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Por qué muchos jefes favorecen el «presentismo» por encima de la productividad

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Si la pandemia nos ha enseñado algo sobre el trabajo, es que no necesitamos pasar largas horas en una oficina para ser productivos. Entonces, ¿por qué el presentismo sigue siendo tan importante?

Casi cuesta imaginar una época en que las personas pasaban al menos 40 horas a la semana en una oficina física (y, a menudo, incluso más para impresionar al jefe).

Pero para la fuerza laboral prepandémica, este tipo de «presentismo» (estar físicamente sentado en tu escritorio, mostrando dedicación sin importar cuán improductivo seas) era solo otro hecho de la vida de oficina.

Antes de la pandemia, los datos de una encuesta en Reino Unido mostraron que el 80% de los trabajadores dijeron que existía el presentismo en su lugar de trabajo, y una cuarta parte de los encuestados dijo que había empeorado desde el año anterior.

Pero ahora, el trabajo remoto ha brindado a los jefes y trabajadores una oportunidad de finalmente poder reevaluar este presentismo tan arraigado.

Hace mucho que sabemos que el presentismo es problemático: puede costarle a la economía de una nación decenas de miles de millones de dólares cuando los enfermos se arrastran a la oficina e infectan a otros.

Crea entornos tóxicos que conducen al exceso de trabajo, ya que las personas que trabajan muchas horas ejercen presión sobre todos los demás para que hagan lo mismo.

Sabemos que lo que importa es la productividad, no estar encadenado a tu escritorio o computadora, y es una conversación que hemos tenido durante años.

Sin embargo, a pesar de esta oportunidad de oro para deshacerse de la práctica en medio de un nuevo mundo laboral, el énfasis en el presentismo está vivito y coleando.

Ahora, el presentismo simplemente se ha vuelto digital: las personas trabajan más tiempo que nunca, respondiendo correos electrónicos y mensajes a todas horas del día para mostrar cuán ‘comprometidas’ están.

Y, a medida que los jefes llaman a los trabajadores para que regresen a la oficina, aumenta la evidencia de que tal vez no hemos movido la aguja del presentismo en absoluto.

Pero, ¿por qué, a pesar de lo que sabemos, todavía se enfatiza tanto el presentismo?

No se trata simplemente de que los jefes estén ansiosos por controlar a los trabajadores mientras desempeñan sus funciones.

Más bien son los prejuicios subconscientes los que mantienen la práctica intacta y, a menos que hagamos un mejor trabajo reconociendo su daño y establezcamos lugares de trabajo que lo desalienten, es probable que seamos esclavos del presentismo para siempre.

Por qué los jefes premian el presentismo

Aferrarse a una cultura de presentismo solo favorece a aquellos «que tienen tiempo para llegar temprano e irse tarde», dice Brandy Aven, profesora asociada de teoría organizacional, estrategia y espíritu empresarial en la Escuela de Negocios Tepper de la Universidad Carnegie Mellon, en Estados Unidos.

Aven también señala que esto puede favorecer injustamente a algunos trabajadores sobre otros; es posible que quienes son padres no tengan más remedio que irse temprano, por ejemplo.

Sin embargo, a pesar de lo malo que es el presentismo, hay algunos indicios de que las personas que no hacen acto de presencia pueden ser penalizadas.

Por ejemplo, aunque ahora cueste creerlo, el teletrabajo en general ha sido estigmatizado como irresponsable y en el pasado ha perjudicado a algunos trabajadores.

Una investigación de 2019, por ejemplo, encontró que quienes trabajaban a distancia en empresas en las que el trabajo remoto era inusual tuvieron un crecimiento salarial más lento.

Estos factores pueden alarmar a los trabajadores, muchos de los cuales han llegado a temer que la falta de presencia física en la oficina puede obstaculizar su éxito.

Y la normalización del trabajo remoto en medio de la pandemia no necesariamente ha cambiado esto.

En 2020, investigadores de la empresa de software de recursos humanos ADP encontraron que el 54% de los trabajadores británicos se sentían obligados a ir físicamente a la oficina en algún momento durante la pandemia, especialmente aquellos en sus carreras iniciales y medias, a pesar del aumento del trabajo flexible.

Leigh Thompson, profesor de administración y organizaciones en la Kellogg School of Business de la Universidad de Northwestern, en EE.UU., dice que hay dos fenómenos psicológicos clave que alimentan el presentismo.

El primero es el «efecto de mera exposición», que sostiene que cuanto más una persona está expuesta a alguien o algo, más comienza a desarrollar afinidad por esa persona o cosa.

«Si he visto a una persona 10 veces por cada vez que he visto a otra, naturalmente me van a gustar más», explica Thompson.

Si un trabajador en particular se hace más visible, naturalmente puede congraciarse con los demás con solo estar allí, incluso si los demás no saben bien o no pueden identificar qué es lo que les gusta de esa persona que está presente.

«Uno puede pensar: ‘Me gusta su sonrisa, me gusta su actitud, podría ser un buen líder'», dice Thompson. Y, de pronto, esa persona podría obtener un aumento o un ascenso.

Este sesgo existe junto con otro concepto psicológico llamado «efecto halo»: asociar impresiones positivas de alguien con su carácter real.

«Empiezas a pensar que la persona que te trae café o te pregunta sobre tu fin de semana parece ‘un chico dulce’, y luego tomas el paso mental de asumir que también es un trabajador productivo», dice Thompson.

«Porque eres amable, inmediatamente salto a la conclusión de que ‘este tipo también debe ser un gran trabajador’, aunque no me has dado ninguna evidencia de que lo seas».

Esto puede dar lugar a promociones u otros beneficios para los trabajadores que asisten en persona.

Apariencias

Irónicamente, a pesar de las posibles recompensas de mostrar tu cara en la oficina, los trabajadores no son en realidad necesariamente más productivos cuando dedican ese tiempo al cara a cara o trabajan horas extra.

Aún así, los trabajadores sienten la necesidad de aparecer, tanto en persona como ahora digitalmente, ya que los gerentes no necesariamente saben que sus trabajadores no están logrando nada adicional.

De hecho, durante la pandemia, la cantidad de horas trabajadas en todo el mundo aumentó, no disminuyó.

En 2020, las horas de trabajo diarias promedio aumentaron en más de media hora, en promedio. La idea es que, si todos los demás están en línea, yo también tengo que estarlo.

Muchos jefes solo notan a las personas más visibles, por lo que asumen que esos son los empleados más productivos.

Este es un problema relativamente nuevo. Cuando la economía estaba más centrada en la fabricación, era más fácil medir los resultados tangibles: esto se construye, esto no.

Pero «a medida que cambiamos a una economía del conocimiento, es mucho más difícil medir realmente la producción», dice Scott Sonenshein, profesor de comportamiento organizacional en la Escuela de Negocios para Graduados Jones de la Universidad Rice en Houston, Texas.

Entonces, en lugar de algo mensurable, los gerentes tienden a pensar que los trabajadores están produciendo mientras están en sus escritorios.

Los trabajadores saben que los gerentes valoran esto visiblemente, por lo que caen en la trampa del presentismo, especialmente cuando ven que sus compañeros hacen lo mismo.

Esto es especialmente cierto en tiempos de inestabilidad económica, como el que estamos experimentando ahora debido al covid-19, cuando los trabajadores temen por la continuidad de sus trabajos.

Trabajan porque quieren demostrar que pueden resistir el estrés y sobresalir, además de ser confiables.

Sin embargo, esto finalmente resulta contraproducente, ya que la calidad de la producción de los trabajadores se ve afectada como resultado de esta necesidad de mostrarse.

En Reino Unido, por ejemplo, se pierden 35 días laborales por trabajador al año debido al presentismo, y algunas investigaciones también muestran que la productividad se desploma después de trabajar más de 50 horas a la semana.

Cómo acabar con el presentismo

Ahora, en una era en la que las prácticas laborales han experimentado transformaciones sísmicas y han provocado un escrutinio sin precedentes, existe una necesidad urgente de reducir el énfasis en el presentismo, tanto física como digitalmente.

Pero solucionar problemas existenciales enormes, como el burnout (agotamiento) y el presentismo, requiere una gran revisión de arriba hacia abajo de lo que se valora en el lugar de trabajo y por qué.

Sonenshein dice que un buen lugar para comenzar es que los trabajadores, especialmente los líderes, modelen un comportamiento más saludable.

Una vez que hayas terminado de trabajar, vete. Desconectate. Los trabajadores que se quedan solo para actuar pueden presionar a otros trabajadores para que hagan lo mismo, lo que crea un círculo vicioso y tóxico.

Eso es más fácil decirlo que hacerlo, por supuesto. Esta es la razón por la que el ímpetu también está en que los gerentes sean más conscientes de por qué ocurre el presentismo, aprendiendo sobre sus propios prejuicios y sobre fenómenos como la mera exposición y los efectos del halo.

Los expertos también abogan por métricas mejores y más claras que los equipos puedan usar para medir la productividad más allá de «quién sale de la oficina último» o «quién responde a los correos electrónicos al amanecer».

Thompson dice que un buen lugar para comenzar es simplemente observar el desempeño en bruto: «Creo que los jefes y supervisores deben plantearse: «Esto es en lo que mi equipo va a trabajar el próximo mes o el próximo trimestre. ¿Cuáles son mis expectativas básicas y quién va más allá de ellas?».

Sin embargo, la triste realidad es que las bases del presentismo todavía existen en este nuevo mundo laboral.

«Eso no es sostenible. La gente eventualmente se va a quemar; esta ha sido una gran lucha para la gente durante los últimos 15 meses», dice Sonenshein.

«Es como una carrera armamentística para ver quién parece estar trabajando más».

El hecho de que el comportamiento se haya transferido de los escritorios físicos a los digitales muestra lo profundamente arraigado que está en nuestra vida laboral.

«Uno esperaría que durante una pandemia, hubiera un cambio». Pero, sin una buena mirada a nuestros prejuicios arraigados, la transformación puede ser difícil.

«Desafortunadamente», dice Sonenshein, «no estoy seguro de que las cosas realmente vayan a cambiar».

BBC

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Advierten que la inteligencia artificial supone un «riesgo de extinción para la humanidad

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Un grupo de expertos del sector tecnológico, entre ellos el creador del ChatGPT Sam Altman, publicó una carta para advertir sobre el «riesgo de extinción» que supone la inteligencia artificial (IA).

«Mitigar el riesgo de extinción de la IA debería ser una prioridad mundial junto con otros riesgos a escala social, como las pandemias y la guerra nuclear», señalaron los especialistas en el texto publicado en la web safe.ai.

El comunicado fue firmado por decenas de expertos, entre ellos Martín Hellman, Profesor Emérito de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Stanford; Lila Ibrahim, directora de operaciones de Google DeepMind; y Marian Rogers Croak, vicepresidenta del Centro de IA Responsable y Tecnología Centrada en el Ser Humano de Google.

La carta también fue rubricada por el dueño de la empresa OpenAI que creó el robot conversacional ChatGPT, que a finales del año pasado generó un gran revuelo a nivel internacional por su capacidad para realizar tareas complejas como crear obras de arte, ensayos académicos o mantener un diálogo con un ser humano sobre cualquier tema.

El sitio web donde se publicó el comuinicado destaca que expertos, periodistas, legisladores y la sociedad en general «están discutiendo cada vez más un amplio espectro de riesgos importantes y urgentes de la IA» y que la carta «tiene como objetivo superar los obstáculos y abrir la discusión».

El documento difundido este martes tiene lugar días después de que Altman advirtiera sobre una posible salida de ChatGPT de Europa si la compañía no puede cumplir con la legislación europea sobre inteligencia artificial que se está negociando en los países de esa región.

Dos meses atrás, otras figuras del sector tecnológico, entre ellas el multimillonario y dueño de Tesla, Elon Musk, firmaron otra carta pública en la que pedían «una pausa» en el desarrollo de la IA hasta poder garantizar su total seguridad.

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LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL (AI): POLITICA Y SOCIEDAD

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La evolución de la Inteligencia Artificial (AI) ha hecho que a partir de noviembre de 2022 con la irrupción de un Chat Bot (Chat GPT-4), que básicamente es un software que permite con un gran nivel de interactividad la comunicación con humanos y resolución de consultas, se haya “revolucionado” o escandalizado la sociedad y que lideres de opinión se hayan expresado con énfasis para impulsar el control de la misma e inclusive la suspensión de su desarrollo por los peligros que entraña para la humanidad.

Esta visión apocalíptica común en la historia ante la aparición de nuevos campos de la ciencia o tecnologías disruptivas como fue por ejemplo la aparición de la tecnología de la energía nuclear o la de la ingeniería genética es debido a que se pone el acento en las potencialidades negativas que puedan tener pero este es una balance inequitativo ya que se ignora en ese análisis las potencialidades positivas.

Si bien en las nuevas tecnologías potencialmente perjudiciales en su mal uso es indispensable el control estricto del estado y la sociedad científica, también es necesario valorar las internalidades positivas que posibilita el desarrollo responsable de esta nueva área de la ciencia.

Una de estas ultimas internalidades positivas potenciales de la IA es su uso en el diseño de nuevos anticuerpos que permitirían el abordaje de enfermedades infecciosas como ejemplo el ébola, enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoidea o patologías tumorales como el cáncer de mama. Esta variante se basaría en el desarrollo de redes neurales con las cuales se pueden trabajar modelos de lenguaje de proteínas, parecidos a los modelos de lenguaje que utilizan aplicaciones como Chat GPT, solo que en lugar de ser alimentados con textos e información se introducirán secuencias de proteínas.

El uso de esta modalidad tecnología de la IA permitiría que haya un desarrollo más rápido y profundo del conocimiento científico en el área de la inmunología y la inmunoncologia generando con una cierta precisión variantes de modelos de anticuerpos que potencialmente podrían tener una accion efectiva en el tratamiento de la enfermedad. (link de referencia)

Como dijimos en una nota anterior los periodos de avances disruptivos de la ciencia han generado siempre grandes contrastes en la historia de la humanidad, desde actitudes de embelesamiento por los mismos o actitudes de rechazo total ya que se veía a los mismos como una amenaza a un status quo social, económico o profesional. Pero lo que prueba la historia también es que más allá de la apreciación subjetiva de cada sector poblacional sobre el avance científico este siempre, como el agua, encontró el camino evolutivo para imponerse y su avance nunca pudo ser frenado.

Es necesario que se tenga una actitud equilibrada respecto a las nuevas tecnologías, más aún si están tienen un carácter disruptivo, es necesario el control y monitoreo responsable de las mismas por parte del estado y las organizaciones científicas pero sin dejar de considerar las potencialidades positivas que esta nuevas áreas del conocimiento pueden proporcionar al bienestar de la humanidad. El ejemplo de su uso para el diseño de nuevos anticuerpos que puedan ayudar a combatir enfermedades existentes es un caso particular que sirve de ejemplo.

A veces desde los centros de poder político y económico se propalan miedos injustificados para demorar el estudio y desarrollo de las mismas, esto no es más que una estrategia distracctiva para ganar la carrera científica del conocimiento manteniendo las relaciones económicas y de poder existentes. Después esos otros paises demorados en su desarrollo científico en forma sumisa y subdesarrollada serán los aceptores finales de las nuevas tecnologías y los productos que ellas generen.

Bueno es recordar en este aspecto la frase del Mahatma Gandhi: “La India es un país demasiado pobre para darse el lujo de no invertir en ciencia”.
Esta frase debe ser inspiradora para paises que todavía pugnan por el desarrollo como es el caso de la argentina, el cual solo se podrá consolidar cuando un Proyecto Político Soberanista de Poder portador de un Modelo Nacional pueda imponerse en forma definitiva.

Asi como la tecnología y la ciencia tienen mucho que ofrecer a la humanidad, donde en el caso de las nuevas tecnologías disruptivas las potencialidades negativas son exponencialmente peligrosas si se salen fuera de control, es la comunidad científica y la política en última instancia con su principal herramienta El Estado quienes deben velar por que el desarrollo y la investigación cursen por la buena senda.

Asi como la ciencia y las tecnologías disruptivas tienen potencialidades positivas y negativas, lo mismo ocurre con la Política. Es el compromiso efectivo de la comunidad con la Política lo único que puede velar y garantizar que la misma curse por la buena senda.
Por el contrario la frivolización de la política y la apatía de la sociedad por la misma es la garantía para que sigamos siendo un país subdesarrollado, empobrecido y colonial.

A.R.

https://www.nature.com/articles/d41586-023-01516-w

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Mujeres de mi Pueblo, La Nueva Esperanza de Barracas y el Programa Fomentar Empleo

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Este 14 de abril se llevó a cabo en el Club Santa lucía, Montes de Oca 1517, una reunión de la Asociación Civil Mujeres de mi Pueblo y La nueva Esperanza de Barracas de los locales de Vieytes 1.282, California 2.852 y Av. Brasil 2.884 con el Ministerio de Trabajo para validar a los jóvenes en el Programa Fomentar Empleo. y se sumó el Programa de Empleo Individual en función de proyectos individuales y asociativos para generar el propio empleo.

El programa, que se generó hace unos meses, corresponde al Gobierno nacional y se articula a través del Ministerio de Trabajo para fomentar la inclusión de los trabajadores en la producción. Además, incluye diferentes cursos de capacitación y un incentivo económico durante el tiempo que se cursan los talleres

Asimismo, está dirigido a todas las personas que se encuentran desocupadas, principalmente, los jóvenes de 18 a 24 años. También, se priorizan las mujeres de 25 a 29 años y los hombres de 45 a 64 con hijos menores a cargo, en ambos casos. No obstante, también está destinado a personas afrodescendientes y a la comunidad LGBTIQ+.

La iniciativa consiste en cursos de capacitación para la elaboración de currículums y para tener en cuenta determinadas cuestiones al afrontar una entrevista laboral, entre otros temas. Los cursos tendrán una duración de dos meses, con tres clases semanales, y se dictarán en cinco o seis sedes que define el Ministerio.

Vale destacar que el Fomentar Empleo no es compatible con otras propuestas similares, como el Potenciar Trabajo, Acompañar y Progresar, además de que los beneficiarios no pueden tener ningún trabajo en relación de dependencia. No obstante, sí es compatible para los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Tarjeta Alimentar.

Por último, es importante resaltar que, por el lado de las PyMEs, los empresarios pueden inscribirse a través de la plataforma fomentarempleo.org.ar. Allí, podrán observar y cotejar los perfiles laborales de los trabajadores inscriptos, en tanto que la articulación entre el desocupado y las empresas corre a cargo del Municipio.

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