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OPINIÓN

«Marcando el camino», por Antonio Muñiz

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Todo pareciera indicar que a un año vista de las elecciones del 2023, el actual gobierno argentino podría enfrentarse a una derrota. Según todas las encuestas el Frente de Todos va directo a una derrota electoral frente a la oposición de Juntos por el Cambio, algo impensable hace tres años cuando el peronismo unido y renovado se imponía ante el expresidente Mauricio Macri luego de su pésima gestión gubernamental.

La situación actual del gobierno parece amesetada, luego de un largo periodo de declinación persistente, casi desde el comienzo mismo de su gestión. La sumatoria de una herencia muy pesada, gruesos errores propios, más una situación internacional muy compleja, guerras, pandemia, crisis económica, ambiental, migratoria, un fuerte avance de las ultraderechas en los países centrales, etc, fueron construyendo un escenario dificil. En síntesis tuvo que enfrentar un mundo en crisis, con problemas nuevos y otros estructurales que no supo, no pudo o no quiso resolver,.

Enfrento una situación heredada del gobierno anterior muy compleja, una inflación galopante, recesión y una negociación de la deuda externa impagable, que no solo condiciona hoy la economía sino sobre todo la soberanía sobre las políticas internas del país. No hay que olvidar nunca que la deuda externa es un mecanismo de dominación imperial para dominar, controlar y saquear las riquezas de los países.

Así la gestión de Alberto Fernández se vio jaqueada por restricciones externas pero también por una oposición muy dura, tanto en lo político y lo económico. Detrás de la inflación persistente hay un establishment empresario que está apropiándose de la riqueza de los argentinos, acaparando el excedente generado y fugando las divisas.

A partir de políticas correctas durante la pandemia logro altos índices de imagen positiva, pero que fue perdiendo en la medida que no pudo darle respuestas a la crisis ni a las demandas de la población, sobre todo en medio de una larga cuarentena que acentuó la crisis económica, pero que también generó tensiones sociales e intra familiares de difícil medición. También hay demandas insatisfechas como la seguridad, donde tanto el gobierno nacional como el de provincia de Buenos Aires muestran un fracaso evidente.

Puede mostrar logros como el aumento del empleo registrado, baja en los índices de desocupación, crecimiento de las industrias y del uso de la capacidad instalada, pero que estas mejoras no se ve reflejada en la situación ni en las expectativas personales y económicas de la mayor parte de la población.

El gobierno de Alberto Fernández languidece, nunca se atrevió a traspasar los límites muy marcados por los grandes medios, voceros de la derecha. La oposición y los medios vienen corriendo al gobierno con una agenda “republicana” y una “ética de gobierno” que esa derecha violó históricamente. Así atacan y descalifican sus políticas económicas, por más pro mercado y claudicante ante el poder real, en nombre de un programa ultraliberal, que siempre fue un fracaso en la Argentina y sus voceros son los eternos mercaderes del ajuste permanente.

En este contexto el Poder Judicial funciona como brazo armado del poder real, insiste en su trabajo de demolición, atacando, cuestionando las acciones de gobierno, poniendo límites a la gestión, judicializando la política, siempre en beneficio del poder hegemónico. Además este aparato judicial actúa como gendarme y verdugo, persiguiendo o amenazando con juicios a dirigentes populares por actos de corrupción reales o supuestos de la etapa anterior. Blandiendo además su espada de Damocles sobre la cabeza de muchos funcionarios actuales, que sienten el temor de su suerte cuando este gobierno termine y se vean desfilando por Comodoro PY

Y ahora Massa.

Hoy el FDT está atado a la suerte de la gestión del superministro Sergio Massa, quien se puso al hombro la gestión en medio de una crisis y casi un golpe de mercado, llevado adelante por los sectores empresarios que bregan por la devaluación. La buena relación de Massa con el establishment local y los contactos fluidos con la dirigencia empresaria y política de EEUU facilitaron los primeros tiempos. Por ahora viene mostrando buenos resultados.

Atado a las políticas económicas fijadas por el FMI, ha lanzado en estos días su carta más compleja, el acuerdo de precios con los grandes grupos económicos, tratando de morigerar la tasa inflacionaria a niveles de cierta normalidad. El “ajuste” que nadie nombra es muy fuerte y se ve claramente en el presupuesto recientemente aprobado. Además, esto tampoco nadie lo dice por su nombre, el plan “cierra”, favoreciendo las actividades de exportación, sobre todo commoditys, para atraer dólares, y salarios muy bajos. Salvo en algunos rubros donde existen sindicatos fuertes que puedan negociar las paritarias, el resto corre detrás de la inflación. Donde más se siente está perdida constante del poder adquisitivo es en los sectores informales y el sector estatal, provincial y municipal sobre todo, donde los salarios, como se ve en estos días en los trabajadores de la salud, son irrisorios.

Por supuesto que esta política económica genera tensiones hacia dentro de la coalición de gobierno. Si bien Massa tiene mayor respaldo político y peso propio que su antecesor Martin Guzmán, y son pocos por ahora quienes cuestionan la gestión del superministro, los ruidos internos continúan. La salida del FdT de varios movimientos sociales acaudillados por Grabois, se postergó, luego del intento de asesinato de la vice presidenta, pero tiene fecha próxima de ruptura. Sectores duros del kirchnerismo también vienen planteando la salida del gobierno y habían puesto fecha de salida en diciembre.

El intento terrorista de asesinato de la vice presidenta Cristina Fernández, marcó un quiebre en la situación política del país. La centralidad de CFK, tanto hacia dentro del espacio como hacia afuera es innegable. Sus palabras o sus silencios marcan la agenda política, no solo del FdT sino también de toda la oposición.

El operativo clamor “Cristina Presidenta”, llevado adelante por los sectores kirchnerista, tiene como objetivo instalar su candidatura en el 2023 y sumar detrás de su figura a todo el campo nacional y popular. Como medida táctica es buena, porque permite retomar cierta iniciativa política de cara al 2023. También los gestos y las palabras de Cristina generan una fuerte expectativa, sobre su futuro político. Si es candidata o no, pasa hoy por una decisión propia.

Pero mientras tanto pasan cosas. El lawfare sigue en pie y más belicoso que nunca contra ella. Han reflotado causas que ya habían sido desestimadas y al mismo tiempo anuncian los periodistas una dura condena en el caso vialidad. Pocas veces nuestro país vivió situaciones de tanto bochorno en manos del aparato mediático judicial.

El trato judicial dado al intento de asesinato de CFK es un ejemplo de esto. Un acto de terrorismo evidente, de una gravedad que no vivíamos desde la dictadura militar de 1976, que mostró claramente el contubernio de la Justicia Federal con los grupos económicos macristas. La jueza Capuchetti se negó reiteramente a seguir la pista política porque llevaba directamente al grupo de Patricia Bulrich, tampoco quiso seguir la pista del dinero, cuando está casi comprobado provino del grupo Caputo, íntimos de Macri y grandes beneficiarios de los negocios espurios del gobierno de Mauricio.

Nadie investiga el comportamiento de la policía metropolitana, que dejó tierra liberada en muchas ocasiones cuando actuaban estos grupos de choque como Revolución Federal, tanto contra la vice presidenta como a dirigentes políticos oficialista, ni el comportamiento de esta esta policía el día de la vallas, donde, después se conoció, hubo un primer intento de asesinato frustrado. Nunca se quiso investigar la acción de agentes de la AFI en los días previos al atentado y en los numerosos escraches frente a la casa de gobierno o el Instituto Patria, o la Policías Federal y la misma custodia el día del atentado. No es intención acusar a nadie desde esta líneas, pero es claro que un intento de magnicidio de esta magnitud no es un hecho aislado, producto de un grupo de loquitos. Una investigación seria va por todos los indicios, sin preconceptos previos.

El gobierno del FdT nunca fue seriamente contra el aparato del lawfare. Creyó y lo dijo ingenuamente que la justicia debía depurarse a si misma, no se quiso reponer la ley de medios, cuando se podría haber hecho por decreto, no se quiso remover al Procurador General o reponer a la anterior Alejandra Gils Carbo, injustamente obligada a renunciar y no se fue contra la Corte Suprema, que se convirtió en un ariete opositor al servicio del macrismo.

Podríamos seguir con el listado de acciones y medidas que hubieran cambiado la situación política, solo y a título de ejemplos tres casos extremos, donde queda claro la mediocridad y cobardía imperante, Caso Vicentín, una estafa colosal al erario público y a los trabajadores y productores agropecuarios, todavía impunes y protegidos por la Justicia Federal de Santa Fe. El otro caso trágico y doloroso, es la prisión y la persecución arbitraria de Milagro Salas, en manos del gobierno de Jujuy y la de muchos presos o procesados políticos, víctimas de una campaña sistemática por parte del aparato político, judicial y mediático, donde Clarín y la Nación son arietes sistemáticos del rencor y la revancha de los grupos de poder.

Los casos de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel asesinados por los grupos de tareas de la prefectura y la gendarmería, liderados por Patricia Bulrich, nunca investigados en tres años de gobierno. La persecución del pueblo mapuche, por el solo hecho de pedir un pedazo tierra para continuar con sus tradiciones, mientras por el otro lado se permite la apropiación de miles de hectáreas en el sur argentino por empresas extranjeras. Siendo el caso Lewis el más escandaloso, generando en territorio argentino un feudo propio, con sus propias leyes y su fuerza de seguridad.

La lista es larga, podríamos nombrar tambien, las medidas pusilánimes en el tema de la vías navegables Paraguay – Paraná, puertos en manos privadas donde no existe el control del estado, donde además del contrabando de granos es una entrada y salida de la droga hacia los países europeos, en ese marcó las idas y vueltas con el dragado del canal magdalena, que rompería la dependencia argentina del puerto de Montevideo y a su vez permitiría el desarrollo de los puertos de aguas profundad, tanto la Plata, Quequén y Bahía Blanca.

No se quiso avanzar en políticas democratizadoras, ampliar la participación y la organización popular es básica en cualquier gobierno que se precie de peronista. Se discutió hasta estos días la supresión de las PASO, si bien tienen cosas para corregir y mejorar, fue y es una herramienta que abre la participación popular y permite escuchar más y mejor la opinión del electorado. Los problemas de la democracia se arreglan con más democracia.

Siempre se vio con temor la presencia de la gente en la calle y cuando hubo manifestaciones callejeras, rápidamente se las desestimo, cuando la movilización popular es una herramienta fundamental de un gobierno popular.

Un gigante con pies de barro.

Con la constitución del FdT, bajo la conducción estratégica de CFK, permitió generar una coalición política muy fuerte, que puso término a la pésima experiencia macrista. Sin embargo ocurrió lo que muchos temíamos, una coalición pensada para ganar una elección no necesariamente garantizaba un buen gobierno.

En la heterogeneidad del Frente primaron las fuerzas “progresistas”, una especie de frepasismo tardío, que se puso como centro una agenda porteño céntrico, de “izquierda progre” en lo cultural pero muy cercana a la derecha en el pensamiento económico. Se perdió de vista el país federal, los amagues de Alberto de construir poder alrededor de los gobernadores, quedó en eso, en intenciones.

Agravada esta situación, por un factor que se viene manifestando desde 2008, poco a poco el kirchenrismo se fue convirtiendo en un partido del conurbano. Primero se perdieron las grandes ciudades del interior, Bahía Blanca, Mar del Plata, La Plata y luego la mayor parte de las pequeñas ciudades del interior bonaerense, se perdieron provincias importantes, como Mendoza o Córdoba. Al principio era una franja amarilla que dividía en dos el mapa del país. Era la pampa sojera, sin embargo esa mancha amarilla se fue extendiendo, marcado claramente el alejamiento de los sectores medios del interior hacia la alianza cambiemos.

Tal fue así, que en 2015 no solo se perdió la elección nacional, sino que también se perdió la provincia de Buenos Aires y la mayoría de los municipios del interior.

Hoy de cara a las elecciones del 2023, volvemos a ver la misma situación, o muy parecida al 2015. Los sectores de gobernadores e intendentes se cierran sobre su territorio, tratando de alambrarlo para que la ola amarilla pase de largo. Un sálvese quien pueda que es suicida. Las políticas defensivas solo no van a condenar a otra derrota, sino todavía a una más catastrófica. Se van a perder municipios del conurbano y se va a perder la provincia, salvo que se pueda compensar loa votos pedidos en el conurbano con una mayor cantidad de votos en las grandes ciudades del interior bonaerense. Algo improbable al día de hoy.

Para ver la gravedad de la crisis estructural del movimiento popular, las últimas encuestas muestran un avance importante de los votantes de Milei en los sectores juveniles del conurbano, otrora fortaleza del kirchnerismo. El mismo fenómeno se ve en Córdoba, donde Milei se está convirtiendo en una segunda o tercer fuerza, captando votos que antes apoyaban a los candidatos K.

El aparato político del peronismo bonaerense, otrora imbatible, hoy muestran fisuras y limitaciones serias. Totalmente en retroceso, buscó la alianza con La Campora para fortalecer y alambrar el distrito. Sin embargo este proceso de vaciamiento político, de nulo debate y participación está alejando a la militancia silvestre y a la militancia orgánica ante el sentimiento de fracaso e impotencia. La política bonaerense se convirtió nada más que en una lucha por la caja y la lapicera.

Y la oposición de mal en peor.

Por otro lado la alianza cambiemos navega en una interna feroz, unida por el temor a las represalias a los que rompan el armado y además nadie se baja por si mismo de un carro ganador. Sin embargo la derecha argentina, bruta e ignorante, tensa la cuerda hasta los límites planteando ideas de gobierno inviables por el retroceso político y social que significaría. Una aplicación lisa y llana de las ideas para su futuro gobierno que expresa Macri en el libelo “Para Que”, significara un escenario muy violento, con movilizaciones populares y una represión gubernamental con palos y balas y con muertos en las calles, según prometen Mauricio y Bulrich.

Los grandes grupos internacionalizados agro exportadores sueñan con una fuerte reseteo de toda la sociedad, refundar “la República” oligárquica conservadora y terminar de una vez por todas con el “peronismo”. Detrás de ese sueño está el apoderamiento de la renta generada por los argentinos, acumular y concentrar toda la riqueza en las mil familias dominantes, para ello deben llevar adelante un ajuste brutal, sobre todo sobre salarios y jubilaciones, anular las leyes y beneficios laborales y previsionales.

Las agresiones materiales y simbólicas contra los intereses populares parecen marcar una nueva agenda de gestión para un futuro gobierno de Juntos por el Cambio. De mas esta decir que estamos a ante un escenario de conflicto social agudo.

Una partido opositor que solo siembra odio y resentimiento desde el llano y solo promete violencia para el que piense diferente cuando sea gobierno, un escenario de caos asusta a los sectores medios “independientes” y a los grandes grupos económicos. La violencia en la calles no es buena para los negocios.

 

Cristina, siempre Cristina, marcando el camino.

En el día de la militancia se realizó el gran acto de reaparición de CFK en la ciudad de La Plata ante más de sesenta mil militantes y ella como única oradora.
Mostró una vez más que sigue siendo la gran líder argentina, el mayor punto de acumulación del proyecto nacional y popular.

Fue un discurso emotivo pero con propuestas para el futuro. Hablo del pasado pero sobre todo lanzado hacía el futuro, convocó al debate de modelos y a una síntesis a través de grandes acuerdos políticos para afianzar la democracia. Convocó a la unidad, a construir una democracia sin violencia política y a una nueva mayoría.

Ante tanto desanimo, ante tanta frustración, ante tanto mensaje de odio y resentimiento CFK convocó a la esperanza.

Argentina vive en los límites de un laberinto, donde no se puede ver la salida. Parece condenada a repetir una y otra vez la misma historia de fracasos y frustraciones. En ese marasmo CFK marcó una agenda de cara al futuro, para el gobierno de Alberto Fernández, pero sobre todo para todos los argentinos.

Antonio Muñiz

Noviembre 2022

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OPINIÓN

Los Hijos de la Globalizacion  por Ezequiel Beer

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Los actuales jóvenes que rondan los 30 años coetáneos de la Caída del Muro de Berlín y del albur de la Globalización fueron participes de una liberalización casi absoluta de los patrones de conducta tanto social como económica dando fertilidad a la Era Neoliberal en materia de opción electoral.
Por un mundo plano sin restricciones y de plena movilidad de factores la rigidez del modelo keynesiano fue dejada de lado y la moda y el consumismo empezaron a tomar lugar – junto con el individualismo – hasta el punto que la masificación del consumo de drogas juvenil es también ahora una geografía social común en esta generación.
La libertad de elegir también radico en la aparición de nuevos estímulos profesionales o laborales que dejaban atrás la clásica oferta formativa a su vez de un acortamiento y segmentación académica bajo la superlativa mercantilización del sistema educativo que no siempre redundo en una mejor calidad sino en un mecanismo de inserción socio laboral.
Pero las sucesivas crisis financieras internacionales siendo su eje aquella del 2008 fueron socavando sus aspiraciones entrando en un marco de incertidumbre y frustración personal.
El periodo de encapsulamiento de la Pandemia del año 2020 fue el golpe de gracia bajo la sucesiva crisis bélica entre Rusia y Ucrania dando lugar a una explosión inflacionaria mundial.
El paulatino encarecimiento de las viviendas y la pérdida de poder adquisitivo de los salarios han generado una elevada situación de vulnerabilidad de estos jóvenes.
La Guerra dio un punto casi final al conocido proceso globalizador donde ahora son los factores geopolíticos los que dominan la escena económica en lo que resta de un largo periodo histórico.
En el medio una generación busca algún grado de certidumbre y la existencia de nuevos valores sociales que les procuren alcanzar un mínimo nivel de vida-

Ezequiel Beer

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OPINIÓN

Cómo lo dice el general Perón en su testamento político, “El Proyecto Nacional”. “No podemos prescindir de una primera realidad”: nuestra dependencia por Titi Aranda

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Cómo lo dice el general Perón en su testamento político, “El Proyecto Nacional”.
“No podemos prescindir de una primera realidad”: nuestra dependencia.
El préstamo otorgado al gobierno de Mauricio Macri de 57.000 mil millones de dólares por parte del FBI ,del cual desembolsaron 45.000 mil millones. Préstamo que fue dilapidado en término de cuatro meses, no sólo lo caracteriza como el mayor endeudador de nuestra historia , sino que ata de pies y manos ante los organismos internacionales al país.
Los organismos internacionales en definitiva son los que otorgan el crédito, y estos organismos como los tomadores de dichos créditos en el país, sabían que estos son formidables instrumentos capaces de condicionar por largo tiempo las políticas económicas, sociales, y las relaciones internacionales. Estas condicionantes iban a gravitar negativamente y es lo que acontece hoy, permanentes monitoreos sobre cuentas públicas, restricciones en todos los campos de la actividad, tanto económica como social.
42% de pobreza, 120% de inflación, corridas especulativas con el dólar . Está claro que ante este panorama no resulta extraño un grado de frustración.
Es aquí donde hay que poner énfasis, es esto lo que se proyecta desde los organismos internacionales para el país, y lo pretenden coronar con un gobierno afín.
Los problemas reales de la sociedad en todos los tiempos, pasan por percibir qué están viviendo, y cómo lo viven. Aquí es donde vemos que el grueso de la sociedad Argentina, está lejos de satisfacer sus necesidades.
No caben dudas que estamos lejos de Nuestro objetivo histórico, la felicidad del pueblo y la grandeza de la patria.
Ahora bien, ¿cuán distantes nos van a ubicar de los objetivos históricos del peronismo si consuman la maniobra en marcha? En estas condiciones se dan estos comicios, no ostante el Peronismo sigue siendo competitivo a pesar de las circunstancias adversas que conocemos. Evalúo como un hecho positivo que Sergio Massa y Agustín Rossi sean nuestra fórmula, por cuánto reúne condiciones para generar expectativas positivas en la sociedad. Creo que nuestro problema no puede tener solución detrás de personajes prefabricados, para imponer mediáticamente en un momento de confusión. Nuestra lucha contra los sectores anacrónicos, contra los sectores conservadores, contra el neoliberalismo, es la causa por la Nación y el pueblo.
Indudablemente quienes quieren malograr al Peronismo, no están dispuestos al esfuerzo que demanda la búsqueda de un grado de soberanía, prefieren el status quo de la dependencia. Creo que hay que perseverar.
Los peronistas debemos levantar nuestras banderas de independencia, soberanía y justicia social. Titi Aranda

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OPINIÓN

Es el saqueo, así de sencillo (19) por Mario Mazzitelli

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La debilidad de nuestros presupuestos.

La ley del presupuesto nacional debería ser la linterna que ilumine el camino del próximo año para todos los actores de la vida económica y social del país. Ley de leyes, le dicen. Sin embargo esa linterna hace años que tiene las pilas secas. Muchos creen que se trata solo de una presentación formal del Ejecutivo para cumplir con el mandato constitucional, sin mayor valor. Están a la vista las distancias astronómicas entre el presupuesto y la realidad. Algunos lo califican como un dibujo. Su falta de prestigio es preocupante.

El pasado 15/09/23, el Poder Ejecutivo Nacional presentó el Proyecto de Presupuesto 2024. Según informa la prensa, una suerte de entendimiento político entre Massa y Milei impulsa posponer el debate parlamentario para después de las elecciones generales del 22/10/23. Teniendo tan baja consideración pública ¿Vale la pena escribir algo al respecto? En este caso voy a escribir en torno a una herramienta que, buena o mala, no deja de tener una gran incidencia en nuestros destinos. Por lo tanto estas líneas no apuntan a inmiscuirse en un debate de detalles que no trascienden las fronteras del Congreso Nacional. Sólo algunas reflexiones generales en torno a discernir si el problema central de Argentina es el gasto público o, como sostenemos en esta saga, el saqueo.

Solo a modo de introducción reproduzco sus 6 (seis) prioridades explicitas en el Presupuesto 2024:

Infraestructura pública…en el camino hacia el desarrollo, tanto por su efecto multiplicador sobre la economía como por la contribución que genera a la productividad del sector privado…

Educación, entendida como un derecho inalienable, que debe ser garantizado mediante una política activa con concertación federal, procurando una educación de calidad con inclusión e igualdad…

Salud, pilar fundamental en la política pública… a fin de garantizar el bienestar y salvaguardar a todas y todos los argentinos…

Producción científica y el desarrollo de la tecnología nacional… como potenciales catalizadores para la innovación dentro del entramado productivo…

Inclusión social activa con perspectiva de género…

Desarrollo sostenible y cuidado del ambiente…

Difícil no coincidir en términos generales. Podríamos agregar que brinda la posibilidad de obtener un equilibrio fiscal primario… ¿Estaremos ante el principio de solución de los grandes problemas nacionales? Nada más alejado de la realidad.

Detectar el principal problema para resolverlo.

¿Cuál es principal problema de Argentina? ¿El gasto público o el saqueo? En la correcta o incorrecta respuesta a este interrogante se ubica la posibilidad de salir o no del estancamiento, la dependencia y el atraso. En un caso se abrirá el camino del crecimiento, la justicia y el progreso. En el otro, profundizaremos el malestar general.

¿En qué consiste esta diferencia?

Básicamente en “quien administra y le da destino a una porción significativa de la riqueza nacional”. El forcejeo es entre el Estado Nacional y los Grandes Grupos Financieros y Económicos (Nativos y extranjeros) Esta lucha se encuentra, de manera abierta o encubierta, en las posiciones de los dirigentes políticos. Es la lucha por el poder real.

Mi tesis es muy clara: debe ser el Estado Democrático el que administre esta riqueza fruto del trabajo y la naturaleza nacional. Y responsabilizo al saqueo de los GGFE y la corrupción de generar las distorsiones fiscales que nos afectan. Sin saqueo ni corrupción, tendríamos las cuentas equilibradas, baja inflación, etc. El saqueo es el responsable de las crisis y sus secuelas. Al no resolverlo, las gestiones desde 1983 a la fecha (Sostenidas en el voto popular) han fracasado una tras otra. Y seguirán fracasando aunque se subordinen a los dueños del país.

Estos Grupos defienden sus intereses particulares, no los intereses generales de la Nación.

Sabemos que el remedio (Más privatizaciones y achicamiento del Estado) es peor que la enfermedad (Baja calidad de las prestaciones públicas) Pero en la subjetividad de nuestro tiempo es más cómodo atacar al Estado (Que nadie lo defiende) que a los GGFE (Que tienen un ejército de políticos, periodistas, economistas, académicos, abogados, jueces, etc.) que salen a defenderlos. “Poderoso caballero es Don dinero”. Así se perpetúa y acentúa el saqueo de unos pocos en detrimento de las mayorías.

Ataquen al Estado.

Contra el Estado se pronuncian muchos economistas que, oh casualidad, trabajan para los GGFE. Uno de ellos, el más representativo, con posibilidades de ser presidente, el diputado Milei, en la sesión del martes 19/09, dijo: “El Estado es una organización criminal violenta, que vive de una fuente coactiva de ingresos, llamada impuestos”. Sin detenernos en sus múltiples contradicciones (Dado que aspira a ser el Jefe de la organización criminal violenta, etc.) nos está diciendo que el Estado es un ladrón que administra mal. Dicho de diferentes formas lo comparten casi todos los economistas del sistema.

La explicación sería más o menos la siguiente:

La casta política ha incrementado el peso del Estado hasta un volumen desproporcionado.

Como toda la carga recae sobre los hombros del sector privado, este no puede tomar el impulso del que es capaz.

Además, semejante erogación no puede ser cubierta totalmente por los impuestos generando un déficit fiscal que solo puede saldarse con emisión o deuda; que generan inflación.

Todo agravado porque la mala gestión del gasto público mantiene insatisfecha a la población.

¿Serán correctos estos argumentos? Todo relato, para parecer cierto, tiene unas partículas de verdad. Pero, esencialmente, no es correcto. No, por lo menos, hasta el extremo de pretender que la casta y el gasto público son el principal problema del país.

La casta.

Vivimos en un Estado de Derecho, bajo el mandato de la Constitución, los tratados internacionales y las leyes. La mayoría de “nuestros representantes” surgen del voto de los electores habilitados para hacerlo y duran 4 años en sus funciones. Otros 6 años (Senadores) algunos en ocasiones son reelegidos, etc. Pueden ser juzgados por tener privilegios, por corrupción, por haraganes o incompetentes (habría que evaluar caso por caso) pero, no son una casta.

La magnitud del gasto.

Se dice que es exagerado. El diputado antes mencionado señaló que su alineamiento, en caso de ser presidente, sería con EEUU e Israel. Eso hace válida una comparación con el peso relativo y absoluto de los estados de dichos países.

Según Datosmacro.com, medidos en Euros, para cada país; estos serían: su PBI, su Gasto público, su Gasto/PBI, su Gasto por habitante y su Gasto por Km2.

País PBI en miles de millones de Euros Gasto en miles de millones de Euros Gasto/PBI Gasto/ per cápita Gasto/ Km2
Argentina 602 155 25% 3.300 55.700
Estados Unidos 24.796 8.474 34% 24.900 925.000
Israel 499 161 32% 16.000 7.300.000

Más allá de la exactitud de la información (la fuente Datosmacro.com nos permite la comparación por hacerse el cálculo con la misma metodología) se puede apreciar que Argentina gasta menos en relación a: su producción global, su población y su territorio.

Si extendiéramos este ejercicio a todos los integrantes del G20 notaríamos que estamos en la misma situación. Por lo tanto no es cierto que el peso del Estado argentino sea elefantiásico y que esto explique nuestra frustrante realidad.

La carga impositiva sobre el sector privado.

Se quejan con justicia los que pagan los impuestos. No es justo que unos trabajen en blanco, otros en gris y muchos en negro. Sobre todo aquellos que están sometidos a una competencia de mercado desleal ¿Cómo se puede llegar a un precio competitivo contra alguien que no paga ningún impuesto?

Algunos justifican el no pago de impuestos porque son empresas chicas, pequeños emprendimientos, cuentapropistas, etc. diciendo que no lograrían sobrevivir con semejante carga impositiva. Pero esto es inaceptable. Digamos: “dentro de la ley todo, fuera de la ley nada”. Habrá que cambiar las leyes tributarias, bajar la tasa impositiva, mínimos no imponibles, buscar métodos de compensación. Pero cumplir la ley es una obligación tanto para el gobierno como para la ciudadanía.

Hecha esta referencia en términos de mercado, la realidad es que las grandes compañías monopólicas, oligopólicas, dominantes en algún sector, no se hacen problema por el pago de impuestos. Cuando no eluden o evaden, trasladan los impuestos a su lista de precios. Quien termina pagando es el consumidor final. Por lo tanto la carga tributaria golpea fuerte al hombre y la mujer de a pie, no al sector privado de la economía.

(La reforma tributaria es una vieja promesa, siempre postergada. A esta altura, yo diría, que hace falta una Revolución Tributaria. Pero ese tema es para otra nota y un gran debate nacional)

La calidad del gasto.

Cuando hacemos referencia a que no se puede explicar en el peso del Estado la frustración nacional (Dado que en los países desarrollados la carga impositiva es mayor) la respuesta no se hace esperar: los servicios allí son de mejor calidad.

Argentina debe avanzar hacia la conformación de un Estado altamente eficiente. Es decir alcanzar los altos objetivos de la Nación al menor costo y con el menor esfuerzo. Ocurre que eso resulta muy difícil en el marco de un Estado que es cortoplacista, improvisa y responde a intereses políticos de la coyuntura. El Estado debe establecer con claridad los objetivos a alcanzar en plazos concretos. (El general Harguindeguy sostuvo: “nosotros no queremos hablar de plazos sino de objetivos”. Le contestamos: objetivos sin plazos es exactamente igual a plazos sin objetivos. Un absurdo político) Una vez definidos, democráticamente, se elaboran los planes correspondientes. Objetivos, plazos y planes son un todo indivisible.

Si queremos avanzar hacia un gasto de provecho para toda la sociedad, hay que aprender a planificar. Las observaciones sobre los viejos métodos de planificación, no merecen respuesta. La metodología de planificación avanzó lo suficiente como para que la totalidad del Estado se mueva en el marco de planes de corto, mediano y largo plazo, orientados por los objetivos estratégicos de la Nación. Los países con las mejores prestaciones son los que planifican bien, dejando al mercado como un componente para la asignación de los recursos de corto plazo y de baja cuantía.

Otro asunto es la sobrepoblación en el Estado.

A partir de gabinetes, ministerios, secretarias, direcciones, empresas, organismos, etc. sobredimensionados, se generan distorsiones de todo tipo. Una es que “baja la productividad allí donde hay más personas que las necesarias”. Dos se genera un gasto sin la contraprestación correspondiente. Tres se crea una grieta entre los acomodados en el Estado con todos los privilegios y quienes viven desprotegidos en un marco de precariedad. Cuatro la burocracia empieza a descomponer a la organización. Cinco, el sistema entra en estado de caos no cumpliendo ninguno de los objetivos. Seis, no obstante se siguen disipando inútilmente fondos públicos en remuneraciones injustificadas (Falla de los gobiernos populares) Organizar el Estado con criterios de eficiencia y eficacia es un deber de la dirigencia política popular democrática.

El déficit fiscal

En Argentina resulta raro unir un 3% de déficit primario, con un 40% de la economía en negro. ¿Dónde se encuentra esa economía en negro? En el contrabando en los puertos y las fronteras, la evasión en la producción y el comercio, las sobrefacturaciones y subfacturaciones, los menores precios en la compraventa de inmuebles, etc. Bastaría con reducir estas maniobras ilícitas para pasar del déficit al superávit. Es decir, sin cobrar nuevos impuestos, con la simple voluntad de las autoridades de mejorar el control, tendríamos el problema resuelto. Es difícil explicar por qué no se resuelve.

¿Banco Central de la República Argentina o Reserva Federal de los EEUU?

La política de saqueo (De los de arriba a los de abajo, de los concentrados a los dispersos, del centro a la periferia, de los delincuentes a los honestos, etc.) se perfecciona con la propuesta de tomar como Banco Central el de una potencia extranjera. Si agregamos que el ciclo económico de dicho país es distinto al nuestro (de manera que su política monetaria sigue ciclos inconvenientes y desacoplados de los nuestros), que la Reserva Federal ha emitido de manera alocada generando una inflación presente y futura, que el dólar está siendo desplazado en diversas áreas comerciales del planeta, que en poco tiempo puede sobreabundar en los países de occidente, que está en retroceso, etc. la única explicación que queda en pie es la pretensión de hacer tierra arrasada con la economía industrial, tecnológica, científica y educativa argentina, transformándonos en una factoría proveedora de productos primarios. Territorio extenso, baja densidad poblacional y ocupación macro-cefálica del territorio, son el escenario perfecto para la implantación de un proyecto semi-colonial.

Por otro lado, algunos dicen: si puedo emitir ¿Por qué voy a cobrar todos los impuestos?

Hay una parte de la biblioteca que explica, de manera convincente, que la emisión monetaria para cubrir el déficit fiscal no es necesariamente inflacionaria. Hay muchos ejemplos para sostener esta tesis. Sin embargo en nuestro país las cosas funcionan con algunas particularidades. La respuesta del sistema económico al crecimiento de la demanda es aumentar los precios antes que incrementar la producción. “Son los bueyes con los que aramos”. De manera que esa herramienta de política económica, por muchos años, no tendrá buen destino en nuestro país. Superávit fiscal, comercial y cuasi-fiscal, serán una restricción a la que deberán adaptarse los gobiernos por muchas décadas. Desde otra perspectiva, siempre fui proclive a la solvencia fiscal entendiendo que es el fundamento de la soberanía y la libertad de la Nación. Sería bueno que el oficialismo lo comprendiera.

Los errores del campo popular

Los sectores de raigambre popular, creyeron que la etapa paleo-liberal había llegado a su término tras la crisis del 2001. Parecen ignorar que el proyecto paleo-liberal retuvo todas las fuentes de poder obtenidas con sus triunfos intermitentes desde 1976 a la fecha. Que, por lo tanto, tiene con que seguir peleando por más poder para su sector. Puede promover diversos perfiles de políticos ante la opinión pública y seleccionar al que más le conviene. En definitiva su proyecto es seguir debilitando el Estados Nacional, hasta hacerlo desaparecer (“El Estado debería necesariamente dejar de existir”. Milei – Giacomini) Entonces, movidos por la avaricia y las ansias de poder, sin detenerse frente a las cuestiones humanas o ambientales; harían lo que se les plazca. Sin controles de ningún tipo. Así, la Dictadura del Capital estaría dominando a la Democracia.

Sin participación ciudadana la democracia se volverá a hundir.

Un pueblo no puede confiar la producción de bienes y servicios en una pequeña elite de oligarcas, capitalistas o especuladores financieros. Debe avanzar con su participación en la orientación, control y gestión de la actividad económica, en el marco de la Constitución Nacional. Se trata de la lucha por la vida y la dignidad. Del presente y del futuro. La tarea es clara: frenar el saqueo para que todo vuelva a florecer en Argentina.

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