar a la Patria entregando nuestro territorio nacional.
¿De dónde provendría este gasto excesivo y el déficit consecuente? El relato colonial nos dice que: el origen son las posturas demagógicas del populismo. El populismo sería la práctica predilecta de una minoría que, para llegar y mantenerse en el poder, hace demagogia con los más pobres; a los que les otorgaría ingresos desmedidos, jubilaciones desopilantes, subsidios en las tarifas, obras públicas con sobreprecios, corrupción, etc. De allí el déficit fiscal, la necesidad de imprimir billetes (o endeudarse para cubrirlo) Con esta práctica se desata la inflación (que según algunos de ellos es un fenómeno estrictamente monetario) Se desordena el sistema de precios, la economía pierde previsibilidad, etc. cae la inversión y el país no despega.
La servidumbre del capital más concentrado (especialmente de la oligarquía económico-financiera parásita) ya fracasó rotundamente en Argentina. Fracasó para el 90% de los argentinos. Pero fue muy exitoso para esa oligarquía fugadora serial de capitales, siempre dispuesta a servir al saqueo imperial. Es decir derrotaron el proyecto de una Argentina al servicio de las mayorías populares y construyeron otra, colonial, a la medida de sus intereses.
El problema es que su Poder Real, profundamente antidemocrático, nunca se desmantelo. Y desde ese lugar con sus usinas de ideas, universidades, medios de comunicación, etc. acicatean todo intento de transferir recursos a los sectores populares.
Sin creatividad repiten una y otra vez la misma cantinela. Para sintetizarla tomemos sus propias palabras:
– Reducir el gasto público,
– concentrar la acción del Estado en las funciones que le son inherentes (2),
– destrabar el crecimiento…mediante un intenso proceso de desregulación, que permita tanto la privatización, como la descentralización, regionalización y provincialización de la actividad económica.
Se puede decir que: “creían en esto”. Lo venían intentando desde hacía décadas y finalmente lo pudieron llevar a la práctica con todo vigor, en toda su extensión y con todas las luces durante la década de 1990. Lo hicieron en democracia, con un gobierno “peronista”, con la “oposición” acompañando. Privatizaron casi todo, hasta las empresas más emblemáticas de la Patria, reformaron la Constitución incorporando en ella buena parte de su programa, etc.
Las empresas privatizadas darían muchas ventajas al país:
– dejarían de ser una pieza de los gobiernos y los sindicatos, con las consecuentes prebendas y el gasto inútil,
– no obligarían al Estado a su socorro permanente, fruto de su ineficiencia, ineficacia y sus pérdidas crónicas.
Por el contrario:
-permitiría modernizar los servicios, hacerlos eficientes, mejorando la productividad de la economía,
– pagar religiosamente los impuestos garantizando el superávit fiscal y la solución a nuestros problemas “estructurales”, etc.
Además, los nuevos equilibrios macroeconómicos nos llevarían al 1° mundo, etc.
Nada de esto ocurrió. El país se desindustrializó, la economía se re-primarizó, aumentó la desocupación y la subocupación, los pobres se multiplicaron, apareció la figura de la indigencia (casi desconocida en las décadas anteriores) la deuda pública retomó el curso de su crecimiento, el parasitismo financiero siguió con sus privilegios, las empresas privatizadas dejaron de invertir y empezaron a enviar sus remesas al exterior, el privilegio “argentino” de ser los mejores alumnos del FMI se perdió durante el 2000/2001, nos cerraron el crédito, el riesgo país marchó a las nubes y ni Cavallo pudo evitar el desastre. Todo el experimento terminó en una catástrofe. Pero ellos nos siguen diciendo que quieren seguir profundizando ese camino y que la evidencia les importa un coño. Ellos defienden intereses concretos. Su relato es para la gilada.
La oligarquía económico-financiera le rapiñó al pueblo argentino los bienes que había acumulado durante décadas. Los gobiernos del pueblo, junto a la inteligencia y disciplina de personalidades como el general Enrique Mosconi, el general Manuel Sabio y muchos otros; permitieron desarrollar empresas que nos llenaron de orgullo. Cuyos dirigentes y trabajadores guardaban una conducta intachable. El amor a la Patria se materializaba en el plano concreto con empresas que nos permitían industrializar nuestros recursos. Desarrollando el país, aportando recursos al fisco y derramando bienestar a lo largo de todo el territorio. Por ejemplo YPF (yacimientos petrolíferos fiscales) era equivalente a la bandera nacional.
Nos despojaron de esta empresa y buena parte de las áreas consideradas estratégicas para el desarrollo económico. Desmantelaron el Estado. Fragmentaron los bienes naturales de la Nación provincializándolos (divide y reinarás) Hundieron a las empresas públicas que no se pudieron piratear. Nos dejaron sin medios para la defensa de nuestra soberanía, etc.
Todos los meridianos por los que transita nuestra riqueza, desde la minería hasta la pesca, fueron siendo ocupados por capitales pertenecientes a esa oligarquía (nativa y extranjera) La descripción está realizada en tantos otros materiales que no vale la pena seguir con el inventario.
El fracaso para el pueblo fue tan rotundo como previsible. Todo el diagnóstico se reducía a repetir los argumentos que se esgrimen en la sobremesa de los ricos: -que el Estado es elefantiásico, -que las deudas aunque fraudulentas, corruptas, inmorales y con intereses usurarios, hay que pagarlas, -que estos negros quieren vivir por sobre sus posibilidades, – que son haraganes, -que no quieren trabajar, etc.
El gasto público, el déficit y las consecuencias políticas.
Soy contrario a la idea que el Estado gasta. El Estado invierte. Alimentos, salud, energía, educación, transporte, comunicación, defensa, seguridad, instituciones democráticas, etc. Es inversión. También quiero aclarar que siempre entendí que para ser soberano e independiente (sobre todo de esta oligarquía económico-financiera o cualquier potencia extranjera) el Estado debe tener superávit. Ahorro para invertirlo en el momento oportuno. Invertir en áreas estratégicas. Un Estado como el argentino nunca debió endeudarse (más allá de pequeñas operaciones comerciales) Ni siquiera con los promocionados organismos de crédito internacional (FMI, BM,…) Debimos institucionalizar una nueva conducta en torno al endeudamiento. Abandonar la idiotez de decir que no es buena ni mala. La deudo-patía es mala. En adelante ni un dólar más, ni un juan más, ni nada de deuda. También debemos cambiar la Ley de Entidades Financieras (transformar el sistema en servicio público al servicio del trabajo y la producción; cuya tasa de interés siempre esté por debajo de la tasa de crecimiento) Por otra parte, tenemos que reglar perfectamente el ingreso del capital extranjero en nuestro país, aceptando el productivo y rechazando el parasitario. Hay que cambiar la Ley de Inversiones Extranjeras (No puede ser igual un empresario que trabaja, invierte y vive en Argentina; que una sociedad anónima que reporta dividendos a accionistas extranjeros). Debemos saber que nuestro desarrollo depende de la cantidad y calidad de nuestro trabajo. Para eso es necesario cambiar el sistema tributario radicalmente (el dominio primario y soberano del pueblo sobre la totalidad del territorio, debe permitir la re-apropiación de la renta de la tierra, en su sentido más amplio)
Dicho lo anterior, en adelante sigo usando la palabra en boga “gasto”.
Aclarada mi postura en general, voy al relato bien pagado de la oligarquía económico-financiera.
Las mentiras repetidas mil veces en los medios de comunicación, resultan en la construcción de una telaraña para enredarnos, saquearnos y chuparnos la sangre. Una moderna forma de colonización intelectual. He ahí la explicación de la decadencia argentina. También del déficit fiscal, la inflación, la falta de inversión, los bajos salarios, las jubilaciones y la pobreza. Es decir, la realidad es exactamente al revés del relato dominante. La mala situación de millones de compatriotas, nuestro atraso científico-tecnológico-productivo, nuestra precariedad en los sistemas sanitarios, educativos y de defensa, la carencia de servicios e infraestructura, etc. son la consecuencia de la extranjerización, la nueva colonización, el desmantelamiento del Estado y la desregulación.
Entonces, lo dominante en la Argentina es la resultante del triunfo del paleo o neoliberalismo. En todo caso durante los gobiernos populares, se cuestionó al neoliberalismo, pero no se animaron a hacer algo distinto. Entonces se contentaron con hacerlo más llevadero; aceptando que en lo estructural poco y nada podía hacerse.
Los sectores de raigambre popular, también creyeron que la etapa neoliberal había llegado a su término con el proceso anterior. Parecen ignorar que se trata de seguir debilitando el Estados Nación, hasta hacerlo desaparecer; si pudieran. Entonces, movidos por la avaricia y las ansias de poder, sin detenerse frente a las cuestiones humanas o ambientales; harán lo que se les plazca. Sin controles de ningún tipo. Así, la dictadura del Capital estaría dominando a la Democracia. De manera que su último ratio es el desmembramiento del Estado Nación, con sus calamidades consecuentes, que pagarán las mayorías populares. Por eso la lucha por la vida y la dignidad es hoy. Del presente hacia el futuro.
Ahora vamos a los datos duros sobre el gasto público.
En Argentina la unidad de medida es el peso, que no vale nada. O casi nada. Por tanto muy rápido se llega a millones o billones. Números tan grandes que nos confunden. En éste contexto nos dicen que el Estado argentino gasta mucho. ¿Será cierto?
Me pareció que lo más adecuado es compararnos con un grupo de otros países en términos relativos. En este caso elegí el G20. Sus miembros son Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía. Además, España como “invitado permanente”. Justifican el 80% del PBI mundial y por tanto son una medida válida para lo que nos proponemos.
Agrego una pregunta sencilla para aclarar: ¿El gasto de una familia es bajo o alto? Además de observar el gasto, deberíamos preguntarnos otras cosas. Por ejemplo: ¿Es una pareja sin hijos que vive en un departamento pequeño o una familia numerosa que vive en una casa amplia? Para nuestro caso entendí que debíamos comparar no solo el gasto/PBI, también el gasto por habitante y el gasto por km2 de territorio*
Para que resulten insospechados los datos tome los del FMI y otros, publicados en internet.
País PBI (3) Gasto (4) % PBI x H (5) Gasto x H Km2 en md
Alemania 4 557 1.598 35 48,398 16939 447.6
Arabia Saudita 876 171 19,5 27,941 5448 79.5
Argentina 483 123 25.5 13,622 3473 44.2
Australia 1 677 461 27,5 66,408 18262 59.9
Brasil 1 810 726 40 8,857 3543 85.2
Canadá 2 189 623 28.5 56,794 19928 62.4
China 18 463 2.672 14.5 14,340 2079 278.4
Corea del Sur 1 907 351 18.5 33,592 6214 351.6
Estados Unidos 24 796 4700 19 75,180 14284 501.5
Francia 3 140 1.334 42.5 42,330 9960 208.2
India 3 250 248 8 2,466 197 75.44
Indonesia 1 247 130 10,5 4,691 493 68.0
Italia 2 272 884 39 33,740 8651 293.7
Japón 5 383 1.678 31 34,358 11083 443.9
México 1 371 292 21.5 10,948 2353 148.7
Reino Unido 3 442 984 28.5 47,318 16602 404.9
Rusia 1 703 253 15 14,665 2200 14.8
Sudáfrica 435 92 21 6,739 1415 7.5
Turquía 844 173 20.5 9,961 4859 22.1
España 1 570 492 31.5 29,198 9197 97.2
Sin pretensión que las mediciones resulten exactas, y hasta aceptando un buen margen de error, ya nos permiten llegar a algunas conclusiones:
1.- Qué el gasto en términos absolutos es relativamente bajo. Fruto de un PBI que no ha crecido adecuadamente en los últimos 48 años,
2.- Qué el gasto en relación al PBI no dista mucho de la media,
3.- Que el gasto por habitante o por cada Km2, es relativamente bajo.
Mejor calidad del gasto.
Nadie duda que haya que mejorar la calidad del gasto. Nadie discute que cada peso invertido por el Estado en cualquier área: seguridad, salud, educación, infraestructura, etc. tenga un mejor resultado. Eso está fuera de la discusión. Estamos todos de acuerdo. O casi todos.
El meollo del asunto es que los mismos voceros de la oligarquía económico-financiera, con todo su poder comunicacional, diagnostican que el problema argentino es el excesivo gasto. Como queda probado ese no es el problema. El drama es que, frente a un diagnóstico equivocado la terapia terminará en otro fracaso.
Todo lo fácil que la administración Macri creyó que sería resolver la inflación, el crecimiento, etc. resultó en caída del PBI, endeudamiento, fuga de capitales, etc. Tampoco la solución puede ser el “vamos viendo”, como si estuviéramos frente a un problema de gestión. Si personas, equipos, filosofías distintas a lo largo de 5 décadas fallan y fallan, no hay que buscar ahí el problema. No es ellos o nosotros. Tenemos un problema serio.
El debate queda abierto. No pretendo ser dueño de la verdad. Pero, para mí, por viejo que resulte el tema; el problema nacional es el saqueo sistémico al que es sometido el país. Repito: el problema nacional es el saqueo sistémico al que es sometido el país.
Resolver el asunto no es sencillo. Se requiere en primer lugar un plan integral que despliegue los sistemas: educativo, científico, tecnológico, productivo y comercial, junto a una acción política decidida para recuperar de manera inteligente nuestra soberanía sobre cada área estratégica para nuestro desarrollo.
Pero ese es otro tema. Por ahora nos contentamos con decir que el pervertido y oxidado argumento de que el problema argentino es el gasto público, es otra mentira. Como aquellas de las que nos hablaba Raúl Scalabrini Ortiz.
Referencias:
(1) Hace poco un martillero me dijo que en los últimos años había realizado una sola operación por el valor real de una propiedad. Escribanos mediante.
(2) Deberían aclarar que es un Estado colonial. Esto se observa claro cuando Domingo Cavallo mandó a lavar los platos a nuestros científicos. En la era de la información y el conocimiento los Estados coloniales solo se dedican a garantizar la tasa de ganancia y el saqueo; de la oligarquía parásita.
(3) PBI según datos del FMI, en miles de MD (2020). Argentina es la anteúltima de este grupo.
(4) The World Factbook 2017. Hay un desface de 3 años. No obstante sirve a la demostración que queremos hacer.
(5) Proyección según el Fondo Monetario Internacional (2022)
(6) Las mentiras no son necesariamente adulteraciones de la realidad. Basta con seleccionar un fragmento suficientemente pequeño y la generalización de la mente humana (en el fondo nunca dejamos de ser filósofos) hace que una pequeña verdad se transforme en una gigantesca mentira. El asunto de las proporciones debería constituirse en una ciencia de la información.
(7) Raúl Scalabrini Ortiz: «Una historia construida con tales aberraciones es un magnífico retablo para formar el ámbito de ese ídolo insaciable que se denomina capital extranjero. Esa historia es la mayor inhibición que pesa sobre nosotros. La reconstrucción de la historia argentina es por eso urgente, ineludible e impostergable»
* Aunque a muchos sorprenda hay un país que tiene menos del 1% de la superficie de Argentina, menos del 20% de nuestros habitantes; y gasta casi lo mismo que Argentina. ¿Nunca nadie dice que su gasto es excesivo? ¿Será porque no quieren que descubramos la realidad?
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Los Hijos de la Globalizacion por Ezequiel Beer
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5 horas agoon
25 de septiembre de 2023By
Redacción
Los actuales jóvenes que rondan los 30 años coetáneos de la Caída del Muro de Berlín y del albur de la Globalización fueron participes de una liberalización casi absoluta de los patrones de conducta tanto social como económica dando fertilidad a la Era Neoliberal en materia de opción electoral.
Por un mundo plano sin restricciones y de plena movilidad de factores la rigidez del modelo keynesiano fue dejada de lado y la moda y el consumismo empezaron a tomar lugar – junto con el individualismo – hasta el punto que la masificación del consumo de drogas juvenil es también ahora una geografía social común en esta generación.
La libertad de elegir también radico en la aparición de nuevos estímulos profesionales o laborales que dejaban atrás la clásica oferta formativa a su vez de un acortamiento y segmentación académica bajo la superlativa mercantilización del sistema educativo que no siempre redundo en una mejor calidad sino en un mecanismo de inserción socio laboral.
Pero las sucesivas crisis financieras internacionales siendo su eje aquella del 2008 fueron socavando sus aspiraciones entrando en un marco de incertidumbre y frustración personal.
El periodo de encapsulamiento de la Pandemia del año 2020 fue el golpe de gracia bajo la sucesiva crisis bélica entre Rusia y Ucrania dando lugar a una explosión inflacionaria mundial.
El paulatino encarecimiento de las viviendas y la pérdida de poder adquisitivo de los salarios han generado una elevada situación de vulnerabilidad de estos jóvenes.
La Guerra dio un punto casi final al conocido proceso globalizador donde ahora son los factores geopolíticos los que dominan la escena económica en lo que resta de un largo periodo histórico.
En el medio una generación busca algún grado de certidumbre y la existencia de nuevos valores sociales que les procuren alcanzar un mínimo nivel de vida-
Ezequiel Beer
OPINIÓN
Cómo lo dice el general Perón en su testamento político, “El Proyecto Nacional”. “No podemos prescindir de una primera realidad”: nuestra dependencia por Titi Aranda
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1 día agoon
24 de septiembre de 2023By
Redacción
Cómo lo dice el general Perón en su testamento político, “El Proyecto Nacional”.
“No podemos prescindir de una primera realidad”: nuestra dependencia.
El préstamo otorgado al gobierno de Mauricio Macri de 57.000 mil millones de dólares por parte del FBI ,del cual desembolsaron 45.000 mil millones. Préstamo que fue dilapidado en término de cuatro meses, no sólo lo caracteriza como el mayor endeudador de nuestra historia , sino que ata de pies y manos ante los organismos internacionales al país.
Los organismos internacionales en definitiva son los que otorgan el crédito, y estos organismos como los tomadores de dichos créditos en el país, sabían que estos son formidables instrumentos capaces de condicionar por largo tiempo las políticas económicas, sociales, y las relaciones internacionales. Estas condicionantes iban a gravitar negativamente y es lo que acontece hoy, permanentes monitoreos sobre cuentas públicas, restricciones en todos los campos de la actividad, tanto económica como social.
42% de pobreza, 120% de inflación, corridas especulativas con el dólar . Está claro que ante este panorama no resulta extraño un grado de frustración.
Es aquí donde hay que poner énfasis, es esto lo que se proyecta desde los organismos internacionales para el país, y lo pretenden coronar con un gobierno afín.
Los problemas reales de la sociedad en todos los tiempos, pasan por percibir qué están viviendo, y cómo lo viven. Aquí es donde vemos que el grueso de la sociedad Argentina, está lejos de satisfacer sus necesidades.
No caben dudas que estamos lejos de Nuestro objetivo histórico, la felicidad del pueblo y la grandeza de la patria.
Ahora bien, ¿cuán distantes nos van a ubicar de los objetivos históricos del peronismo si consuman la maniobra en marcha? En estas condiciones se dan estos comicios, no ostante el Peronismo sigue siendo competitivo a pesar de las circunstancias adversas que conocemos. Evalúo como un hecho positivo que Sergio Massa y Agustín Rossi sean nuestra fórmula, por cuánto reúne condiciones para generar expectativas positivas en la sociedad. Creo que nuestro problema no puede tener solución detrás de personajes prefabricados, para imponer mediáticamente en un momento de confusión. Nuestra lucha contra los sectores anacrónicos, contra los sectores conservadores, contra el neoliberalismo, es la causa por la Nación y el pueblo.
Indudablemente quienes quieren malograr al Peronismo, no están dispuestos al esfuerzo que demanda la búsqueda de un grado de soberanía, prefieren el status quo de la dependencia. Creo que hay que perseverar.
Los peronistas debemos levantar nuestras banderas de independencia, soberanía y justicia social. Titi Aranda
OPINIÓN
Es el saqueo, así de sencillo (19) por Mario Mazzitelli
Published
2 días agoon
23 de septiembre de 2023By
Redacción
La debilidad de nuestros presupuestos.
La ley del presupuesto nacional debería ser la linterna que ilumine el camino del próximo año para todos los actores de la vida económica y social del país. Ley de leyes, le dicen. Sin embargo esa linterna hace años que tiene las pilas secas. Muchos creen que se trata solo de una presentación formal del Ejecutivo para cumplir con el mandato constitucional, sin mayor valor. Están a la vista las distancias astronómicas entre el presupuesto y la realidad. Algunos lo califican como un dibujo. Su falta de prestigio es preocupante.
El pasado 15/09/23, el Poder Ejecutivo Nacional presentó el Proyecto de Presupuesto 2024. Según informa la prensa, una suerte de entendimiento político entre Massa y Milei impulsa posponer el debate parlamentario para después de las elecciones generales del 22/10/23. Teniendo tan baja consideración pública ¿Vale la pena escribir algo al respecto? En este caso voy a escribir en torno a una herramienta que, buena o mala, no deja de tener una gran incidencia en nuestros destinos. Por lo tanto estas líneas no apuntan a inmiscuirse en un debate de detalles que no trascienden las fronteras del Congreso Nacional. Sólo algunas reflexiones generales en torno a discernir si el problema central de Argentina es el gasto público o, como sostenemos en esta saga, el saqueo.
Solo a modo de introducción reproduzco sus 6 (seis) prioridades explicitas en el Presupuesto 2024:
Infraestructura pública…en el camino hacia el desarrollo, tanto por su efecto multiplicador sobre la economía como por la contribución que genera a la productividad del sector privado…
Educación, entendida como un derecho inalienable, que debe ser garantizado mediante una política activa con concertación federal, procurando una educación de calidad con inclusión e igualdad…
Salud, pilar fundamental en la política pública… a fin de garantizar el bienestar y salvaguardar a todas y todos los argentinos…
Producción científica y el desarrollo de la tecnología nacional… como potenciales catalizadores para la innovación dentro del entramado productivo…
Inclusión social activa con perspectiva de género…
Desarrollo sostenible y cuidado del ambiente…
Difícil no coincidir en términos generales. Podríamos agregar que brinda la posibilidad de obtener un equilibrio fiscal primario… ¿Estaremos ante el principio de solución de los grandes problemas nacionales? Nada más alejado de la realidad.
Detectar el principal problema para resolverlo.
¿Cuál es principal problema de Argentina? ¿El gasto público o el saqueo? En la correcta o incorrecta respuesta a este interrogante se ubica la posibilidad de salir o no del estancamiento, la dependencia y el atraso. En un caso se abrirá el camino del crecimiento, la justicia y el progreso. En el otro, profundizaremos el malestar general.
¿En qué consiste esta diferencia?
Básicamente en “quien administra y le da destino a una porción significativa de la riqueza nacional”. El forcejeo es entre el Estado Nacional y los Grandes Grupos Financieros y Económicos (Nativos y extranjeros) Esta lucha se encuentra, de manera abierta o encubierta, en las posiciones de los dirigentes políticos. Es la lucha por el poder real.
Mi tesis es muy clara: debe ser el Estado Democrático el que administre esta riqueza fruto del trabajo y la naturaleza nacional. Y responsabilizo al saqueo de los GGFE y la corrupción de generar las distorsiones fiscales que nos afectan. Sin saqueo ni corrupción, tendríamos las cuentas equilibradas, baja inflación, etc. El saqueo es el responsable de las crisis y sus secuelas. Al no resolverlo, las gestiones desde 1983 a la fecha (Sostenidas en el voto popular) han fracasado una tras otra. Y seguirán fracasando aunque se subordinen a los dueños del país.
Estos Grupos defienden sus intereses particulares, no los intereses generales de la Nación.
Sabemos que el remedio (Más privatizaciones y achicamiento del Estado) es peor que la enfermedad (Baja calidad de las prestaciones públicas) Pero en la subjetividad de nuestro tiempo es más cómodo atacar al Estado (Que nadie lo defiende) que a los GGFE (Que tienen un ejército de políticos, periodistas, economistas, académicos, abogados, jueces, etc.) que salen a defenderlos. “Poderoso caballero es Don dinero”. Así se perpetúa y acentúa el saqueo de unos pocos en detrimento de las mayorías.
Ataquen al Estado.
Contra el Estado se pronuncian muchos economistas que, oh casualidad, trabajan para los GGFE. Uno de ellos, el más representativo, con posibilidades de ser presidente, el diputado Milei, en la sesión del martes 19/09, dijo: “El Estado es una organización criminal violenta, que vive de una fuente coactiva de ingresos, llamada impuestos”. Sin detenernos en sus múltiples contradicciones (Dado que aspira a ser el Jefe de la organización criminal violenta, etc.) nos está diciendo que el Estado es un ladrón que administra mal. Dicho de diferentes formas lo comparten casi todos los economistas del sistema.
La explicación sería más o menos la siguiente:
La casta política ha incrementado el peso del Estado hasta un volumen desproporcionado.
Como toda la carga recae sobre los hombros del sector privado, este no puede tomar el impulso del que es capaz.
Además, semejante erogación no puede ser cubierta totalmente por los impuestos generando un déficit fiscal que solo puede saldarse con emisión o deuda; que generan inflación.
Todo agravado porque la mala gestión del gasto público mantiene insatisfecha a la población.
¿Serán correctos estos argumentos? Todo relato, para parecer cierto, tiene unas partículas de verdad. Pero, esencialmente, no es correcto. No, por lo menos, hasta el extremo de pretender que la casta y el gasto público son el principal problema del país.
La casta.
Vivimos en un Estado de Derecho, bajo el mandato de la Constitución, los tratados internacionales y las leyes. La mayoría de “nuestros representantes” surgen del voto de los electores habilitados para hacerlo y duran 4 años en sus funciones. Otros 6 años (Senadores) algunos en ocasiones son reelegidos, etc. Pueden ser juzgados por tener privilegios, por corrupción, por haraganes o incompetentes (habría que evaluar caso por caso) pero, no son una casta.
La magnitud del gasto.
Se dice que es exagerado. El diputado antes mencionado señaló que su alineamiento, en caso de ser presidente, sería con EEUU e Israel. Eso hace válida una comparación con el peso relativo y absoluto de los estados de dichos países.
Según Datosmacro.com, medidos en Euros, para cada país; estos serían: su PBI, su Gasto público, su Gasto/PBI, su Gasto por habitante y su Gasto por Km2.
País PBI en miles de millones de Euros Gasto en miles de millones de Euros Gasto/PBI Gasto/ per cápita Gasto/ Km2
Argentina 602 155 25% 3.300 55.700
Estados Unidos 24.796 8.474 34% 24.900 925.000
Israel 499 161 32% 16.000 7.300.000
Más allá de la exactitud de la información (la fuente Datosmacro.com nos permite la comparación por hacerse el cálculo con la misma metodología) se puede apreciar que Argentina gasta menos en relación a: su producción global, su población y su territorio.
Si extendiéramos este ejercicio a todos los integrantes del G20 notaríamos que estamos en la misma situación. Por lo tanto no es cierto que el peso del Estado argentino sea elefantiásico y que esto explique nuestra frustrante realidad.
La carga impositiva sobre el sector privado.
Se quejan con justicia los que pagan los impuestos. No es justo que unos trabajen en blanco, otros en gris y muchos en negro. Sobre todo aquellos que están sometidos a una competencia de mercado desleal ¿Cómo se puede llegar a un precio competitivo contra alguien que no paga ningún impuesto?
Algunos justifican el no pago de impuestos porque son empresas chicas, pequeños emprendimientos, cuentapropistas, etc. diciendo que no lograrían sobrevivir con semejante carga impositiva. Pero esto es inaceptable. Digamos: “dentro de la ley todo, fuera de la ley nada”. Habrá que cambiar las leyes tributarias, bajar la tasa impositiva, mínimos no imponibles, buscar métodos de compensación. Pero cumplir la ley es una obligación tanto para el gobierno como para la ciudadanía.
Hecha esta referencia en términos de mercado, la realidad es que las grandes compañías monopólicas, oligopólicas, dominantes en algún sector, no se hacen problema por el pago de impuestos. Cuando no eluden o evaden, trasladan los impuestos a su lista de precios. Quien termina pagando es el consumidor final. Por lo tanto la carga tributaria golpea fuerte al hombre y la mujer de a pie, no al sector privado de la economía.
(La reforma tributaria es una vieja promesa, siempre postergada. A esta altura, yo diría, que hace falta una Revolución Tributaria. Pero ese tema es para otra nota y un gran debate nacional)
La calidad del gasto.
Cuando hacemos referencia a que no se puede explicar en el peso del Estado la frustración nacional (Dado que en los países desarrollados la carga impositiva es mayor) la respuesta no se hace esperar: los servicios allí son de mejor calidad.
Argentina debe avanzar hacia la conformación de un Estado altamente eficiente. Es decir alcanzar los altos objetivos de la Nación al menor costo y con el menor esfuerzo. Ocurre que eso resulta muy difícil en el marco de un Estado que es cortoplacista, improvisa y responde a intereses políticos de la coyuntura. El Estado debe establecer con claridad los objetivos a alcanzar en plazos concretos. (El general Harguindeguy sostuvo: “nosotros no queremos hablar de plazos sino de objetivos”. Le contestamos: objetivos sin plazos es exactamente igual a plazos sin objetivos. Un absurdo político) Una vez definidos, democráticamente, se elaboran los planes correspondientes. Objetivos, plazos y planes son un todo indivisible.
Si queremos avanzar hacia un gasto de provecho para toda la sociedad, hay que aprender a planificar. Las observaciones sobre los viejos métodos de planificación, no merecen respuesta. La metodología de planificación avanzó lo suficiente como para que la totalidad del Estado se mueva en el marco de planes de corto, mediano y largo plazo, orientados por los objetivos estratégicos de la Nación. Los países con las mejores prestaciones son los que planifican bien, dejando al mercado como un componente para la asignación de los recursos de corto plazo y de baja cuantía.
Otro asunto es la sobrepoblación en el Estado.
A partir de gabinetes, ministerios, secretarias, direcciones, empresas, organismos, etc. sobredimensionados, se generan distorsiones de todo tipo. Una es que “baja la productividad allí donde hay más personas que las necesarias”. Dos se genera un gasto sin la contraprestación correspondiente. Tres se crea una grieta entre los acomodados en el Estado con todos los privilegios y quienes viven desprotegidos en un marco de precariedad. Cuatro la burocracia empieza a descomponer a la organización. Cinco, el sistema entra en estado de caos no cumpliendo ninguno de los objetivos. Seis, no obstante se siguen disipando inútilmente fondos públicos en remuneraciones injustificadas (Falla de los gobiernos populares) Organizar el Estado con criterios de eficiencia y eficacia es un deber de la dirigencia política popular democrática.
El déficit fiscal
En Argentina resulta raro unir un 3% de déficit primario, con un 40% de la economía en negro. ¿Dónde se encuentra esa economía en negro? En el contrabando en los puertos y las fronteras, la evasión en la producción y el comercio, las sobrefacturaciones y subfacturaciones, los menores precios en la compraventa de inmuebles, etc. Bastaría con reducir estas maniobras ilícitas para pasar del déficit al superávit. Es decir, sin cobrar nuevos impuestos, con la simple voluntad de las autoridades de mejorar el control, tendríamos el problema resuelto. Es difícil explicar por qué no se resuelve.
¿Banco Central de la República Argentina o Reserva Federal de los EEUU?
La política de saqueo (De los de arriba a los de abajo, de los concentrados a los dispersos, del centro a la periferia, de los delincuentes a los honestos, etc.) se perfecciona con la propuesta de tomar como Banco Central el de una potencia extranjera. Si agregamos que el ciclo económico de dicho país es distinto al nuestro (de manera que su política monetaria sigue ciclos inconvenientes y desacoplados de los nuestros), que la Reserva Federal ha emitido de manera alocada generando una inflación presente y futura, que el dólar está siendo desplazado en diversas áreas comerciales del planeta, que en poco tiempo puede sobreabundar en los países de occidente, que está en retroceso, etc. la única explicación que queda en pie es la pretensión de hacer tierra arrasada con la economía industrial, tecnológica, científica y educativa argentina, transformándonos en una factoría proveedora de productos primarios. Territorio extenso, baja densidad poblacional y ocupación macro-cefálica del territorio, son el escenario perfecto para la implantación de un proyecto semi-colonial.
Por otro lado, algunos dicen: si puedo emitir ¿Por qué voy a cobrar todos los impuestos?
Hay una parte de la biblioteca que explica, de manera convincente, que la emisión monetaria para cubrir el déficit fiscal no es necesariamente inflacionaria. Hay muchos ejemplos para sostener esta tesis. Sin embargo en nuestro país las cosas funcionan con algunas particularidades. La respuesta del sistema económico al crecimiento de la demanda es aumentar los precios antes que incrementar la producción. “Son los bueyes con los que aramos”. De manera que esa herramienta de política económica, por muchos años, no tendrá buen destino en nuestro país. Superávit fiscal, comercial y cuasi-fiscal, serán una restricción a la que deberán adaptarse los gobiernos por muchas décadas. Desde otra perspectiva, siempre fui proclive a la solvencia fiscal entendiendo que es el fundamento de la soberanía y la libertad de la Nación. Sería bueno que el oficialismo lo comprendiera.
Los errores del campo popular
Los sectores de raigambre popular, creyeron que la etapa paleo-liberal había llegado a su término tras la crisis del 2001. Parecen ignorar que el proyecto paleo-liberal retuvo todas las fuentes de poder obtenidas con sus triunfos intermitentes desde 1976 a la fecha. Que, por lo tanto, tiene con que seguir peleando por más poder para su sector. Puede promover diversos perfiles de políticos ante la opinión pública y seleccionar al que más le conviene. En definitiva su proyecto es seguir debilitando el Estados Nacional, hasta hacerlo desaparecer (“El Estado debería necesariamente dejar de existir”. Milei – Giacomini) Entonces, movidos por la avaricia y las ansias de poder, sin detenerse frente a las cuestiones humanas o ambientales; harían lo que se les plazca. Sin controles de ningún tipo. Así, la Dictadura del Capital estaría dominando a la Democracia.
Sin participación ciudadana la democracia se volverá a hundir.
Un pueblo no puede confiar la producción de bienes y servicios en una pequeña elite de oligarcas, capitalistas o especuladores financieros. Debe avanzar con su participación en la orientación, control y gestión de la actividad económica, en el marco de la Constitución Nacional. Se trata de la lucha por la vida y la dignidad. Del presente y del futuro. La tarea es clara: frenar el saqueo para que todo vuelva a florecer en Argentina.

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