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OPINIÓN

“Si ves el futuro dile que no venga” por Antonio Muñiz

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Gran parte de los argentinos, como la mayor parte del mundo, están prendidos de una pantalla, siguiendo las acciones de un mundial de futbol. Todo parece pendiente de lo que pasa en Qatar cuando comienza a correr la pelota.

Seguramente hay grupos minoritarios, muy ideologizados, que critican esta dependencia, este supuesto veneno del mercado para adormecer a los pueblos. Sin embargo no parecen ver la gran carga de emocionalidad que conllevan estos juegos, la sensación de pertenencia a un pueblo y una nación.
También se equivocan quienes buscan sacar redito político interno con un triunfo o una derrota del equipo nacional. Da pena ver a la derecha argentina, expresada en los dos pasquines de mayor circulación, Clarín y La Nación, boicotear y esperar el fracaso para supuestamente llevar agua para sus molinos. Esperando que el fracaso y la derrota beneficien sus intereses políticos o electorales futuros, y temiendo que el triunfo beneficie al oficialismo. La historia de nuestro pueblo, sobre todo, el mundial 78, muestra que la pasión por el futbol corre distinto que la realidad política cotidiana.
La euforia por el mundial no tapa una realidad política y económica agobiante, enmarcados en caos global (pandemia, guerras, luchas comerciales, etc) que condicionan mucho más una realidad económica local, producto de una herencia del gobierno anterior de una fabulosa deuda externa, una devaluación brutal y un inflación que fue limando el salario de los trabajadores.
La crisis que vamos atravesando es mucho más que una crisis económica coyuntural, de falta de dólares o alta inflación, como ya hemos vivido en otras épocas. Es una crisis estructural mucha más profunda, es una crisis política. Está en crisis final el modelo neoliberal instaurado en 1976 y consolidado en los noventa con la sanción de la perversa constitución de 1994.
Es un modelo que está en cuestión en el mundo, con la decadencia de las potencias occidentales y el surgimiento de una nueva hegemonía global, liderada por China.
Pero en Argentina alcanza ribetes peligrosos, ya no es una cuestión de lucha de modelos económicos o políticos. Es la podredumbre de grupos económicos, políticos y sociales, prohijados por 45 años de políticas neoliberales, que nos han llevado hasta acá.
Los que mandan, la vieja oligarquía, pero también grupos de aventureros que en el régimen de anomia en que se han desarrollado han ido consolidando un poder económico y político perverso por sobre el total de la población.
El modelo está en crisis, unos persiguen la persistencia del modelo, no importa el costo social ni político, ya que han sido los ganadores de este tiempo y se han apropiado por saqueo de la riqueza y del trabajo del resto de los argentinos.
El problema que tienen y los mostró el desquicio que dejó en macrismo en 4 años es que no tiene un modelo viable que integre a los 45 millones de habitantes. Es un modelo que para sobrevivir debe generar un mayor ajuste y empobrecer aún más a los sectores asalariados y pensionados. Un modelo así solo puede sostenerse por la violencia y la represión. La pregunta es cuanto ajuste aguanta un pueblo antes de rebelarse en las calles?
Las políticas de ajuste permanente, privatizaciones, desindustrialización , apropiación, saqueo y fuga de la riqueza generada por toda la comunidad, terminan en un gran fracaso, en un colapso de toda la economía, tal como ocurrió en 1982, 1989/90, 2001 0 2019, dejando un país arrasado con mayores índices de desocupación, pobreza e indigencia.
Toda la dirigencia de nuestro país, guiada por intereses de clase, cipayismo, la copia de modelos inadecuados, ceguera política, incapacidad o cobardía, es la gran responsable, por acción u omisión, de haber transformado un país rico, potente, orgulloso de si mismo, en esta decadencia permanente, que parece no tocar fondo..
Los datos de la realidad:
En esta última semana se han conocido los datos de nuestra sobre la situación socio económica. A partir de periódicos Informes del Observatorio de la Deuda Social de la UCA que, aunque pueden ser cuestionados en forma parcial por lo menos muestran las tendencias generales de cómo y hacia dónde va esta sociedad. Aunque se diferencia por matices, en general coincide con las tendencias señalada por el Indec.
Los datos gruesos muestran que la situación social sigue en retroceso a pesar de que ha aumentado la ocupación y la actividad económica. Y que las políticas de auxilio vía subsidios, planes, etc, están amortiguando una situación escandalosa en la base de la pirámide. Salta a la vista claramente que con una disminución en el número de beneficiarios aumentaría drásticamente el índice de indigencia. O sea que hay un porcentaje alto de la población que está cubriendo sus necesidades más básicas, la comida por ejemplo, solo con la ayuda estatal.
Estamos en un modelo que genera algo de trabajo, mayormente informal, pero de bajos salarios. Eso explica la persistencia de la pobreza e indigencia. Estamos en un país de trabajadores cuyos salarios están por debajo de la línea de pobreza
Los datos centrales reflejan la situación al final de tercer trimestre (septiembre) del año en curso. La pobreza alcanza el 43,1%, frente al 42,4% del año pasado y como decíamos la indigencia se redujo del 9% al 8,1%, debido al crecimiento de los planes sociales. El dato tal vez mas escandaloso de ese informe es que el 61,6 % de los niños viven en situación de pobreza.
Si analizamos la evolución de la pobreza en la Argentina veremos cuál fue el resultado de años de políticas neoliberales y programas sugeridos por el FMI: Año 1975 era del 6%; en 1980, primera crisis de la deuda, era del 20%, y a partir de allí su crecimiento ha sido y es exponencial, llegando a su pico máximo en la crisis 2001 del 65%, bajando al 55 % cuando asume Néstor Kirchner en 2003. Durante la gestión de los gobiernos k la pobreza disminuye hasta estabilizarse alrededor de un poco menos del 30 %. Está claro y las estadísticas lo muestran crudamente cuando las políticas económicas se acoplan a programas del FMI como se hizo durante el fatídico gobierno de Macri la pobreza se dispara. Así en 2018 se escapó el dólar, volvió el FMI y el descontrol cambiario hizo que la divisa pasara de 20 pesos a más de 60. A partir de ese momento hasta 2019, los índices de pobreza pasaron 26,1% en 2015 al 37,6% en 2019.
Todo ello a pesar del aumento de los planes sociales. Desde el 2010 esa ayuda a los hogares se duplicó, pasó del 24,4% de los hogares en 2010 al 40,4% de los mismos en la actualidad. El Informe remata con la información que, sin los planes sociales, la pobreza hoy superaría el 50% y la indigencia estaría rondando el 20%.
Y para completar el diagnostico, los datos existentes muestran que trabajadores privados, y sobre todo los públicos e informales, llevan meses perdiendo ingresos, a un ritmo constante y creciente. Los informales son los que más perdieron, sin olvidar que este último año el trabajo informal pasó del 31,5% al 37,8%, el peor indicador de los últimos 15 años.
Pareciera que la novedad no es lo mal que estamos, sino la perspectiva que siguiendo este camino estaremos peor.
El gobierno, la oposición y los medios vienen pregonando hipócritamente la trasformación de los planes en trabajo digno, cuando la realidad muestra que esta economía no genera empleo y si lo hace es con salarios bajos, casi de subsistencia.
Estamos en una economía de base extractivista, dependiente de la exportación de commoditys sin valor agregado, una economía que debe generar dólares para pagar la deuda. Una economía que no solo no derrama sino que sirve para la acumulación y el saqueo en manos de su clase gobernante.
Para ser sinceros, y nadie dice las cosas por su nombre, esta economía cierra casi regalando materias primas, el litio es el mayor ejemplo y con la exportación y el contrabando de granos vía Uruguay y sobre todo Paraguay, por los puertos y rutas de la hidrobia, drenaje por el cual no solo se van nuestros cereales, sino también por donde circula la droga hacia Europa.
Desmintiendo a los agoreros del neoliberalismo, Argentina no es un país pobre. Por el contrario es un país rico, pero sus riquezas son saqueadas y están mal distribuidas.
En cuarenta años argentina se latinoamericanizó, pobres cada vez más pobres y una minoría de ricos cada día más ricos.
Esta es la realidad que afrontamos, la mitad de la población en la pobreza, una inflación galopante originada en parte por la situación internacional y en otra fomentada por la elite económica local que tiende a maximizar ganancias y a apropiarse de los recursos de todos.
Jaqueados por la escases de dólares, no solo para sostener mínimamente el aparato productivo, sino para soportar un mínima corrida. Sin reservas, una inflación que tiende al 100%, altos intereses para financiarse en pesos, y pagos de la deuda en dólares y otra en pesos para 2023 prácticamente impagables.
La estrategia del gobierno de AF pareciera circunscribirse a una tímida “guerra a la inflación”, en base a acuerdos y consensos y en el otro a “patear para adelante” los problemas estructurales. Que la bomba, si estalla, le estalle al próximo gobierno, esperando en el medio algún milagro: los dólares de Vaca Muerta o la explotación offshore frente a las costas del Mar del Plata, por ejemplo.
Mientras tanto solo queda rogar que los formadores de precios se porten bien y cumplan los acuerdos, que la situación internacional, es especial, el conflicto en Ucrania no escale demasiado y profundizar el ajuste, que el gobierno sigue negando. Está claro que para que esto funcione es necesario un descenso de la actividad económica. Volvemos a repetir que el modelo cierra transitoriamente con la consigna “exportar todo lo que se pueda y mantener salarios bajos en dólares”.
Utilizando la famosa frase escrita en papel en su momento de muerte, ya que un cáncer de lengua le impedía hablar, por Juan José Castelli, “si vez el futuro dile que no venga”.
Pero como suele ocurrir el futuro siempre llega.
Bailando en el Titánic
Y para terminar este análisis, también estamos ante una crisis institucional de suma gravedad, donde oficialismo y oposición juegan un juego de sordos enfrentamiento, donde se han superado los límites del disenso democrático, donde en nombre de la república y la democracia se están demoliendo las pocas instituciones básicas de una Nación.
Todos bailando en la cubierta del Titanic, con una promiscuidad, falta de decoro y corrupción pocas veces vista en la historia argentina. El nivel de decadencia moral es absoluta. Un minoría política, empresaria, gremial, intelectual, etc, baila en la cubierta preparándose para abordar los botes salvavidas, mientras nuestro pueblo en los subsuelos inferiores trata de sobrevivir ante el naufragio que parece inevitable.
Este nivel de decadencia de nuestras clases dirigentes no es nuevo. Es un fenómeno que comenzó claramente con el nefasto golpe en 1976, con el golpe militar, que vino a resetear toda la sociedad argentina. Su objetivo era hacer desaparecer al peronismo y a la clase trabajadora, como vehículo de lucha; comenzó ahí una contrarrevolución neo conservadora, nunca completada del todo, pero que ha ido permeando capas de nuestra clase dirigente. Casi como un gangrena se ha ido extendiendo y cubriendo con su pus a los medios de prensa, a los jueces, fuerzas de seguridad, políticos, gremialista, empresarios, intelectuales, etc, grande beneficiarios del descuartizamiento del país, pero a su vez han ido adormeciendo a una sociedad, otrora vigorosa y aguerrida, que mira los hechos, su realidad, su empobrecimiento general, su propia decadencia, sin verla, sin comprenderla. Y para peor muchas veces apoyando y votando a su propio verdugo.
Dos hechos en los últimos meses han puesto de manifiesto y ante los ojos de todos, el nivel de la corrupción social citado. Uno fue el intento de asesinato de la principal líder política de este país. El intento de magnicidio a una figura política trascendente, que además tiene el cargo de Vice presidenta de la Nación, ha pasado sin pena ni gloria por los titulares de los grandes diarios. Languidecen las investigaciones en opacos juzgados y la sociedad ya casi no habla del tema. Un acto de terrorismo como este no puede ni debe ser manejado con este nivel puerilidad e impudicia. Nadie, y la justicia menos, quieren investigar quienes, además del pequeño grupo de perejiles que se usaron como mano de obra, fueron los verdaderos culpables, los instigadores, los financistas y los autores intelectuales. Y porque es esto, porque todo apunta al corazón del macrismo, todos los indicios llevan a grupos mafiosos, de derecha, ligados a Mauricio Macri y su grupo de mayor confianza, los empresarios Caputo y Milman, ladero de Patricia Bulrich.
Que esta justicia, sobre todo la federal actué así a nadie sorprende, es un secreto a voces su permeabilidad ante el poder, el dinero y muchas veces el delito mismo.
Si algo faltaba en esta danza macabra, de contubernios y acuerdos mafiosos entre los grandes medios, jueces, fiscales y fuerzas de seguridad, fue el viaje financiado por Héctor Magnetto y Joe Lewis a un encuentro, casi un “retiro espiritual” bien regado de caros vinos y wiskis añejados, de los más granado y selecto de la justicia federal de Comodoro Py.
No solo cometieron un delito al ir a la residencia de Lago escondido. Eso es un delito tipificado como “Dadivas”, si no que además, se los graba en conversaciones donde hablan de cometer más delitos para tapar el anterior. La conversaciones grabadas son de una gravedad mayúscula, por la manera impune con que se manejan y como en su soberbia no toman a todos por idiotas.
Ante el escándalo, la denuncia en cadena que hace el presidente más las denuncias detalladas que hizo la vice presidenta, han hecho imposible por ahora tapar los delitos. Pero viendo el poder mafioso de esta justicia y como se han manejado otros hechos, es probable que todo vaya quedando en la nada.
En el medio la condena amañada contra CFK, por la causa Vialidad y su notoria respuesta de ella, denunciando a los instigadores directos y un gesto moral y ético pocas veces visto, redobla la apuesta contra toda esta situación mafiosa.
Cerrando esta nota llegan noticias del Perú. Confusas porque los medios de prensa hegemónicos jugaron a favor del golpe blando al presidente legítimo Pedro Castillo: hay manifestaciones populares en Lima y varias ciudades del interior en apoyo a Castillo y pidiendo la reforma constitucional. La constitución de Fujimori del año 1993, es igual que la nuestra, piedra basal del modelo neoliberal conservador. Génesis de todos los problemas institucionales que sufre Perú desde hace décadas y la alternancia sin poder las figuras presidenciales. En el caso peruano, tal como ocurrió en Bolivia vuelve a aparecer el ejército y las fuerzas de seguridad como reaseguro del golpe y reprimiendo las manifestaciones populares de resistencia. Esta aparición de las fuerzas armadas en los conflictos políticos puede abrir una puerta a la violencia para estatal tal como ocurrió en los 60 y 70.
Epilogo:
La crisis económica política y social es una crisis estructural mucho más profunda: Es la crisis final del modelo neo liberal que puso su garra en la argentina en 1976.
Es probable que el modelo estalle en sí mismo tal como implosionó en el 2001, y obligue a los sectores populares a salir a la calle en defensa propia como ocurriera hace dos décadas. O tal vez tenga una lenta agonía, con los grupos de derecha queriendo perpetuarse en el modelo, a costa de un mayor ajuste y represión.
El peronismo está en una disyuntiva existencial, con una clase dirigente cómplice de la situación actual, otro con una visión “progre” y reformista, mas allá de las lindas palabras terminan jugando para la derecha y el modelo vigente, por el simple hecho de que le tienen miedo al pueblo en la calle. El peronismo debe elegir ser responsable del derrumbe general que se avecina, por acción u omisión, o se convierte en una fuerza revolucionaria, que lidere las luchas populares y que ponga de cabezas el modelo neoliberal, desarticulando todo el andamiaje legal y político del coloniaje.
En política en difícil pronosticar los acontecimientos, sin embargo todo parece indicar que están surgiendo fuerzas populares, corrientes subterráneas muy fuertes, buscando el momento, el lugar y el tiempo de salir con ímpetu a la superficie.
Recordando a Althuser, el tren de la historia pasará frente a nosotros, no sabemos dónde ni cuándo, pero hay que estar alertas para cuando ocurra subirnos a él.

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Una Estrategia Política Delineada Para Un Objetivo Ambicioso por Ezequiel Beer

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Los meses posteriores a la ínfima derrota de Daniel Scioli por parte de Mauricio Macri ante la elección presidencial del año 2015 fueron para el primero atravesar el Desierto del Sinaí en una hipotética condición judía.
Pocos allegados decían presente en esas oficinas de la calle San Martin sin encontrar una brújula precisa hacia dónde dirigirse, pero algo había en ese fallido candidato que decía que no iba a rendir sus deseos a una falla de la política.
En efecto al año siguiente discretamente sus máximos colaboradores empezaron a pergeñar discretas e individuales reuniones con aquellos que había jugado cartas en el asunto y sentían una sensación de sed inacaba.
El proyecto fue puesto nuevamente en marcha y la rueda de la rosca lentamente puesta a girar en favor de un solo objetivo de mantenerlo en vigencia.
No falto esperar el siguiente round presidencial del año 2019 para resurgir los deseos electorales pero una decisión casi inconsulta por parte de la Ex Presidenta Cristina Fernández advirtió que el juego era otro y que en evidencia no era el momento para disponerse como candidato.
Una casi inesperada designación como Embajador Argentino en Brasil como si fuese un destino casi jubilatorio encajo perfectamente en dicha previa estrategia espacio que le posibilito desplegar con amplia independencia una atinada política diplomática que se consagro con sus inmediatos logros políticos y económicos en poco tiempo.
Asimismo, la apacible función diplomática le permitió a su vez nutrirse de los suficientes elementos intelectuales en materia de Geopolítica y Economía Política que su largo trajinar en la gestión le impedían por el escaso tiempo dedicado al estudio y a la lectura.
Nucleo un equipo profesional en ronda de sus desafíos como Embajador y también como potencial Presidente haciendo de su gestión una prima perfecta de comunicación hacia la no tan lejana Argentina.
Desde una distancia casi » epistemológica » pudo ser ajeno al cumulo de disputas e internas al rededor del Gobierno del Frente de Todos contando con su mesura y discreción a la hora de emitir algún juicio de valor.
Se concentro en el trabajo aladin de toda su vida bajo una rígida disciplina de actividad física re encontrando en su vida personal un eje de sustento.
La cercanía de las definiciones de este año lo encontraron en una solida situación habiendo revisto sus casi 20 años en la actividad politica y madurando ciertas ideas que siempre ha tenido en mente para decidir que este era el momento para lanzarse revalidando esa vieja estrategia solventada por sus mas íntimos y leales colaboradores.
Solo el mensaje de su pueblo y de su gente le podrán dar la certeza si es la persona adecuada para conducir los designios de un pais que clama para una aguda revisión del funcionamiento de su sistema político y de la urgente revisión de una clara política de ingresos.
Daniel tiene la palabra.

Ezequiel Beer
Geógrafo UBA
Analista Político

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OPINIÓN

Es el saqueo, así de sencillo (3) por Mario Mazzitelli

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El vaciamiento espiritual de la Patria.

“Serás lo que debas ser o si no, no serás nada”. José de San Martín. “Ser o no ser”, esa es la cuestión esencial a cualquier Pueblo, Nación o Estado.

¿Querríamos ser “Argentina…la joya más preciada de la Corona Británica”? ¿Una estrella en la bandera de los EEUU? ¿Un súbdito de otras potencias? ¿Un grupo de habitantes que deambula sin rumbo y sin destino, buscando la forma de sobrevivir?

¿O queremos estar orgullosos de nuestra Argentina. Sentir que hay una fuerza moral que nos empuja a la libertad, al progreso, a la solidaridad. A ser alguien en el mundo. Reconocidos por la apertura a todos los seres humanos de buena voluntad que quieran habitar el suelo argentino. A ejercer el dominio soberano sobre todos los bienes naturales constitutivos de nuestra Patria: la tierra, el agua, la flora, la fauna, los minerales, las caídas de agua, los yacimientos de petróleo, de litio, el carbón y el gas, las demás fuentes naturales de energía, el suelo, el subsuelo, el espacio aéreo, el espectro radioeléctrico, el mar, la plataforma marítima, las islas y los archipiélagos emergentes como pertenencias imprescriptibles e inalienables del Pueblo Argentino; y administrarlos “con propósitos sanos y acciones eficientes”?

Creo que la mayoría responderíamos afirmativamente al segundo interrogante. Sin desconocer que una franja importante de nativos se encuadra mejor en el marco de las primeras preguntas.

Unos y otros

“Ser o no ser, esa es la cuestión”. Alguien dijo: “Seamos un alma, lo demás vendrá por añadidura”. Podríamos agregar: “Seamos un sentimiento, una emoción, una pasión de amor por la Patria, por nuestro Pueblo y por la Humanidad, lo demás vendrá por añadidura”.

 

Hay una lucha perpetua entre Ser una Nación o un espacio geo-político subalterno; subyugado a intereses privados nativos y/o extranjeros.

Dos grandes alianzas pugnan en uno u otro sentido. Unas veces en forma abierta, otra encubierta. A veces con claridad y otras en un contexto de oscuridad y confusión. Pero hay rasgos que distinguen una de otra.

Para unos sobran viejos, sobran niños, sobran pobres, sobran indios…Los otros pugnan porque seamos más habitantes; porque aquí no sobra nadie.

Para unos el dinero y el consumo son todo. Acumular riquezas individuales hasta el infinito lo consideran un derecho inalienable. No contemplan personas ni ambiente. Los otros piensan que los bienes y servicios deben guardar alguna proporción con el buen vivir individual, social y ambiental. Y la distribución debe permitir erradicar la pobreza, para alcanzar un piso de bienestar para todos.

Malvinas

Para unos las Malvinas son un patrimonio discutible y enajenable. Podrían cederlas por vacunas, para pagar deuda externa o para disminuir el gasto en el presupuesto nacional. Para los otros son parte de nuestra integridad territorial. Por eso rechaza el colonialismo violento del Reino Unido y sostiene que las Malvinas son argentinas.

Los enemigos pretenden que decaiga la moral patriótica. La des-malvinización no fue ni es un proceso natural, sino manipulado. Han trabajado para debilitar nuestro espíritu, confundirnos, ubicarnos en la situación de incapaces para auto-gobernarnos (Dornbush-FMI-2002), intentan diseñar el sentido común de un pueblo débil.

Quedó demostrado en Mendoza en el estadio de futbol Malvinas Argentinas, donde las imágenes de la bandera patria y de las Malvinas, en los laterales de la pantalla electrónica, fueron tapadas para no herir la sensibilidad del Reino Unido. El escándalo que se configuraba era de semejante magnitud que tuvieron que destaparlas. Pero una vez más quedaba demostrada la carencia de espíritu patriota, por lo menos en unos sectores importantes de la dirigencia.

Realzar lo propio, “no es para mal de ninguno, sino para bien de todos”.

Cuando nombramos a los próceres de la independencia, a nuestros héroes, a los grandes constructores de nuestra nacionalidad, a nuestros premios Nobel, a la cantidad de figuras que trascendieron la escena de la Patria para transformarse en referencias mundiales; el pecho y el corazón se llenan de orgullo y la energía se multiplica.

En cambio, cuando denostamos a nuestros compatriotas con una mirada ácida, una crítica destructiva o el fatalismo sobre un país fallido; baja la autoestima, cunde el desaliento y nos sentimos inferiores. Sin misión. Vacíos.

Si nos vaciaran el alma, como otrora hicieron con el espíritu patriótico de las empresas públicas para poder quedárselas a precio vil, habríamos perdido el destino de grandeza solidaria con el que nació la Patria. Hay que luchar. Son tantas causas nobles por las que pelear, que quedarían vacías si no tuviéramos Patria.

Yo me quedo con las palabras de José Ingenieros: “Sólo es patriota el que ama a sus conciudadanos, los educa, los alienta, los dignifica, los honra; el que lucha por el bienestar de su pueblo, sacrificándose por emanciparlo de todos los yugos; el que cree que la patria no es la celda del esclavo, sino el solar del hombre libre. Nadie tiene derecho de invocar la patria mientras no pruebe que ha contribuido con obras a honrarla y engrandecerla. Convertirla en instrumento de facción, de clase o de partido, es empequeñecerle. No es patriotismo el que de tiempo en tiempo chisporrotea en adjetivos, sino el que trabaja de manera constante para la dicha o la gloria común”.

Para la dicha o la gloria común. Ese es un buen destino colectivo.

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OPINIÓN

La Identidad Platense debe ser construída entre todos por Sergio H. Poggi  y Edgardo Chacón  (Arquitectos)

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La ciudad de La Plata, tanto por su estructura como por su desarrollo, constituye un modelo, arquitectónico y urbanístico, digno de preservarse para las generaciones presentes y futuras.

El comentario anterior resulta especialmente oportuno, porque la preservación del patrimonio tanto monumental, como el natural y el identitario constituye hoy una tendencia aceptada por todos sus habitantes.

En este contexto, la preservación y/o conservación de mojones urbanos y hasta sectores completos de nuestra ciudad resulta la consecuencia lógica del rescate de nuestra identidad para poder proyectarnos al futuro.

Después de un largo camino en el que muchos testimonios físicos, lamentablemente, no pudieron ser salvados de la destrucción (y entre ellos seguramente se recuerda especialmente al viejo Mercado y al anterior Teatro Argentino) tenemos en la ciudad un catálogo y una legislación que acompañarían el proceso de preservación.

Independientemente de los alcances del catálogo (que nunca fue publicitado con certeza) o la vaguedad de la legislación (sujeta a veces al criterio especial de los funcionarios), no podemos negar que existe un punto de partida que, de continuarse en las administraciones municipales del presente y del futuro, puede llegar a constituir una forma de política de estado.

Naturalmente que es el propio estado el que tiene que preocuparse por conservar la integridad, en principio, de su propio patrimonio, impidiendo que se disgregue o se desfigure ampliando, remodelando, o peor aún, demoliendo parte de la estructura edilicia en la que el mismo funciona (el Bosque Platense desde su creación es un nefasto ejemplo de las idas y vueltas al respecto).

Pero para que el proceso anterior no se transforme en una moda y pierda vigencia en poco tiempo, todas las medidas deben encuadrarse en una propuesta más general, no solamente ¨legislada¨ sino más bien ¨consensuada¨ a través del protagonismo de todas las personas interesadas en este tipo de medidas.

No basta con tener buenas intenciones sino tratar de lograr a través de una herramienta adecuada que las personas interesadas se sientan involucradas en el proceso, a esta herramienta se la identifica con un nombre cuyo uso también es actual, y al que hay que cuidar para que no se transforme también en una moda, es el ¨Planeamiento Estratégico Situacional¨.

Porque seguramente, aunque para una ciudad con la tradición de La Plata, promover la preservación del patrimonio constituya una moda deseable, mucho más deseable es que se traduzca en medidas de gobierno eficaz, formando parte de un proceso de planificación global.

Las medidas anteriores tienen que dar respuesta a las tres preguntas clásicas: ¿Qué preservar?, ¿Cómo preservar? y, ¿Como difundir y concientizar?.

No basta con que un grupo ¨erudito¨ determine qué merece ser preservado y qué puede ser demolido, es necesario que ¨todos¨ sepan porqué hay que preservar, y entre todos establezcan las pautas para que una parte del todo deje de constituir una forma de propiedad individual para transformarse en propiedad común o sea en el patrimonio cultural compartido.

La existencia de un catálogo de obras que merecen ser preservadas, pero que nunca fue publicitado en sus alcances ni publicado en su totalidad, ni especificado quienes y con que grado de representatividad en la ciudadanía platense determinaron el valor de los bienes a preservar o conservar, constituyen medidas contraproducentes para lograr la participación, e influyen para que el propietario de todo bien ¨generosamente incluído¨ tenga al menos temor sobre las consecuencias del manejo de su propiedad.

Pero, así como no es deseable que al tema lo maneje un grupo de eruditos, mucho menos es deseable que establezca que ciertas partes son propiedad en común mientras que otras pueden eliminarse porque no se ubican en contexto.

Frecuentemente se observan intervenciones en las que se respetan solamente los elementos estructurales de las fachadas preexistentes, eliminando aberturas, detalles (como la firma de los constructores) y elementos complementarios.

El resultado de lo anterior, a lo que normalmente se suma, el uso de revoques y pinturas que no responden a las características de las originales suele ser bastante pobre, una pobre caricatura del edificio que se pretende preservar.

Es evidente que la falta de criterio unificado puede llevarnos a creer, usando una imagen trasladada al plano humano, que a través de la conservación del esqueleto estamos guardando la imagen de las personas.

Por todo lo expuesto, tan importante como la reflexión sobre las dos consideraciones anteriores es que solamente se puede preservar lo que se conoce, y más aún, lo que se conoce en profundidad.

Existe una sola forma de preservar: con la participación de todos e incluyendo (muy especialmente) al entorno del casco histórico.

Tan importante como lo anterior, es el hecho de que una vez establecido el motivo que origina la preservación se establezcan los medios que permitan que lo preservado se mantenga, porque tiene un valor muy pobre establecer restricciones al uso por parte de los propietarios cuando no se le acercan los elementos que mantengan al testimonio en el tiempo.

Respecto a lo anterior, el factor humano es fundamental, porque de nada sirve intentar preservar aquello sobre lo que no se puede realizar una conservación preventiva. Al respecto el empedrado histórico es paradigmático porque aunque se intente mantener en la forma en la que fue realizado es muy difícil encontrar mano de obra que pueda repararlo y mantenerlo en condiciones pero, aún así consideramos que el tema debe ser contemplado en su totalidad, no reemplazándolo ni manteniéndolo por caprichos, los adoquines forman parte de nuestra identidad y, la misma no debería ser cubierta por una capa asfáltica porque es más fácil hacerlo, sino enmarcado esa acción en un Plan Global para la ciudad elaborado con el pueblo platense aportando su voz y propuestas.

Lo mismo podemos decir del reemplazo de las baldosas fundacionales. Aquellas baldosas impuestas por ordenanza a poco de comenzada la vida de nuestra ciudad, nos permiten reconocerla en el mundo y reconocernos como platenses al transitarlas, al punto que la misma Municipalidad posee una fábrica para elaborarlas al sólo costo de los materiales. Ahora bien, nuestro Intendente decidió reemplazarlas sin motivo por otras diferentes, compradas y que además fueron pagadas por todos los habitantes del Partido, no importa si uno es frentista en esa vereda o viva en Colonia Urquiza.

Demolición de viviendas patrimoniales para construir edificios sin siquiera la cantidad de cocheras necesarias para cubrir la propia demanda de estacionamiento de sus propietarios, reemplazo del adoquinado sin criterio integral, reemplazo de baldosas patrimoniales, descuido, abandono e imprevisión en el arbolado urbano son sólo algunos de los avances sobre nuestro patrimonio identitario.

Incluso el patrimonio intangible debe ser defendido, promovido y protegido. El caso más impactante se observa en los muñecos de fin de año, arte efímero reconocido mundialmente que temporada a temporada, en lugar de aumentar e incorporar a la construcción a nuevas generaciones, ve disminuida su cantidad por la inacción, desidia o trabas burocráticas municipales

Nada de lo planteado anteriormente es de difícil resolución, más aún, podemos decir que la misma es muy simple, basta con tener la decisión política de hacerlo.

Planificación, Decisión, Participación, Protagonismo Ciudadano, Plan Maestro, Legislación de Apoyo deberían constituir el lenguaje habitual de los sucesivos funcionarios municipales, cuya función básica es la de responder a las necesidades de los ciudadanos en su totalidad pensando en nuestro futuro y no en la próxima elección.

 

 

por Sergio H. Poggi  y Edgardo Chacón     (Arquitectos)

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